Hoy en día más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, casi 4.000 millones de personas. Cada vez más los humanos tendemos a concentrarnos en pequeños espacios donde hay más posibilidades de prosperar. Entornos en los que cada día nos cruzamos con cientos de seres como nosotros pero con los que apenas interactuamos.

Nos hemos acostumbrado a obviarnos los unos a los otros como si fuéramos una parte más del mobiliario urbano. Si se nos acerca alguien tendemos a desconfiar o pensar que nos quieren vender algo o captar para alguna causa benéfica. Vivimos en nuestras burbujas y a la defensiva. Muchas veces bajo la falsa creencia que estamos conectados con los demás mediante las redes sociales pero esto no es más que un espejismo.

En Egoland abogamos por suprimir ese tipo de barreras y convenciones establecidas y traspasar ese muro de alambre de espino para acercarnos a los demás, en el día a día, con una intención o sin ninguna intención en concreto. Creemos que la posibilidad de aumentar nuestro círculo de conocidos nos enriquece y nos alegra la vida. Por ello os proponemos algunas formas de romper ese hielo y vencer nuestros miedos a la hora de conocer gente en nuestro día a día, ya sea una chica o chico que nos atraiga o queramos mencionar alguna cosa positiva sobre otra persona. Nos daremos cuenta que ahí fuera hay gente maravillosa que antes no la veíamos.

A continuación os proponemos 5 claves para trabajar los encuentros con los demás:

1| Acércate a la primera persona interesante del día

La más importante de las reglas, te despiertas, desayunas, sales a la calle y ves a una persona interesante (guap@, vestida de forma curiosa, buscando una calle, etc.), pasas por delante y  ¡Bam! La paras y la saludas. ¿por qué? Os diré porqué:

¡Porque creamos vínculos con los demás!!!!!!!

Acercarte a la primera persona que te atraiga al día y decirle algo implica que al año habrás CONOCIDO a 365 personas que te atraen o te parecen interesantes. Si eso no es fantástico que venga el mago Pop y nos lo diga. Y sí, si es la primera mucho mejor, porque estaremos más nerviosos, será la que más nos cueste y precisamente, el superar esa dificultad, hará que el resto nos resulte más sencillo.

No importa lo que digáis, podéis decir: «pero que perro más bonito!, menudo solazo de primera eh?…», pero acercaos.

2|Transmite un mensaje auténtico

Sé honesto, seas hombre, mujer o jirafa, la honestidad es una de las cualidades más atractivas. Si te parece que esos pantalones le quedan de muerte, pero te parece muy directo y le terminas diciendo que te gusta su sonrisa, cuando ni siquiera ha sonreído pues:

  1. No es honesto, y probablemente se de cuenta, ¿y que pasa si nos damos cuenta de que una persona es deshonesta? Os lo imagináis.
  1. No nos va a hacer sentir orgullosos de nosotros mismos, ¿nos gusta vernos como una persona que necesita ocultar lo que siente ante otra? Probablemente no.

Además… ¡no pasa nada! No perdemos un brazo, no nos meten en la cárcel, no ofendemos a nadie.Todo lo contrario, creamos una sonrisa, un momento único y un recuerdo al que nos gustará recurrir en un futuro.

[pullquote]La honestidad es una de las cualidades más atractivas[/pullquote]

No puedo dejar de repetir lo importante que es la honestidad, porque cada día veo a hombres y mujeres que envían mensajes diametralmente opuestos a lo que sienten, y así no se entiende nadie. Si no comunicas lo que te hace sentir esa persona, te tratará en consecuencia, como a una persona más, que no le comunica lo que le atrae.

Para seducir no hace falta tener frases mágicas ni divertidísimas, muchas veces basta con honestidad, valentía y con un mensaje claro.

3| Sé claro con tus intenciones

Las conductas tienen un porqué y, de la misma manera, acercarnos a una persona que nos atrae tiene un porqué. Si no tenemos claro ese porqué, la otra persona lo va a tener menos claro todavía.

