La cosa estaba clara. No me iba a comer esa deliciosa, gigante y fotografiable hamburguesa que se estaba comiendo la camarera sentada en la mesa de enfrente durante su descanso.
El restaurante kOLEVES es la perfecta representación de la gastronomía en Budapest que no de Hungría. Algo moderno y tradicional al mismo tiempo, resuelto con poco dinero poniendo en valor precisamente el ingenio de solucionar la presentación. Utilizan “jugar las debilidades” de una forma insuperable ya que lo han convertido en su marca personal.
Mi segunda camarera preferida del local, teclea el móvil con una hamburguesa de olor expansivo y cautivador.
¡Cuánto me perturba! Mi plan era comerme “oca asada”, pero ya no lo tengo claro. Eso supondría romper mi dieta. Se me eriza el pelo al escucharme a mí mismo, el heavy metal que era capaz de desayunar cerveza algunos fines de semana sin dormir oliendo a sexo, estaba contando calorías. ¡Pero las estaba contando! Nos hacemos mayores. Y comerse esa hamburguesa sería, una vez más, dejarse llevar como toda la vida por ese Luis que cae en la tentación pronunciando “ya lo arreglaré” y que tantas infidelidades había ocasionado en mis relaciones.
Me doy cuenta del hambre que se ha dado cuenta de cómo miro su hamburguesa. Entonces ubicamos la mirada en el otro y noto ese momento de tensión en mí mismo: Ese por el cual deseo algo que requiere un movimiento y aparece una resistencia. “Quizá no haces gracia”, “quizá no te entiende”… y entonces, en una milésima de segundo aprieto “el acelerador” de ir contra la sensación suicida tan adictiva de dirigirme contra “el muro”, convencido, después de tantos años, de que es la única salida para poder recordarme con una sonrisa. Hago un movimiento de negación con mi dedo índice levantando la mano.
Ella sonríe y me mira extrañada.
-No no no…. le digo en inglés- Tú y tu hamburguesa no vais a arruinar mi dieta. El año que viene quiero que mi bikini me quede bien para el Instagram y túuuuuuu eres un peligro.
Ella se ríe de una forma quizá más airada de lo que yo esperaba. No siempre me encuentro con las interpretaciones cómicas que pretendo con este idioma. Sobre todo con mi humor, irónico y lleno de dobles interpretaciones y exageraciones.
-Es vegana-contesta con una voz grave y potente. ¡Me encantan esas voces en las mujeres!
-Mi plan era pedir la oca asada pero tu hamburguesa vegana me está volviendo loco.
Ella mira hacia la derecha para asegurarse de que en la barra no la oyen y entonces achina sus ojos extiende su cuello, se orienta hacia mi como si su tronco fuera un cohete que quiere ser lanzado hacia mí, para susurrarme a un nivel que yo pueda escuchar…
-No te comas la oca. No comas animales.
Noto entonces en mí la semilla de la duda inoculada a la perfección por ella. Por una parte su esfuerzo por ser entendida, su coquetería creo que voluntaria para hablar conmigo y sobre todo, su inteligencia al generar una complicidad difícilmente renunciable en el cable emocional.
Mi parálisis es evidente. No sé pedirle que no diga eso y finalmente opto por el la primera de las Haches alargando mi cuello, inclinándome hacia ella e imitando su nivel del voz:
-Ahora mismo voy a decirle al dueño del restaurante que su camarera vende hamburguesas veganas baratas a los clientes que quien ocas asadas caras.
Los dos reíamos mucho. Incluso permitidme cierta inmodestia al percibir cierta admiración y sorpresa en mi humor. Como si fuera lo último que esperaba escuchar y le ha encantando.
-El dueño no está.
-De esa te has librado.-le contesto comprobando que estamos en el punto D. Llamo al punto D, cuando estás con alquien que te divierte y se divierte contigo lo suficiente como para que tengas que despreocuparte de ese dimensión en la relación hasta nuevo aviso. Esa conexión. En un taller diría,” olvídate del cable emocional hasta que no propongas algo distinto de lo que estáis haciendo ahora. A no ser que ves un cambio en su actitud, disfruta de como te sientes y confía en lo que estás haciendo. Céntrate en el cable racional e intercambiaros información respecto aquello que os puede ayudar a percibiros útiles.
-¿Vives aquí o estás de turismo? –su pregunta me relaja porque detecto en ella una comodidad evidente. Parece haberse quitado de encima la asimetría de camarera-cliente que a tantos hombres despista. Cuando alguien trabaja de cara al público tiende a querer caerte bien, a impostar un interés incluso personal que siempre hace dudar. En este caso la cosa estaba clara. Por otra parte, ella me había atendido más veces con anterioridad. Con lo que, entendí entonces que realmente esto suponía un punto de inflexión. Todos hacemos nuestros cálculos de forma consciente e inconsciente y esta chica estaba intentando aclararse conmigo (cable racional). Quizá como cliente, quizá como amigo, quizá…
-Sí. Tengo un piso aquí. Voy y vengo, Soy psicólogo y sexólogo y trabajo online y hago cursos de vez en cuando en España. Pero los próximos meses voy a estar aquí.
-Eres un hombres con suerte
Entonces nos interrumpe un chico joven de piel blanca y cuidada barba castaña. Ronda los 30 años y su figura, como la de la mayoría de húngaros es fibrosa y estilizada hacia arriba. Sus ojos grises nos miran y nos sonríe sin especial descanso en el gesto. Con cierta obligación profesional.
-Hola. ¿Va a comer?
-Sí.- contesto, sintiendo que me quedan escasos instantes hasta tener que decidir. Mi oca es sana y es el Megadeth del “salgo a comer fuera”, pero esa hamburguesa ahora tiene tres ventajas: que me pone muy cachondo, que la “veganez” no me hará engordar tanto y que generaríamos complicidad y cierta “gratitud” en el cable emocional. Sin pronunciar palabra señaló con el dedo su hamburguesa y ellos se hablan en húngaro. El chico se va entendiendo la jugada.
-No te arrepentirás- me dice con suavidad y lo que quizá es una cara juguetona en esas facciones.
-Eso espero –contesto. Y entonces me doy cuenta de que se cierne una pausa que puede parar absolutamente la conversación y distanciarnos como si el final de una primera parte se tratara. Y es entonces cuando busco algo a lo que acogerme que genere una conversación útil típica del cable racional para acomodar nuestra relación de una forma cordial y diplomática ya que son las 2 de la tarde, estamos en su lugar de trabajo y sus compañeros están pululando por la sala.
Su pelo es rubio, no especialmente estilizado, ya que lleva una coleta de media melena, su maquillaje es escaso, su ropa es ceñida pero cómoda, con un vaquero negro y una suéter de cuello blanco y… sus zapatillas son asics! Corroboro con un examen visual minucioso que sus piernas adheridas a prenda parecen torneadas, duras y su vientre plano.
-Una pregunta. ¿Sabes aquí algún sitio cómodo para hacer running?
Sus cejas se levantan antes de contestar:
-Por supuesto. Y comienza a detallar distintos lugares que ya conozco. Hasta que confirma mi hipótesis. –Yo voy todos los días a correr.
– Eres la persona que necesito porque estoy empezando a intentarlo… empezando a intentarlo, que quede claro!
Ella vuelve a reír.
-Yo soy muy estricta cuando corro. Pero si quieres un día quedamos y te doy algunos consejos, si no me puedes seguir, no te desanimes ve a tu ritmo.
-Claro. ¿Cuándo Vas?
-Por las mañanas. Muy pronto.
-¿Tipo las 8 y media?
-No. tipo las 6.
El silencio es atronador. Me mira como si lo que hubiera dicho no pareciera un chiste. ¿Está loca?
-¿Seis de la mañana correr?-digo con mi clásico movimiento de manos para remarcar que contemple alguna alternativa razonable. Pero ese pelo rubio tostado y esas facciones magiares ni siquiera captan mi marco de “yo me rio de tus horarios con esta gracia que me caracteriza, así que tu propuesta no mola. Cambia y mola para mi”. No sólo no dice nada de cambiar la hora sino que no parece entender que mi gesto implica “auto-cuestiónate, rúbia”. Yo sólo me he levantado a las seis en los últimos años para largarme de la casa de una madre antes de que se levanten sus hijos.
Me veo arrinconado por mí mismo… Entonces pregunto “cuando” y ella contesta que mañana en Varosliget.
-Mañana me tendrás allí. Pero que quede claro que soy un aprendiz en esto.
-Tranquilo. Iremos poco a poco. Si hace tiempo que no corres tus músculos necesitan aclimatarse.
-No. Soy un aprendiz levantándome a las 6. Pero iré.
Ambos reímos.
Calculo inconscientemente si de aquí a mañana me veo haciéndole cambiar de opinión
-¿Hasta mañana tu plan de hoy es?
-Trabajar, trabajar y ayudar a mi madre que está enferma- Pronuncia con cierta resignación y apartando su mirada de la mía.
Mi intuición no me ha fallado una vez más y sus palabras me arrinconan. No puedo escaquearme del madrugón. Entonces sonriendo al techo busco todo tipo de excusas para no ir mañana. Total es mi segunda camarera preferida. Mañana harás el ridículo corriendo y las mujeres ya no son tan comprensivas como lo eran antes…
El camarero viene con la hamburguesa vegana… Con otra muestra más de cordialidad forzada echando una mirada fugitiva a la camarera para volver a depositar su atención en mi. Entiendo entonces algo evidente.
-Aquí hay tomate entre estos dos…
Entonces se escucha la puerta y aparece … mi verdadera camarera preferida. Entra con un abrigo negro. Un gorro de lana y una trenza que le llega a mitad de espalda. Saluda en húngaro a sus compañeros y me sonríe en dos tiempos. En un primero cordial y en otro reconociéndome de meses anteriores donde había charlado con ella entre platos.
Le devuelvo el entusiasmo hasta darme cuenta de lo que ha supuesto su retraso….
-Cabrona, si hubieras venido antes, ahora me estaría comiendo mi oca y mañana no me tendría que levantar a las 6….
“Sé que me tiene ahí, y me revienta, pero no sé cómo darle la vuelta a la situación”.
“Si se enfada lo pierdo y no quiero perderlo”.
Soy Luis Tejedor, psicólogo, sexólogo clínico, escritor y director de este proyecto “Egoland Seducción”. Estos dos últimos años he recibido casi más mujeres que hombres en mis cursos personalizados. Así que voy a hablarte de los principales problemas que me estoy encontrando. La mayoría de casos son mujeres heterosexuales de 25 a 60 años.
A partir de ahora, voy a empezar a mandarte correos con los principales problemas que me encuentro en mis clientes o alumnas mujeres, por si de alguna manera, te ayuda a ti a alguna amiga, puesto que es una de las cosas que más me voy encontrando entre las mujeres que vienen a mi consulta o se conectan por Skype para las sesiones personalizadas.
En este caso, voy a relatar como si fueras “una mujer enganchada a un hombre pero no sé darle la vuelta a la situación”.
A ver si te suena esto: estás “enganchada” a esta relación que empezó de una forma, y no se sabe muy bien cómo, ha acabado convirtiéndose en algo completamente distinto, una asimetría de atenciones, de apetitos, de ganas de más, planes y propuestas entre ambos. Un cambio de dirección de la relación. Y sobre todo, un cambio de significado respecto a “¿para qué estoy aquí» y «¿para qué está conmigo?»
Antes te proponía planes con ganas y en cambio ahora te llama cuando parece que no tenga nada mejor que hacer. Se reserva sus momentos guays de la semana para otras personas y no para ti. Antes se lo curraba y ahora parece que dé por supuesto que ya lo tiene todo ganado. Además tienes terror a parecerle una pesada o una mujer quejica. ¡Te aterra que te catalogue ahí! Y sobre todo, te aterra verte a ti misma como una mujer que se queja. Tú no eres así.
Ahora mismo… ¿crees que le importa algo pasar tu “examen de calidad” en la relación? Ya no le importa las caras que pongas cuando dice “esto es lo que hay”.
Déjame decirte algo: más de un centenar de mujeres han pasado por mis sesiones intensivas personalizas con distintos matices en las historias pero con la misma sensación de impotencia, desorientación y soledad respecto a comunicar cómo se sienten. Pues, como es obvio, también les avergüenza contar lo que está pasando a sus amistades. Te sientes ridícula contando la cantidad de cabronadas que te hace.
Yo no soy mujer. Soy un hombre con no poca experiencia en relaciones afectivo sexuales.Pero por mi profesión, he cultivado la habilidad de hacer a la persona que tengo delante subjetivizar sus problemas, fomentar sus más íntimas sensaciones y emociones por lo que me siento legitimado a hablarte de vías de solución. No porque por ser mujer te presuponga unas necesidades. en absoluto, sino porque también lo hago exactamente igual con los hombres. Cada persona es un mundo y eres tú la única que tiene una solución para tu historia. Lo que yo te voy a proponer desde mi larga experiencia, es un procedimiento que se adapta a ti, puesto que tú eres la que lo debes personalizar.
Soluciones a una relación asimétrica
Si has leído algo de mi obra sabrás que yo, contando por supuesto con los misterios de lo inconsciente, parcelo la seducción y la atracción en tres cables independientes pero sinérgicos: el sexual, el emocional y el racional (la utilidad).
¿Cómo eres percibida por esa persona en cada cable? Respecto al emocional: ¿crees que le podrías generar más ilusión, más reto, confianza para que te hable más clarito, o provocación para sacarlo de su rutina contigo?
1º Haz una lista de tus atractivos en cada uno de los cables.
Pero también sabrás que primero empezamos por seducirte a ti misma para poder tener una visión realista y saludable de tus virtudes y lo mejorable respecto a tus atributos para, con un autoconcepto y autoestima equilibradas, empezar a comunicarlos y a seducir a los demás.
