Días de mandanga y risas en la playa

Hoy me he acordado de algo que no creo haberos contado en su día y la tengo como muuuy divertida…

Voy a contaros una anécdota de esas que dan gusto contar no solo por la parte golfa de la mandanga sino por la parte divertidísima de la misma. Corría el año 2006, tal vez 2007. Mis golfeos empezaban a sorprender a mis hermanos y yo le cogía el gustillo a eso de que las chicas te hiciesen caso. Era verano y un amigo tenía una casa vacía en Javea. La ecuación era fácilmente resoluble.

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Nos pasábamos el día acercándonos a todo lo que pudiera parecerse mínimamente a chicas. Nuestra minúscula edad era nuestro principal inconveniente pues apenas teníamos 16 años y nos acercábamos a toda aquella mujer que no pareciese tener nietos.

Soka (recordáis “Seducina”) y Álvaro. Nuestros nombres empezaban a ser conocidos en aquel Boulevard ya el segundo día. Una noche mientras volvíamos a casa vimos a dos chicas sentadas en una terraza. Rubia y morena. Mirada entre nosotros y sin discutir una sola palabra ya estábamos acercándonos. Hablaría yo.

-Hola chicas. Somos dos chicos que queremos pasárnoslo bien porque es verano y es lo que toca. Vosotras sois dos chicas. ¿También queréis pasároslo bien o sois las típicas que odian la diversión?

Tras unos veinte minutos les dijimos que teníamos una casa. Que teníamos mojitos. Que mi amigo era cocinero. Que patatín. Que patatán. Era obvio que si expresábamos prisa quedaríamos cómo buscadores de sexo demasiado comunes. Así que les invitamos a cenar al día siguiente a nuestra casa.

Teniamos sus teléfonos y habíamos sido tan divertidos que aún nos reíamos de lo que habíamos dicho.

-¿A ti cual te gusta?

A los dos nos gustaba claramente la rubia. Volvimos a reírnos.

La noche de la cena

La noche siguiente estábamos ansiosos. La consigna era clara. Todo eso de la generosidad es muy bonito pero con 16 años lo que quieres es acostarte con la rubia. La lucha sería épica. Llegó el coche y bajó la rubia con…un chico!!!!!!

El premio de consolación no era tal esta vez. Disculpó a su amiga y nos presentó a su amigo que tenía marcados rasgos de homosexual. Soka y yo nos mirábamos alucinando con la situación. Obviamente entendimos que la morena o tenía novio o se había olido el pastel de nuestra corta edad y no estaba interesada. Pero…¿y la rubia?

¿Creía que uno de los dos era gay?

¿Venían a cenar gratis?

¿Le gustaba uno a la rubia y no se atrevía a venir sola? ¿Cuál entonces?

La cena transcurrió entre miradas seductoras, de sorpresa y bromas ingeniosas. Soka era un rival mucho más que digno. Su humor por absurdo se convierte en genial y el tamaño de sus músculos no está nada mal.

Tras la segunda copa, Soka y yo nos reunimos en la cocina. Nos reíamos y debatíamos que hacer. El me ofreció bajar al pueblo y una vez allí que ganase el mejor. Que era la guerra.

En una de esas le dije a C. que así se llamaba la enigmática rubia que me ayudase a llevar las cosas a la cocina. Soka me miró con cara de aceptar la derrota…sabía mis intenciones. Ella me acompañó y una vez allí le dije

-Sabes elegir muy bien a los amigos. Que un amigo te acompañe a una casa de unos desconocidos porque te gusta un chico tiene mucho mérito. (cualificaba su buen gusto para los amigos)

-¿Cómo sabes que me gusta un chico de aquí?

-No lo sé, tienes razón, pero creo que es momento de averiguarlo, porque con una chica tan atractiva cómo tú, sería una pena no arriesgar, ¿verdad?

Me acerqué. Sí. La guerra había acabado. Nos besamos. Durante un rato. Soka se empezaba a aburrir en la terraza y gritó que quería bajar al pueblo. Bajó con el amigo  de C. Ella y yo nos quedamos y fue una de mis primeras experiencias sexuales.

 

Ella siguió con su vida, pero nunca olvidaré la pequeña historia que vivimos juntos tanto por lo divertida que fue, cómo por lo original que la hizo.

Sed felices!

Seduciendo de día – Conocerse en 5 minutos

Tenía una preciosidad de chica a mi izquierda. Castañita, ojos claros, labios gigantescos, gorrito de lana color rojo, probablemente de unos diecinueve añitos, con un halo de inocencia encima. Pura poesía para los ojos de cualquier ser humano. Ella se miraba con un chico muy atractivo del andén de enfrente.  

Miraban al suelo y otra vez sus miradas se cruzaban, luego al móvil y de nuevo choque de miradas. Daba gusto verlos. Era un baile juvenil y sensual de interés y vergüenza. Toda mi atención estaba centrada en ellos. Ambos esperaban que pasase algo mágico que hiciese que pudiesen decirse lo que realmente pensaban. Sonreí pensando en cuan distinta sería la situación con alguno de mis alumnos en aquel andén. Toda la magia se acabó cuando llegó el tren de la vía de enfrente y desapareció aquel chaval.

El gesto de la chica se hizo más aburrido. Cambió de canción en su Mp3 y miro hacia el infinito. Pensé en lo triste que era que esas dos personas se encantasen y no fuesen a conocerse. Me dio mucha pena que las personas bloqueemos constante nuestra felicidad por motivos varios:

-El chico ese era muy guapo, ¿verdad?

Su boca se abrió de forma bastante cómica, se quitó un auricular y de su boca salió una voz tosca, dura, cómo la que debe utilizar Lady Gaga cuando le dice a su chofer que llegan media hora tarde

-¿Perdona?

Sonriendo le repetí que ese chico era muy atractivo. Con un tono más despectivo aún que antes me dijo que no sabía de qué le estaba hablando.  Decidí que ese encuentro iba a servirle a esa chica para algo.

-No se cómo te llamas, no se de donde eres, pero observando a los demás puedes conocer cosas de ellos. Cómo por ejemplo, yo se de ti que el chico ese te ha resultado muy atractivo y que cuando te miraba a los ojos te sentías más mujer y que cada vez que apartaba la mirada te sentías un poco mal. Estabas deseando que no apartase la mirada.

