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Felicidad en perspectiva (III): 3 ejercicios para valorar tu felicidad

En la primera entrega de esta serie de artículos proponiamos diversas definiciones de felicidad, y en la segunda profundizamos en el análisis de una de esas definiciones:

“Sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.”

Deliberadamente dejamos una parte de la definición sin explicar, ya que merecía un artículo aparte: sentir.

Hay al menos tres motivos por los que en muchas ocasiones no logramos sentir bienestar por algo que objetivamente puede ser motivo de felicidad:

  1. Nuestra capacidad para naturalizar y normalizar situaciones nos hace insensibles a nuestros progresos (podemos pasarnos una semana atormentándonos mentalmente porque tenemos que finalizar un trabajo, pero una vez lo entregamos no nos pasamos una semana felicitándonos).
  2. Nuestro lenguaje dual, que nos predispone a definir la realidad mediante conceptos absolutos como “éxito y fracaso”, “acierto y error”…  en definitiva ”blanco y negro”, nos hace ciegos a la cantidad ingente de tonos intermedios de los que se compone la realidad.
  3. Y nuestra naturaleza deseante, que nos causa una vorágine de emociones mientras anhelamos algo, nos predispone muy a menudo no valorar aquello que ya tenemos.

Así pues, se puede acortar la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer, y aun así a corto plazo no percibir que aumenta mi felicidad en términos de “mayor satisfacción general con mi vida” (segunda definición que explicamos en la primera parte)

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Se trata de un tema del que seguro escribiré más líneas. Pero de momento, voy a proponer tres ejercicios o intervenciones para tomar perspectiva sobre tu propia vida, pudiendo así valorar y sentir con mayor precisión la felicidad más allá de lo cotidiano.

EJERCICIOS PARA VALORAR LA FELICIDAD

1.Ejercicio retrospectivo:

Si pudiese coger el teléfono, y marcando un número llamar al «yo» de hace un año… ¿qué le diría? ¿se sentiría orgulloso de lo que actualmente estoy haciendo? ¿se sorprendería mucho? ¿Por qué cosas me preguntaría? ¿qué consejos le daría? ¿le daría algún tipo de ánimo respecto a algo? ¿qué le preocupaba a aquel «yo» y qué le diría al respecto? … ¿Y si llamase al «yo» de hace cinco años?

 

2.Ejercicio prospectivo:

Si me llamase al «yo» de dentro de unos años, ¿por qué aspectos de mi vida actual le preguntaría? ¿qué cuestiones me preocupan en la actuaidad y me importa saber cómo las voy a resolver en el futuro? ¿qué estoy haciendo en la actualidad para resolverlas? ¿Hay personas y dimensiones de mi vida que puede que dentro de unos años desaparezcan o se enfríen, y por tanto ese yo del futuro me diría que los viva y saboree al máximo hoy?

3.Ejercicio prospectivo II:

Si en el futuro publican una biografía o autobiografía mía… ¿cómo se llamará el capítulo en el que me encuentro actualmente?

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Si hacéis el primer ejercicio es muy probable que descubráis lo mucho que vuestro yo de hace un año se sorprendería y se alegraría por vuestro progreso o por la situación en la que actualmente os encontráis. En todo caso los tres ejercicios son también una buena excusa para tener una interesante conversación con la compañía que os haga feliz. También me podéis escribir en los comentarios los títulos que os salgan al hacer el tercer ejercicio.

EL EJERCICIO DEFINITIVO

En la 4 entrega de esta serie, muy pronto

 

 

Javier Santoro

 

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.

 

El “ser” y el “deber ser” (IV): Relaciones de pareja

Como ya dijimos, la cuestión de la disonancia entre ser y deber ser es constante, y es un prisma bajo el cual es posible analizar infinidad de situaciones. En todo caso es sustancial que antes hayáis leído los capítulos anteriores.

Os espero… ¿ya? Pues adelante con él

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Ejemplo en una relación de pareja:

María me encanta. Me fascina. Cuando me habla de su pasado me siento afortunado de estar con ella. Pero hay un problema, de vez en cuando se escribe con su antiguo novio. En este caso  sin reflexionar sobre ello ya tengo un “deber ser heredado” que sin ninguna duda me hace sentir celoso. Aquí el deber ser que muestran muchas series de televisión es algo así como:

“Si mi pareja me respeta no debe mantener contacto con su ex. Y yo debo imponerme”.

