Los 5 arrepentimientos antes de morir (I)

Hoy vengo a hablaros de arrepentirse, y no me refiero a arrepentirse de haber comido picante mientras estamos en el baño, no, hoy voy a hablaros de el libro “The top five regrets of the dying” o, traducido más o menos, “El top cinco arrepentimientos de los moribundos”.

arrepentimiento antes de morirEste libro relata y recopila las experiencias de su autora, la enfermera Bonnie Ware, durante los años que estuvo trabajando como enfermera en cuidados paliativos, es decir, centrando su atención en enfermos terminales y con corta expectativa de vida.

De todas las confesiones que recopiló hablando con los pacientes en su lecho de muerte  derivó cinco puntos, que resultaron ser los más comunes y repetidos a lo largo del tiempo.

«Encontré una lista grande de arrepentimientos, pero en el libro traté de centrarme en los cinco más comunes» explicó la autora en una entrevista realizada para la BBC.

Los 5 arrepentimientos antes de morir

1 | Me hubiera gustado tener la valentía de vivir la vida que yo quería y no la que otros esperaban de mí.

Todos tenemos sueños. Todos tenemos objetivos.
Puede que tengamos clarísimos cuales son o puede que no los hayamos descubierto todavía. Puede que creamos que no es el momento o que ya habrá tiempo. Puede, me gustaría, podría, quisiera, ojalá…

ser valiente para mi vidaEl momento es hoy.

¿Qué te gusta hacer? ¿Cómo disfrutarías ganándote la vida? ¿Qué se te da bien? ¿Cuál es tu pasión? ¿Qué te hace feliz?

Nos dicen que hacer, que leer, que mirar y que no, que estudiar, de qué trabajar, qué decir, nos dicen que somos libres. Y si, somos libres, pero, ¿por qué no lo reivindicamos? 

¿Cuál es el plan?

Citando una de las escenas más famosas de Trainspotting (seguir la vida del protagonista no es recomendable lo más mínimo, aunque esta escena sí lo es);

«Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de tejidos baratos. Elige bricolaje y preguntarte quién eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de comida basura. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa»

Cuidado, no reniego de esto si es tu objetivo (si es así, bienvenido sea), reniego de esto si es lo que haces porque es lo que se supone que se debe hacer, si no te cuestionas si realmente es algo que te haga feliz, si no buscas perseguir lo que te motiva porque “es una tontería” y “no tiene ningún futuro”. Chicas, chicos, tenemos el poder para crearnos la vida que deseemos. Seamos conscientes.

Somos los protagonistas de nuestra propia historia y depende solo de nosotros hacia donde queremos dirigirla. Es fantástico. Tenemos mucha suerte. Aprovechémosla.

EJERCICIO PRÁCTICO

Imagínate que eres un espectador de la película sobre tu vida, donde tu eres el protagonista. ¿Te la pasarías bien viéndola? ¿estarías orgulloso de ti y de tu historia? o por el contrario, ¿echarías en falta cosas? 

Escribe en un papel como te gustaría que fuese ese protagonista o que te  gustaría que hiciera. ¿seguiría los sueños de su infancia? ¿se acercaría a decirle  algo a esa chica? Una vez lo tengas, pregúntate, ¿qué podría hacer ese protagonista para  acercarse más a como me gustaría que fuese?

 2 | Me hubiera gustado trabajar menos.

trabajar menosComo dice John Lennon en su canción “Beautiful Boy”, “life is what happens to you when you are busy making other plans”, es decir, la vida es eso que pasa mientras estás ocupado con otros planes. Según Bronnie Ware, este era uno de los arrepentimientos más comunes entre los pacientes masculinos. Echaban de menos haber pasado más tiempo con sus seres queridos o dedicarle tiempo a las cosas que les estimulaban.

Hoy en día pareciera que nuestro trabajo fuese estar callados y no hacer preguntas, aceptar lo que nos ofrecen y aunque tengamos un trabajo injusto, donde estamos explotados, donde nuestra aportación no vale nada, donde no se nos valora como individuos, sino como parte de una cadena de montaje de productividad y en la cual, lo único que importa, es que cumpla las horas designadas para que otra persona gane diez veces mi sueldo acosta de mi propio esfuerzo y trabajo y encima de todo eso, tenemos que estar agradecidos, ya que menos mal que nos podemos dedicar a algo. Y ni se nos ocurra desobedecer alguna regla o enseguida estamos fuera del sistema, independientemente de si llevamos 1 o 10 años trabajando en eso.

Jean Piaget, epistemólogo y psicólogo suizo, dijo:

“El objetivo principal de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer cosas nuevas no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho; hombres que sean creativos, inventores y descubridores. El segundo objetivo de la educación es la de formar mentes que sean críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece“.

Sin embargo, miramos a nuestros lados, ¿y donde está eso? ¿dónde está la gente que se pregunta si su trabajo le satisface? ¿dónde está la gente que se dedica con pasión a su vocación? Si, claro, hay, afortunadamente cada vez hay más.  Pero se sigue viendo mucha gente que, sin estar en situaciones de necesidad y teniendo libertad para elegir, terminan haciendo lo primero que encuentran por no saber quién son, qué buscan, qué quieren y ni siquiera preguntárselo. Citando a Confucio (hoy me apetece mucho citar como veis), “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.”