La chica cambió su cara. Estaba roja. Me miraba pero parecía que su mente estaba completamente absorta por mis palabras. Pasaron un par de segundos hasta que reaccionó con palabras

-¿Haces esto siempre? ¿Eres un freaky del metro o algo?

Me reí. Ahora tocaba presentarse, dejar de ser un desconocido para pasar a ser alguien con nombre y identidad. Pero quería seguir jugando.

-Soy un chico que quiere que la gente empiece a hacer las cosas que les hacen feliz. Por ejemplo, hace dos minutos ni me habías mirado y ahora te empiezo a resultar interesante y hay algo en ti que te pide que lo digas pero no lo haces. Deberías empezar a hacer caso a lo que te pide tu cuerpo desde dentro.

Volvió su estado de shock. Su cara estaba completamente roja y tuve que aguantarme la risa. Me sonó el móvil. Era un whatssup de mi novia. Eso me hizo sentir algo más de empatía por la chica que estaba a mi lado, decidí bajar la intensidad para que no le diese un ataque al corazón, pero antes de que yo le dijese algo ella me dijo para mi sorpresa

-¿Y que más cosas haces?

La chica había cambiado al “modo mandanguero”. Se incorporo y su cuello ya no estaba girado sino que dirigió su cuerpo hacia el mío. Si me hubiese incorporado hacia ella el modo “juguemos” se habría activado, pero no era mi intención darle una dirección sexual a la interacción. Preferí mostrar a esta chica que podemos abrirnos a los demás.

-Antes de que yo te diga que más cosas hago. Háblame de que cosas te gustan hacer a ti. Además de los chicos, ¿que te hace feliz?-La chica se río y se puso a hablar. Seguía sin preguntarle el nombre ni decirle el mío, lo que en cualquier caso habría provocado desconfianza, pero la situación era única para ella.

La chica me hablo de su carrera, de su viaje planeado a los pirineos con no sé que amiga de la carrera…estuvo durante unos tres minutos hablando. Apareció mi metro. “Aeroport” y me levanté. La expresión de la chica era ansiosa, me preguntó cómo me llamaba y le dije que “Jose”, ella me dijo que le dijese mis apellidos para buscarme en Tuenti.

-No tengo tuenti. Lo que tienes que hacer es saludar al próximo chico que te guste en el andén de enfrente. Por cierto, me pareces una chica encantadora y vas a volver loco a cualquier hombre que te conozca.

Me subí al metro en dirección a otra aventura, a otro taller, esta vez era Sevilla la ciudad que me esperaba. Le ordene a mi teléfono que pusiera “Fields of Joy” de Lenny Kravitz y saludé a mi chica por whatsapp. Después pensé en cuantas oportunidades de conocer a personas maravillosas hemos dejado pasar los que alguna vez hemos sido el chico o la chica del andén de enfrente.

La observación creativa

Una vez mas Morfeo me sorprende con una de las suya, os invito a que echéis un vistazo a este articulo creedme, no tiene desperdicio. Y pensar que chico tiene tan solo tiene 17 años, ¿Quién lo diría?. Ya decía mi compadre y compañero de batallas, que este niño viene pisando fuerte. Os paso con el….

 La observación creativa

Hola, amigos. Yo es que soy muy pequeño todavía, y tengo días muy emocionales. Y escribiendo esto debo deciros que me siento muy afortunado de que lo que escribo se cuelgue en esta página. Y sé que a Egoh, que sabe que no molo tanto como aparento, también le va a gustar lo que os voy a contar ahora.

Resulta que soy actor. Hubo un tal Brecht en el s.XX que propuso mirar desde fuera al personaje que debemos representar en una obra de teatro y, leyendo el texto con una concentración y análisis obstinados, crear un personaje, no basado en las teorías internas de “sentirnos como el personaje en cada momento”, sino, de decir sinceramente: “Por lo que pone este texto, ¿Qué forma de moverse, de mirar, de ir al baño y de cocinar huevos con patatas tiene este personaje?”.

Como veis, una observación intensa, con todos los sentidos. Y resulta que a mí tanto teatro épico me ha inspirado. Creo que no es baladí cuando hablamos de observar y de captar lo que necesita la otra persona, para llegar a lo que deseamos, tanto esa persona como nosotros.

Y es que a mí me encanta poner ejemplos….

Pongamos que tenemos diecisiete años y, aunque nos llamemos como un famosísimo poeta español, a nosotros lo que nos gusta es Guns’n’roses y Miles Davis, hacernos pendientes y meternos en historias que ninguna madre nos recomendaría meternos. Un sábado, nuestro amigo F, en la botellona, se mete en la foto de unas chicas que no conocemos de nada, porque el es así y le gusta relacionarse y reírse con toda la gente que le rodea. Pero la chica que hace la foto, que es la que más nos gusta a nosotros, le responde una cosa muy fea en un tono muy borde a nuestro amigo.

 

Vamos a observarla por un momento…

 

Parece un poco mayor que nosotros, tendrá unos 20, y es de esas chicas concientes de la explosividad de su cuerpo, y la aprovecha eligiendo ese vestido negro escotado. Desde luego no es una tonta y, por lo visto, para ella es un pecado mortal meterse en fotos sin permiso.

¿Cómo vamos a ser atractivos con esa nena que nos gusta, y con nosotros  mismos? ¿Compórtandonos como críos y pensando que esa tía es una borde?

O entendiendo que no nos conozca, y diciéndole: “Hoy he salido pensando en casarme con la persona más simpática y acogedora de esta botellona. Y te acabo de encontrar. Como te atrevas a sonreírme ahora, te pido matrimonio.”

Yo de vosotros, cogería la segunda opción.

Sobre todo si después de un rato nos cuenta esta amiga nueva que estudia Derecho, y que no es normal que un niño tan pequeño le proponga volver a verse dentro de dos días para tomarse una cerveza por la tarde y así despejarse un rato de este curso que está empezando tan aburrido.

Y si pensamos que no es lo más normal del mundo que una chica de 20 años vaya a quedar con un chico de 17 que claramente le mira la boca de una forma tan sugerente, quizá entendamos cuando la volvamos a ver dentro de dos días, que esté un poco nerviosa y no demasiado participativa, aunque se haya puesto una ropa, ciertamente demasiado sexy para irse a tomar una cerveza… Porque, ¿Quién sabe lo bien que nos lo podemos terminar pasando juntos?