Y una de las cosas que más me encuentro, es cómo muchas mujeres tienen una alta concepción de sí mismas a nivel laboral, social, intelectual, pero en cambio en “esa relación” están bajo mínimos en el cable emocional. Hasta tal punto, que ni siquiera saben dónde encontrarse.
2º Haz una lista de cómo estás siendo percibida y tratada en “esa relación en cada uno de los cables”
El asunto es más grave cuando sabes que tienes que hacer algo pero el miedo te paraliza. “Es que si le pongo esa línea roja, no volverá”. ¡Lo he escuchado de tantas mujeres!
3º Puntúa del 1 al 10 el miedo que te da moverte de donde estás.
Por otra parte, ¿cuánto hay de verdad en la imagen que tienes de esa persona? ¿Tiene tantos méritos, virtudes y atractivos como para tenerte tan atrapada?
4º Haz una lista con sus atractivos en cada uno de los tres cables.
Sí. El amor es un misterio, la atracción más, pero lo que realmente es un jodido misterio es ¿cómo es posible que una mujer como tú pueda paralizarse tanto, sin tomar perspectiva desde arriba, como una espectadora para poder verte en el “mapa real de la relación con la otra persona y contigo misma”.
Y, querida lectora, la bomba final es como a veces, con mujeres como tú que se han ido sintiendo así, llegamos juntos al consenso de que hay una parte muy íntima y misteriosa de sí mismas, que les hace crear ese enganche. No hay tanto mérito de la otra persona.
Un enganche que les disocia la autoestima y el autoconcepto. Fuera de la relación tienen una autoestima alta pero dentro, es irrisoria una vez llegado a una determinada fase de la relación.
5º Pregúntate… ¿Puedo responsabilizarme de mi enganche? ¿Ésta es mi forma de vivir las relaciones intensas?
Una de las cosas más necesarias que hacemos en este punto, cuando es necesario, es entender ciertas tendencias suyas, (tuyas), respecto a las relaciones, si es que no es la primera vez que ocurre.
¿Desde cuándo y cuantas veces te ha pasado?
6º Pregúntate ¿Cuántas veces he repetido esta posición en la relación y esta forma de vínculo?
Una vez hemos vislumbrado el origen, eres consciente de ello, vamos a aceptarla como una parte de ti hasta ahora. Concretamente como una tendencia tuya. Sí. Pero una vez aceptada como tendencia, vamos a diseñar una alarma con luces rojas y con sirena cuando te des cuenta que estás adoptando/entrando en tu modo yonqui. Para ello definiremos qué es para ti entrar en el modo yonqui y qué no. Qué síntomas en tu conducta, en tus emociones, pensamientos y nivel de ansiedad es el modo yonqui. No te lo diré yo. Me lo dirás y decidirás tú. Y yo, si es necesario te aportaré puntos de vistas distintos. Entonces decidirás, qué síntomas activarán la alarma.
7º Acepta tu tendencia de una forma realista y respetando tus singularidades. Establece unos límites, y prográmate una alarma para avisarte cuando estás repitiendo conductas.
Después de limpiar las gafas con las que estabas viendo la relación, (ya nunca más con el criterio “me quiere, no me quiere, le quiero, no le quiero, esto está bien o no está bien) o ese tipo de variantes dicotómicas, mediremos esta relación en los tres cables. Suelo ayudar a establecer unos criterios justos y sobre todo realistas en cada cable respecto a cómo quieres sentirte a nivel sexual, qué emociones concretas quieres sentir y qué actividades, aportaciones y planes deseas en tus relaciones.
8º Establece unos parámetros (exclusivamente tuyos y no de ningún estándar universal) de calidad subjetiva al que aspiras en cada uno de los cables.
Tras esto, te sugiero abordar el perfil de esa persona: su personalidad, hábitos, sexualidad, necesidades, su comunicación, reacciones a tus reacciones, sus cambios, carencias, sus evasivas y silencios.
9º Establece unos parámetros de calidad subjetiva con “esa persona” en cada cable y compárala con la que aspiras a nivel global.
Es entonces cuando repasamos la historia de la relación desde otra perspectiva. Cómo ha ido evolucionando cada cable por separado para luego hacerlo en su conjunto En ese momento entendemos los cambios en su conducta y la relación en función de algunos principios psicológicos, de tal forma que casi podríamos predecir sus próximos movimientos porque hemos entendido la secuencia de sus emociones y razones como consecuencia de nuestros pasados movimientos (activos o pasivos) Y nos ayuda, por supuesto, a no repetirlos y a prevenir futuras cagadas.
10º Establece unos hitos, momentos significativos en cada uno de los cables y posteriormente de la relación en conjunto.
Es probable que en este punto, como tantas mujeres con las que he trabajado, estés confundida, preocupada y asustada. Muy movida y encendida por dentro de una forma confusa. Quizá sintiéndote culpable por haber llegado a esta situación, quizá enfadada contigo misma y con esa persona, con miedo porque probablemente se acerca algo gordo, con resistencias a seguir adelante pero empujada por alguna fuerza interior casi olvidada a seguir hacia delante con lo que estás haciendo conmigo.
Es normal. Y además, eso es que vamos bien. Sinceramente. Es algo que suele conmoverme en el sentido más cómplice de la palabra. Pues, como tú, yo también he tenido mis batallas interiores.
11º Aprende a convivir con tu confusión y sé tolerante contigo misma. Confía en tu instinto. Y si quieres, sigue confiando en mí.
El siguiente paso será LEGITIMARTE A PROPONER AQUELLO QUE DESEAS. ¿Te has ganado o no el derecho a pedir como mínimo lo que estás dispuesta a dar?
En esa batalla de quiero creer que me lo merezco, pero no acabo de sentir que me lo merezco es cuando ayudo a encontrar las tendencias que operan casi nunca visibles. Para ello, ella habla y se hace consciente de lo que no ha hablado. Sí. De lo que no hablado nunca. Muchas veces soy yo el que guío por mi intuición pero también por mi experiencia con preguntas que llevan a temas que se repiten de forma muy frecuente, en especial mujeres que acuden con estos síntomas. Y sí. La mayoría de veces vivimos momentos muy conmovedores. Las emociones afloran al encontrar el origen y el porqué. Todas y cada una de ellas lo han calificado como un momento muy importante en sus vidas. Despegarse notablemente de aquellas cosas que habitan en nuestro inconsciente, que no veíamos cuantísimo nos influyen y que, al hablarlas, les damos un nuevo significado aligerando el peso invisible que estaban teniendo en nuestra vida.
Y entonces SÍ hay un cambio. Porque quizás has probado técnicas de coaching, tips, consejos o aspirinas universales para todo el mundo, que incluso las menos ridículas sí te han funcionado durante algún tiempo porque las entiendes, pero has vuelto a tus tendencias ocultas. Porque están ahí, operando…
Nosotros en este punto, sí consensuamos unas pautas para civilizar, domesticar e incluso a veces casi eliminar, algunas tendencias: Culpabilizarte de lo que te ocurre pero ahora sabiendo de donde te viene, echarle siempre la culpa a los demás recordando porqué necesitaste en el pasado adoptar esa actitud, imitar inconscientemente conductas quizá… ¿de alguno de tus progenitores? Despegarte o despedirte definitivamente de alguna persona de tu pasado sentimental porque ahora entiendes que tú la hiciste especial o ¿porqué fue tan especial para ti en ese momento de tu vida?
Es entonces cuando retomando nuestros tres cables acordamos por qué sí puedes proponer aquello que deseas por encima de tus miedos. Porque ofreces algo imperfecto, pero digno y atractivo. Porque te sientes, ahora sí, con la obligación contigo misma de querer vivir tu historia a tu manera, y porque ahora te ves desde otra perspectiva y has trazado nuevas líneas rojas que cumplen una función que tú te crees. No te las ha marcado ningún Experto o Experta en “cómo hay que sentirse en una relación”.
Porque ofreces algo imperfecto, pero digno y atractivo.
Y ahora volvemos a “esa relación”. Porque le vas a informar de cuáles son tus nuevos standares de calidad, por qué no quieres menos y que va a pasar si no aprueban tu examen.
12º Encuentra TUS PROPIOS MOTIVOS SUBJETIVOS (no universales o de frases típicas de empoderamiento universales) para PROPONERLE a esa persona que respete tus nuevos límites y tus nuevos parámetros de calidad.
Lo siguiente será prepararte para enfrentarte al inevitable conflicto que se va a dar en cualquiera de las variantes que suelas utilizar con esa persona. En mi casa suelo enseñar y entrenar dialécticamente con “persuasión, negociación, argumentación, “comunicación emocional, herramientas de asertividad, etc. Ya conoces a esa persona, previendo posturas y contestaciones. Incluso su versión “silenciosa” ante los conflictos.
14º Prepárate emocional y dialécticamente para el conflicto inevitable.
Sugiero entonces cultivar la paciencia, la empatía y la comprensión contigo misma. Contigo misma vas a tener momentos de flaqueza. ¡Obvio! Así que don´t worry. Es lo que toca. La cuestión es que sigas adelante tolerando tus pequeños momentos de debilidad. Durante el camino, sabes donde estoy. Tienes mi teléfono por si necesitas alguna supervisión.
Con esa persona, también. La gente no asimila los cambios a la primera. Sale a relucir el orgullo, las resistencias a perder privilegios, etc.
15º Acepta tus momentos de debilidad durante el proceso de conflicto y replanteamiento de la relación.
Y ahora viene lo más importante. Es imprescindible que trabajes la congruencia respecto a lo que has dicho y lo que vas a hacer. Has informado de unos nuevos parámetros en cada cable y has dicho que menos de eso… no vas a aceptar. Querida amiga, si flaqueas aquí. Estás perdida.
Hasta aquí todo bastante políticamente correcto en público. Y digo en público porque en la intimidad de nuestras sesiones, hemos sido lo suficientemente cómplices como para colocar en algunas zonas muy muy íntimas algunas cosas más dark o más black metal respecto a deseos, fantasías y excitaciones que podrían sonar contradictorias respecto a cómo queremos sentirnos en una relación, peeero… hemos entendido que dándole su espacio y su momento en las relaciones íntimas, y sólo ahí, tienen su lugar y es perfectamente coherente con quién eres y como quieres ser tratada.
Podría acabar aquí con el rollito barato (de consejos de bar o coach youtuber) una vez le has dicho que lo que quieres, si no te lo da, le das puerta.
Y algunas mujeres lo han visto tan claro tras el proceso al que hemos llegado que lo han hecho. Pero otras no. Porque estarías asumiendo una estrategia de otros que no tienen ni la menor idea de la subjetivización que tú haces de tu historia. No existen recetas universales sino solo las que se adaptan a ti, a tu forma de ser y la relación que tienes contigo mismo y con tu pareja.
Tú sabes lo importante que es para ti esta historia, cómo vives tú algunas historias. Y ahora va a venir un youtuber que no te conoce de nada a decirte como vivir tu historia. Es tu historia, es tu forma de vivir la vida, es tu forma de ser protagonista y si quieres complicártela, pues te la complicas porque es tuya…
La cuestión es que gracias al proceso que hemos seguido, durante estos dos o tres días, has hablado tú, te has dejado hablar en cada uno de los puntos y en cada uno de los síntomas que han aflorado con lo que yo te he ido planteando, como has ido masticando y salivando con tú saliva y no con la de ningún coach del cambio ni del empodoramiento universal, ahora te sientes distinta. Y no tienes ganas de acabar aquí. Esa persona te atrae mucho. Y te apetece, sientes la curiosidad de verte a ti misma reestimulando cada uno de tus cables, o dicho de otro modo. Tienes la curiosidad, o vamos a llamarlo, un poco las ganas de revancha contigo misma y de volver a sentirte atractiva delante de esa persona.
Pues a partir de ahora te ofrezco la segunda parte, si la quieres, de la RESEDUCCIÓN. Y voy a volver a repetir. Si y solo si te lo pide el cuerpo, y no tiene por qué pedírtelo de la reseducción, pero desde cierta distancia de esa yonqui que andaba consumiéndose a sí misma en silencio por algo de atención de la persona que tú sabes.
Si es así, tengo una buena noticia para ti. Resulta que soy la persona que más experiencia tiene enseñando a seducir en España. Principalmente hombres heterosexuales, y… como te habrás dado cuenta, la seducción es la punta del iceberg. La gente que viene esconde otras debilidades más profundas. Y por mis cursos han pasado todo tipo de hombres hablándome de sus puntos débiles, de sus sensibilidades, de sus traumas y apetitos.
Gracias a mi larga experiencia en esta fase te recomiendo y sugiero que seas:
Más eficiente de lo que fuiste para recuperar la estimulación en él de cada uno de los cables, para que deje de percibirte tal y como te ve ahora. Es muy probable que puedas mejorar mucho la información y cómo se te percibe y como informas de una forma explícita pero también implícita en cada uno de los tres cables.
En el cable emocional, por ejemplo, combina la provocación con cualquiera de sus herramientas para aturdirlo, sacudirlo de esa zona de confort en la que está instalado, genera la complicidad en el momento adecuado, por ejemplo con mensajes bilaterales antes del conflicto, muéstrate divertida porque está en tus planes a pesar de que él no se muestre. Que vea que tienes trazado un plan contigo misma.
En el cable sexual prueba a ser más creativa en la cama, primero porque seguramente ahora que estás redescubriéndote te lo pases mejor contigo misma, y también para que esa persona entienda que estás en un punto de inflexión. Comunícalo tal cual. Una actitud expansiva que ahora es más exigente aunque facilitadora y asertiva respecto al cable sexual.