Por supuesto que vamos a encontrar muchas puertas cerradas, pero una puerta cerrada al fin y al cabo no es más que una puerta que espera para ser abierta. Y aunque parezca una tontería, la mayoría de las puertas se abren solo levantando la mano y accionando el pomo.

Tu vida te pertenece.

En el próximo artículo las siguientes 3 claves

 

Fuerza de Voluntad: Caerse para volver a levantarse

Hola chicas y chicos,

Hoy me gustaría que echarais un vistazo a un video que está circulando por internet, el cual no solo tiene que ver con el tema principal que siempre me gusta tratar, es decir, escapar de la rutina; si no que es extrapolable a cualquier otro ámbito de la vida:

En él, acabáis de ver a Heather Dorniden, todo un ejemplo de fuerza de voluntad y determinación; ya que mientras lideraba una carrera de 600 metros en la final de un campeonato universitario, y faltando una sola vuelta para terminar, dio un mal paso y cayó al suelo posicionándose en ultimo lugar. La mayoría de nosotros habría pensado algo como “tanto nadar para morir en la orilla” y nos habríamos rendido y aceptado la derrota. Pero ella no. Haciendo gala de un valor increíble, se puso en pie y continuó corriendo hasta terminar y ganar la carrera.

La voluntad es asertividad en estado puro

Una voluntad férrea es clave para el desarrollo personal y para poder llegar a ser, como decimos en Egoland, un seductor 360º. En definitiva, para alcanzar felicidad y bienestar en nuestra vida; pues con ella logras tus propósitos antes o después; pero si no la tienes… lo más probable es que abandones tus proyectos al menor bache, y así no se llega a ninguna parte.

Del mismo modo en que, si cuando estás ante una persona que te atrae y te atreves a expresárselo de forma sincera y empática, eso te convierte en una persona asertiva; también ocurre que eres asertivo si mantienes un compromiso sólido contigo mismo en cuanto a las metas que quieres alcanzar y no te desvías de ellas aunque caigas una y otra vez. De este modo, eventualmente alcanzarás dichos objetivos.

Los dos tipos de voluntad

Entramos aquí en una cuestión un tanto filosófica, pero el caso es que a modo de opinión personal, yo considero que hay dos formas de voluntad:

1- Voluntad pesimista: Quizá la más común. Consiste básicamente en aceptar que no puedes hacer nada para cambiar las cosas (o lo que es lo mismo: falta de voluntad), ya que eres “consciente” de que ciertas situaciones no dependen de ti. Llámalo mala suerte, destino o lo que quieras, pero no es más que una excusa, una forma de sumirte en la complacencia y acallar tu conciencia para no aceptar que simplemente te has rendido ante un obstáculo.

2- Voluntad optimista: Esta nace de la asunción de la propia libertad de elección y el compromiso con tus propios anhelos y deseos, independientemente de las adversidades o de las opiniones y consejos negativos que otros puedan tener sobre ti, así como de las caídas que hayas sufrido en tu camino.

De este modo conviene entender que tenemos libertad para tener fuerza de voluntad ante un problema… y también para no tenerla. Dicho de otro modo: Libertad no consiste en tener la opción de elegir; si no en que teniendo dicha opción, elegimos tener la voluntad de seguir adelante pese a anteriores “fracasos”.

En definitiva, tienes la libertad para poder lograr lo que te propongas. La pregunta es ¿Quieres lograrlo?

Mantén la cabeza en la dirección correcta y no tendrás que preocuparte por tus pies

Por desgracia no sé de quién es la anterior frase pero resume a la perfección lo que pretendo ilustrar en este artículo; pues siempre he creído que si eres honesto contigo mismo respecto a lo que quieres en la vida y luchas por ello, antes o después acaba llegando.

La fuerza de voluntadLo cierto es que lo último que debemos hacer es dejar que nos afecten las piedras que podamos encontrar por el camino, ya sea en nuestro entorno laboral, familiar o en nuestro desarrollo personal. Puedes ver los problemas como fracasos o como aprendizaje, y escoger esta última forma de ver las cosas es mucho más útil de cara a desarrollar una buena fuerza de voluntad.

Al fin y al cabo, como decía el padre de Bruce Wayne en Batman Begins:

-¿Por qué nos caemos Bruce? Para aprender a levantarnos.

Y esta es una lección que como habéis visto, Heather Dorniden tiene bien aprendida. Un abrazo a todos/as.

Diego

Apostar por uno mismo: Todo son ventajas

La mayoría de la gente, cuando escucha la palabra “apuesta”, cree que se está hablando de quinielas, loterías, o carreras de avestruces peladas; por lo que, o se les apagan las neuronas y se ponen a hablar del tema como si fueran unos expertos (especialmente en el caso de las avestruces) o desconectan y comprueban cuantos “me gusta” tienen en su última foto de Facebook en la que salen haciendo el idiota con su gato.

No es que sean adictos al juego ni nada parecido pero aun así, llevan toda su vida apostando y no lo saben. Y lo que apuestan es el recurso más crucial que existe. ¿Dinero? No: Tiempo.

 -En el trabajo apuestan por la empresa de su jefe al invertir tiempo (y conocimiento) a cambio de un sueldo que rara vez compensa dicha apuesta.

-Durante unas vacaciones visitan museos o playas y así “apuestan” por culturizarse y relajarse.