Lo que os vengo a decir, es que el ambiente y la gente que vemos a menudo, nos transmiten muchísima más información de la que podemos ver a simple vista, y esa información podemos elegir ponerla a nuestra contra, o a nuestro favor, si sabemos entender que algunas chicas en ciertas ocasiones no participen cuando vamos con la simple intención de conocernos.

Y si lo reflexionáis un momento, ¿Con cuántas cosas de vuestra vida, incluso totalmente ajenas a las chicas, podemos darle utilidad a esta forma de observar con atención lo que pasa a nuestro alrededor?  Así que intentemos no despistarnos muy a menudo ni imaginar gigantes donde solo hay molinos de viento, y cuando seamos concientes de lo que de verdad pasa en alguna situación que nos parece complicada, vamos a CREAR LA SITUACIÓN QUE DESEAMOS.

Sonreír sin hacer caso a una mala cara, ayuda una barbaridad. Y si además, actuamos movidos por la gran pregunta: «¿Qué pasaría si hago esto o lo otro…?» y nos empieza a parecer cómica la imagen mental de una chica rechazándonos… los resultados pueden ser muy, pero que muy inesperados… Pero ésa es otra historia de la que hablaré próximamente.

 

Abrazos! Morfeo.

Enamorarse por un día: Conmovido

Hola amigos. Tras una noche de reflexión, voy a hablaros de lo que sentí ayer. De cómo me conmoví delante de una chica…de la esencia de la seducción. Pero antes de empezar a leer, debéis poner esta canción:

[divide]Todo empieza como cualquier otra cita: nervios, ilusión, expectación… Sólo falta la chica.

De camino hacia mi destino pongo las canciones preparadas de rock que suelo escuchar para mantener mi ánimo alto. Aún no sé qué me espera. Como siempre, tengo alta expectativa y confío en mis posibilidades más que cualquier otro ser humano viviente, debido quizá a mi optimismo radical.

Una vez llegado al lugar de encuentro aguardo con ansia su llegada. Por fin volveré a contemplar esa mirada cargada de misterio…seductor misterio. Esta vez decido abandonarme a la improvisación, a hacer lo que surja. Por ello, le digo que ella será mi guía. Me dejo llevar…aunque no estoy del todo convencido, tengo miedo…

La veo venir a lo lejos. Su silueta curvilínea y su pelo de hiedra hacen su contemplación de lejos una auténtica obra de arte. Sin duda, la noche se avecinaba llena de sorpresas. Se va acercando  y cada vez puedo vislumbrar con mayor claridad esa mirada…esos ojos cargados de magnetismo. Viene sonriendo. Sin duda me lo tomo como que ella ha compartido mi ilusión y mis nervios por este encuentro. Saludo y aprovecho para olerla. Dios…qué olor más sensual y sexual. Apenas puedo contener las ganas de besarla allí mismo, en medio de la calle sin darle tiempo a respirar. Pero me controlo, decido que ella marque el ritmo, por primera vez en muchísimo tiempo.

Me lleva a sitios cargados de oscuridad, misterio y romanticismo. Sin duda, en consonancia con su mirada y su cabello oscuro…y sin embargo, contrastado por su actitud de inocente niña abrumada por lo que se avecina. Paseamos bajo la luz de la incipiente luna, que quiere salir entre el ambiente mojado y las nubes furiosas. El encuentro prometía, y así se lo hice saber. Una afirmación que hizo reflejar sus fuegos internos en un sonrojo muy genuino.

Como no quería que la cita decayese, decido distensionar ese romanticismo tomando algo en un bar…un bar preferiblemente cuya decoración sea de madera, ya que aporta calidez (créditos a mi amigo Pedro). Tomamos algo, sabiendo lo que se está por venir. De repente me encuentro conmovidoabrumado por mis propios sentimientos. Sentimientos que hacía tiempo creía que no podría volver a experimentar. Decido ir al aseo a desconectar y poner mi mente en orden. Soy Jorge, el gran seductor, me digo a mí mismo delante del espejo…y no puedo evitar sonreírme. «El seductor ha sido seducidoamigo«. Ante esto sólo me queda una opción: conmoverme ante lo que está pasando…y dejarme llevar más aún. Reconocer los sentimientos que estoy experimentando como propios y usarlos para hacérselo saber a ella…que no tiene más opción a rendirse ante ellos.

Decido dar una dirección a la cita y decirle que me lleve a donde tenga pensado ya mismo. No estoy dispuesto a que la cita se eche a perder por culpa de estar sentados en un sitio lleno de olor a frituras. Me mira con esos ojos…esa mirada que me vuelve loco, me turba y me hace sentir poderoso, protector y vulnerable a la vez. No sé cuánto tiempo más podré aguantar esas ganas de besarla y hacerla mía.

Para mi sorpresa, ella misma me lleva a un lugar desde donde se ve toda la ciudad. Unas vistas maravillosas combinadas con una presencia magnífica y esa mirada tan espectacular hacen que me conmueva más aún…y así se lo hago saber. Sin darme apenas cuenta, estoy embelesándola con mis manos en su cintura y las suyas en mi cuello


«¿Sabes? Esta noche está siendo mágica…y la compañía sólo hace que aumente la magia…»

Comienza a llover suavemente, y es el inicio de la lluvia plateada en consonancia con la tensión sexual que había la que marcan el ritmo del tan esperado, apasionado y romántico beso…ese beso que ya probé una vez y me tiene con adicción expectante. Besos y más besos. Me dispongo a pasar a un plano más íntimo pero empieza a diluviar y tenemos que refugiarnos donde buenamente podemos. Un sitio demasiado iluminado, pero solitario…tengo que controlarme para no arrancarle la ropa allí mismo a plena luz y así se lo hago saber, de una manera suave…


«No te imaginas el esfuerzo que estoy haciendo para no devorarte aquí mismo…te salvas por la luz que hay».