Reflexionemos con el proceder que ya explicamos en el artículo anterior:

  1. Autoconocimiento y honestidad. Ya he dicho que me encanta María. Si soy honesto, yo soy como soy gracias a las parejas que he tenido. Eso significa que por mucho que me cueste reconocerlo, si María no hubiese tenido ese novio ella sería distinta. Sus relaciones pasadas forman parte de ella, y yo no tengo potestad para decirle lo que debe hacer con ellas, como ella no tiene potestad para decirme cómo debo comunicarme con mi ex a la que además le tengo cariño.
  2. Generación y sustitución de idea normativa. Sugiero en este caso: “debo respetar la manera como mi pareja gestiona su pasado, y además tener en cuenta que ese pasado es la que la ha hecho atractiva a mis ojos”.
  3. Acción. He cambiado mi idea normativa, pero no soy tonto y sé que María es un bombón y que los exnovios no buscan precisamente amistad. Con la nueva definición ya no debo echarle en cara que hable con él. ¿Qué puedo hacer? Entender que quien tiene las oportunidades soy yo. Ella hablará con él de vez en cuando, pero es conmigo con quien queda, con quien pasa la tarde cocinando y riendo, y  con quien estará el próximo fin de semana a solas en una casita rural. Buena suerte, ex-novio, porque María me ha elegido a mí y yo pienso aprovechar mis oportunidades.
  4. Comprobación. Huelgan los comentarios

 

Por último, un ejemplo más ligero y común, en una conversación:

Recuerdo que en uno de los últimos podcasts, Álvaro trataba de conocer a una chica en la cafetería de la universidad. Ella se lo estaba pasando genial, pero en cierto momento, no importa mucho por qué, le pone una barrera de estilo “deber ser”:

La gente interesante se conoce en lugares interesantes. (Aquí ella comunica mediante un “deber ser” nada funcional que Álvaro puede no ser interesante porque la cafetería no lo es).

-¿Y de veras lo crees? ¿Nunca has conocido a alguien interesante en un lugar no interesante? (Muy bien, Álvaro la invita a que reflexione, apelando a su propia experiencia y modificando un “deber ser” heredado que probablemente ni la propia chica se cree).

De un modo muy resumido, Álvaro disuelve un “deber ser” completamente disonante con la realidad que él conoce: la gente interesante se conoce en cualquier sitio.

Otro ejemplo en conversación,

que es relativamente cotidiano, es encontrarnos con alguien que nos atrae pero objeta que “somos demasiado jóvenes”. Ahí hay un deber ser: “mi pareja debe tener una edad cercana a la mía”. Os lo voy a dejar para vosotros. Me sentiré muy satisfecho si a través de los comentarios alguien propone un “deber ser” que le resulte más funcional. Si queréis, en unos días daré yo mismo una solución. Propiciemos pues el intercambio de ideas en este artículo con vuestros comentarios que ya he escrito muchas líneas y estoy deseando leer las vuestras.

RESUMIENDO Y CONCLUYENDO

Tenemos dos opciones, procurar a toda costa que nuestras ideas concuerden con el “deber ser heredado”, o intentar que sean propias y funcionales para acercarnos a nuestra felicidad. Por cierto, de felicidad precisamente hablaremos pronto en esta sección.

Para finalizar, insisto y probablemente no por última vez: Egoland Seducción siempre se ha caracterizado por no deciros cómo debéis de ser. Ni tenemos la verdad absoluta ni pretendemos tenerla. Probad, cuestionad, interiorizad, desechad lo que no encaje con vuestra forma de ser y pensar. Pero eso sí, os sugerimos que reflexionéis sobre vuestra manera de pensar y de dónde viene. Ningún “deber ser” os será tan útil como el que vosotros mismos elaboréis y contrastéis con la realidad.

Contento de escribir. Javier Santoro

PD: como ya sabéis, vuestros comentarios enriquecen este artículo y serán todos contestados. Además, con cada comentario nace un gatito.

El “ser” y el “deber ser” (I): Dime cómo defines y te diré qué sientes

Inestimables lectores.

Supongo que ya habréis leído los artículos sobre extravagancia y hecho social. No será porque no os he dado tiempo… me he ido a Japón incluso, para no presionaros. En la presente serie de artículos reflexionaremos sobre una cuestión cuyo abordaje confieso que me resulta muy ambicioso. Se trata de algo en algún aspecto complementario con lo ya explicado. Introduciré el tema mediante una anécdota personal:

Me encontraba impartiendo una clase en un gimnasio, cuando Eva, una alumna de cinco años me impactó porque en tan solo tres clases estaba avanzando mucho más rápido de lo que yo avancé en su día. Con la intención de animarla, le dije:

-Eva, si sigues entrenando así de bien, cuando seas mayor serás alta, flexible, resistente, ágil, guapa, y vas a tener muchos novios.

Solo se puede tener uno -respondió convencida-.

¡Qué bello concepto del amor con solo cinco añitos! Bien, ahora volved al mundo real y poneos las gafas sociológicas.