En el cable racional, prueba a tener tus propios planes muy sólidos, con él con gente o sola. Y ya que estamos, si te apetece nútrete de inspiración y asómate a algunas actividades o planes que antes no contemplabas. Propónselos.
Te propongo que hagas menos cosas con él pero que cada cosa aumente la intensidad de cada uno de los 3 cables de atracción entre vosotros con precisión, y sé muchísimo más clara en tus mensajes explicando por qué quieres lo que quieres y por qué lo dices.
Es muy gratificante cómo puedes volver a sentirte atractiva e incluso adictiva para la persona en la que estás pensando. Y no por magia, sino por cosas que te habrás quitado de encima, por cómo expresarás con más luz lo positivo que tienes. Por cómo hemos trabajado tus atractivos, exclusivamente tuyos que te ayudarán a seducir en cada uno de los cables según sus debilidades.
Tu actitud será, de suspendida en su actual examen a examinadora. Sí. Como lo lees. Y le ayudarás a pasar tu nuevo examen con generosidad pero con exigencia. Porque lo que te recomiendo es que no castigues, sino que facilites su adaptación a las nuevas reglas.
Y lo más alucinante… después de todo eso, te darás cuenta de que YA NO ESTARÁS EN EL MISMO SITIO. Quizá, como muchas otras mujeres… ya no están enganchadas como estaban porque ahora son libres de elegir qué hacer con esa persona. Habrás dejado de ser una yonqui, y tranquila… podrás seguir montándote tus películas y tus dramas tan tuyos, pero civilizadamente. Que no te devoren.
Y si necesitas, ayuda. Aquí me tienes.
Siempre tuyo, Luis
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/me-tiene-enganchada.jpg420800egolandhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngegoland2020-04-02 10:46:062020-04-15 10:31:45Me tiene enganchada y bloqueada, ¿qué puedo hacer?
Desde cierto punto de vista, defino la seducción como un proceso en el cual convertimos un deseo en acción. Por desgracia, miles de personas tienen geniales ideas y deseos que no convierten en acción, deseos que matan en sus mentes por diferentes tipos de miedo:
+ Deseo decirle algo bello pero no lo hago por miedo a parecer demasiado interesado.
+ Deseo proponerle algo, pero no lo hago porque quizá no sea correspondida.
+ Deseo hacerle sentir algo especial, pero no lo hago porque quizá me malinterprete.
Por no mencionar los deseos relacionados con dejar un trabajo, hacer un viaje, empezar unos estudios… Miles de personas, cada día, matan sus deseos sin convertirlos en acción. Un “deseocidio” cotidiano.
Es cierto que muchas personas quisieran mostrar su interés, hacer sonreír o dejar huella en alguien de un modo distinto a lo habitual y no tienen miedo a hacerlo, pero para ello hace falta creatividad, uno de los recursos infinitos del ser humano, pero que no siempre está disponible. ¿Cómo mejorar la creatividad? No es el tema principal de este artículo así que no me extenderé, pero uno de los modos que recomiendo es exponer al cerebro a estímulos creativos no pasivos.
Es decir, no sólo leer sino también escribir. No sólo ver deporte sino practicarlo. No sólo ver obras de arte sino dibujar. Para más información, recomiendo el libro de mi compañero y amigo Álvaro Tejedor “21 Claves para mejorar tu ingenio”
Dicho esto, ¿qué miedos nos impiden mostrar interés, especialmente con un gran detalle como el descrito en el ejemplo? A continuación abordamos estos aspectos.
1 | Miedo a mostrar interés
Argumento:
La sabiduría popular reza: “quien muestra el hambre no come”. Que puede resultar poco beneficioso mostrar nuestro interés es una de las primeras creencias conscientes o inconscientes que afloran cuando empezamos a lidiar con la seducción en la adolescencia.
Tiene su explicación: cuando estamos mostrando interés, y más al tener un bonito detalle con alguien, estamos subcomunicando: “tienes mi atención”. Sin embargo, a nuestra naturaleza deseante le resulta más fácil desear aquello que no tiene. Para bien y para mal, anhelar algo o a alguien provoca una vorágine de emociones que han originado buena parte de la literatura universal, y que en ocasiones provocan adicción (de ahí la adicción al sufrimiento que vemos en personas enganchadas a alguien que no les trata bien). Decía Juan Luis Arsuaga: “no se puede desear lo que ya tienes”.
Contraargumento:
Distingamos dos preguntas: «¿qué nos provoca deseo?» frente a “¿qué nos provoca satisfacción?”. Las respuestas son distintas. Para “desear” lo que tienes, debes apreciarlo, y eso exige cierta experiencia y capacidad para identificar qué te provoca no sólo deseo cortoplacista sino satisfacción largoplacista. Características que se ganan con la madurez. Quizá por eso, una vez más podemos citar la sabiduría popular que manifiesta: “las chicas tontean con el malo, pero terminan con el bueno”.
¿A qué lleva el miedo a parecer demasiado interesado? A estrategias absurdas. Os cuento una anécdota con una alumna.
Me contaba Sonia, una chica bastante atractiva acostumbrada a que los chicos vayan detrás de ella, que le gustaba un chico italiano. Coincidía que iba a ir con otras amigas al pueblo donde estaba él, ya que al parecer tenían amigos comunes. Me dijo:
“Cuando le vea, haré más caso a sus amigos, para que así no me vea demasiado interesada y venga a por mi”.
Respondí:
“¡perfecto! ¿y puede ser que él siga la misma estrategia, haga más caso a otras chicas con el fin de gustarte a ti, y absurdamente hagáis caso a personas que no os interesan con el fin de que os hagáis caso entre vosotros?”
En otras palabras: para gustarte hago como que no me gustas. Cuando dos personas siguen esa estrategia, lo que termina pasando es que al final no sucede nada. Una historia llena de posibilidades que nunca llevará a nada porque ambos juegan a engañarse acerca de sus verdaderos deseos.
¿Qué recomiendo? Que vayas más allá de seguir tus deseos primarios y trates de buscar aquello que te dará satisfacción. Para ello necesitas autoconocimiento, experiencia y honestidad. O lo que es lo mismo: madurez.
2 | Miedo a no ser correspondid@
Argumento:
A nadie le gusta jugar al tenis solo. Como Luis comentaba en esta presentación nuestro autoconcepto y autoestima no son independientes de la reacción de los demás.
Por lo tanto si yo ofrezco algo pero no recibo, me siento mal porque alimenta mi creencia negativa de que “no soy atractiv@”, “no molo”, “no importo”, “no piensan en mi”. Lo mismo que puede suceder cuando recibimos un rechazo. Por lo tanto la estrategia más segura es no invertir, no tener detalles, no comunicar, matar mis deseos… porque así no me expongo a que me rechacen y por tanto mi autoestima queda resguardada.
Y claro, si esto afecta con un pequeño mensaje que muestre interés, mucho más evidente resulta con un detalle grande o extravagancia como la que hemos usado de ejemplo, una mayor inversión implica mayor riesgo de fracaso.
Contraargumento:
Se nos olvida sin embargo, que quien no comunica, no se emociona, no se arriesga, no saborea… por miedo a salir herido, termina no viviendo. Y de este modo termina herido igual, pero sin haber comunicado, sin haberse emocionado, y sin haber saboreado. Ya hablé sobre ello en el artículo “Ser la Causa”
La vida, en buena medida, consiste en darnos cuenta que no hay nada asegurado, en primer lugar, y de no temer que no lo esté, en segundo.
Tenemos una necesidad continua de buscar seguridad y el mercado se aprovecha de ello, pero la verdad es que aparte de que nuestro futuro está en el cementerio, poco más es seguro. Y si de seducción hablamos, nadie te podrá asegurar reciprocidad. Jamás. Igual que no existe modo seguro de gustar a nadie.
Cuando uno comprende esto, comprende que lo que debe cuidar es de nunca dejar de gustarse a si mismo cuando trata de gustar a alguien.
Y, ¿no os gustaríais mucho a vosotros mismos si vosotros fueséis quienes habéis planeado y llevado a cabo algo tan memorable como lo que hizo Armán en Praga?; ¿no os gustáis a vosotros mismos comunicando algo bonito que habéis pensado de alguien?; ¿no os gustáis a vosotros mismos siendo valientes y acercándoos a esa persona que os llama la atención?.
Por otro lado, ¿a que no os gustáis haciendo daño a otra persona?; ¿a que no os gustáis mintiendo? Tener esto presente sí es una forma sana y probable de sentirte bien en la seducción.
Al igual que pasaba con el primer miedo, si sólo actuáramos cuando podemos garantizar reciprocidad o correspondencia, nadie actuaría. Nada sucedería entre dos personas. Las relaciones, los amores, las grandes historias… suceden porque alguien se atrevió a actuar aunque no tenía garantizada la reciprocidad.
3. Miedo a que te malinterpreten
Argumento:
Este es el miedo al que más respeto tengo. Y explico por qué. Imaginemos la siguiente situación:
Estoy empezando a conocer a Ana, he salido de una relación hace poco y no tengo ganas de comprometerme a no ser que compruebe con el tiempo que Ana me gusta muchísimo. Así que quiero ir poco a poco. Pero en apenas un par de semanas ella ya ha tenido un detalle conmigo como el que hemos usado de ejemplo. Algo muy especial, como proponerme un viaje. Y yo, en lugar de disfrutarlo, me asusto.
¿Por qué? Porque sin preguntarle a ella, pienso: “si ha tenido este detallazo, es que quiere que seamos novios. Y yo no estoy seguro de querer serlo. Así que mejor me alejo, no vaya a ser que le haga daño”.
Y así, sin tener una conversación franca y transparente sobre qué quiere Ana conmigo, me alejo de ella. Porque como dice Paul Watzlawick las personas tenemos una capacidad artística para amargarnos la vida que supera la creatividad de Picasso.
¿Por qué digo que a este miedo le tengo más respeto? Porque al alma de cántaro que le sucede esto, al menos lo está haciendo “porque no quiere hacer daño”. Y a mi eso me merece respeto.
Este miedo se enlaza además con algo muy actual y que todos hemos escuchado: “el miedo al compromiso”. Justo conforme redacto estas líneas ha caído en mis manos el siguiente párrafo que leo en la web del escritor Pablo Arribas
“Ahora nuestro mayor miedo en las relaciones con otras personas es que pensamos que el hecho de que nos preparen el desayuno es que ya te están pidiendo matrimonio. Y es entonces cuando te vas a las cinco de la mañana después de hacer el amor en vez de quedarte y disfrutar del momento”
Una vez más, nada podrá asegurar que no se malinterpreten nuestras intenciones, pero dos actos iguales pueden percibirse de manera muy distinta según las explicaciones que demos. Así que como la mentira se combate con verdad, a continuación enumero seis aspectos que no sólo ayudan a evitar malentendidos, sino además a potenciar una relación.
Contraargumento:
Motivos para hacer realidad las buenas ideas:
1| Porque me gusto a mi mism@. Este ya lo he explicado anteriormente (al final del punto “Miedo a no ser correspondido”). Así que insisto: gustarte a ti mismo tratando de gustar a otra persona es lo que debes tratar de garantizar en la seducción.
2| Expresa con humor que estás dejando el listón alto. Ejemplo para ellas: “Yago, no sé si terminaremos gustándonos o no, pero más vale que a las otras chicas que conozcas les enseñes una foto de la maravilla de tarta que te he preparado, y les digas que se espabilen, que el listón está alto”.
3| Relata con humor cómo ideaste y llevaste a cabo ese detalle especial. Si todavía seguís conmigo tras tantas líneas, os puedo confiar un secreto. Fui testigo de cómo Armán le enseñó el video que hicimos a Eliska. ¿Y cómo lo hizo? No le enseñó simplemente el video, ya que eso podría haber llevado a la malinterpretación. Lo ilustró relatando lo divertido que fue apartar a unos turistas chinos para que le dejaran hacer los trazos en la nieve, lo peliculero que se sintió al escribir el nombre mientras sonaba música de fondo, lo agotador de subir luego a la torre, pero también lo gratificante que fue ver el resultado…
Eliska notó que él disfrutó como un niño todo el proceso. Y eso, es atractivo.
Sobre este punto y el anterior cabe comentar lo siguiente. Todo esto de lo que estamos hablando es romántico, y en la sociedad actual el romanticismo puede percibirse como algo especial o como algo cursi y empalagoso. Pues bien, para evitar que pueda pasar lo último, nada marida mejor con el romanticismo que el humor.
4| Porque estás invitando. Precisamente puede que esa chica o chico sea una persona que no tenga gestos, detalles, o muestras de interés por los tres miedos arriba descritos (o por falta de creatividad). Sin embargo tú le lanzas una invitación para que ella se sienta cómoda y también se abra. Predispones el terreno para que la otra persona se atreva, tú has abierto la veda a que tengáis una relación excepcional y de mucha calidad.
5| Vas a poder profundizar y examinar a la otra persona. A mi, particularmente, me gustan las chicas creativas y con iniciativa. Y de este modo podré ver en su respuesta, si ella encaja en mis gustos. Porque tan importante es tener iniciativa, como ser exigente. Esto lo abordamos en el artículo “Dos pasos para conocer a la persona que te atrae”
6| Y por último, creo que las cosas hay que hacerlas, porque todo puede acabar mañana. Esa chica puede dejar de gustarme mañana, puede que le ofrezcan trabajo en Sidney, que aparezca una tercera persona que capte mi atención o la suya, o incluso puede caernos un meteorito mañana (si alguien cree que exagero que le pregunte a los dinosaurios).
Una vez eres consciente de que todo puede acabar mañana, te das cuenta de que al final, lo único que quedará, es tu historia. De forma que aun en la hipótesis en la que entre Armán y Eliska no suceda nada, para siempre va a poder recordar ese día tan memorable, las risas conmigo, nuestras caras al tener la idea, la emoción de hablar de ello luego… por eso uno de los leit motivs de Egoland que Luis Tejedor plasmó en su libro “Seductor” dice: actúa de forma que luego puedas recordarte a ti mismo con una sonrisa.