No responde, pero en el fondo de su mirada veo que su deseo es similar. Más caricias, besos y abrazos. Eso, en conjunto con el toque de niñita que tiene y su actitud e inocencia hacen que me afirme a mí mismo que acabo de enamorarme…enamorado por una noche. Esa sensación la conozco bastante bien, y por ello puedo afirmarlo.

Cesa la lluvia, pero ya es tarde y debo retirarme, pues el camino es largo y la carretera mojada. De camino al coche más besos y más conmoción. Le hago ser consciente de lo que está provocando en mí, a lo que sonríe tímidamente. Le pido que no vuelva a hacer eso, pues no controlaré mis ganas de poseerla ahí mismo. Vuelve a hacerlo pero controlo mis impulsos más primitivos y sólo la levanto en peso, dándole el beso más apasionado hasta ahora. Una vez dentro del coche, miro la hora y es imposible hacer nada más en tan poco tiempo…le doy los besos más apasionados de los que soy capaz, pues ella se los merece. Pongo la radio y suena la canción que estáis escuchando “I don’t wanna miss a thing” de Aerosmith. 4 minutos de besos apasionados que hacen notar la sangre más profunda de mi cuerpo en mis labios. No soy capaz de controlarme y soy consciente de que debemos irnos si quiero llegar a tiempo a casa. De camino a su casa, decido describirle mis sensaciones más profundas y que esta cita debería repetirse sin diluvio.

«No sé si estarás sintiendo lo mismo que yo…pero desde luego, esta ha sido una noche cargada de emociones. Creo que debería repetirse un día que no llueva, ¿no te parece?»

Ambos estamos de acuerdo en que ha sido una de las noches más mágicas de nuestras vidas…y que hay que repetirla. De camino a casa aún sigo flipando y pensando que por estos valiosos momentos merece la pena haber estudiado seducción. Gracias por esta noche, S.

Amigos, no sé si os ha pasado alguna vez, pero así veo yo la esencia de la seducción: el seductor seducido, el enamoramiento de una noche, la capacidad de conmover y ser conmovido, fuego de pasión, seducción en estado puro. Un abrazo compañeros, espero que os pase alguna vez esto que a mí.

escrito y vivido por JORGE

 

Actitud y Humor del seductor por David G.

Actitud y humor del seductor natural
El buen rollo es clave en la seducción. No hay nada más seductor que una persona feliz. No seduce más el que más sabe de seducción, sino el que más se divierte y más disfruta.

Evidentemente no estoy diciendo que estemos siempre sonriendo y riendo. Habrá momentos en los que debamos ponernos serios, emotivos, tristes… somos seductores naturales, y como tales nos dejamos llevar, y muy importante: SOMOS IMPREVISIBLES.


Este es un ejemplo de los tres estados anteriores:
– Divertido + Serio + Sexualizar: De repente, pasamos de hacerle una broma a sexualizar de forma seria, pasamos de reírnos con ella a ponernos serios y decirle algo como “Mas te vale que dejes de reírte de esa si no quieres que te secuestre aquí delante de todos».
Emotivos + sincero: le cuentas una historia de cuando eras pequeño y como tu querido perro sacrifico su vida para salvar la tuya. Es bueno no esconder que somos hombres con sentimientos.

Hay que vivir la vida con una sonrisa, si vemos el mundo de esta forma, el mundo actuará en consonancia. Las chicas quieren rodearse de hombres positivos que vean el mundo de esta forma, la felicidad es contagiosa, si logramos transmitir esto y además aprendemos a generar atracción, no convertiremos en personas totalmente magnéticas.
Vamos dirección al aseo, y de camino empiezo a jugar. Que tan fácil es andar con una sonrisa en al boca y saludar a todas las chicas que te miren con ganas de fiesta. En la seducción no es cuestión de abrir a la primera que se cruce, si no de saludar y charlar con cualquier chica que inspire buen rollo. Sociabilizarse con todas ellas hasta que llegue la que de verdad te mole:

Holaa
– Madre mía, por que me estoy meando pero con esa sonrisa me dan ganas de abrazarme a ti y no soltarte ehh
La cojo de la mano y le doy un abracito con mucho desparpajo
– Jajajaja, estás un poquito loco tu ehh
– A ver, ponte en mi lugar. Pasas por aquí y te ves estas sonrisas y este ambiente de fiesta que se habéis montado las dos aquí… que merece la pena retener la meada
El humor es la nota dominante. Aquí yo mientras hablo no quito la sonrisa en ningún momento y al mismo tiempo no dejo de reír. Obviamente mi objetivo queda totalmente contagiada.
– Jajajaj. Joder tío, eres muy divertido. 
– Es todo culpa tuya. Me miras con esa sonrisa, y esos ojitos tan iluminados que tienes y ¿que quieres que haga?, aunque quiera hablar de la prima de riesgo no podría. Y que conste que mi objetivo al venir a hablar con vosotras.. no era otro que hablar sobre la primera de riesgo.
La dirección es muy clara, aunque el humor sea la nota dominante las miradas son muy profundas y echo mano de un narrador.
– jajajaja. Eres la caña tío. Yo me llamo Aspirina
– Encantado de conocerte Aspirina, yo me llamo Paracetamol Complex.
Los nombres son de coña ehhh. En realidad fueron nuestros verdaderos nombres. Aquí al dar los dos besos vuelvo a dar la dirección que quiero. Podría haber optado por una distensión, pero su lenguaje no verbal me invitaba a ir directamente al grano.
– A ver, quiero darte otros dos besos más detenidamente. 
Aquí me detengo en uno de los lados e inspiro. 
– ¿Te das cuenta de lo bien que hueles? Entre la simpatía que me estas mostrando y ese olor al final me vas a enamorar. Javi, esta chica es mía ehh
Me dirijo a mi amigo que estaba hablando con la otra chica del grupo y le digo que es mía. La dirección no puede ser mas clara y ella vuelve a sonreír flipada.
– Jajajaj, si claro, pues anda que no se te ve a ti pillo ¿Tú no eres de Murcia verdad?
La curiosidad mató al gato… así me gusta que hagan ellas el trabajo sucio
– jajaj, como sabes que no soy de Murcia
– No tienes para nada acento Murciano. Yo soy de X (A 20 minutitos de donde yo vivo)
– Y de que sitio tengo acento?
– Pues mas Valenciano o Alicantino
– Pues vivo muy cerquita tuyo, soy de Y
Aquí se le ilumina el rostro. Está claro que la tengo muy muy pillada. Llegamos a este punto género un poco de distensión hablando un poco de que hacemos con nuestras vidas, y acto seguido vuelvo al ruedo.