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¿Qué tenemos? Una niña que con cinco años ya asegura saber como debe ser una relación con un convencimiento sorprendente. Pueden pasar quince años hasta que ella tenga algo similar a lo que luego comúnmente entendemos como relación de pareja, pero mucho antes ella ya ha heredado un “deber ser, una idea normativa de relación. Esta es la tesis principal sobre la que pretendemos reflexionar en este texto: en la mayoría de casos, aprendemos cómo deben ser las cosas mucho antes de enfrentarnos a cómo realmente son -a través de nuestra experiencia-. Desde la jerga sociológica, se dice que solemos aprender antes lo normativo que lo positivo.

Un joven de 13 años tiene una idea de cómo debe ser el sexo mucho antes de haberlo practicado, o de haberlo practicado las veces suficientes para tener una idea propia.

Esto resulta funcional a la sociedad e incluso podemos decir que es consecuencia de nuestra naturaleza social: al llegar a este mundo entramos en un club que ya existía, y que seguirá existiendo cuando nos vayamos. Una sociedad con sus normas, valores, aspectos cognitivos, creencias, signos… Por lo tanto resulta funcional que en la socialización (de la cual hablaremos más detenidamente en futuros artículos) nos enseñen reglas de juego antes de tener que jugar. Esto nos ayuda a predecir situaciones y reducir el grado de incertidumbre en la interacción con el mundo. De hecho, en las ocasiones en las que no tenemos un “deber ser” de referencia nos sentimos desorientados[1].

DISTANCIA ENTRE CÓMO DEBE SER Y CÓMO ES

Sí, aprender las reglas antes de jugar es en ocasiones funcional, pero continuamente nos encontramos con que las cosas no son como creemos que deben ser. En ocasiones media una distancia enorme entre cómo consideramos que la realidad debe ser y cómo esta es. Tomemos por caso:

Millones de personas tienen una idea de cómo debe ser el día de su boda, aunque no se hayan casado ni piensen hacerlo.

-El día de mi boda debe ser el día más feliz de mi vida.

¿Y si no lo es?

En este caso -extensible a miles de ejemplos distintos- se describe un ciclo como el siguiente:

  1. Aprendemos antes “el deber ser” que el “ser”.
  2. La experiencia nos muestra cómo son las cosas.
  3. La versión normativa y la práctica no coinciden, lo cual nos predispone al conflicto

No es raro que luego nos extrañemos cuando los planes no salen como esperábamos, cuando ninguna familia es como “debe ser”. No es extraño que rechacemos entonces al que no siente lo que se supone que debería sentir, al que no se comporta como se supone se debería comportar…

Es por ello que como sugiere el genial psicoterapeuta americano (de origen austríaco) Paul Watzlawick:

la mayor fuente de angustia humana, de tensiones e incomodidades proviene de la contradicción que genera la diferencia entre lo que algo debe ser y lo que realmente es.

En el punto 3, que aborda el conflicto, hay como mínimo dos opciones: aceptar la realidad tal como es y desenvolverse en ella, o bien luchar por adaptarla a nuestro “deber ser”. No sé si os sorprenderá, pero en la mayoría de casos solemos tratar de hacer lo segundo, con el mismo éxito que quien se empeña en fijar un clavo en la pared martillando la punta.

La lista de “deber ser heredados” no coincide precisamente con las vivencias imprescindibles que nos hacen felices, sino más bien todo lo contrario. El gran escritor norteamericano Mark Twain dijo que la realidad siempre supera la ficción, porque esta última tiene que tener sentido en nuestras mentes, enmarcarse dentro de los límites específicos de ese entorno ficticio que es el deber ser normativo. Es por ello que muchas personas se empeñan en adaptar la realidad a esa ficción cueste lo que cueste y terminan malgastando su precioso e irrecuperable tiempo en un intento por amoldarse a algo demasiado pequeño y rígido para alojar sus realidades.

Una vez puesto de manifiesto el conflicto que supone que no coincida lo que “debe ser” con lo que las cosas realmente son, el próximo artículo lo dedicamos a abordar los detalles sobre cómo se nos inculcan ideas normativas heredadas, y cómo podemos generar ideas normativas propias. ¡No os lo perdáis! ¡Haz click abajo!

PD: recordad que todo comentario enriquece este artículo, y además, me hace sonreir.


[1] . Aun así, estas ocasiones son escasas. Entre los ejemplos que he encontrado en mi experiencia, está desde el tener que moverme en un país con normas realmente distintas a las de la sociedad española -hablo de algunas partes de la India-, a tener que enfrentarme a una ruptura de pareja. Los individuos tenemos más claro cómo debe empezar una relación, que cómo debe cambiar o finalizar. Os diré, para no meterme demasiado en estos casos, que en las situaciones donde no hemos heredado un “deber ser” de referencia hay un alto grado de incertidumbre y en ocasiones incomodidad, pero a largo plazo se aprende mucho más y se logran soluciones mucho más eficaces.