Una vez te das cuenta de que todo puede acabar mañana, si tienes algo bello en la mente, tienes que convertirlo en acción. No lo mates, no contribuyas al “deseocidio”.
Si tras mi muestra de interés la otra persona no tiene creatividad ni inicitativa, es probable que me vaya desencantando. Es probable que con el tiempo preste más atención a otra chica, pero no habrá sido por mi que la historia no será memorable. Lector, o lectora: si las historias memorables no suceden, que nunca sea porque no comunicamos nuestros deseos o emociones.
¿Estamos de acuerdo? Ojalá que sí. En cualquier caso, sabed que me he gustado mucho escribiendo este artículo.
PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo. Si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/3-miedos-que-te-impiden-seducir.jpg420800Javier Santorohttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngJavier Santoro2020-03-09 21:03:312020-04-18 06:21:023 Miedos Que Te Impiden Seducir
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/seducir-de-día.jpg420800Yago Baderhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngYago Bader2020-01-20 09:45:492020-01-30 11:54:30Conocer gente y ligar en la calle es posible con estas 5 claves
La sensación de celos es algo que no entiende de edad, de género, de orientación sexual, etc. Es algo a lo que nos tendremos que enfrentar está en nuestra evolución afectiva sexual. La cuestión está en cómo nos enfrentamos y convivimos con ellos y cómo nos organizamos para que las personas que están con nosotros convivan con nuestros celos.
Hablar de celos para muchas personas es casi lo mismo que hablar de una relación. No conciben que exista si una de las partes no presenta, en mayor o menor medida, un grado de celos. Los aceptamos, toleramos e incluso a veces nos halagan. En función de la densidad de los celos que uno siente, de los hechos que despiertan los celos y cuánto te afectan es cuando podemos asustarnos o vivirlos como algo normal. Puede ser que exista una falta de entendimiento en cuanto a los límites marcados, la naturaleza de la relación o la estabilidad emocional de las partes. Cuando quieres a alguien es lógico que exista cierto miedo a perderle, pero las estrategias de control, desconfianza o presiones son solo un síntoma de una inmadurez emocional.
¿Qué son los celos? Pues son una respuesta emocional y mental fruto de un proceso psicológico relacionado con el miedo a la pérdida.
Tipos de celos:
Podríamos clasificar los celos en dos tipos. Los objetivos y los ilusiorios (subjetivos).
#1 Como superar los celos objetivos.
Los celos objetivos son los que contienen pruebas fehacientes de que nuestra pareja está interesada emocional o sexualmente en otra persona y los justifican ciertas conductas claras como mensajes, cierto abandono hacia ti o miradas explícitas de deseo.
Por supuesto, todo es interpretable y cada pareja debe haber negociado, previamente, qué es lícito y qué no hacer durante la relación. Pero estos celos objetivos, desde luego justifican una reacción por vuestra parte.
Esta reacción os recomiendo que sea:
Proporcionada
Inteligente
Constructiva.
Y es que a veces las reacciones tanto en vuestro fuero interno como hacia vuestra pareja son demasiado estridentes.
Ésta reacción no aconsejo sea:
Callarse y aguantar el dolor tú sol@ en silencio.
Agresiva o hiriente
Definitiva. Hay que dejar que la otra persona se exprese y darle la oportunidad de cambiar esa conducta si es que estamos a tiempo.
Tú eres responsable de tus celos y si quieres superar tus celos debes empezar por ti
#2 Como superar los celos subjetivos.
Los celos subjetivos son aquellos que se sienten sin tener pruebas de que tenemos motivos de que existan. Y en esta categoría estarían dos niveles de intensidad. Los comunes y los enfermizos.
Los enfermizos son aquellos que a pesar de que no hay hechos o señales evidentes, la persona ve peligros y sospecha de todo y de todos.
Suelen convertirse en personas acosadoras, espían y verdaderamente convierten una relación en un horror.
Sufren la relación en lugar de disfrutarla. Son posesivas e incluso capaces de celar por las personas que han pasado previamente por la vida de su pareja. Todos sabemos a qué nos referimos, gente que se preocupa por si “está chateando con otra/o“ recibe un mensaje de otra persona, pregunta con quién va a salir esa noche, veta compañías, etc. En definitiva, intenta controlar, como si se pudiera, las posibilidades de la otra persona de engañarla.
Por supuesto, tras mis años de experiencia puedo asegurar que la cosa requiere de intervención psicológica y se pueden lograr resultados maravillosos. Y son precisamente de los casos más gratificantes a la hora de ayudar que me he encontrado. La sensación de libertad y ligereza con la que ambos miembros de la pareja te dan el feedback de los cambios es muuuuuuuuuuuuy guay.
La mayoría de casos han sido por dos causas muy repetidas:
Falta de autoestima de la persona celosa:
La sensación sangrante de que si esa persona lo deja o se va con otro, no va a encontrar nada mejor. Y es aquí donde suelo tener bastante trabajo a la hora de fortalecer el autoconcepto y la autoestima ayudándole a identificar y comunicar sus atractivos en los tres cables de atracción.
Porque se siente siempre en competición con los demás.
Y suele ser una hábito mental generado o por sobreexigencias en la familia o por influencia de youtubers mal llamados “coaches”.
Tienen una visión muy distorsionada de las relaciones:
Creen que las relaciones deben ser “así”. Visiones rígidas, inflexibles de una pareja. Conocen un modelo y no contemplan que haya otros modelos. Lo suyo está bien y lo de los demás mal.
Pero vamos a afrontar un caso típico:
A todos nos gusta gustar, aumenta nuestra autoestima y no tiene nada malo. Ahora, para aprender a cómo superar los celos, debemos saber lo siguiente:
¿Por qué sentimos celos?
Porque nos sentimos amenazados. Y principalmente esa amenaza atenta a nuestro autoconcepto individual y al concepto que tenemos de la relación con la pareja.
“Si mi pareja me ha hecho creer que soy maravillosa y que le vuelvo loco/a y resulta que tengo la sensaciónde que puede sentir algo parecido por otra persona resulta que yo no soy tan especial ni le pongo tanto”.
Y eso no mola nada. ¿Verdad? La sensación de que uno de los pilares por el que la pareja tiene sentido parece desmontarse.
Cómo superar los celos paso a paso:
#1 Tu pareja tiene derecho a gustar y a que le gusten
Lo primero que hay que hacer es entender que nuestra pareja tiene derecho y es natural a poder sentirse atraída por otra persona. Si tu pareja te atrae a ti, también puede atraerle a otras personas, y éstas cuando se lo demuestran consiguen que tu pareja exprese cierta satisfacción o atracción.
#2 Que se sienta atraído por alguien no implica una amenaza real.
Y es que todos y todas observamos con más detenimiento a personas que nos resultan agradables o escuchamos más atención a personas que nos resultan más interesantes.
¿Cuántas veces has mirado a otra persona con atracción sin querer cambiar a tu pareja por ella? Muchas, ¿verdad? Pues eso. Sentirse atraído no alguien no implica que la cosa vaya a pasar a mayores.
Para aprender a cómo superar los celos debemos confiar en que nuestra pareja está con quien quiere estar. Por tanto:
#3 No tenemos el derecho a exigir que sólo nos sonría a nosotros.
Vives en un mundo lleno de personas, interesantes, divertidas, aburridas, guapas, feas… Es normal que no todas ellas nos despierten las mismas reacciones, no hay que culpabilizar por que esas personas puedan llamar nuestra atención.
#4 Autoresponsabilízate de tus celos.
Solemos echar la culpa de nuestros celos siempre a nuestra pareja o a la persona encarna el peligro. Pero no es justo. Tú también tienes una responsabilidad en elegir qué sientes y cómo actúas.
Como dijo María en su articulo en la web del 2 de mayo del 2012
“Autoresponsabilizate de los celos. Son tu problema no su problema.
Tú eres responsable de tus celos y si quieres saber cómosuperar los celos debes empezar por ti. ¿Qué quiero interpretar sobre lo que está pasando? ¿Es justo que le monte este pollo a mi pareja porque se quede mirando o sonría como a mí me sonríe a semejante mujer? Por tanto, si quieres tomar la iniciativa respecto a mejorar tus reacciones cuando sientes celos, no sólo empieces por estrategias o castigos.”
LOS CELOS SON INJUSTOS PARA TU PAREJA
La otra cosa que recomendamos siempre es pensar en lo injusto que es para nuestra pareja someterla, aunque sea en nuestra cabeza, a toda esa serie de imágenes que solemos crear asociadas a los celos:
En nuestra cabeza, ella/ él es infiel, se porta fatal con nosotros, nos hace daño, es un/a auténtico/a… ¿Qué tiene eso que ver con vuestra pareja? Seguramente sea una persona adorable que ha hecho todo lo posible por ser merecedor de vuestra confianza, que os quiere y os ha regalado muchos momentos de felicidad y alegría… ¿Se merece que penséis esas cosas? ¿De verdad? ¿No os parece que es bastante injusto el simple hecho de imaginarlo? ¿Y no os parece que el hecho de darle cancha a esos pensamientos e imaginaciones os hacen pensar que es posible que se hagan realidad aunque no tengan ningún sentido?
El simple hecho de visualizarlo, ya os proporciona una imagen que os hiere, que os hace daño. Y lo peor, es que a base de pensarlo una y otra vez acabamos creyéndolo o pensando que tiene posibilidades de ser real, cuando, lo único cierto es que sólo ha pasado en nuestra cabeza y es sólo responsabilidad nuestra, en ningún caso de nuestra pareja…”
Empieza por ti.
Empieza a elegir ser más libre emocionalmente cuidando tu relación en pareja siendo más comprensiva y mejorando tu comunicación con tu pareja.
#5 Pedir asertivamente un cambio en su conducta
Entonces ante estas situaciones podemos utilizar lo siguiente: pedir asertivamente, utilizando las 3 Hs de egoland respecto a la actitud (humildad, humor y honestidad) Cómo nos gustaría que actuara nuestra pareja ante ese tipo de personas utilizando:
Comunicación emocional: Cómo nos hemos sentido
«Me gustarías más si…»: Orientándole sobre cómo nos gustaría que hubiera actuado y quisiéramos que actuara ante estas personas atractivas delante de nosotros.
Premiarle cuando se comprometa a intentar hacernos más felices respecto a estas situaciones.
No hay nada como hacer un checking de como estáis en los tres cables de la atracción en la pareja.
Bien pues espero que vayáis aprendiendo a cómo superar los celos y que se vivan de una forma más constructiva y menos bélica, porque no hacen falta.
Por último y más importante, nunca existirá una relación sana si pensamos que no podemos vivir sin la persona que tenemos al lado. Si no nos sentimos completos, únicos, valorados por nosotros mismos e independientes no podremos convivir con el hecho de que esa persona pueda simplemente dejar de estar a nuestro lado. Si entendemos que antes de esa persona vivíamos entenderemos que lo seguiremos haciendo después de ella. Esto no significa que no valoremos a los demás ni que no suframos cuando se vayan. Se trata de no crear miedos exagerados sobre lo que pasará si alguien nos deja.
Si crees que eres una persona celosa o que tu pareja lo es, te ofrecemos nuestro consultorio con un experto psicólogo en estos y otros temas.
Seguramente sabes que lo eres, seguramente sabes que lo necesitas pero tu orgullo te impide ponerte en nuestras manos. Crees que ella o él habrá ganado la batalla y tú habrás perdido.
Pues bien… si sigues así, tú vas a ser el derrotado o la derrotada. No vas a inventar la rueda. Historias como la tuya todas acaban igual.
Estamos aquí para ayudarte.
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/celos-y-autoestima.jpg389700egolandhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngegoland2019-12-03 11:23:112019-12-04 10:28:44Nunca relativices los celos, son indicadores de baja autoestima
En este artículo escrito por Pau Navarro en 2016 repasamos y ampliamos cómo una serie de comportamientos y actitudes pueden mejorar la recepción positiva que tienen otras personas de nosotros y de nuestras propuestas.
Conectar con los demás es una necesidad no solo para nuestra autoestima, si no para nuestros planes de vida. Cuando conectas con alguien tienes más motivos para querer más, desde sexo a relaciones de todo tipo. Dentro de las infinitas formas de conectar, todas subjetivas, ya que no todo el mundo le gusta, sabe o conecta de la misma forma os vamos a ofrecer tres vías: la racional, la emocional y la sexual.
Hoy nos centraremos en la vía emocional desde el punto de vista de los tres cables de atracción, en este sentido lo que se crea es una afinidad dentro de ese cable. Desde el punto de vista de las 4 Cs (Carisma, conmover, convencer y congruencia) correspondería a conmover, generar emociones y sensaciones que toquen la fibra sensible o alteren la neutralidad del estado anímico de la otra persona.
¿De qué forma podemos conectar o emocionar?
La forma que transmitimos nuestros mensajes y el contexto influyen mucho en el tipo de respuesta que podemos recibir del resto. Una misma petición, formulada de distintas maneras puede suponer un éxito o un fracaso total. Esto tiene mucho que ver sobre con cómo nos sentimos cuando alguien nos propone algo: ¿nos está tomando en cuenta?, ¿suena razonable?, ¿nos podemos fiar de lo que dice?
A continuación te proponemos 3 herramientas para preparar el terreno cuando quieras que tus propuestas sean más fácilmente aceptadas, ya sean románticas o no.