– Pues yo soy Policía.
Pongo cara de circunstancia. Es bueno intentar ser expresivos (sin pasarse tampoco), y comunicarnos con los gestos.
– Bueno, hay que mirarlo por el lado bueno. Si me paras y me pones una multa por lo menos cuando te vayas pensare: me ha puesto una multa pero por lo menos la chica es atractiva… bueno en realidad pensaría que por lo menos mira que culazo tiene.
Aquí una bromita machista, riéndome un poco de los tíos. Todo lo que sean bromas sutiles riéndonos de nuestro genero y forma de comportarnos comunes la hará reir.
– jajajajaj, a ti no creo que te pusiera ninguna multa. Pero por que me has caído bien.
Responde verbalmente lo que ya sabía de sobra, me está pidiendo ser besada, pero las ganas de mear me atraen más después de retener tanto tiempo el Gin Tonic.
– Aspirina, de momento te aviso de que me estás gustando. A menos de que la líes mucho, que no lo creo por que pareces una chica inteligente y avispada, esta noche lo podemos pasar muy bien juntos. Y ahora voy al baño que ya no puedo más. Nos vemos ahora por aquí.
Un poquito de cualificación para resaltar el por qué quiero verla más tarde, y además exigente, que no piense que lo tiene todo ganado. Si cedemos todo el marco mataremos la atracción, pero si nos mostramos examinadores y exigentes con la coletilla “de momento”, sentirá que no nos tiene ganados y la atracción vibrará.
– Vale, yo no me voy a mover de aquí.

Cuando salí del aseo seguí sargeando con otras chicas y ya nada mas se supo de la historia sobre Aspirina y Paracetamol Complex.
No obstante surgió una historia muy bonita con otra chica. ..

Mi primer taller de seducción online por Selu

Había llegado el día. Confieso que si una musa hubiera venido del Olimpo a decirme que existiría en mi vida un día como ése hace dos años, no habría confiado en sus capacidades como musa. Pero, acababa de mandarle un whatsapp a Ana para que me recogiese en Jerez, y yo me sentía como un niño pequeño con una bicicleta nueva, con el miedo obvio a caerse y a rasparse las rodillas, pero con una ilusión desvastadora de miedos.

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Una sensación que verdaderamente podría resultar adictiva.

Cuando me propusieron hablar en un taller online de egolandseduccion sobre el rechazo, me froté las manos. Es un tema que me absorbe por lo complejo y simple que puede llegar a ser, y por cómo nos damos cuenta de los estados por los que pasa una chica que nos gusta, pero que ahora mismo, por tal o cual motivo, nos rechaza, y cómo nosotros enfocamos esas cosas que ocurren.

¿Y qué decir de Ana?. De mi compañera de taller, me flipa su entereza y los conocimientos que tiene sobre el tema. Se le ve una mujer que ha vivido mucho y que tiene una forma de enfocar las cosas de una forma realmente productiva.

Cuando llegamos para terminar de ultimar detalles del taller, necesitaba café, quería estar con la energía de dos mil caballos para dar lo mejor a mi primer alumno.

Al poco de esperar, nuestro alumno se conectó.  “J”. Hablamos los tres sobre el rechazo, y las herramientas principales para combatirlo (boomeregoland, yo estuve allí, ponte en mi piel, etc…) y desde luego, todo adornado por experiencias personales pasadas empapadas en humor, y con la simpatía y amabilidad que desprendía J, que hacía todo muchísimo más fácil y llevadero.

Tengo que darle las gracias a este chico, mi primer alumno y una experiencia preciosa que me ha hecho sentir muy útil y muy vivo. ¿Sabéis por qué?. Porque siento que ese día todo aprendimos algo, de uno u otro modo, y nos hizo ser un poquito mejores seductores, y sobre todo, un mejores personas.

Como ya sabéis que me encanta Fito y como realmente acabo de llegar ha esto de instruir a gente que necesita una mano, termino este artículo con una canción que siempre me recordará a mi estos mi primer taller oficial y mi primer alumno.

¡Un abrazo muy fuerte todos!.

Selu.

 

CORREO ENVÍADO POR J minutos después

Ha sido un experiencia genial! me lo he pasado en grande, y me ha encantado conocer a Selu y Ana! Me han ayudado mucho a entender cosas que me pasaban que quizá no veía o no quería ver! Con ganas para el siguiente taller!

Un abrazo enorme, sois muy grandes!

Josiño

Una noche de matrícula (seducción femenina por Didi)

El primer año de seis universitarias empezaba a terminar y había que celebrarlo con el único objetivo de marcar en el mapa con chinchetas rojas los bares a los que, después de la fiesta, probablemente no nos dejarían volver a entrar.
No había dudas, y el plan estaba claro: tres días, verano, lagunas, chalet, alcohol y la actitud de “dispuesta a todo” bien cargada en la maleta. El año así lo merecía y no sería yo quien le fallara.
La primera noche se forjaba entre vestidos veraniegos de corte imposible, aplicación del rimmel en tropel, labios con colores que olían a búsqueda de una buena mascletá nocturna …

Los lugareños, y no tan lugareños, tenían la obligación de saber cómo era la furia madrileña que allí se había presentado.
Como “post-teen” que soy, rodeada de la adolescencia más castiza me tenía que adaptar un poco a la situación y al ambiente, pero no fue ningún problema. Hacer botellón, beber copas con tus amigas y, además, relacionarte con el típico grupo masculino que lleva la misma onda que tú, siempre es agradable.

A medida que pasaban las horas y las botellas se iban vaciando escandalosamente me daba cuenta del medio adolescente en el que estaba sumergida. Las conversaciones me aburrían, las intenciones no eran claras y aún seguían anclados en el más absoluto tonteo socialmente bien visto. Además, por una simple regla universal que no alcanzo a descifrar, sólo resulto atractiva a los hombres mayores que yo… Los jóvenes no saben entender ciertos lenguajes corporales, o quizás no sepan descifrarlos… No sé, el caso es que la media allí no subía de 20 años. La función copulativa a esas horas de la noche se convirtió en una utopía, aunque tampoco era algo que me preocupara en exceso, no deja de ser una manera de conseguir una matrícula para una noche que iba a ser de diez igualmente.