Cómo plantear un trío a nuestra pareja…y tener éxito

Cómo plantear un trío a nuestra pareja…y tener éxito

Todos tenemos fantasías, ensoñaciones e imágenes que vienen a nuestra mente en momentos insospechados y a veces sospechosos. A modo de aviso, os anticipo que nuestras fantasías no se esfuman por tener una pareja estable. De hecho, a veces esa estabilidad, nos genera e inspira otras fantasías que enriquecen, modifican o se suman a las que ya arrastramos antes de ennoviarnos o desennoviarnos.

Los mejores consejos para conseguir un trio con tu pareja desde la psicología masculina y femenina

O dicho de otro modo, por tener pareja:
  [dropcap color=»000000″ font=»arial» fontsize=»30″]1[/dropcap]Que ninguna chica se crea que va a dejar de imaginar en la ducha al policía de barba de tres días que la detiene y la registra contra la pared con lo que viene poco después,  y
  [dropcap color=»000000″ font=»arial» fontsize=»30″]2[/dropcap]Que a ningún chico se le ocurra pensar que, por tener novia, se va olvidar de imaginarse en un sillón con una pareja de féminas, una rubia con coletas y una negra de boca inmensa arrodilladas ante él, interesadas en su entre pierna…

Consultorio Cadena Ser – Proponer un trío a mi pareja

 
[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/debate-de-la-semana-los-trios-son-eticos/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]Opina sobre la conveniencia de los tríos aquí[/button]

FREUD: ENTENDER LAS FANTASÍAS SEXUALES

Vamos a utilizar a Freud para ubicarnos siguiendo su teoría de la mente y responder a estos conflictos internos con los que a menudo nos encontramos.

El Ello. Es la zona de la mente donde residen los deseos e instintos. Actúa según el llamado principio del placer; es decir, está motivado por todo lo que puede producir un estado de agrado. No tiene en cuenta nuestra realidad exterior solo se rige por la autosatisfacción.

El Yo. Sería un grado superior al Ello, controlándolo. Diciendo decidiendo si es o no oportuno satisfacer los instintos y organizándolos. Se rige por el principio del dolor o malestar. Su comportamiento es más realista que el del Ello, pues ya toma conciencia de los estímulos negativos del exterior y condiciona la conducta para evitarlos. Incluye lógica y coherencia en el comportamiento.
Sobre todo, tiene en cuenta los peligros y las posibilidades de evitarlos. Su tarea es la autoconservación, y utiliza todos los mecanismos psicológicos de defensa que sean precisos para lograr su objetivo.

El Superyó. Sería el grado superior que enriquece al YO mediante la ética, haciendo interiorizar el concepto de lo prohibido.
El exterior ya no es sólo placentero (como concibe el Ello) o doloroso (como añade el Yo), sino que también puede ser moralmente bueno o malo y, por tal motivo, prohibido. Nuestro amigo superyó se encarga de hacernos sentir culpables y de nuestros  «remordimientos» de conciencia.
«Haciendo un símil, entendible, podríamos comparar la relación Ello-Yo-Superyó a la existente entre el caballo, el jinete y el entrenador en una competición hípica: el jinete —el Yo— controla que el caballo —el Ello— no se desboque y, al tiempo, sigue los consejos de su entrenador —el Superyó— para hacerlo bien. El acuerdo de los tres culmina con el éxito.»

Las fantasías sexuales danzan a sus anchas en nuestra mente y en función de la educación que tengamos vamos a poder sacarlas a la pista de baile con mayor o menor comodidad.
¿Tener pareja y masturbarse pensando en otras personas es censurable?
¿Tener pareja e imaginarse un trío me hace sentirme culpable?

Pues habrá que elegir cómo queremos convivir con los constantes conflictos que nos va a proponer nuestro querido «ello» y con el que van a tener que lidiar nuestro «yo» y  «superyó». Y digo esto, por las muchas personas que me he encontrado en mis consultas que no acaban de entenderse a sí mismas respecto a sus fantasías.

Vamos a poner el ejemplo de ésta oyente que le apetece hacer un trío y no tiene claro si se siente mal, bien, cómo proponérselo a su pareja, etc…

Como hemos dicho, las fantasías son algo natural, normal que todos tenemos. Así que lo primero que tiene que tener claro es que:

CULPABILIDAD

Por tener fantasías, teniendo pareja: NO HAY QUE SENTIRSE CULPABLE. Nuestras parejas también las tendrán, lo digan o no, tod@s tenemos mentes vivas y necesitadas de estímulos, y el sexo es uno de los principales

INFIDELIDAD

TENER FANTASÍAS SEXUALES con una frecuencia relativamente frecuente y relativamente intensa no quiere decir que NO SE ESTÉ ENAMORADA/O DE SU PAREJA y  por tanto no implica serle infiel.