1 Agrado
Cuando alguien o algo nos agrada es más difícil de rechazar. Nosotros como personas podemos generar ese agrado en los demás de modo que a la hora de hacerles cualquier propuesta sea más difícil que nos digan que no. Algunos factores que causan agrado son los siguientes:
Similitud: Nos gustan las personas parecidas a nosotros. Que tengan intereses, bagaje y estilo similares a los nuestros. Un buen consejo sería vestir según la ocasión y sitio donde vayas, y además intentar imitar y acercarte a la postura corporal, estilo verbal y tipo de humor de las personas a las que queréis gustar. De nuevo se demuestra la importancia de observar y comunicarnos en relación a nuestras propias necesidades y las de los demás.
Elogios: por lo general cuando una persona valora positivamente algo de nosotros, si lo hace de una forma proporcional y creíble, tendemos a crear cierto vínculo con ella y queremos seguir causándole impresiones positivas. Con este ánimo de no decepcionarla estaremos más dispuestos a aceptar propuestas que nos hagan. Por ejemplo, un chico te comenta que le gusta practicar surf, tú puedes contestarle que te encanta la gente que hace surf porque para ti es gente atrevida, abierta y que le gusta la naturaleza, valores que admiras.
Condicionamiento y asociación. Si traemos a colación temas positivos, alegres y optimistas seremos asociados a ellos aunque solo seamos meros mensajeros o estemos contando una historia ajena a nosotros. La persona automáticamente nos asociará a ese tono y sensaciones agradables. Hay que evitar por tanto temas que generen crispación, tensión, miedo… ya que pondremos a la otra persona en una posición defensiva aunque sea de manera inconsciente. Podemos contar la anécdota graciosa, curiosa o entrañable de un amigo como por ejemplo que estaba un día tratando de impresionar a sus suegros, que eran muy cerrados, enseñándoles fotos en el móvil del voluntariado que había hecho ese verano en Senegal cuando de repente saltó una foto de la hija totalmente desnuda en posición sugerente.
2 Rechazo y aceptación
La estrategia del rechazo y aceptación se fundamenta principalmente en los principios del contraste y la reciprocidad. Es una táctica muy empleada en el sector de las ventas y como tal, puede aplicarse a muchos otros ámbitos de las interacciones sociales.
Se trata proponer de inicio unapetición exagerada para que (muy probablemente) sea rechazada por la otra persona, para luego presentar nuestra petición real que parecerá una concesión mucho más asequible y fácilmente aceptable.
En un experimento un investigador se paseaba por un campus americano y se identificaba como trabajador de una ONG. Preguntaba a los estudiantes si estarían interesados en hacer de voluntarios por un día y acompañar un grupo de presos juveniles al zoo el sábado siguiente. Sólo el 17% dijo que sí.
En otro experimento, se realizó una ligera variación. Primero se preguntaba a los estudiantes si estarían interesados en hacer de tutores de un delincuente juvenil durante 2 horas a la semana y por un período de 2 años. A los que rechazaron esta desproporcionada petición (la inmensa mayoría), se les ofreció entonces la posibilidad de acompañar un grupo de delincuentes juveniles al zoo ese sábado. El 50% aceptó.
3 Generar ideas
En ciertos momentos si explicitamos ante la otra persona lo que está sucediendo, aportando un valor positivo, generamos un consenso que podemos aprovechar para realizar una propuesta. Por ejemplo, has conocido a una persona en un bar y te gustaría invitarla a tu casa para encontrar más intimidad. Una buena forma de conseguir una respuesta positiva sería decir: «Como veo que estamos muy a gusto charlando los dos te propongo seguir charlando en un sitio aún más cómodo…» Aquí no solo intentamos generar en la otra persona la idea de que estamos pasando un buen rato si no que nuestra nueva propuesta implica continuar con lo que estamos haciendo en lugar de cambiarlo por otra cosa como sería decir: «Qué te parece si dejamos esto que estamos haciendo y nos vamos…»
Como vemos conseguir que los demás accedan a nuestras propuestas o estén de acuerdo con nuestras ideas en muchas ocasiones dependerá de la atmósfera que consigamos crear. Es por tanto importante saber cuándo y cómo tenemos que dar el paso como ir preparando la situación para cuando llegue el momento consigamos una respuesta positiva a nuestras pretensiones. En caso contrario nunca se debe insistir sobre lo mismo si no que es más interesante dar alternativas, tratando de convencer que es algo provechoso para ambas partes.
En nuestro curso sobre Habilidades Sociales aplicadas a la Seducción repasamos estas y muchas otras claves, herramientas y recursos que nos ayudan a mejorar nuestras dotes de comunicación, la empatía y el arte de hacer propuestas que sean beneficiosas para los dos y tenidas en cuenta.
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/3-Herramientas-que-te-harán-conectar.jpg389700Pau Navarrohttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngPau Navarro2019-11-13 12:17:462019-11-13 12:17:463 Herramientas que te harán conectar más con los demás y ligar mejor
Las distorsiones cognitivas son formas de pensamiento, normalmente automáticas y asumidas, que, en algunos casos, nos impiden relacionarnos de una manera sana, por lo que se las considera limitantes e incluso inhibidoras de respuestas o conductas adaptadas y deseables.
Es decir si una conducta que generamos es desadaptada al entorno puede ser que estemos procesando mal los estímulos, que nuestro pensamiento esté equivocado y nos genere sentimientos que no son agradables pero que nosotros mismos nos provocamos. Después actuamos impulsivamente con base en esos sentimientos y pensamientos erróneos y es cuando básicamente la cagamos.
Dicho de otro modo, es como saltar a jugar un partido de fútbol pensando que los de mi equipo me van a robar el balón o que puedo tocar la pelota con la mano, estas asunciones obviamente van a provocar una distorsión en mí que va a impedir que juegue de una forma correcta.
Esto pasa de la misma forma en el terreno de la seducción o las habilidades sociales. Si parto de unas premisas erróneas o distorsionadas va a ser muy difícil o casi imposible que consiga mi objetivo, porque simplemente no estoy entendiendo o me estoy saltando las reglas del juego.
A continuación vamos a repasar aquellas configuraciones mentales o distorsiones que nos impiden conocer a otras personas o ligar. Con los años, tras ver a cientos de alumn@s o pacientes hemos comprobado que muchas de ellas se encuentran instauradas en lo profundo de algunos de ell@s.
Si parto de unas premisas erróneas o distorsionadas va a ser muy difícil o casi imposible que consiga mi objetivo, porque simplemente no estoy entendiendo o me estoy saltando las reglas del juego.
Existen varios tipos de distorsiones cognitivas que debes aprender a identificar y diferenciar ya que normalmente se producen de forma inconsciente. En cambio, si eres capaz de notar que te invaden estas distorsiones las podrás frenar. Es como detectar una enfermedad para empezar con el tratamiento.
Aquí tienes un listado con sus ejemplos prácticos, algunos de estos ejemplos se presentan más en hombres y otros en mujeres aunque la mayoría son bastante comunes a ambos sexos.
Distorsiones cognitivas
1 Machismo
Creencia irracional de que la mujer es inferior al hombre en uno o varios aspectos o incluso en todo. Puede estar provocado por incultura, educación o pensamiento poco evolucionado. Puede provocar muchas risas o rechazo total en la mujer que lo percibe, obviamente. Puede ser consciente o inconsciente o derivar de una propia inseguridad o bajo autoconcepto. Constituye un agravio comparativo y está en la base del maltrato tanto psicológico como físico. ¡Ojo que este comportamiento no es exclusivo de hombres! Muchas mujeres nacen y crecen en entornos en los que de una forma evidente o sutil se acepta un rol de supeditación al hombre y además hay mujeres machistas. En ocasiones son micromachismos que subconscientemente hacen que la mujer sienta que el hombre está por encima de ella. «Ciertas profesiones son solo para hombres, el hombre es quien conduce, el hombre invita, aguanta la puerta, etc.» Todo esto puede influir en la relación igualitaria entre hombres y mujeres.
2 Pensamiento absolutista (radical), polarizado o dicotómico
Pensamiento de todo o nada (blanco o negro). Que no tiene en cuenta los detalles o matices intermedios que lo componen. El todo sin las partes. “Si no tengo pareja estaré sol@”. Puede combinarse con lectura del pensamiento e interpretación dicotómica de los demás con base en la propia de la siguiente manera: “Si no ligo pensarán que soy un/a pringao/a”.
3 Hipergeneralización
Es la tendencia a creer que si ha ocurrido algo una vez, ocurrirá otras muchas veces. Si me he puesto nervioso en una ocasión, pues “siempre me pondré nervioso”, si he suspendido un examen pues, “nunca aprobaré un examen”, si he tenido un desamor pues “ya nadie me querrá”. “Lo que me ocurrió en el pasado con mi ruptura seguirá afectándome siempre. Siempre que tenga una relación me acabarán dejando.”
4 Perfeccionismo y sobreexigencia
Son creencias mantenidas en forma rígida e inflexible acerca de cómo debería ser uno y los demás. Por ejemplo: “Debo de hacer las cosas bien para merecer la aprobación y el afecto de los demás”. • No debo cometer errores • Tengo que gustar a todos • Los demás deben actuar bien conmigo • La vida debería ser fácil, sin problemas • Debería ser el amigo, amante, esposo, profesor, estudiante perfecto • Debería estar siempre feliz y sereno • No debería sentir emociones negativas, tales como la ansiedad, la tristeza, la rabia o los celos.
Pueden ser: Intrínseco(autoexigencia) Exigencias hacia uno mismo. Se convierten en autocríticas que inhiben comportamientos deseables: “Debo ligar mucho. Necesito ser el mejor seductor” y extrínseco, exigencias de los demás hacia mí: “si no atraigo se reirán de mi”.
5 Cosificación
Es considerar, y en consecuencia tratar, consciente o inconscientemente a una persona como a una cosa u objeto, que por tanto, podemos manipular a nuestro antojo. “Solo quiero sexo aunque les digo que me gustaría tener algo más” o «tengo sexo para llenar el tiempo sin importarme lo que sienta la otra persona».
6 Razonamiento emocional
Consiste en hacer inferencias en base a nuestras emociones. En este caso las emociones dominan a nuestro pensamiento y somos marionetas a su merced. Si la emoción es caótica, el pensamiento también o al revés. Se manifiesta como conducta también caótica y sin base lógica o con lógica extraña. “Esta persona me da mal rollo. Paso de ella.”.
7 Pensamiento reactivo
Consiste en tomarse un rechazo como algo personal de forma airada y mostrando odio, rencor o venganza hacia el otro.“Si no me quieren pues paso de ellos. Que se vayan a la mierda”.
8 Personalización
Tendencia a relacionar algo del ambiente con nosotros mismos. “Las chicas o chicos no me hablan porque soy feo o fea”.
9 Etiquetas globales
Se extrae uno o dos rasgos de la personalidad y se etiqueta a otra persona (o a uno mismo). “Las chicas son unas estrechas.” “Los chicos son unos guarros”. Esto en ocasiones nos genera una falsa tranquilidad porque exime de responsabilidad nuestros fracasos, ya que siempre serán responsabilidad de otros.
10 Negación
Es la tendencia a negar nuestros problemas, debilidades o errores. “Yo soy así, con mis virtudes y defectos». Siempre se puede cambiar y mejorar, detectar en que fallamos y asumir que la vida es un continuo aprendizaje.
11 Sesgo confirmatorio
Se perciben y se recuerdan las cosas sesgadamente para que “encajen” con las ideas preconcebidas. “¿Ves? Hoy no quiere quedar, siempre se cansan de mí.»
12 Autovaloración externa
Creerse mejor que los demás lo que puede llevar a tratar al resto de una forma incorrecta.
13 Descalificación de lo positivo
Consiste en focalizar la atención únicamente en los aspectos negativos de la interacción minimizando los positivos. Suele acompañar al pesimismo e ir seguido de catastrofismo. “Estoy quedando con alguien pero cuando me conozca seguro que se cansa».
14 Deberes imperativos
Para triunfar hay tener muchos amigos, salir mucho de fiesta, ligar, ganar mucho dinero.
15 Lectura del pensamiento
El pensamiento parece proyectarse de la cabeza y además es interpretado en negativo, asumimos lo que debe estar pensando la otra persona proyectando así nuestros miedos. “Seguro que nota que estoy nervioso y le parezco un pringao/da”.
16 Conclusión Precipitada
Consiste en inferir las cosas fuera de contexto tanto a mi favor como en mi contra. “Buah! Me ha mirado, le molo» «Le he pedido un cigarro y me ha dicho que no, pasa de mí»
17 Descontextualización
Sacar las cosas de contexto o utilizarlas en un contexto que no es el suyo. “Está enfadado porque le canso”.
18 Locus de control externo
Tendencia a pensar que no tengo la capacidad de control sobre nada de lo que me ocurre porque está delimitado por fuerzas externas y ajenas a mí. “Tengo muy mala suerte”
19 Locus de control interno
Tiene un componente de egocentrismo. Tendencia a pensar que todo lo que ocurre es por mi causa. “Todo lo que me ocurre es por mi culpa”.
20 Pensamiento narcisista
Tiene un componente de egocentrismo donde el Self aparace sobredimensionado. Se percibe como un autoconcepto excesivo. “Soy el mejor, un lobo entre borregas”. “Voy de macho alfa, los demás son nerds y las chicas unas descerebradas que van a caer a mis pies”, «Le molo a todos los tíos».
21 Necesidad de control
Es la percepción autoimpuesta de tener que controlar, manejar, propiciar o tener el control de cuanto ocurre en la interacción. Suele provocar desajuste si todo no ocurre como se espera en la expectativa inicial (irreal). “En una interacción con una chica tengo que dominar la situación”.
22 Inseguridad
Bajo autoconcepto. “No valgo nada”. “No soy capaz”.
23 Dependencia emocional
Necesidad de tener el apoyo de un grupo o persona para poder terner seguridad. “Si voy con amig@s ligaré más”.