Una vez asumido el ambiente en el que estaba metida e integrada a más no poder, apareció, no me acuerdo cómo ni lo intenté averiguar después, un chico treintañero, moreno, con acento canario, grandes brazos y mejor labia. Sin explicación y sin motivo se sentó a mi lado y se puso a charlar conmigo. Era atractivo, adulador … pero su conversación dejaba mucho que desear: me gusta que me piropeen, pero decir “que linda eres” con un par de veces hubiera bastado. La ignorancia se palpaba … no entendía que no necesitaba de su palabrería ni de sus encantos; no quería una charla eterna que acabara en un beso absurdo y quizás en un polvo, ¡NO! Simplemente necesitaba … jugar.

relato de seducción femenina
Pasaron las horas y ya dentro del pub el alcohol empezó a hacer su función, y empecé a desatarme. Estaba clarísimo: todo valía.
En el fragor de la batalla de bailes vi, apoyado en la pared, a “mi” canario. Era el momento de pedirle lo que realmente necesitaba y no lo que él insinuó darme. A por él. Hubo un par de bailes agarrados, que por mi parte hubieran sobrado y haberlos dedicado a follar de manera descontrolada. No esperaba nada más de esa noche que conseguir hacer de él lo que yo necesitaba en ese momento, que no era más que conseguir el placer máximo permitido en ese estado etílico y “hot” en el que me encontraba. Y no fue difícil, ya que en el arte de la insinuación directa soy la reina. Sin complejos le agarré y le guié hasta mi coche.

Sólo quería de él una especie de esclavo sexual, que me complaciera en todo lo que yo pidiera. No buscaba romanticismo ni besos apasionados, quería saciar el calentón que tenía y lo quería AHORA
Supo captarme enseguida e hizo en todo momento lo que le pedía, aunque su cara me demostraba una especie de miedo y éxtasis muy graciosa… Fue un polvo muy placentero y saciante. Había conseguido apagar un poco mi furor uterino, y ya podía continuar con la fiesta. Fue el momento en el que recogí mis bragas y me fui, sin más.
Le costó entender que, al igual que él, como mujer también tengo mis necesidades puntuales en la vida, y hay veces que no quiero nada más que saciar mi instinto básico. Hubo palabras e insultos irrisorios hacia mí por parte de sus amigos … pero para mi esa noche fue DE MATRÍCULA.

DIDI

La prometida 1 (ligando con mujer casada por selu)

Andaba bien relajado viendo la televisión y como de costumbre dejo el portátil encendido con mis redes sociales abiertas, era una de esas noches en la que estaba tan cansado que parecía haberme dopado para dormir. De repente suena el sonido que ya tengo metido en el oído de tantas noches de intenso chateo. Eso si, siempre me puede la curiosidad y termino por mirar, era Carmen que me saludaba. Decir que Carmen estaba prometida y en cuestión de meses se casaba, aún así, estuvimos liados hasta semanas antes de su boda. Pero recuerdo que en su momento me mandó un mensaje, que decía lo siguiente…

 

C: Esto es una locura en tres meses me caso, esta mañana estaba probándome el traje y me acorde de ti. Es mejor que no nos veamos más.

 

Amigos, mi amiga se casaba. Yo era un golfo que le gustaba, pero no dejaba de ser un golfo… A veces, simplemente hay que entenderlas y hacerles sentir entendidas, a la cual respondí…

 

Yo: C, como se que tu querrías lo mejor  para mi, yo también deseo lo mejor para ti y sobre todo que la vida te entregue lo mejor de ella. Cuídate mucho, te mando un beso enorme. Muack!

 

Desde aquel mensaje no nos volvimos a ver, ni volví a saber de ella en unas tres semanas posteriores al mensaje anterior. Esa noche me decía por messenger que quería verme para darme algo. En ese momento intuí que era una excusa femenina para quedar conmigo. Decidimos quedar al día siguiente en casa, y así poder hablar mas tranquilos sin que estuviera preocupada, por el quién la verá conmigo.

Ligando con una mujer prometida, sexo mujer casada

Llamaron a la puerta y allí estaba, con ese pelo largo y tan bien cuidado que tanto me gusta de ella, me di cuenta de que portaba en la mano un sobre, por un instante se me pasó por la cabeza lo que podía ser, la verdad que no la veía capaz de hacerlo.   Pero…¡lo hizo!. Carmen  me invitaba a su boda (¡ni de coña accedería!) ….pero en ese momento no hice el feo de no aceptarlo. Y en casos así no puedo evitar acordarme de Egoland y dejar algo de veneno.

Yo: C, accedería encantado a tu boda, y sé que será fabuloso, pero entenderás que no sería un momento muy agradable para mí, y se que no me sentiría muy a gusto….

Todo esto me marcó, porque una vez mas me demostró que la mayoría de las veces las chicas hacen lo opuesto a lo que dicen. Recuerdo, que nada mas entrar a casa levantó los brazos como si yo portara un arma en las manos y dijo….

C: Solo vengo a darte algo y hablar, eh.

 Acto seguido la invité a entrar en casa con un gesto, ignorando lo que había dicho….

 

Yo: claro, claro, pasa, todo bien?… un café?..Ponte cómoda.

 

Vamos a ver, si utilizamos una vez mas el espectador de la película, se veía a la legua lo que estaba pasando. Y si a la vez prestamos atención y subtitulamos lo que está ocurriendo, sacaremos conclusiones.

(APLICANDO EL ESPECTACADOR DE LA PELICULA SUBTITULADA)

1.- Lo primero que hace nada mas entrar a casa es quitarse el cartel de chica fácil y examinándome con una negativa. (escena)

2.- ¿Qué hace una chica a punto de casarse en casa de un chico con el que ya ha tenido rollos anteriores, sentada tan a gusto en su sofá y accediendo a sus besos? (subtítulo)

 

 

Estuvimos hablando un buen rato sobre el tema de su boda y demás, yo por supuesto le dije que no estaba nada de acuerdo y que no me sentía muy cómodo hablando del tema.