CUÁNDO PLANTEAR FANTASÍAS

pareja en la cama fantasiasEL MOMENTO de plantear fantasías de trío u otas fantasías es en la cama:

La mente está abierta, estamos excitados y nuestra pareja también lo está, nos dejamos llevar más fácilmente y evitamos bloqueos mentales, sociales o inhibición sexual

FANTASÍAS GRADUALMENTE

Las fantasías sexuales las podemos planteas de  MODO GRADUAL: Es decir, utilizando el ejemplo del trío de la que hablaba nuestra oyente, durante el acto, vamos a plantear primero que «nuestra pareja se imagine que hay otra persona en la habitación, luego que nos está mirando… » en función de su reacción seguimos o paramos, de forma que se vaya acostumbrando a este tipo de frases…. «imagínate que empieza a acariciarnos…, etc.

UN TRÍO, ¿CON QUIÉN?

Para los hombres es mucho más factible que accedan a realizar un trío empezando con dos mujeres y no con otro hombre. Por aquello de no herir su ego masculino, tenemos que tener esto en cuenta sobre todo el punto anterior de hacerlo de manera gradual.

ESTABILIDAD DE LA PAREJA

Los tríos hay que plantearlos en momentos de estabilidad de la relación, NUNCA EN MOMENTOS DE CRISIS EN LA PAREJA…
Ya que podría tomarse con un síntoma inequívoco de que la relación no solamente hacia aguas como binomio sino también como tándem sexual.

JUEGA EN LA CAMA, VERBALIZA EL TRÍO

El mero hecho de jugar a que se hace un trío, verbalizar y simular un trío en la cama con nuestra pareja puede satisfacer en sí misma esa fantasía sin tener que llevarla a cabo de forma efectiva.trio-pareja-fantasia

ENTENDER A NUESTRA PAREJA

 Si proponemos hacer efectiva una fantasía o jugar a simularla, tendremos que estar dispuestos a jugar a simular una que satisfaga a nuestra pareja, y por tanto deberemos tener una formación de empatía, asertividad y capacidad de negocación básica.

Así pues, queridas y queridos, fantaseemos sin miedo, propongamos a nuestras parejas sin miedo pero con tacto, si queremos evitar problemas no repitamos en nuestras amigos comunes de la pareja… Y SOBRE TODO MUCHA MANDANGA!!!!
Siempre vuestro, EGOH.

Lo que compartes en redes sociales es marca personal (1)

Para la marca personal que queremos generar de nosotros mismos, tenemos que tener MUY en cuenta  lo que transmitimos a través de redes sociales, hemos dicho que marca personal es SER ÚNICO, SER ESPECIAL, SER INCONFUNDIBLE, lo que comunicamos en las redes sociales, tiene que ser igual que tú, único, especial e inconfundible.

De hecho, por el alcance tan grande que las redes sociales tienen hoy día, el lenguaje que usamos y el contenido que compartimos, dice mucho más sobre nuestra marca personal que lo que quisiéramos compartir o lo que estamos diciendo; es una muestra continua de  nuestros valores, de nuestra educación, de quiénes somos, de  nuestros intereses, pasiones e intenciones, en definitiva, una muestra evidente de nuestra realidad.

 

Si de cada 5 posts, 4 son políticos, muestran que eres demasiado reivindicativo, si 4 son canciones, que nos pasamos el día con la música, si son tonterías que encontramos por Internet, que perdemos mucho tiempo con tonterías, es decir, lo que compartes es lo que haces, lo que más tiempo haces, y encima, lo que más quieres que piense la gente sobre ti. Que no piensen que eres un pesado, o una persona con intereses muy planos, porque seguro que te interesan muchísimas más cosas de las que sueles publicar.

 

PRIMEROS CONSEJOS:

1.- Tienes que ser 100% auténtico:

Elige compartir algo que solamente tú compartirías, algo que es tuyo o te define muy bien a ti. Si algo está 100.000 veces compartido…no hace falta que también lo hagas tú…la gente ya se ha enterado…

2.- Tienes que ser 100% consistente: No lances mensajes por lanzar algo, que formen parte de un todo que eres TÚ. Que dentro de un año puedas coger la mayoría de tus posts y digas, “sin duda todo esto soy yo”, mis aficiones están reflejadas, lo que me hace reir está reflejado con equilibrio, mi intereses, mi música, ese trozo de película, ese artículo que me ha flipado.