-Otros se pasan horas navegando por internet y contemplan alegremente como van pasando inútilmente esas horas. Una apuesta perdida de antemano.

-Incluso (aunque parezca mentira hoy en día) hay quien no tiene trabajo y por ello, muy productivamente “apuestan” por lamentarse de su mala suerte

-También hay gente que pasa casi todo el día tirada en el sofá viendo películas, o leyendo libros, o jugando videojuegos, etc…

 

De todas estas acciones se puede sacar un lado positivo y uno negativo. El positivo es que, de algún modo, la mayoría de ellas te hacen sentir bien durante un breve periodo de tiempo (satisfacción a corto plazo). La parte negativa es que, si haces algunas de ellas a menudo, desaprovechas tu tiempo del mismo modo que si realizaras una inversión a fondo perdido o una apuesta alta teniendo una mala mano.

 

Es por esto que hay una clase de apuesta más provechosa que las otras: aquella en la que apuestas por ti mismo. Esto es una apuesta segura que engloba cada acción que te hace crecer a nivel personal.

 -Aprender un idioma

-Aprender a tocar un instrumento musical

-Aprender un arte marcial

-Estudiar una carrera (o hacerte autónomo y crear tu propio negocio)

-Viajar y vivir experiencias

-Practicar algún deporte

 

Con esto no quiero decir que no puedas darte tus caprichos (de vez en cuando todo el mundo merece un premio y por ello puede, e incluso debe, tirarse en el sofá sin hacer nada a parte de observar las telarañas del techo… o preocuparse por las avestruces). Pero no pierdas sistemáticamente horas de tu vida sin ningún objetivo a largo plazo o, de lo contrario, perderás grandes oportunidades de progresar en la vida. Seguro que te suena alguna de las siguientes situaciones:

 

-Has perdido la oportunidad de conseguir tu trabajo ideal porque no tienes conocimientos del idioma requerido

-No has podido conocer a esa persona que te atraía porque no dispones de las habilidades sociales necesarias al no haberte leído el libro Seductor Egoland

-No has podido hacer ese viaje a aquel rincón apartado al que deseabas ir porque no tienes carnet de conducir y no hay ningún transporte público que llegue hasta allí

 

Si es así, y seguro que lo es, empieza desde ya a dejar de lamentarte por tu mala estrella y coge las riendas de tu vida, ya que a diferencia de cualquier objeto material (que se acabará estropeando más rápido que deprisa) tú durarás hasta que te mueras, lo cual te convierte en el activo más valioso que tienes. Así, como suena. De modo que… ¿por qué no apostar por ti y mejorarte paulatinamente? Así, con el tiempo, todo son ganancias.

DIEGO 

Eres como las 6 personas con las que más te relacionas

Amig@s del universo egolandiano, me apetecía mucho volver a la sana costumbre de escribir artículos. Que no todo va a ser grabar videos molones y podcasts fresquitos. En esta ocasión, quería profundizar en algo que leí hace poco y que me pareció chulo para contaros por aquí y abrir el debate.

LA TEORÍA DE LAS 6 PERSONAS

teoria-seis-personas-influencia-entornoSe trata de la teoría de las seis personas. Su propuesta en sí es sencilla, se basa en el fenómeno del modelado, uno de los factores del aprendizaje y del que nos habla la psicología social. El modelado nos enseña que aquellas personas que tenemos cerca y que ejercen como referencias para nosotros van a ser aquellas de las que aprendamos más conformando así nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Si por ejemplo en nuestra familia se ha utilizado el agradecimiento de manera habitual será muy probable que nosotros también lo utilicemos. Si en nuestro entorno hemos visto que el empezar a hablar con desconocid@s es algo censurable y digno de burla, mofa y escarnio… no tenderemos a hacerlo. Hablamos de probabilidades, no de algo grabado en piedra.

APLICACIÓN DE LA TEORÍA DE LAS 6 PERSONAS

Esta teoría nos sugiere que pensemos en aquellas personas con las que nos relacionamos más. Te propongo a que lo hagas tú también ahora mismo. Selecciona seis y piensa un momento en cada una de ellas:

  1. ¿Qué características psicológicas tiene cada una de esas personas?
  2. ¿Qué te aportan?
  3. ¿Qué les aportas tú a ellas?

Así, estas seis personas serán las que más te influyan en tu vida, las que más van a “modelarte”, quieras o no. En realidad tendemos a copiar aquello que vemos más. ¿Te has dado cuenta de que hablamos bastante parecido a nuestros amigos? Esto engloba la gestualidad, expresiones que utilizamos, tipo de humor que elegimos. Lo mismo pasa entre miembros de una familia. Y esto tanto de manera consciente como inconsciente.

ELIGE BIEN CON QUIEN TE RELACIONAS

Estoy más que de acuerdo con todo esto y podemos utilizarlo de manera que nos convenga. Por ello la conclusión clara es que más vale que elijamos bien con quien nos relacionamos de manera habitual:teoria-seis-personas-amigos-influyen

¿Quién tengo al lado me hace crecer, me estimula, me motiva, es brillante, buena persona, optimista… o todo lo contrario?