C: Al menos dime que te lo pensaras, ¿vale?

 

¿Se trataba de un examen?.. quizá, no lo sé.

 

Pero, lo que sí se, es que después de esto, estuve meditando mucho sobre todo lo ocurrido, y tomé la decisión de dejar nuestros encuentros fugaces. Ya que Carmen y yo nos llevamos muy bien, pero a ella se le veía que empezaba a afectarle, y eso, lo hablamos desde un principio. Ambos nos atraíamos pero no dejaba de ser eso, algo efímero.

Tras expresar que no me sentía cómodo con ese tema, conseguí cambiar el rumbo a la conversación, y pasarlo bien con unas charlas, risas, café y buena música de fondo. Su tono de voz,  movimientos, me daba clara señal de que estaba nerviosa y encantada de estar allí. Y que por supuesto, sentí que ella pedía a gritos que fuera yo quien tomara las riendas de lo que estaba ocurriendo en ése momento. Y así que lo hice. Me acerqué lentamente a su boca y le dije…

Yo: Lo siento, pero ya me costaba ha sido nada mas entrar en casa, olerte y uuuf.

 Acto seguido la besé. ¿Cual fue mi sorpresa?… ella no se negó, y no solo eso,  colaboraba con cada paso que yo  marcaba. Una vez más que razón tenía Egoland cuando me decía…

No hagas caso de lo que dicen, si no, de cómo actúan.

Estaba claro, había venido a casa y como mujer, sintió que debía ponérmelo difícil y de ese modo ver como yo reaccionaba. También ella necesitaba una excusa o pretexto a lo que estaba ocurriendo, para después no sentirse mal consigo misma. Y en este caso fue…

Me acerqué a llevarle la invitación, pero como ambos nos gustamos y nos atraemos, nos dejamos llevar y surgió.

Una vez mas como he dicho antes, cuando estoy con una chica, no me limito a actuar en base a lo que ellas me dicen, si no, más bien a como actúan tras lo que les digo o hago. Las negativas que nos ponen no son siempre malas, a veces son señales de que todo marcha a favor, ya que ellas no se limitan a examinar con actos o comentarios a todos los chicos que van encontrar por su paso, más bien al que le gusta o le llama la atención.

 

Esa misma tarde-noche, fue la última que nos vimos a solas, lo que en principio fue una visita relámpago para entregarme algo, se convirtió en una despedida que ni ella ni yo olvidaremos. Lo demás lo dejo en manos de vuestra imaginación… Eso sí, lo que tengo muy claro, es que me alegro muchiiisimo de que ambos hayamos cuidado y conservado la amistad que tenemos.

 

AHORA OS DEJO CON LA VISIÓN TEÓRICO-PSICOLÓGICA DE TODO ESTO QUE OS HE CONTADO DE MI COMPAÑERA ANA

                                                                                                                                Selu.

Ligar por la calle: La chica de la calle (II)

(LEETE LA PRIMERA PARTE AQUÍ)

ligar por la calle, seduciendo de día

La situación era tremendamente inusual. Había conocido a una chica sexy, inteligente y entraba bajo cualquier criterio en la clasificación de “Chica Helio”. Nos habíamos chocado por la calle, yo había jugado mis cartas prácticamente al máximo nivel, ella había respondido muy bien y estaba caminando conmigo hacía la exposición preguntándome cosas. Si le preguntases al colectivo arbitral de la liga profesional de balomano, cualquiera te diría que la cosa iba mejor que bien, pero yo seguía nervioso.

-¿ A qué te dedicas Marta? Cuando lleguemos molaría que al presentarte a mis amigos tenga algo que decir sobre ti.

-¡Ah! ¡Que hay amigos y todo!

-En todas las inauguraciones hay amigos y vino gratis. Yo vengo por el vino.

Íbamos a XL, una discoteca/pub que sirve a su vez de centro de exposiciones, con pasillos gigantes, varias salas y recovecos de lo más cucos. Llegamos y allí estaban algunas de las personas más divertidas que conozco, mis amigas Poppy y Vanesa en seguida se pusieron a hablar con ella y desaparecieron las tres en busca de algún aperitivo o bebida. Hector me preguntó  de donde había salido y Hamid insistía en lo guapa que era.

Compartimos los seis casi dos horas de aperitivos gratuitos y vinos. Las bromas y comentarios curiosos sobre el local se sucedían y en un momento de un poco de intimidad Vanesa me dice que le encantaba la chica, que si no me hago novio de esta no me hago ya novio de nadie. Después de aprovechar algunos ratos a solas para saber a que nos dedicamos y demás, me sorprendo susurrándole algo al oido a Marta sobre lo bien que le queda ese pelo, sobre lo bien que huele y sobre lo nervioso que estoy. Ella sonríe y se aleja.

Nos reunimos todos en la puerta. Es la hora C.O.S.D. Para los que no esteis familiarizados con el estas siglas, significan exactamente “¿Cenamos o salimos directamente?”. En esas estábamos   cuando Marta recibió una llamada que le hizo alejarse para contestarla. Poppy me decía que le encantaba la chica. Héctor con su peculiar sentido del humor le sacaba defectos inexistentes, Vanesa y Hamid discutían entre ellos si Marta me serviría cómo novia. La conversación era divertida y yo carcajeaba a gusto. Ella se acercó guardando el teléfono.

-Marta, mis amigos estan discutiendo sobre si tú y yo vamos a acabar siendo novios o no.

-¿Y a mí nadie me va preguntar?

-Ni a ti ni a mi. Me parece que nosotros no tenemos ni voz ni voto.

Fuimos al Zapping a tomar algo de vino y sus estupendas tostas. La conversación general giraba en torno a que pelo le quedaba mejor a Brad Pitt me parece recordar, Marta y yo hablabamos muy cerca el uno del otro, le conté que me dedicaba a ayudar a la gente a mejorar sus habilidades sociales, que sentía haciéndolo, que hacía para desconectar del trabajo, que sentía…Ella también se esforzaba para que la conociese. De pronto, dijo algo parecido a esto:

-Es una putada conocerte ahora Álvaro.

Yo pensé algo parecido a que acababa de empezar con un novio al que quería mucho, pero la siguiente frase fue peor que cualquier novio.