Yo tengo amigos que siempre publican lo que está de moda, o siempre publican sobre motos, o contra el gobierno o sobre futbol…y yo he dejado de leerles…te lo aseguro, pienso “ya están con lo mismo de siempre”.

Nosotros en Egoland por ejemplo, estábamos cansados de hablar siempre sobre lo mismo y decidimos que había que hablar también de parejas, de cine, de series, de humor, de psicología, de puntos de vista femeninos, porque AHORA SI, todos estos temas, son 100% coherentes con nosotros mismos, con lo que nos interesa, con lo que somos como grupo, 360º de la seducción, es decir 360º de la personalidad.

Tu puedes hacer lo mismo, un día compartes un artículo sobre psicología, otro sobre futbol, otro sobre política, otro sobre seducción, sobre un libro, una pagina que te interese, todo lo que te como he dicho conformen tus intereses. Ni escondas ni insistas.

 

3.- Elige las imágenes que publicas sobre ti: No pongas las mismas fotos siempre, hechas desde tu cámara del móvil mirando desde arriba, que se vea que haces cosas, que estás con tus amigos, que de vez en cuando estás con tu padre haciendo algo divertido, que en tu grupo hay chicos y chicas, que tu vida es MULTIDIMENSIONAL. No es interesante si te cortas el pelo un poco o te dejas bigote…

Antes de publicar algo, pregúntate, ¿Esto qué dice de mí? Pues adelante.

Esto sí, es Marca Personal

Un mal día…¡o no! Eligiendo cómo es mi vida

La música grunge que salía por los auriculares de mi móvil no conseguía subirme el ánimo. Era Martes, el día del patrón de mi facultad y no tenía clase. Llevaba dos o tres días recibiendo malas noticias de forma continuada.

El taller personalizado de ese fin de semana se había cancelado por que el chico tuvo que cumplir con una obligación familiar ineludible. Mi mejor amigo andaba deprimido por una chica y no supe aconsejarle. Era una mañana de esas oscuras, en las que parece que el Sol haya decidido no salir de forma premeditada, cómo si hubiese pensado “yo no me como este marrón”.

Estaba sentado en las escaleras de la facultad de Filología esperando a que saliera un buen amigo, a ver si me contaba algo positivo y se podía alegrar un poco ese día. Un sms llegó a mi móvil “M kedo en casa, no he ido a clase, t veo otr día”

La cosa pintaba mal. Cómo todas las veces que me siento mal, pensé que hablarle a alguna chica, mostrar mi mejor versión, ayudaría a que su feedback me subiese un poco la moral. Así que mire a mi alrededor. Había un grupo de chicas sentadas en las escaleras y parecían simpáticas. Me acerqué y les dirigí una sonrisa.

 

-Hola, soy Álvaro.

Se quedaron mirándose entre ellas. Se hizo el silencio. Y cuando iba a decir mi siguiente frase una de ellas carcajeo e hizo algo que a mi autoestima no podría venirle demasiado bien.

 

-Ah ¿si?. Pues nos da igual.

Se rieron, cogieron sus cosas, se levantaron y empezaron a andar hacia dentro de su facultad.

Podía haber contestado algo ingenioso, utilizar cualquiera de las herramientas que enseñamos, observar mejor qué había pasado, analizar mejor la situación…pero  no me apetecía. Era un Martes con muy mala pinta. Me puse los auriculares y mientras Alice in Chains me contaban cosas tristes con “Down in a Hole” comencé a andar hacia ninguna parte.

 Mi energía positiva no se había despertado esa mañana, probablemente seguía acostada en la cama. Mientras caminaba vi a una mujer apoyada en la pared de un hospital. Tendría unos treinta y muchos o cuarenta y pocos. Toqueteaba su móvil con un gesto apático. Era una de esas preciosidades que sólo pueden tener un  marido piloto o jefe de algo muy importante. Elegante en exceso para el contexto, bronceada de rayos uva. Algo se despertó en mí.

Mi día había empezado fatal. La gracia no está en que las cosas te salgan mal o bien en un momento concreto, la gracia está en que tu tomes las riendas de lo que te pase. Pensé en lo gracioso que podía ser entrarle a esa mujer. Me imagine a mí contándole a mis colegas, que ese día, en la puerta de un hospital, a las 11 de la mañana, sin que se lo esperase, me había presentado a una mujer con toda mi cara y había sido el director de lo que pasase en mi día.

Mientras me acercaba,ella había sacado un cigarro y lo tenía en la boca. Ella no había percibido mi presencia.

 

-¿Quieres fuego?