Consecuencias clave que tiene esto sobre uno mismo: podemos elegir quien nos influye. No se trata tanto de dejar de relacionarnos con unos u otros o de lanzarnos a la búsqueda de gente molona y luminosa, más nerviosos que un pulpo en un garaje, sino de ir eligiendo y potenciando. Puede que esas personas del club al que asistimos regularmente, pensemos que pudieran ser una aún mayor influencia positiva en nosotros, o puede que esa amiga a la que tenemos mucho cariño pero que de alguna manera siempre nos hace ser demasiado cautos con nuestras decisiones, queramos reducir su influencia en nuestra vida.

Tenemos opciones de elección, y además de las seis personas, no descuidemos tampoco nuestro círculo amplio. Dentro del modelo PERMA de la Psicología Positiva, sus promotores defienden que el factor R (“Relationships” – relaciones personales) es el que más peso tiene en nuestro bienestar ¡A por ello pues!

¿Y tú, eliges quien te influye en tu vida?

 

 

Felicidad en perspectiva (IV): El ejercicio que te hará tomar tu mejor decisión

En la primera parte analizamos tres definiciones de felicidad. En la segunda analizamos mi propia definición. En la tercera os proponía 3 ejercicios y en esta cuarta os propongo mi favorito!!!

 

 

Es un ejercicio especialmente útil para la toma de decisiones. Se llama “¿Qué me gustará escribir sobre este día?”.

Paso 1: al acabar el día, escribirás al menos un párrafo en el que relatarás qué has hecho durante ese día (si te da mucha mucha pereza, también lo puedes hacer de forma imaginaria, pero lo ideal es escribirlo).

Paso 2: a lo largo del día, cuando tengas dudas o te falte motivación para tomar una decisión, piensa: ¿Esta noche, qué me gustará escribir que hice?

El día de hoy no se repetirá, y eres tú quien tiene el mayor número de cartas para decidir lo memorable y valioso que va a ser. Así pues, durante el día imagina que te encuentras con decisiones cotidianas como:

–      Empezar a cuidarme y aprovechar más el día o no hacerlo.

–      Acercarme a conocer a esa camarera irresistible o no hacerlo.

–      Proponerle a tu pareja un bonito plan, o dejarlo para más adelante.

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Pues bien: ¿qué me gustará escribir sobre ese día?

–      que (a) una vez más no he hecho nada para cuidarme, o (b) que en ese día le propuse dos grandes amigos empezar a ir a nadar a las 8 de la mañana para empezar el día con risas y un poco de ejercicio.

–      que (a) me fui a casa con sensación de impotencia y pensando en la pinta de interesante que tenía esa chica, o (b) que me acerqué a esa chica y que me las ingenié para que nos diésemos el contacto.

–      que (a) no hice nada para reducir la rutina que últimamente tengo con mi pareja o (b) que me pasé una hora buscando planes interesantes y estoy muy contento porque el próximo finde me escapo con ella a un precioso pueblo del interior.

Si termino recordando, escribiendo, en definitiva guardando en mi caja de pequeños tesoros diarios cualquiera de las tres opciones subrayadas, habré acortado mi distancia entre quien quiero ser y quien soy. Si actuó así, mis días estarán llenos de logros memorables. Eso me hace definitivamente feliz.

Ya lo sabéis amigos. Cuando acabe el día… ¿qué os gustaría escribir que hicisteis? ¿que leísteis un artículo sobre felicidad, os pareció útil y se lo hicisteis saber al escritor para hacerle sonreír un poquito? Qué pillines…

 

Contento de escribir,

 

Javier Santoro

 

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.

 

Felicidad en perspectiva (III): 3 ejercicios para valorar tu felicidad

En la primera entrega de esta serie de artículos proponiamos diversas definiciones de felicidad, y en la segunda profundizamos en el análisis de una de esas definiciones:

“Sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.”

Deliberadamente dejamos una parte de la definición sin explicar, ya que merecía un artículo aparte: sentir.

Hay al menos tres motivos por los que en muchas ocasiones no logramos sentir bienestar por algo que objetivamente puede ser motivo de felicidad:

  1. Nuestra capacidad para naturalizar y normalizar situaciones nos hace insensibles a nuestros progresos (podemos pasarnos una semana atormentándonos mentalmente porque tenemos que finalizar un trabajo, pero una vez lo entregamos no nos pasamos una semana felicitándonos).
  2. Nuestro lenguaje dual, que nos predispone a definir la realidad mediante conceptos absolutos como “éxito y fracaso”, “acierto y error”…  en definitiva ”blanco y negro”, nos hace ciegos a la cantidad ingente de tonos intermedios de los que se compone la realidad.
  3. Y nuestra naturaleza deseante, que nos causa una vorágine de emociones mientras anhelamos algo, nos predispone muy a menudo no valorar aquello que ya tenemos.

Así pues, se puede acortar la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer, y aun así a corto plazo no percibir que aumenta mi felicidad en términos de “mayor satisfacción general con mi vida” (segunda definición que explicamos en la primera parte)

felicidad-urgencia

Se trata de un tema del que seguro escribiré más líneas. Pero de momento, voy a proponer tres ejercicios o intervenciones para tomar perspectiva sobre tu propia vida, pudiendo así valorar y sentir con mayor precisión la felicidad más allá de lo cotidiano.

EJERCICIOS PARA VALORAR LA FELICIDAD

1.Ejercicio retrospectivo:

Si pudiese coger el teléfono, y marcando un número llamar al «yo» de hace un año… ¿qué le diría? ¿se sentiría orgulloso de lo que actualmente estoy haciendo? ¿se sorprendería mucho? ¿Por qué cosas me preguntaría? ¿qué consejos le daría? ¿le daría algún tipo de ánimo respecto a algo? ¿qué le preocupaba a aquel «yo» y qué le diría al respecto? … ¿Y si llamase al «yo» de hace cinco años?