24 Exceso de empatía
Carga autoimpuesta de ser un “instrumento” de bienestar y placer para los demás por encima del propio. Implica cosificación de uno mismo y minimización de las propias necesidades.“Mi deber en la vida es hacer que los demás disfruten por encima de mi propio placer”.
25 Hedonismo
Búsqueda casi obsesiva y egoísta del propio placer y diversión generando un mundo idílico e irreal donde no existiera el malestar o el aburrimiento.En ocasiones rechazo y evasión de la realidad cuando todo no es bienestar. “Lo único que importa es mi propio placer y pasármelo bien, todo lo demás da igual”.
26 Abstracción selectiva (filtro mental)
Se escoge algo negativo de uno, de los demás o de las circunstancias y se excluye el resto. “No hablo con chicas que no me atraen. Ni las miro.”
27 Pesimismo
Pensamiento negativista generalizado. “Todo me sale mal”.
28 Catastrofismo
Es la tendencia a percibir o esperar catástrofes sin tener motivos razonables para ello. “No hay nada peor que lo que me está ocurriendo”.
29 Exceso de optimismo
Lo contrario. Genera altas expectativas y consecuente frustración si no se cumplen. “Esta noche me lo como todo”.
30 Exceso de confianza
Autoconcepto excesivo que te hace subestimar los retos. “Soy el rey de las nenas”. Parecido al egocentrismo pero sin egocentrismo.
31 Anticipación
Consiste en tener pensamientos predictivos y ansiógenos sobre situaciones hipotéticas que aún no han tenido lugar. “Se van a reir de mi”.
32 Mala alteridad
Incapacidad de ponerse en el lugar desde la otra persona. “Las chicas son todas iguales”.
EJERCICIO PRÁCTICO
Ahora un ejercicio práctico: Intenta clasificar estos pensamientos distorsionados dentro de la categoría correspondiente y reformúlalos de una manera más racional.
Es una necesidad extrema ser amado o aprobado por todos
Para ser válido debo ser capaz, suficiente y conseguir todo lo que me proponga
Las personas que no actúan como “deberían” son viles, infames y deben ser castigadas.
Es terrible o catastrófico que todo no me salga como yo quiero.
Toda la desgracia y el malestar humano están provocados por la suerte o dios o el destino y no hay nada que podamos hacer.
Debo pensar constantemente en las consecuencias de todo para anticiparme a ellas y tener siempre presentes posibles peligros.
Es más fácil evitar las dificultades de la vida que hacerles frente.
Debo depender de alguien más fuerte en quien confiar.
Debemos sentirnos muy preocupados por los problemas y preocupaciones de los demás y ayudarles siempre.
Existe una solución perfecta para cada problema y si no la encuentro será catastrófico.
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/distorsiones-ligar.jpg5721030selu-anahttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngselu-ana2019-07-25 11:06:392019-07-31 09:55:2532 pensamientos que te impiden ligar según la psicología
Si hay algo que sabemos sobre el amor, es que las personas que no lo encuentran, en promedio, viven menos. Con las nuevas tecnologías y el ajetreo del día a día vamos dejando nuestras opciones de conocer gente en manos de las redes sociales y las aplicaciones. Las aplicaciones para ligar, se están convirtiendo en nuestro pan de cada día para conocer a nuevas personas. La más popular es sin ninguna duda Tinder, esa que todo el mundo a usado «una sola vez» para «probar».
Es probable que muchos no lo sepan pero hacer un uso inteligente de Tinder puede ayudarte no solo a conseguir más «matches» sino también a mejorar la calidad de los mismos. En Egoland Seducción también contamos con talleres online para enseñarte a trabajar mejor tu marca personal, tus fotos y cómo iniciar y mantener una conversación que te diferencie de los cientos de «competidores» que tienes en el ciberespacio. Parece que todo se limita al atractivo físico pero no siempre es así.
El primer paso es comprender que Tinder clasifica a los usuarios con un algoritmo bastante simple que solo tiene en cuenta factores como la apariencia de las fotos y la ubicación. Todos sabemos que en la vida existen muchos más factores pero este será nuestro punto de partida. El segundo paso es entender que esto no significa que estés condenado, ya que años de investigación científica han confirmado que la atracción y el romance son hechos en ocasiones totalmente aleatorios y difíciles de predecir, ya que todos los seres humanos nos atraemos en mayor o menor medida unos y otros. El tercero, como no podía ser de otra manera, es que te apuntes a uno de nuestros talleres de ligar en internet.
Los fundamentos del algoritmo de Tinder, un juego de ajedrez
Hace unos años, Tinder dejó que el reportero de Fast Company Austin Carr examinara su «clasificación interna secreta» y le explicaran cómo funcionaba el sistema. Esencialmente, la aplicación usaba un sistema de calificación de “ELO”, que es el mismo método utilizado para calcular los niveles de habilidad de los jugadores de ajedrez o los rankings de los jugadores de videojuegos electrónicos. Me explico en mejores términos, el “ELO” es un sistema de puntuación que te clasifica con una nota en función de tus “victorias y derrotas”, traducido al lenguaje de esta aplicación, se basa en los «me gusta», «matches» y conversaciones que tienes con otros usuarios. A mayor número de interacciones con otros usuarios, esta aplicación te recompensaba y te daba una mayor visibilidad con personas de tu mismo “ELO” para así pudieras emparejarte más. Por otra parte, Tinder te penalizaba con un “ELO” negativo, cuando deslizabas y dabas a like a todo perfil de usuario, junto con el no responder a otras personas en matches que hubieras tenido, penalizándote de forma que te restaba la visibilidad ante el resto de usuarios.
Tinder presta servicios a personas con puntuaciones similares entre sí con más frecuencia, asumiendo que las personas de las que la gente tenía opiniones similares se encontrarían aproximadamente en el mismo nivel o “ELO” que tú, básicamente Tinder te puntúa con una nota, que luego utiliza para clasificarte y emparejarte con personas que se asimilaban a ti.
En marzo de 2019, Tinder sacó una publicación en su blog (puedes verla pulsando AQUÍ)que explicaba que esta puntuación de “ELO” es agua pasada y está obsoleto, palideciendo en comparación con su nueva «tecnología de vanguardia». Lo que vienen a decirnos es que el puntaje de “ELO” evolucionó una vez que Tinder tuvo suficientes usuarios para predecir quién le gustaría a quién, basándose únicamente en las formas en que los usuarios seleccionan muchos de los mismos perfiles. La forma de comportarse de un usuario puede predecir el de otro, sin clasificar a las personas de manera explícitamente competitiva con una puntuación cerrada.
Básicamente Tinder te puntúa con una nota, que luego utiliza para clasificarte y emparejarte con personas que se asimilaban a ti.
Pero es difícil negar que el proceso todavía depende mucho de la apariencia física. La aplicación se actualiza constantemente para permitir a las personas colocar más fotos en su perfil y hacer que las fotos se vean más grandes en la interfaz, y no hay un incentivo real para agregar mucha información personal. La mayoría de los usuarios hacen que las biografías sean breves, y algunos aprovechan las integraciones de Spotify e Instagram que les permiten agregar más contexto sin tener que agregar ninguna información adicional.
El 98% de los usuarios de Tinder no saben aprovechar al máximo las fotos de su perfil, la descripción y sobre todo encaminar una conversación, a través de la honestidad y el humor, a un contacto físico con la persona que está al otro lado de la otra pantalla.
Así que si quieres ser parte de ese 2% que sí que sabe cómo estimular a los usuarios y diferenciarse del resto.
Por si no te habías parado a pensarlo, te planteo la siguiente pregunta mi egolandiano, ¿Qué pasa cuando me paso Tinder cual pantalla final del Tetris?
Que la aplicación empieza a reclicar a los “no me gusta” y los vuelve a mostrar nuevamente. También sé, por experiencia personal, que reciclará a las personas con las que te ha emparejado y luego las que no se han emparejado, o incluso a las personas con las que has intercambiado números de teléfono. Nick Saretzky, director de producto de OkCupid, contó sobre esta práctica en el podcast Verge . Verás Tinder, Bumble, OkCupid, todos hacemos reciclaje…”
Quizás has podido deslizar tu dedo a la izquierda por accidente la primera vez que utilizabas la aplicación, en cuyo caso, el reciclaje de perfiles es solo un ejemplo de una corporación insensible que hace algo bueno por accidente, al otorgarte la oportunidad de hacer un repaso cuanto se te acaben todos los perfiles de tu alrededor.
Las reglas secretas de los Super Likes y over-swiping
Tinder dice que los Super Likes triplican tus posibilidades de conseguir un match, porque son halagadores y expresan entusiasmo. No hay manera de saber si eso es verdad. Lo que sí sabemos es que cuando das un Super Like, Tinder tiene que reservar el algoritmo por un minuto. Está obligado a darte una mayor visibilidad con la persona a la que se lo has dado, por lo que entre los 2 a 10 próximas personas que vea en su perfil, esa persona a la que le has dado el Super Like, estarás posicionado tú con tu super estrella azul. Esto no significa que obtendrás un match con ella, pero sí significa que tendrás alguna oportunidad de poder conocerla, si tienes un perfil molón como consiguen tener los alumnos que pasan por nosotros.
Los Super Likes triplican tus posibilidades de conseguir un match, porque son halagadores y expresan entusiasmo.
También podemos adivinar que el algoritmo premia la delicadeza y desincentiva a las personas por dar a me gustas sin ningún tipo de control y arbitrariedad. En Tinder, tiene un límite de 100 pases correctos por día para asegurarse de que realmente estás viendo los perfiles y no solo el correo no deseado a todos para acumular coincidencias aleatorias. Tinder, obviamente, se preocupa por hacer matches, pero se preocupa más por que la aplicación se sienta útil y los matches se sientan reales como en la vida real. Identifica cuando los usuarios intercambian números de teléfono y casi pueden decir qué cuentas se están utilizando para hacer conexiones de la vida real y cuáles para aumentar el ego de una persona. Si se pone demasiado contento, puede notar que su número de coincidencias disminuye, ya que Tinder ofrece su perfil a menos usuarios.
Viaja a través de Tinder
Una de las ventajas que más me gustan de Tinder y de su parte de pago es la geolocalización. La razón es muy sencilla, yo me considero una persona muy aventurera y viajera, por lo que que constantemente estoy viajando a todo tipo de lugares nuevos a vivir aventuras y conocer otras culturas. Qué mejor, que llegar a una ciudad nueva y ya conocer a 3 o 4 personas que aparte de estar predispuestas a enseñarte su cultura y su ciudad, sientas cierta atracción por ellas. Pues bien, yo lo que hago es geolocalizarme en la ciudad que voy a visitar y residir unos días, un par de semanas antes. Creerme que solo saco cosas positivas, desde grandes amigas que me quedan para la posteridad hasta llegar a conocer personas con las que posteriormente me he ido de viaje o he tenido algún tipo de conexión íntima.
Hay muchas teorías de conspiración acerca de que Tinder “paraliza” la versión estándar y gratuita de la aplicación y la hace prácticamente inutilizable a menos que pagues una cuenta premium o complementos, como Super Likes y Boostsadicionales.
La realidad es que Tinder siempre da prioridad a sus usuarios de pago, pero con cuentas estándar (las que no es necesario pagar), dispones de las funcionalidades suficientes para poder interactuar con otros usuarios. Y realmente se puede, si no llegas con una cuenta normal a tener muchos “matches” quizás este ENLACE te venga bien., pero señalaré que algunos informes indican que la proporción es de 32-68 hombres por cada mujer. Y esa proporción cambia según la geografía: su tasa de coincidencia depende mucho de la dinámica de su población local.
Entonces, ¿qué haces al respecto? El número 9.
Grábate este número, 9. En un debate al que asistí el pasado febrero , Helen Fisher, investigadora principal en antropología biológica en el Instituto Kinsey y asesora científica principal de Match.com, que es propiedad de la misma empresa matriz que Tinder, argumentó que las aplicaciones de citas no pueden hacer nada. Para cambiar la química cerebral básica del romance. No tiene sentido discutir si un algoritmo mejora coincidencias y relaciones, afirmó.
«El mayor problema es la sobrecarga cognitiva», dijo. «El cerebro no está bien construido para elegir entre cientos o miles de alternativas». Recomendó que cualquier persona que use una aplicación de citas debería dejar de pasar tan pronto como tenga nueve coincidencias: la mayor cantidad de opciones con las que nuestro cerebro está preparado para enfrentar de una vez por cada hora.
Una vez que los revises y saques los defectos y virtudes, deberías quedarte con algunas opciones sólidas. Si no, vuelve a pasar, pero para quedarte con nueve. ¡Nueve es el número mágico!¡No te olvides de esto!
En resumidas cuentas, mi querido amig@, te recomiendo encarecidamente que a partir de hoy solo des a “like” o deslices a la derecha, a aquella persona que realmente te apetezca conocer. Si actúas de manera consecuente y con el sentido común, Tinder te va a recompensar con ello dándote más visibilidad a la comunidad, que implica un aumento de probabilidades de conocer a la persona de nuestra vida.
Con respecto al “ELO” oculto de la app, tampoco hay que comerse la cabeza demasiado, simplemente debes saber que está. Es más importante dedicar nuestros esfuerzos a realizar un buen perfil. Recuerda que cuando vas a una primera cita, nunca vayas desaliñado y arreglate un poco para gustar tal y como eres a la otra persona. Pues las redes sociales son un poco igual, debes mostrar una buena imagen de ti mismo ya que es la única vía que tienen para decidir si quieren conocerte o no. Si no sabes cómo crear un buen perfil, puedes consultarnos a nosotros y te echaremos una mano haciendo un perfil adaptado y que muestre quien eres tú. Y si aun teniendo el mejor perfil del mundo sigues teniendo pocos resultados, un truquito que te digo ahora es que te borres tu cuenta actual y te vuelvas a hacer una nueva, así las “estadísticas” de tu “ELO” se resetearan y podrás volver a empezar desde un principio.