Mi miro con un desinterés digno de escribir un libro sobre él y me dijo “Gracias”

Le encendí el cigarro y me quedé de pie frente a ella.

 

-¿Sabes esos días que te levantas y te sale todo absolutamente bien?

Ella levanto las cejas y asintió sin entender muy bien por donde iban los tiros.

 

-Pues mi día de hoy está siendo todo lo contrario. Y me he acercado a ti a ver si cambia la cosa un poco.

Ella se rio levemente, de una forma femenina y miro al suelo al hacerlo. Ya eramos los dos conscientes de a qué estábamos jugando. La mujer se cambió el cigarro de mano, enseñándome conscientemente el anillo que llevaba en el dedo y devolviéndome una mirada curiosa, algo así cómo “¿hasta donde sabes llegar amiguito?”

 

-Tienes unas manos muy femeninas y muy elegantes. Incluso más elegantes que tu anillo.

Ella se incorporó se asió el pelo. Me miro de arriba abajo. Desde luego quería intimidarme y os aseguro que lo estaba consiguiendo.

-Eres muy joven, estoy segura de que no sabrías que hacer con una mujer cómo yo- y dio una calada a su cigarro.

A mi me divierte mucho cuando la gente juega a decir lo mucho que molan. No iba a discutirle absolutamente nada de lo que me dijera.

 

-Completamente de acuerdo contigo. Aún así, tú ya te lo estás preguntando.

Ella se quedó algo petrificada. Miro hacia ambos lados y metió la mano en el bolso.

 

-Estoy casi segura de que no te voy a coger el teléfono, pero sería muy valiente por tu parte intentarlo

Sacó una tarjeta de su bolso Prada y me la dio. Luego se disculpó y dijo que se tenía que meter dentro. Mi día había mejorado, desde luego no por haber conseguido su teléfono, si no por hacer cosas que sé que me pueden resultar difíciles y que en un primer momento pueden echarme para atrás.

El saber que depende de mi cómo jugar mis cartas durante mi día, es lo que me hace caerme bien. Porque, al fin y al cabo, SOMOS LO QUE HACEMOS.

Nunca la he llamado, principalmente porque perdí la tarjeta, pero mi actitud fue más positiva desde que decidí que mis circunstancias no son lo que marcan mi vida, sino cómo me enfrento yo a las mismas. Ese día llamé a mi madre y me fui a comer a su casa. Le conté cómo me iba la Universidad y escuche sus consejos. Al final, fue un gran día.        

Cómo ser tu mismo, seducción 360º

El secreto del éxito se encuentra en la sinceridad y la honestidad. Si eres capaz de simular eso, lo tienes hecho.

Groucho Marx

Todos hemos oído ese consejo ancestral, que ha pasado de abuelas a nietos sucesivamente y que siempre iba de la mano con intentar gustar a alguien. Tienes que ser tu mismo. Y a continuación muchos hemos tenido la siguiente reflexión: «si siendo yo mismo no he conseguido lo que quería, ese consejo no tiene sentido». Pues bien, señoras y señores, en este artículo veremos por que eso no es correcto y por que normalmente NO somos nosotros mismos.

¿Cómo ser tu mismo?

Aventuras, experiencias, educación, entorno, amistades, nacionalidad, mujeres, sociedad, cultura…  Todos los ingredientes cocinándose por igual para formar la sopa de actitudes y creencias que te conforman.

Hay tres pilares para ser tu mismo y estos son:

#1 Lo que sientes

#2 Lo que piensas

#3 Lo que expresas

Cuando estos tres puntos están en sintonía es el momento en el cual «fluimos», nos dejamos llevar y todo sale rodado. Ahora bien, para conseguir esta conexión energética y psicológica con uno mismo debemos tratar los puntos por separado:

1 | Como ser tu mismo – Lo que sientes.

lo que sientes

Lo que sentimos es el resultado del estado emocional en el cual nos encontramos y este a su vez es el resultado de la focalización que hace nuestra mente de los hechos nos suceden.

Seria algo así:

Hechos en nuestra vida ->Emociones -> Sentimientos

Por una parte no podemos controlar los hechos ajenos a nosotros ni las emociones que estos nos provocan por tanto en este aspecto no tenemos influencia sobre nuestros sentimientos.

Ahora bien, si que hay hechos en los cuales tenemos poder de decisión y acción, tener trabajos o
hobbys molones, regalarle un ramo de rosas a la nuestra madre, ponernos en forma, luchar por nuestros sueños, etc. 

Todas estas acciones crean un cúmulo de posibilidades y experiencias positivas de las cuales nos nutrimos emocionalmente.