 

2.Ejercicio prospectivo:

Si me llamase al «yo» de dentro de unos años, ¿por qué aspectos de mi vida actual le preguntaría? ¿qué cuestiones me preocupan en la actuaidad y me importa saber cómo las voy a resolver en el futuro? ¿qué estoy haciendo en la actualidad para resolverlas? ¿Hay personas y dimensiones de mi vida que puede que dentro de unos años desaparezcan o se enfríen, y por tanto ese yo del futuro me diría que los viva y saboree al máximo hoy?

3.Ejercicio prospectivo II:

Si en el futuro publican una biografía o autobiografía mía… ¿cómo se llamará el capítulo en el que me encuentro actualmente?

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Si hacéis el primer ejercicio es muy probable que descubráis lo mucho que vuestro yo de hace un año se sorprendería y se alegraría por vuestro progreso o por la situación en la que actualmente os encontráis. En todo caso los tres ejercicios son también una buena excusa para tener una interesante conversación con la compañía que os haga feliz. También me podéis escribir en los comentarios los títulos que os salgan al hacer el tercer ejercicio.

EL EJERCICIO DEFINITIVO

En la 4 entrega de esta serie, muy pronto

 

 

Javier Santoro

 

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.

 

Felicidad en perspectiva (II): acortar distancias

En la primera parte analizamos tres definiciones de felicidad.

Retomamos a continuación la última de ellas:

“Sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.”

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Analicemos las partes de dicha definición:

“Acortar la distancia…”.

Nótese que la definición no dice “felicidad es ser quien quiero ser” o “hacer lo que quiero hacer”, sino que habla de reducir la distancia entre un punto y otro, de algo progresivo. Que el hombre siente más durante el camino que a la llegada, es una absoluta certeza de la que jamás estaremos completamente seguros. Me explico. Han sido muchos autores y filosofías los que han hablado de la importancia del camino sobre la meta. Desde George Bernard Shaw (“Dos tragedias hay en la vida: una, no lograr lo que ansía el corazón. La otra es lograrlo”) a Robert Louis Stevenson (“Es mejor viajar con esperanza que llegar”) pasando por la clásica máxima taoísta que tanto ha inspirado a nuestro compañero Álvaro (“La recompensa es el camino”).

Muchos lectores sabrán a qué me refiero. Y quien no, que confíe. Disfrutar el camino y celebrar con una sonrisa cada centímetro que nos acerca a lo que queremos hacer o lo que queremos ser es motivo de felicidad.

Aplicación práctica: pongamos que soy Eva. He conocido a Marcos, ese chico tan mono e interesante que cada vez me gusta más. Aunque nos conocimos hace poco, siempre que quedamos convertimos el día en algo especial. Pero él es muy honesto e intuye por dónde pueden ir mis apetencias, así me ha dejado caer que lo ha dejado con su pareja hace poco y que no está para grandes compromisos. Tengo entre varias opciones:

(a) plantearle un todo o nada: yo quiero compromiso y si no es capaz de dármelo, no debo seguir quedando con él (aunque quiero!);

(b) renunciar a mi deseo de compromiso. Él no me debe nada y yo no soy quien para sentirme mal por saber que él puede conocer a otras chicas (pero me siento mal!);

(c) celebrar que hoy conozco a Marcos y hace unas semanas no, y que me siento afortunada porque un chico me esté gustando, ya que visto cómo está el patio eso no es tan fácil. A partir de ahí, tengo su contacto y cada vez lo conozco mejor. Así que voy a procurar hacerle sonreír, y provocar ganas de más. Porque tengo claro que de lo que nos gusta, queremos más. No renuncio a mi idea de compromiso pero si provocándonos sensaciones positivas el compromiso sale de forma natural me sentiré mucho mejor que si lo he impuesto como una norma.

La tercera opción parece ser la más probable para que Eva disfrute y sea feliz acortando distancia entre lo que hace y lo que quiere hacer. Nuestra chica sabe que no hay nada seguro, pero siente que así no sólo está disfrutando a corto plazo, sino que aumenta las probabilidades de lograr lo que quiere a medio y largo plazo.

“… entre lo que hago/entre quien soy…”.

Esta parte de la definición apunta hacia el autoconocimiento. No es casualidad que la máxima “conócete a ti mismo” estuviese en el pronaos del Templo de Apolo en Delfos ni que Sócrates, uno de los padres de nuestro pensamiento, tuviese ese principio tan presente.

En la misma línea, una de las sorpresas que se llevan los alumnos que vienen a los talleres de Egoland es que trabajamos mucho el autoconocimiento, y los participantes salen conociéndose y valorándose más[1]

¿Por qué parece haber una relación entre autoconocimiento y felicidad? Considero que hay como mínimo dos razones fundamentales:

1.- Quien se conoce sabe identificar de un modo más preciso qué le sucede, de modo que puede abordar mejor sus propios problemas.

2.- Quien sabe dónde se encuentra, sabe qué dirección debe tomar para llegar a dónde quiere encontrarse.