Cuando tengas “coincidencias o matches” con otras personas, recuerda ser amable, respetuoso y respetuosa con la persona que tienes enfrente, es un ser humano de carne y hueso como nosotros. Mi propuesta es siempre que no te quedes con la duda de si te gustara o no, lánzate al barro con un primer mensaje divertido y comienza disfrutar de la magia de conocer nuevas personas y ver a dónde te lleva eso.
Ya me despido de ti, animándote a usar más este tipo de apps, sin olvidar cual es el fin último de todas estas aplicaciones para conocer gente. Este es el conocer personas físicamente, de nada nos sirve si coleccionáramos teléfonos o tuviésemos 1120 matches y luego no intentáramos conocer a esas personas, más allá de aumentar nuestro ego. Yo dejaría apartado eso y me centraría en disfrutar de la magia del contacto real que da una conversación entre dos desconocidos y las mil y una aventuras que pueden surgir de ahí. Así que no dudes en contarnos y compartir con nosotros, tus próximas experiencias con las redes sociales.
¡Abrazados y besos para todos!
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/Tinder-likes-como-loco.jpg8781580Miguel Ángelhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngMiguel Ángel2019-07-10 06:32:242019-07-10 06:32:24Por qué darle «like» en Tinder a «to quisqui» no te beneficia
(Contribuciones de Yago Bader, Wilton Araujo y Fernando Díez, Antonio Martinez)
¡Bienvenidos mandangueros y mandangueras a un nuevo artículo! Seguimos con contenidos interesantes, hoy veremos un tema que puede parecer bastante peliagudo: cómo controlar la ansiedad a la hora de acercarnos a personas que nos resultan atractivas.
Muchos de nuestros alumnos y alumnas experimentan un miedo inconmensurable al intentar acercarse por primera vez a conocer a alguien. De repente, la ansiedad invade a la persona y ésta comienza a predecir múltiples desenlaces, a cada cual más catastrófico que el anterior. Al final terminan optando por no hacer nada, por no acercarse y por seguir con sus vidas, sin darse la oportunidad de saber lo que habría pasado realmente.
En este artículo recopilamos algunos temas tratados anteriormente
En este artículo vas a aprender algunas nociones básicas sobre qué es la ansiedad social, qué ocurre y qué genera en nuestro organismo y cuál es la forma de desarrollarse que tiene. Veremos también cómo controlar la ansiedad, y cómo algunas personas pueden auto-bloquearse y otras generan recursos para afrontarla.
Después de aprender cuál es el funcionamiento y el origen de la ansiedad social, os regalaremos siete herramientas útiles para no solo experimentar menos niveles de ansiedad al acercarnos a conocer alguien, sino aprender cómo superar esa ansiedad social de una manera más adaptativa, cómoda e incluso divertida.
1 | ¿Qué es y cómo funciona la ansiedad?
Para empezar, vamos a matizar una de las diferencias entre las personas tímidas, las que padecen fobia social, o las que sienten ansiedad en un momento puntual (que somos todos como veremos más adelante).
A menudo, podemos encontrarnos con artículos donde se habla de estos tres conceptos como si fuesen lo mismo, y esto puede provocar que una persona se etiquete de determinada manera, por experimentar ciertas dosis de ansiedad social en situaciones puntuales, que son normales e incluso adaptativas.
Para entendernos, vamos a diferenciar estos tres conceptos por su nivel de intensidad. Yendo de mayor a menor encontramos:
Fobia social: Cuando la ansiedad social es exagerada, hasta el punto de no poder llevar una vida normal, e impedir que nos relacionemos en numerosas situaciones.
Timidez: Cuando la ansiedad es más tenue, no nos incapacita, pero nos afecta en algunas situaciones, y provoca que nos cueste adaptarnos o prefiramos situaciones más “discretas”.
Ansiedad puntual: Cuando sentimos cierto grado de ansiedad, en situaciones novedosas a las que nos exponemos, y que la gran mayoría de nosotros experimenta, sin que eso signifique que no podamos llevar a cabo nuestra conducta.
Pero ¿qué es la ansiedad? Podríamos comenzar diciendo que es un estado de activación de nuestro organismo, que cumple una función adaptativa. La ansiedad nace de una percepción de descompensación entre las demandas ambientales (retos o amenazas que nos toca enfrentar) y los recursos de afrontamiento (herramientas que tengo para resolver dichos retos o amenazas) que creo poseer.
De este modo, nuestro cuerpo valora que nuestros recursos no son suficientes para hacer frente al reto que se avecina y declara el estado de emergencia.
¡PELIGRO!
Es aquí cuando se desata la ansiedad, haciendo nuestro cuerpo eche leña al fuego para potenciar nuestras capacidades: más riego sanguíneo, aumento del tono muscular, liberación de adrenalina… con el fin de enfrentar o huir de un peligro o situación que consideramos amenazante. Este dato es importante tenerlo en cuenta, porque frecuentemente olvidamos una parte importante de la ansiedad: su utilidad.
La ansiedad es útil, en determinados momentos, grados y circunstancias.
Imaginemos ahora que estamos, solos en casa, en nuestra habitación escuchando ese disco de Jimi Hendrix que tanto nos gusta y, de repente, creemos ver una sombra pasar por la puerta, aunque no tenemos ni idea de si era una sombra de verdad, o si era otra cosa.
Sin embargo, a partir de aquí, anticipamos posibles peligros, causas, razones etc. Podría ser un ladrón, aquel camarero al que no pagamos el otro día, un terrorista o un hámster mutante. Podríamos estar en peligro de muerte, o podrían querer robarnos, o atacarnos.
Ante estas suposiciones, que anticipamos y que ni siquiera sabemos si son reales o no, todo nuestro cuerpo se activa, es decir, experimentamos estrés; que es un proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante.
Resumiendo, nuestra mente genera una experiencia subjetiva de peligro, y por eso nos activamos; anticipamos esa alternativa tan temida, y nuestro cuerpo se prepara para hacerle frente.
Al final, esto nos puede llevar a ser aventureros, raqueta de tenis en mano, u optar por meternos debajo de la cama y apagar la luz. A toda esta anticipación de acontecimientos, y su consecuente activación del organismo, es a lo que denominamos ansiedad.
Sin embargo, a pesar de ser útil en ciertas situaciones, puede ser perjudicial en otros casos, como cuando sentimos ansiedad social al acercarnos a esa persona que nos gusta.
¿Pero cómo funciona? ¿Qué pasa con esa ansiedad social? ¿Es ilimitada? ¿Vamos a petar como una palomita en el microondas si hablamos demasiado tiempo con esa persona? Afortunadamente no.
De hecho, los estudios han demostrado que la curva de la ansiedad (y por lo tanto la de la ansiedad social) se ajusta a una curva normal como esta:
Una curva normal, no es más que aquella que sigue una forma de campana. Empieza en un nivel inicial, aumenta hasta un nivel máximo, y después disminuye de nuevo. Esta gráfica representa el hecho de que la ansiedad, es un proceso que a lo largo de un periodo de tiempo más o menos corto, aumenta hasta un punto máximo, y luego disminuye necesariamente, (porque de otro modo seria nocivo para el organismo).
¿Qué ocurre habitualmente cuando sentimos ansiedad social? Que decidimos huir de la situación y, de este modo, interrumpimos la curva antes de que empiece a descender, evitando esta situación incómoda. La huida evita que aprendamos a controlar la ansiedad.
Es decir, en nuestra experiencia esa curva solo es una curva que crece, y nunca disminuye, porque no permitimos conocer la segunda parte del proceso. Bajo esta interpretación, crecería hasta el infinito, hasta el descontrol, y experimentarla sería un problema porque no habría posibilidad de deshacerse de esa ansiedad. Por lo tanto parece lógico frenar nuestros avances evitando la situación.
“Seguro que si me acerco me pondré nervioso, lo notará y haré el ridículo” o “Ya me estoy poniendo nerviosa, seguro que cuando me acerque irá a peor y fracasaré”
Sin embargo, este tipo de pensamientos provienen de una falta de conocimiento del proceso completo del ciclo de ansiedad, ya que no hemos experimentado la segunda parte de la curva: el descenso de la ansiedad. Es decir, que todas esas veces que hemos evitado ir a hablar con esa persona, o que hemos interactuado con alguien durante un periodo de tiempo demasiado breve y después hemos huido, hemos aprendido, que la ansiedad social siempre va a estar ahí, intensa y permanente cuando nos acercamos a conocer a alguien. Hemos aprendido que va a crecer inevitablemente, sin que podamos hacer nada y, por lo tanto, ¿para qué vamos a acercarnos a hablar con nadie? ¿Para vivir un pequeño infierno voluntariamente?
Afortunadamente, la ciencia ha demostrado que la ansiedad sigue ese proceso de forma natural, así que quizás nuestra mejor opción sea reaprender como funciona e interiorizarlo.
2 | ¿Por qué algunas personas tienen más dificultades para vencer la ansiedad?
Vamos a distinguir tres posibilidades que podrían darse en la vida de cualquiera de nosotros:
Rasgos de personalidad:
La psicología utiliza el concepto de rasgo personalidad para hablar de la tendencia a comportarse de determinada manera. Partimos de la Teoría de los 5 grandes, que agrupa los rasgos principales de la personalidad del ser humano. Estos rasgos son:
Extraversión
Apertura a la experiencia
Responsabilidad
Amabilidad
Inestabilidad emocional (o neuroticismo)
Hemos de entenderlos de manera dicotómica, es decir, que cada rasgo tiene dos extremos opuestos que lo definen.
Vamos a centrarnos en los dos primeros, porque adquieren más importancia en el contexto de la seducción: la extraversión y la apertura a la experiencia.
La extraversión se divide en:
+ Extraversión es la tendencia a centrarse en lo social, en lo externo.
+ Introversión quiere decir estar orientado hacia lo interno, hacia su mundo interior.
Y por otro lado el rasgo de apertura a la experiencia se divide en:
+ Personas más abiertas: más creativas, abiertas a nuevas ideas, que disfrutan probando cosas nuevas.
+ Personas más cerradas: disfrutan con las rutinas, con lo literal, lo que no cambia.
Por decirlo de algún modo, a medida que estos rasgos aparecen en nuestra personalidad, varía la tendencia a vivir estas situaciones de una forma u otra.
Por ejemplo; en una fiesta, Carlos que es más extrovertido, tenderá a presentarse a la gente que conoce y que no conoce. Sin embargo, María que es más introvertida, preferirá saludar solo a aquellos con los que tiene más confianza.
Las investigaciones, Bermudez (2000) entre otras, plasman una correlación positiva entre las personas que son extravertidas y están abiertas al cambio, y bajos niveles de ansiedad social.
En conclusión, hay personalidades que tienen más tendencia a experimentar la ansiedad social y otras menos. De cualquier forma, estos rasgos son tendencias, que no determinan de forma inamovible la experiencia, otros factores, y nuestra propia interacción con el medio, pueden modificar estas condiciones. O, dicho de otro modo, puedes haber sido una persona con cierta tendencia a sentir esta ansiedad durante mucho tiempo, pero si te dedicas a ir te viaje a menudo y buscar conversaciones por las plazas de Praga, tu ansiedad va a disminuir considerablemente.
Ambiente familiar:
La familia y los progenitores son referentes de educación en todas las áreas de nuestra forma de ser. Y esta área es una más. De forma que la manera en que ha sido nuestra relación con ellos, o la gestión de situaciones sociales, influyen directamente en cómo las experimentamos y afrontamos en otras etapas de nuestra vida.
Si la relación con nuestros padres, tendía a coartar nuestra socialización, evitar hablar sobre emociones, e incluso sobreprotegernos, es más probable que ahora tengamos más dificultad para comunicarnos, o para gestionar esa ansiedad.
Si por el contrario, fomentaba el ingenio, la comunicación, o las conversaciones sobre como uno se sentía en determinado momento, es más probable que el desenlace fuese una forma de vivir más productiva y adaptativa en estas situaciones. “¿Qué te ha pasado con tu amiga Marta? Cuéntame.”
La presencia o no de este aprendizaje y de estos recursos, influirán en cómo experimentar, cómo afrontar y finalmente cómo controlar la ansiedad.
Experiencias significativas:
Tanto si hemos tenido éxito como si no, las experiencias que han sido importantes en nuestra historia de vida, influyen intensamente en el modo en el que predecimos que se desarrollaran las experiencias futuras.
Por ejemplo, si con quince años nos acercamos a esa chica o a ese chico que tanto nos gustaba, y le dijimos “me gustas”, pero todo desemboco en un rechazo y en un montón de compañeros de clase riéndose de nosotros, es posible que en el futuro, hayamos desarrollado lo que se conoce como indefensión aprendida a este tipo de situaciones. En un lenguaje más coloquial:” No me voy a acercar a nadie más, voy a quedarme aquí quieto, sin moverme, no quiero volver a fracasar”.
Pero, por otro lado, puede que pese a ese “fracaso” hayamos puesto en marcha nuestros recursos y hayamos enfrentado este tipo de situaciones cuando han vuelto a presentarse, desarrollando nuestra resiliencia, nuestra capacidad de superación, algo que favorecería que redefine nuestra experiencia.
Si en el caso anterior, pese a haber recibido ese rechazo, no nos hubiéramos hundido y, meses después, hubiéramos repetido ese comportamiento con otra persona, aumentaríamos la probabilidad de obtener una respuesta favorable y empezaríamos a vencer la ansiedad social.