-…me voy en tres días de Erasmus a Suecia.

Los vinos ya habían hecho su aparición en mi y me acuerdo que sonreí. Me ponía contento haberle gustado a una chica tan especial. Pero una sensación agridulce compartía mi pecho; la tristeza que se había adentrado en mi cuerpo pero seguía emocionándome y haciéndome  ilusiones con chicas con las que sólo había pasado un par de horas. No sé explicarlo muy bien, pero a veces me aterra la idea de convertirme en un capullo cualquiera.

La noche siguió. Todos lo pasamos genial, mis amigos demostraron de largo su encanto y su buena acogida a cualquier desconocido con cosas positivas que aportar.Marta fue todo lo que yo puedo pedir de una mujer. Esa noche la acabamos juntos y fue genial.

Dos días después me llego un sms: 

Eres un encanto Álvaro. Sigo pensando que te chocaste conmigo adrede. ¿Te veo en…ocho meses?

 

La inglesa en la disco; Seducción nocturna

 

-¿Pero tú de dónde sales? (Quizás una de las frases que más he escuchado últimamente. Al principio me sorprendía y me halagaba. Ahora apenas me llamaba la atención.) ¿Pero tú de dónde has salido?. Repitió ella con los ojos abiertos como platos y una expresión que denotaba asombro y deseo a partes iguales.

Si te lo dijera nos veríamos obligados a huir juntos y escondernos en alguna isla recóndita– Le contesté yo.

 

Ella era una inglesa de entre 25 y 30 años, rubia, delgada, de facciones armónicas, con escote sugerente y una camisa y pantalones vaqueros que realzaban su cadera y estilizadas piernas.

Nos habíamos conocido en una discoteca de esas que me gustan a mí. Poco pijerío, música rockera, buen ambiente y gente atractiva. Era carnaval y por si no lo sabíais a mi me da por ponerme corbata en fechas tan señaladas como esa. Nuestras miradas se habían cruzado cerca de la barra y la sonrisa que le dediqué dejó claras mis intenciones. Me acerqué mientras ella estaba pidiendo una copa.

-Por cómo te vistes tienes pinta de saber algo de estilo. ¿Cómo me ves esta noche?

 Ella sonrió.

-No está mal– contestó con buen español pero innegable acento inglés –Pero llevas la corbata un poco suelta

Mientras lo decía, sus manos se dirigieron al cuello de mi camisa y empezó a ajustarme la corbata. Señores, si hay algún indicador de interés más grande que una chica dedicándose a arreglarte la corbata, que bajen los dioses de la mandanga y me lo digan.

 

-¿Te das cuenta de que ahora sería muy descortés por mi parte no presentarme? Yo soy Pau, ¿tú eres…?

Rachel– respondió mientras nos dábamos un par de besos.

-Rachel, está muy claro que no eres de aquí y que entiendes más que yo de nudos de corbata. Cuéntame.

 

Mientras nos tomábamos nuestra copa me explicó que era londinense, que llevaba un año trabajando como profesora de inglés y que estaba con sus alumnos celebrando el fin del semestre. Mientras lo hacía y ante la constatación de que se trataba de una chica atractiva, yo me dediqué a escucharla, observarla y cualificarla con humor.

Ante chicas atractivas me suelo decantar por lo que yo llamo cualificación inversa. Me centro en cualificarlas predominantemente por factores conductuales o textuales (sin obviar el aspecto físico)  mientras que ante chicas no tan atractivas pero igualmente estimulantes intento realzar de forma creíble sus atributos físicos. No sé si sería una cita de Ovidio pero el lema vendría a ser algo así como “a la guapa, dile que es lista. Y a la lista, dile que es guapa”. De esta forma nos desmarcamos del resto de hombres: las chicas atractivas son conscientes de la influencia de su físico sobre los hombres, pero no están acostumbradas a que las valoren por otros atributos.

Decidí ir animando la conversación y sexualizar. Al fin y al cabo era carnaval.

 

-Como profesora de idiomas seguramente tendrás un vocabulario muy amplio. ¿Si tuvieras que definirte con dos adjetivos cuales usarías?

-Mmm, no sé… ¿Divertida e inglesa? Dijo a carcajadas.

-Ya, pues a mi me gustan las mujeres divertidas y que suponen un estímulo intelectual. Lo de si son inglesas o no lo dejo a elección suya

 

Ella río. Cada vez se la veía más atraída. Empecé a jugar fuerte:

 

-¿Y cómo te gustan a ti los hombres?

-Yo diría que atléticos, divertidos y honestos

-¿Morenos?- La interrumpí.

-Sí, morenos también

-¿Y altos? ¿Así como de 1,85?

-Claro

-Pues lo siento pero no encajo para nada en tu descripción

Volvió a reír divertida. Así que era el momento ideal para hacer un narrador de aquello que estaba pasando entre nosotros.

-¿Te das cuenta de lo bien que nos lo estamos pasando juntos pese a que sólo nos conocemos de 5 minutos? Imagínate lo genial que nos podemos llegar a caer si nos hacemos novios

 Y entonces, ella pronunció las palabras mágicas. Aquellas que parecen entremezclarse con música celestial cada vez que las escucho. Aquellas palabras que significan que algo precioso va a pasar en breve con sólo desearlo.

 

-Ya… Eso se lo dirás a todas

-Quizás- le dije yo evidenciando mi mirada de deseo –pero no todas tienen un culo tan irresistible como el tuyo- Eso fue suficiente para colmar el vaso. Sus neuronas cortocircuitaron y no pudo negar más la evidencia.

-¿Pero tú de dónde sales? ¿De dónde has salido?

 

Me cogió del brazo y en un instante me arrastró hasta la otra punta de la discoteca donde se encontraban sus alumnos y el resto de profesores. Una vez allí me los presentó uno a uno para acto seguido lanzarse a mi boca sin que yo pudiera mediar palabra. Como si fuera un trofeo que debía ser exhibido. Como comprenderéis, yo estaba bastante sorprendido ante el arrebato de fogosidad de mi amiga, así que en un despiste suyo aproveché para acercarme a una chica de su grupo y preguntarle si realmente era su profesora de inglés. «Sí, estamos alucinando, ¡el lunes tenemos clase con ella!».

 

¡Viva Inglaterra!

 

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