Aplicación práctica: Santiago se siente poco carismático, poco seguro, y no sabe por qué. Se entera del trabajo que realizamos en Egoland y se apunta a uno de nuestros talleres. Tras varios ejercicios descubre que en realidad una de las cosas que le sucede es que ha tenido unos padres muy exigentes y tiende demasiado al perfeccionismo, de modo que no disfruta de los resultados a los que llega. Aprende a hacer ejercicios para tomar perspectiva sobre su propia trayectoria, empieza a juzgarla de un modo más justo, y se siente no sólo más satisfecho con cómo está dirigiendo su vida, sino más seguro de hacia dónde quiere dirigirla.

 

“… y lo que quiero hacer/ y quien quiero ser.”

Esta parte se deriva del autoconocimiento, y es otro elemento vital repetido en todo libro de autoayuda y charla de coaching que se precie: los objetivos. En definitiva, nos hace felices tener objetivos y acercarnos hacia ellos. Mientras más concreto sea el objetivo mejor podremos medir -valorar- nuestro progreso. Para algunas personas el objetivo puede incluso ser tan abstracto como “mejorar en algo”. En este sentido recuerdo una anécdota sobre Pau Casals, uno de los mejores violonchelistas que ha dado la historia. Se cuenta que a sus 96 años, un entrevistador le preguntó:

– Pau, siendo el mejor violonchelista del mundo, ¿por qué sigues practicando 6 horas al día con tu violonchelo?

– Porque estoy mejorando -respondió Pau-.

Sea la anécdota cierta o no, Pau Casals tenía un objetivo y probablemente acercarse hacia él le proporcionó grandes dosis de felicidad. Tener metas no depende de tener 20 o 96 años. No profundizaré en este tema, pero el ejemplo me parece fundamental para toda aquella persona que llegada cierta edad, piensa que ya ha hecho todo en la vida y no se propone ningún reto, ningún objetivo, ninguna meta. La vida es por definición crecimiento, así que quien decide dejar de crecer, se predispone a dejar de vivir.

Retomemos la definición completa: “Sentir que acorto la distancia entre lo que hago/quien soy y lo que quiero hacer/quien quiero ser”.

Deliberadamente he dejado una parte de la definición sin explicar. Una parte necesaria para completar la definición: sentir.

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. . Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.


[1] Particularmente recuerdo un alumno que tras un taller fue capaz de reescribir su currículum de un modo preciso y añadiendo virtudes que no era consciente que tenía. Posteriormente nos contactó para decirnos que había sido contratado en una empresa y que Recursos Humanos le había felicitado por su CV.

Felicidad en perspectiva (I): 3 definiciones de felicidad

Inestimables lectores, nunca dejará de sorprenderme lo poco que se habla de felicidad de forma manifiesta, cuando de forma latente nunca hablamos de otra cosa.

Como ya comenté al comienzo del artículo sobre El Hecho Social y la Extravagancia, una pregunta del tipo “qué te hace feliz” o “qué es lo más bonito que te ha sucedido esta semana” resulta más extraño que “por dónde saliste anoche”.

Con la venia de nuestro psicólogo positivo, el gran Antoni, en estas entregas voy a extravagar como sociólogo y hablaré sobre felicidad. Me resulta inevitable. Si en La extravagancia Proponía un modo de enfrentarnos a la resistencia social y en El Ser y el Deber Ser  un método para estar en guardia contra las ideas que hemos heredado, esta entrega busca un sentido último, un para qué. Y es que una de las cuestiones que innegablemente comparten todos los seres humanos, es que quieren ser felices.

Teniendo en cuenta esta característica humana común: ¿Por qué plantearnos de manera tan prioritaria la felicidad?

Lo primero que define la urgencia de la felicidad es la brevedad de la vida, su fragilidad manifiesta y la escasa probabilidad de que las buenas oportunidades se repitan. Detengámonos un momento a pensar y digámoslo en alta voz: LA VIDA ES FINITA, y nuestra primera responsabilidad para con ella es vivirla y disfrutarla al máximo. El resto de “deberes” añadidos dependen en gran medida del entorno social y de la lectura que de él hagamos.

felicidad-urgencia

Ahora bien, de la misma manera que existe un código que divide el “ser” del “deber ser”, hay una clara división entre lo que deseamos realmente y aquello que (por presión social, miedo o autoengaño) creemos que deseamos. Dicho esto, la pregunta es inminente:

¿Qué es ser feliz?[1]

En esta serie abordaremos tres definiciones.

1a. EDUARD PUNSET – AUSENCIA DE MIEDO

La primera se la escuché a uno de los santos laicos de nuestra sociedad: Eduard Punset. Él afirma: felicidad es ausencia de miedo. En relación calidad/síntesis es la mejor definición que nunca he encontrado. Porque efectivamente, detrás de cada desdicha podemos encontrar un miedo: miedo a que la persona amada deje de quererme, miedo a perder mi trabajo, a perder el tiempo o dinero invertido en una decisión, a quedarme calvo, a no volver a sentir lo que uno ya ha sentido, a no ser libre, a resultar herido, a no estar a la altura, a quedar en ridículo, a la soledad, o a la nueva canción del verano.