Es decir, tenemos que tener claro nuestro propósito. Puede ser tener una cita, mejorar nuestras habilidades, casarnos con esa persona, comunicar algo positivo e irnos, no importa que sea, lo que importante es que lo tengamos claro. Evidentemente, tenemos que adaptarnos a esa persona y el contexto, si queremos proponerle una cita inmediata, pero la chica o chico llega tarde a pillar el autobús, entonces está complicado.

Pero, dentro de lo posible, y si la otra persona nos termina gustando tanto como creíamos, es una buena idea pensar que queremos hacer con ella. ¿quiero conseguir su número para tomarme un café en un parque muy chulo mañana? ¿quiero averiguar por donde sale a correr para quedar y salir a correr juntos?

Sea lo que sea, tenlo claro y comunícalo.

Como ya sabéis los que os habéis leído el libro o habéis acudido a talleres, cuando acompañamos nuestros mensajes con un “¿qué?”, un “¿por qué?” y un “¿para qué?” estos se hacen mucho más digeribles, fáciles de aceptar y se entienden mucho mejor.

4| Valora el rechazo

El rechazo es parte de la vida. Aprendemos a través de fracasar y fallar una y otra y otra y otra y otra y otra  y otra vez. La comunicación es una habilidad, y como cualquier otra habilidad, requiere de paciencia, esfuerzo y persistencia para mejorarla. No hay palabras mágicas, ni trucos. Hay que dedicarle tiempo y energía.
Al aprender a conducir, por ejemplo, tenemos que estar pendiente de las marchas, el tráfico, los peatones, tu coche, estar atento de que no pase nada raro, mil cosas. Al principio cuesta, nos sentimos nerviosos, torpes e incómodos. Pero con el tiempo empezamos a mecanizar ciertas conductas y eso nos permite centrarnos en otros aspectos de la conducción. Con la comunicación es igual.
A medida de que vayamos practicando nos iremos sintiendo más cómodos, más en control y disfrutaremos más del proceso. Y para todo eso hace falta que nos rechacen. Sí, que nos rechacen una y otra vez, porque en el rechazo está el desarrollo y la experiencia. Si nunca nos rechazasen, no creceríamos, ya que no buscaríamos mejorar o cambiar nuestra comunicación.
Y, por otro lado, si nos acercamos a una persona y nos rechaza, implica que es exigente y que, si terminamos gustándole, será porque realmente molamos y no porque le guste cualquier chico que le diga algo bonito.
Disfruta y saborea cada rechazo, ya que llegará un día en el cual extrañes los retos y el tener que exigirte y mejorar para causar mayor impacto.

5| Escucha y observa

Una de las cosas más importante en la seducción y, paradójicamente, de las que se habla menos. He visto muchos alumnos demasiado centrados en lo que ellos envían en vez de en lo que reciben. Quieren decir frases más ingeniosas, más emocionales, más persuasivas. Y se terminan despistando y olvidando de lo más importante: la persona que tenemos delante. Sus necesidades, sus intereses, sus deseos, sus miedos, sus inseguridades.

Si escuchamos y observamos podremos darnos cuenta de que, muchas veces, la otra persona nos da toda la información que necesitamos para saber si hay que seguir avanzando, dar un paso atrás o proponer una cita.

Sabremos si estamos gustándole o que tenemos que hacer para gustarle más. Os propongo, como ejercicio, que con la gente con la que os encontráis cotidianamente, establezcáis conversaciones donde prestéis atención en lo que recibís, en vez de en lo que enviáis. Que no os preocupe lo que decís, hablad de cualquier cosa. Es más, concentraos y apoyad que la otra persona hable y nos ofrezca.

Escuchad y observad. Mejoraréis de forma astronómica. Y con esta última regla, chicas y chicos, me voy a dormir.
Si nos sentimos cómodos parando a gente desconocida y entablando un contacto en el día a día que no podremos hacer ya con gente que esté en nuestro círculo. Si quieres practicar esta técnica con un instructor profesional te invitamos a que te apuntes a los talleres de Daygame de Egoland donde te enseñaremos estas o otras muchas actitudes a tener en cuenta cuando se quiere conocer gente o ligar en el día a día.
Dudas y cumplidos, sentíos libres de comentarlas.