Las experiencias positivas determinan un aprendizaje adaptativo, que en el futuro nos capacita más para acercarnos a conocer a alguien en un momento dado.
En conclusión el desarrollo y el resultado de las situaciones que tienen importancia para nosotros, influyen en el aprendizaje que realizamos en torno a la ansiedad.
3 | Herramientas para aprender cómo controlar la ansiedad
Así que, chicos y chicas, vamos a plantearos algunas ideas para controlar la ansiedad social, y sentirnos mejor al acercarnos a conocer a esa persona que tanto nos gusta; teniendo en cuenta que tanto la destreza, como los resultados que obtengáis se incrementaran de forma progresiva con la experiencia. Estamos hablando de un aprendizaje que lleva su tiempo y por lo tanto esto no es un botón de ON/OFF que podemos cambiar instantáneamente.
No te enfrentes a la ansiedad
Hemos hablado de la función adaptativa de la ansiedad, así que vamos a darle una utilidad. Recordemos que la activación proveniente de la ansiedad nos permite estar más atentos, ser más ingeniosos y reaccionar más rápido al entorno. Los niveles adecuados de ansiedad pueden tener el mismo efecto que tendría tomarse un café, nos ayuda a espabilar y tener más claridad.
Sin embargo, muchas veces nos enfrentamos a esta ansiedad, tratamos de anularla y, lo que es peor, solo nos acercamos a la otra persona si hemos conseguido vencerla completamente (es decir, no nos acercamos nunca). La ansiedad es normal. No es un problema, ni nada de lo que avergonzarse. Solo se puede ser valiente cuando se tiene miedo, con lo que no deberías sentirte menos válido/a por experimentarlo. Lo verdaderamente importante es cómo afrontamos ese miedo. ¿Te paralizas o actúas?
Hazlo. Y si tienes miedo, hazlo con miedo.
No ocultes tu ansiedad
Si bien es cierto que la seguridad y la confianza son características que potencian el atractivo de una persona, la ansiedad no se elimina a base de esconderla. De hecho, tratar de camuflar nuestra ansiedad provoca el efecto contrario, incrementando drásticamente los niveles de la misma. El temor a que nos perciban nerviosos provoca que nos centremos más en nuestros niveles de ansiedad y, al ser más conscientes de los mismos, provocamos que se incrementen.
Si tenemos ese miedo a ser descubiertos, el único modo de acabar con él es empezar a aceptarlo, mostrando lo que somos, con lo cual pasa a ser un recurso más de nuestra comunicación y bienestar personal. De esa manera, el control de “ser descubiertos” no es de la otra persona, sino nuestro, porque lo hacemos voluntariamente y con sentido del humor.
“Disculpa, te he visto desde ahí atrás y, aunque estoy más nervioso/a que Frodo en una joyería, quería conocerte. Soy X, ¿Cómo te llamas?
Las dos herramientas siguientes, pretenden daros dos recursos diferentes para decidiros a tomar acción a pesar de la ansiedad:
¿Qué es lo peor que puede pasar?
¿Por qué somos tan kamikazes en Egoland? ¿Por qué ponernos en esta tesitura de imaginarnos el peor escenario? Porque cuando lo hacemos, cuando creamos ese escenario tan terrible, es la única circunstancia en la que podemos analizar el contexto y preguntarnos: ¿Es tan terrible? ¿Es el fin del mundo? ¿Podría continuar con mi vida si ocurriese esto? ¿Elimina las posibilidades de relacionarme con una persona de aquí en adelante?
De esta forma, es probable que nos demos cuenta, de que esa preocupación tan grande, se ha estado fundamentando en una interpretación nuestra de algo, que como tal, es errónea.
Estamos en la cafetería de la universidad, y tres mesas más allá está esa chica o ese chico de nuestra clase que nos llama la atención desde hace tiempo. Empiezan a invadirnos todas esas dudas, que a veces son un poco caóticas y ni siquiera podemos ponerlas en orden. Así que nos preguntamos. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Podría ser, levantarnos, tropezar con la silla justo antes de llegar allí, tirarle el vaso de café encima, y mientras se aparta con rapidez y con mala cara, decirle “¡Que aproveche!”, a la vez que salimos corriendo de ahí, avergonzados.
Y a partir de aquí esto puede servirnos para ser objetivos y preguntarnos: ¿Qué probabilidades hay de que se encadenen todos estos actos desafortunados? ¿Impediría aun así que mantengamos una conversación? ¿Lo recordaríamos dentro de 10 años como algo malo? ¿Lo recordaría la otra persona? E incluso ¿No podríamos usar esta situación aplicándole sentido del humor y disculpándonos para conocerle?
Jugar las debilidades: El sentido del humor
Esto es una de las aportaciones más relevantes de nuestro director, Luis Tejedor, al campo de la seducción, que está explicada, más detalladamente en el libro Seductor, en las páginas 87-89, que puede ayudarnos a darle cierto humor y colorido al tema de la ansiedad social.
Imaginemos que tenemos muy mal pulso, que nuestras manos tiemblan habitualmente y que cuando nos enfrentamos a esta situación, empeora y se hace evidente para todo el mundo. “Como se dé cuenta de mi pulso, seguro que se ríe de mí y me dice que me largue…”
¿Qué podemos hacer? Evidentemente, ocultarlo o justificarlo. Pero ¿hay quizás un camino más? ¿Uno en el cual en vez de estar frente a la otra persona metafóricamente, nos pongamos al lado del otro y riamos juntos? ¿Uno en el que conectemos al fin y al cabo?
Cómo siempre apuntamos en Egoland, usar el sentido del humor con aquellas cosas que nos cuesta presentar al mundo, nos llevará a un estado de comodidad mayor. Revelar nuestras cartas de antemano para evitar la ansiedad de que las acaben descubriendo. Por ejemplo:
“Hola, antes de que me lo preguntes, no me dedico a la coctelería (mientras le mostramos nuestras manos, mirándolas con curiosidad, sin ocultar el temblor y sonreímos si queremos), es solo parte del terremoto que se ha encendido dentro de mí al plantearme venir a conocerte. Soy Jeremías, ¿cómo te llamas?”.
A través del sentido del humor, encontramos una utilidad a aquello que considerábamos inútil de nosotros, siendo extravagantes (porque estamos haciendo algo que no todo el mundo se atreve a hacer) y teniendo una actitud honesta de una forma cómoda y beneficiosa para ambos.
Generosidad
Un estudio reciente en la revista Motivation and Emotion, llevado a cabo por Trew y Alden, ha evidenciado que los actos de bondad, desde un mensaje verbal a una acción concreta, reducen los niveles de ansiedad. ¡Qué gran noticia para los que pretendemos ser más honestos y expresar nuestras percepciones sobre los demás!
Es decir, que la acción de ayuda (relajación) y la de ansiedad (tensión) son respuestas incompatibles, que no pueden darse a la vez en nuestro organismo, según ha demostrado la psicología.
Por lo tanto otra herramienta para controlar la ansiedad, es tener comportamientos generosos y bondadosos con los demás. Acercarnos con el propósito de ofrecer algo; hacer sonreír como fin en sí mismo de nuestro querido Javi, diciendo algo como “hoy estás muy elegante” o “esos pantalones te quedan de lujo”, “siempre me parto el culo contigo”.
O de actuar, invitando a una caña a un amigo, o acompañándole a comprarse un dron nuevo, no solo seremos más honestos y reforzaremos su autoconcepto (¡a todos nos gusta gustarnos!); sino que además reduciremos los niveles de esa ansiedad social cuando nos plateemos acercarnos a conocer a alguien que nos gusta, entre otras situaciones.
Proceso
Pero no nos volvamos locos, no vamos a sentirnos cómodos ridiculizándonos, o a aceptar el peor escenario posible, o a ser completamente honestos con un desconocido de la noche a la mañana. Es hora de ver la ansiedad social y las propias interacciones, como un proceso de aprendizaje y no como un resultado.
Veamos un ejemplo:
¿Qué ocurre si me acerco a esa persona, le suelto esa broma sobre mi mal pulso y me rechaza? Si lo vemos como un resultado, probablemente me venga abajo, me culpe, me dé vergüenza y me vaya.
Pero ¿y si lo vemos como un proceso donde este fracaso puntual me podría permitir aprender y mejorar para una próxima vez? Mucho más desahogado y cómodo, ¿no creéis?
De esta forma ganamos siempre, y nunca perdemos. Porque nuestro éxito ya no está en el resultado concreto de la interacción, sino en el mero hecho de aprender sobre cada interacción social. De hecho, iniciar la interacción y que esta se desarrolle sea como sea, para bien o para mal, ya es un éxito.
Además, nuestros fracasos, que es evidente que los habrá, ya no son algo negativo e inservible, sino una forma de mejorar y optimizar nuestros recursos. De hecho, a veces olvidamos que la escalera hacia el éxito se construye con fracasos. Que lo único que diferencia a Luis Tejedor de alguien que se adentra en este mundo por primera vez, es que Luis ha fallado y ha persistido muchas más veces. Y es que, la única manera de perderle el miedo al rechazo, es experimentándolo suficientes veces. Tantas veces como para saber que no es algo doloroso, tantas veces como para saber que los pilares de tu vida permanecen intactos tras cada envestida, tantas veces como para desvincularlo del ego y saber que no se dirige hacia ti, sino hacia tu propuesta.
La interacción e incluso la persona que tenemos delante siempre tienen algo útil, nosotros, y está más justificado animarnos a aportarle algo bueno por nuestra parte, algo que a la larga nos beneficia.
Exponerse genera aprendizaje
Todo lo anterior caerá en saco roto si no lo practicamos, por supuesto. No se puede aprender a andar en bici a través de manuales y no se puede perder el miedo al abordaje sin enfrentarlo.
Sin embargo, hay maneras y maneras de hacerlo. Nosotros sabemos que la gente que nos sigue quiere aprender a seducir. Pero también sabemos que no quieren sufrir en el proceso. Es por ello que nosotros proponemos hacer una exposición progresiva, esto es, ir asumiendo retos paulatinamente más difíciles. De este modo, iremos subiendo los escalones uno a uno, de manera que podamos disfrutar del camino en lugar de pasarlo mal. Para ello, os proponemos la siguiente escala de pasos, para que vayáis perdiéndole el miedo progresivamente:
Paso 0: preguntar por una calle a peatones aleatorios
Paso 1: preguntar por una calle a personas que me resultan atractivas
Paso 2: preguntar por una calle a personas que me resultan atractivas y hacer un cumplido antes de irnos
Paso 3: parar a personas que me resultan atractivas haciéndoles un cumplido
Paso 4: parar a personas que me resultan atractivas haciéndoles un cumplido, presentarme e iniciar una conversación
Siguiendo estos pasos, evitaremos tener que asumir retos demasiado exigentes en un primer momento y podremos encontrar el reto óptimo en función de nuestro nivel de ansiedad. Es interesante recordar, que los niveles de ansiedad son dinámicos, y varían enormemente de un día para otro. De este modo, ayer pude llegar al paso 4 pero hoy no me atrevo a hacer el paso 3. Es importante normalizar estas variaciones y emplear esta escala como método de calentamiento para aquellos días en los que me siento menos sociable.
Dicho lo cual… ¡Manos a la obra chicos y chicas! Es hora de ser valientes y salir al ruedo.
Hemos explicado cómo funciona la ansiedad. Somos conscientes de que al principio, durante los primeros intentos la experimentaremos, pero sabemos que enfrentarnos a ella es la única manera de hacer que disminuya. Recordemos que, si persistimos, ésta terminará disminuyendo porque estamos modificando nuestros esquemas mentales y nuestras experiencias; y esto nos llevará a interpretarla de otra manera.
Exponerse es una herramienta más, de hecho es la que nos permite poner en marcha todas las demás. Es la que nos permite probar nuestras habilidades (generosidad, humor, valentía, gestión emocional…) y crear alternativas nuevas. Es la que nos permite de los errores.
Hemos visto diferentes recursos y herramientas para facilitar la experiencia, como lubricarla mediante el sentido del humor, como visualizar un futuro negro para percatarnos de la probabilidad remota de que ocurra, o como ser honestos para librarnos de ese miedo a ser descubierto.
Utilizamos al fin y al cabo la humildad asertiva como enfoque relacional; exponemos nuestros deseos y necesidades, teniendo en cuenta los suyos, y sin ningún reparo de manifestar tanto nuestras virtudes como nuestros defectos y carencias a través del sentido del humor, para hacer más cómoda y auténtica esa experiencia, y ser referentes de esa conducta beneficiosa para ambos, para la otra persona.
Es hora de verbalizar nuestros deseos y empezar a ser más honestos y comunicativos con las personas. Es hora de recorrer esa distancia, conscientes de nuestros nervios, ponernos a su lado y preguntarle “¿Cómo te llamas?”.
Es hora de atrevernos a gestionar la reacción de esa persona, con nuestros recursos, de experimentar esa ansiedad social, el tiempo suficiente para darnos cuenta de que tarde o temprano descenderá, y de que al final acercarnos a esa persona que nos gusta no será un problema y la ansiedad nos resultará útil e incluso divertida.
Con esto, esperamos que sepáis cómo controlar la ansiedad con más facilidad.
¡Mucha suerte y muchos nervios Mandangueros!
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/superar-ansiedad-social-1.jpg3221030Hugo Pérezhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngHugo Pérez2019-06-25 10:11:012019-07-03 10:13:20Cómo superar la ansiedad social al acercarte a alguien que te gusta
https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/fotografia-erotica.jpg798564egolandhttps://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/egoland-seduccion-talleres.pngegoland2019-06-14 11:03:322019-12-18 11:10:50Guía imprescindible de los mejores autores de la fotografía erótica para despertar deseo
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies. Mira nuestro aviso legal.