El miedo merece un enfoque particular y extenso y seguramente lo abordaremos en otra oportunidad. Baste decir desde el punto de vista social que el miedo (a lo que van a decir, pensar o hacer los demás) puede llevarnos a alejarnos definitivamente de nuestros deseos e impedirnos ver claramente lo que nos rodea. Esto define nuestra percepción distorsionada de la felicidad. La lista de miedos puede llegar a coincidir peligrosamente con la lista de obligaciones impuestas y heredadas, nos planteamos con frecuencia que tenemos que ser buenos padres, buenos trabajadores, buenos novios, antes que plantearnos la búsqueda del bienestar. Nuestra necesidad de cumplir con las normas sociales  puede llegar a suprimir nuestros deseos y eso requiere una reflexión crítica.

2a.CARMELO VÁZQUEZ – FELICIDAD COMO PROYECTO

La segunda definición, la escuché de uno de los grandes referentes en el campo de la psicología positiva en España: Carmelo Vázquez. Dada la dificultad de medir la felicidad a través de cuestionarios, él usa una aproximación realmente útil: ¿cuál es tu nivel de satisfacción general con la vida?

Esta pregunta entiende que la apreciación de la felicidad necesita de cierta perspectiva. Es cierto que existe una apreciación de lo feliz en lo cotidiano, en saber identificar qué sensaciones y experiencias me producen bienestar, pero a mi parecer la gran virtud de esta definición es entender la felicidad como proyecto. Así pues, tener días malos es perfectamente compatible con una vida feliz. Sobre esta perspectiva de la felicidad ahondaremos en la tercera entrega de estos artículos.

3a. JAVIER SANTORO – LO QUE HAGO Y LO QUE QUIERO HACER

La tercera definición, no es tan genial como las anteriores pero es de la que más orgulloso estoy. Esto se debe sin duda a que se trata de mi definición particular (de hecho animo a todo lector a buscar su propia definición). Considero que felicidad es sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.

Analizaremos con ejemplos en la próxima entrega las 4 partes de las que está compuesta dicha definición.

¡Hasta pronto!

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.


[1] Como no puede ser de otro modo, mi aproximación es subjetiva. Para un acercamiento a la literatura científica relacionada con la felicidad recomiendo a Martin Seligman, padre de la psicología positiva, así como uno de los principales impulsores de este enfoque psicológico en nuestro país: Carmelo Vázquez. Particularmente también profeso admiración por Luis Rojas Marcos.

El día del sí: Experiencia personal

Os voy a contar como fue mi experiencia poniendo en práctica “El Día del Sí”. Todo esto con permiso de Yago: instigador y motor de toda esta puesta en marcha, así como gran escritor y un genial ejemplo a seguir, aquí tenéis el artículo inspirador.

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/vida-mandanguera-iii-el-dia-del-si/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]El día de SÍ[/button]

 —

Era sábado y en principio parecía un sábado cualquiera. A la mañana sabía que iba a ser lo de siempre: salir, tomar algo, mandanguear, etc. Sin embargo, algo me llevó a releer el artículo de Yago. Flipé. Buenísima idea, me dije. “Esto hay que ponerlo a prueba”. Llame a un par de colegas con los que iba a salir y les comenté la idea. Respondieron con una sonrisa telefónica de esas que no hace falta verlas para saber que se están produciendo. Quedamos a las 7 de la tarde en un bar para tomar algo y comentar el asunto.

Nuestro planteamiento fue este: “esta noche vamos a decir a todo que sí, sin que ello implique un gasto económico enorme (imaginad que alguien me pide que le regale un coche) y sin que sea negativo para nosotros”. Decidimos contarles nuestra idea a otros cuatro amigos que salían con nosotros para que ellos fueran los “cabrones” que nos pondrían en ridículo continuamente. Decidimos plantearlo así para que todo el grupo estuviese implicado en nuestro “Día del Sí” y para que todos, participaran o no, también disfrutasen.

 Decir si es vivir experiencias

Empezamos con cosas chorradas. “¿Quieres escuchar una canción de Celine Dion?”. ¿Quién escucharía una canción de Celine Dion por deseo propio? Nadie con dos dedos de frente. (no os ofendáis fans de Celine). Así empezó la broma.

Empezamos a ridiculizarnos unos a otros. Y digo ridiculizarnos en el buen sentido de la palabra, porque estábamos haciendo cosas graciosas y lo estábamos pasando genial. Hablar con los ojos cerrados, hablar cantando, y cosas por el estilo. Pero lo bueno llegó cuando nuestros cuatro amigos “cabrones” empezaron a proponer cosas. “Me encanta este tema de funky. Bailar en medio del bar”. Y así fue. Un bar con 60 personas mirando a tres chavales bailando como locos. A todo esto, decidimos no beber nada de alcohol para hacerlo mucho más interesante. Para no hacer trampas, vaya. Luego nos propusieron una carrera a la pata coja en medio de la calle de los bares. Hablar con chicas y decirles lo bonitas que eran sus faldas. Regalar flores, hablar con gente y preguntarles cosas, etc, etc, etc. En general, hacer todas esas cosas que normalmente no te planteas hacer por vergüenza o por miedo. El simple hecho de saber que teníamos que decir que sí nos llevó a hablar con más de 30 tías, a reírnos toda la noche, a romper barreras de la vergüenza y la timidez, a conseguir más de un número de teléfono, y en general, a pasar una noche inolvidable.