Ahora bien, trasladado al mundo de la seducción:

Son las 8 de la mañana y tu café con croissant de toda la vida no esta disponible, cosas de las fiestas. Buscando otro lugar donde saciar tu rutina entras en una cafetería muy chula donde te espera la camarera mas despampanante que pueda existir en este universo y varios posibles más.

Ese hecho te provoca una emoción de querer hacerla tuya y sentir que necesitas estar junto a ella el resto de tu vida.

Y luego se lo expresas:

«No te lo vas a creer pero te he visto y no he podido dejar de imaginarnos juntos mirando una puesta de sol, no me había pasado en mi vida.»

¡Voila! ¡Ya estas siendo tu mismo!

2 | Como ser tu mismo – Lo que piensas.

lo que piensas

Esta parte es donde falla la mayoría de gente, si bien el primer pilar «lo que sientes» es una sensación emocional consecuente con nosotros mismos el segundo pilar «lo que piensas» es una creación de la mente y por tanto una acción intelectual la cual no necesariamente es consecuente con nosotros.

Seria algo así:

Hechos en nuestra vida crean:

· Emociones & Sentimientos -> Congruentes con nuestras creencias, actitudes, forma de ser.

· Pensamientos -> Razonamientos incongruentes con nuestras creencias, actitudes, forma de ser.

Cuando el primer pilar y el segundo no se ponen de acuerdo se produce una disonancia en nosotros mismos, provocándonos un buñuelo mental y escapando por la vía mas fácil que suele ser (generalmente) la de los pensamientos. Lo que, a su vez, provoca que no seamos nosotros mismos y por tanto no seduzcamos.

También te puede interesar:

Por lo tanto para que todo salga bien tenemos que conectar lo que sentimos con lo que pensamos y luego expresarlo. Fácil, ¿no?

Ejemplo:

Positivo -> Le pides la hora a una mujer pero cuando la miras a los ojos sientes que tienes que tomarte algo con ella y conocerla mas en ese mismo momento, piensas que es una buena idea, que a ella le va a encantar y que os lo vais a pasar pipa juntos, luego lo expresas y fiesta loca.

Negativo -> Le pides la hora a una mujer pero cuando la miras a los ojos sientes que tienes que tomarte algo con ella y conocerla mas en ese mismo momento, sin embargo piensas que a ella no le va a gustar, que es demasiado directo, que va a rechazarte y terminas expresando cualquier chorrada o no expresando nada.

3 | Cómo ser tu mismo – Lo que expresas.

lo que expresas

Uno de los puntos mas cruciales ya que si no expresamos ni actuamos… ¿Quien demonios va a hacerlo? La expresión es la demostración de pensamientos o sentimientos, es la manera que tenemos de comunicarnos e interactuar con la gente que nos rodea.

Como bien sabéis la comunicación consta de muchos factores, siendo los principales el emisor, el receptor y el mensaje. (artículo relacionado)

Emisor: Para transmitir el mensaje correcto debemos saber quien es el emisor, obviamente si se trata de nosotros lo que debemos preguntarnos es, ¿cuanto conocemos al emisor? ¿cuanto nos conocemos a nosotros mismos?
Cuando actuemos siendo nosotros mismos estaremos cumpliendo el papel correcto de emisor.

Receptor: La chica tan mona que queremos seducir, una señora con 5 gatos o un empleado al que tenemos que despedir, la cosa es que siempre viene bien conocer al receptor con el que estamos tratando, de esa manera podemos cumplir mejor nuestro rol de emisor y el mensaje es mas efectivo.

Mensaje: El contenido expresado, es la prueba de fuego, depende de lo que salga por tu boca las cosas irán en una dirección u en otra. Generalmente cuando el emisor cumple su rol siendo el mismo, conociendo al receptor que tenemos delante y expresando su mensaje bajo los preceptos de estos tres pilares, con honestidad, la cosa va rodada.

Emoción - Pensamiento + Expresión

Malo, nuestros pensamientos nos sabotean y comunicamos algo que no se corresponde con lo que sentimos.

Emoción + Pensamiento - Expresión

Muy malo, aquí nuestras emociones y pensamientos están en sintonia, pero por inseguridades u otras razones no lo expresamos.

Emoción - Pensamiento - Expresión

Horroroso, aquí no solo no somos honestos si no que ni siquiera decimos nada vete a saber tu por que, vamos, que somos como un vegetal.

Emoción + Pensamiento + Expresión

La mejor de nuestras opciones, somos nosotros mismos completamente.

 

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Espero que todo se entienda mas o menos bien chicos, si os habéis leído todo esto estoy seguro de que os ha servido y si lo habéis disfrutado, dadle click al pajarito ———->

Cada vez que le das, algún chico del mundo sale de la friendzone, ayúdales.

Vivid con molonería, siendo libres y disfrutando del camino.