 

Si os soy sincero, descubrí algo. Normalmente no hacemos según que cosas por nuestros prejuicios, por el miedo al rechazo, por nuestra forma de ser, por nuestra timidez, o por mil razones más. Pero con este sistema la cosa cambió. Nos daba igual todo. Éramos libres de hacer lo que quisiéramos, porque en nuestra mente, la única palabra que sonaba era: SÍ.

 

Así que chicos y chicas, os invito a que pongáis a prueba el SÍ en diferentes momentos y situaciones de vuestra vida, porque lo que está claro es que lo vais a pasar genial. Yo había empezado el día como otro cualquiera y al final de la noche sonreía en cama pensando en lo que había molado y en escribir este artículo. Y la verdad es que si hubiese hecho lo de siempre, seguramente no me acordaría si quiera de lo que ocurrió. Y os digo una cosa, cuando te planteas hacer cosas que normalmente no haces, sueles tener resultados que normalmente no tienes.

 

EJERCICIO: HAZ LA PRUEBA

Envíanos tu día del sí para que lo publiquemos y qué ha cambiado respecto a un día del Sí/No 

Jorge

5 pasos hacia la felicidad: Modelo PERMA (II)

Cinco pasos para la felicidad (II) Estimular las emociones positivas en ti y en los demás.

 

Amigos y amigas de Egoland Seducción, seguimos avanzando en esta serie de artículos para poder ir trabajando nuestra felicidad y la de todos las que nos rodean, seduciéndonos y seduciendo continuando con las primeras ideas que vimos en el inicio de esta serie:

Te invito a parar un momento y pensar en lo siguiente: ¿Sabrías enumerar ahora mismo la mayor cantidad posible de emociones negativas que se te ocurran? ¿Y a continuación de emociones positivas? Es decir, de todo aquello que podamos sentir de un signo u otro.

Seguramente te haya resultado más fácil citar emociones negativas que emociones positivas. Lo mismo les sucede a las personas que vienen a mi consulta, a los alumnos de mis cursos y a mi mismo la primera vez que probé a hacer ese listado. No sólo tenemos más nombres para las emociones negativas (lo cual ya de por si es significativo) si no que estas parece que sean más salientes, más fácilmente accesibles.

“Cada uno de nosotros es su propio clima, determina el color del cielo dentro del universo emocional en el que habita” (Fulton J. Sheen)

Sin embargo las emociones positivas como la alegría, el alivio, la serenidad, el  amor, la satisfacción, el apego, armonía, interés, la ecuanimidad, la ternura etc. forman parte de nuestro día a día y podemos promoverlas de maneras diferentes. Seremos creativos, más falibles y nuestra memoria recordará incluso selectivamente los recuerdos buenos.

 modelo-perma-fulton-sheen

Cuando nos encontramos en el espectro positivo de las emociones tenemos una mayor tendencia a ayudar a otros, mostrar comportamientos solidarios, compasivos, generosos o altruistas… y esto agrega a tu mochila adjetivos positivos sobre ti mismo, como Luis nos recomienda muy acertadamente en Seductor. Es más, con una memoria llena de recuerdos positivos estarás labrando tu personalidad hacia un yo más atractivo, más motivante, más apetecible y más valioso.

 

Queremos sentir euforia, alegría,  esperanza, satisfacción… y estas emociones son de una fuerza enorme. A esto le podemos llamar también “instinto de supervivencia” o “instinto de vida” en algunos manuales. Por ello, queremos encontrar a personas que nos hagan sentir emociones. Si quienes tenemos al lado nos hace sentir todo esto… ¿acaso nos tenderemos a seguir cerca de esa persona? ¿No nos resistiremos a sus avances? ¿Dejaremos escapar ese mundo de sensaciones que nos provoca? Ambos sabemos la respuesta, avispada amiga, inteligente amigo.

 

 Sin embargo, este foco en lo positivo no debe de ser mal entendido. Todas las emociones son naturales; llorar no es malo, cumple su función, aunque no siempre sea agradable. Pensar en que alguien viva en un monte solo lleno de orégano o que todo es color de rosa extraña un poco. Al final, naturalidad como parte del Carisma, recuerda las tres Ces. Alguien que acepte las emociones negativas en si mismo y en los demás, alguien que fomente en si mismo y en los otros las positivas.

 

Hay maneras diferentes de estimular estas emociones positivas. Uno muy popular y con efecto real es el del uso de las afirmaciones, que además modifica nuestro pensamiento. Estas son frases cortas, motivantes y positivas. Al leerlas de manera repetida o anotarlas en un lugar visible lo que hacemos es suministrar las instrucciones a nuestro cerebro de qué es lo que tiene que hacer… Fíjate el contraste con los mensajes que a veces nos lanzamos como “jamás podré hacer esto” o “es insoportable que suceda tal cosa”. Aquí lo importante es esa repetición y de nuevo, sentirlas. Acostumbrarnos a sentirlas de verdad.

Ejercicio para estimular las emociones positivas: el foco positivo.

Seguro que en tu día a día ya realizas actividades que estimulan tus emociones positivas: gozar de tus canciones favoritas, de tu merienda favorita, recibir (o dar) un masaje… En este ejercicio la misión es sencilla: cada día procurarte al menos cinco emociones positivas diferentes entre sí, es decir, que provengan de momentos y actividades distintas, tanto solo como en compañía. ¿Alguna vez te habían mandado un ejercicio así? Serán tus “deberes” gozosos e importantes, ¡espero tus respuestas y tu ejemplos de actividades estimulantes!