Personalidad seductora (I). La clave para ser tu misma/o

Se tu mismo/a. Una frase que habrás escuchado muchas veces referida a mejorar tu relación con los demás. La seducción es tan sencilla como eso, tan difícil como eso; para llegar a ese punto, necesitarás tener cierto compromiso contigo  para llegar hasta allí. Demos un primer paso con este artículo de una serie de tres en este trío (que bella palabra) de artículos sobre tu personalidad seductora.

Claves personalidad seductoraAdemás de porque los demás ya están cogidos, debes ser tu mismo/a porque las personas alrededor de ti ya te admiran por cualidades de las que puedes ser más o menos consciente. Este es uno de los objetivos de nuestro taller Sedúcete a ti misma/o. Así, es mucho más sencillo e inteligente que te quieran por quien eres realmente que por cualquier personalidad adoptada, con un riesgo muy alto de que la treta te acabe saliendo mal. Al crítico de cine de El País Carlos Boyero, en una entrevista digital, recuerdo que le preguntaron acerca de frases de cine para seducir, y su respuesta fue clara “Como intentes ligar con las frases de otro la llevas clara”.

 

Si decides centrarte en desarrollar las cualidades que piensas que resultan atractivas o que los coaches te dicen que son buenas te estarás limitando. Es maravilloso descubrir aquello que otras personas encuentran naturalmente atractivo en ti. ¿Por qué deberías ocultar aquellos rasgos que resultan naturalmente atractivos en ti misma/o? Puedes pedir feedback a los demás, a tu familia, amigos, a aquellas personas que te atraen o que sabes que atraes… Y si te da un poco de miedo esto de preguntar, te puedo asegurar que te sorprenderán las respuestas. Además ya estarás demostrando un rasgo muy valioso y que los otros apreciarán mucho: valentía.

ERES UNA PERSONA CON RECURSOS

Te invito a moverte sobre este terreno: ya eres una persona con recursos, capacidad creativa y de aprendizaje. Ya tienes las cualidades para ser realmente querido por los demás y por aquella persona a la que aspiras o por aquellas personas a las que te gustaría tener alrededor. Puedes encontrar lo bueno que tienes y aprender a potenciarlo: esta sería la verdadera clave.

 claves para personalidad seductora

Ni alfa, ni valor, ni chulo gracioso, ni otros términos o adjetivos que limitan. Tu personalidad seductora va a venir de otro lado. Y lo que seas y cómo decidas vivirte, que se convierta en una luz que ilumine a los demás. Aquí quiero hacer dos dedicatorias especiales: 

Estimada personalidad introvertida: la extraversión no es necesariamente mejor. No necesitas tener la capacidad de hacer un monólogo en un café teatro para encontrar y atraer a quien te guste. La flexibilidad te ayudará en todas las facetas de la vida, pero no tienes porqué estar hablando a las cuatro de la mañana con cien personas seguidas en un pub si lo que el cuerpo te pide es una noche en casa, leyendo o escribiendo con una bebida caliente. Tu labor es seguir tus instintos y elegir bien, acercarte a conocer a esa persona que tanto te llama la atención (cierto que seguramente tengas que ir conociendo a alguna más en ese proceso) y atraerla y deslumbrarla con tu mundo interior.

Estimada personalidad extravertida: ya tienes una característica de personalidad que resulta admirada y deseada en la sociedad actual. Vas a tener fácil conectar con los demás, tienes el 3 en 1 para las relaciones sociales. Ahora bien, aquí lo que te recomendaré es que no te limites a ello; si añades madurez a este atributo tuyo ya serás imparable. Las personalidades abiertas y maduras resultan muy atrayentes.

Tu personalidad seductora seguramente empezará a sacar la cabecita cuando no estés tan atento a ella, es decir, cuando te permitas fluir. Tu labor es sacar a la luz lo que ya está, desarrollarlo, quitar lo innecesario, los patrones aprendidos que ya no te sirven. Además de aprender, desaprender lo que ya no te sirve ¿Te decides a tomar las riendas para ser tu misma/o y acabar forjando una personalidad más atrayente?

 

Alteridad, capacidad de ser otro…(II)

Aquí puedes repasar los conceptos fundamentales de la Alteridad en la primera parte de este artículo.

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Los peligros de una mala alteridad.

En narci (o nazi) cinismo-yoico. Pensar que mi concepción del mundo es la única y verdadera y encima cabrearme ante la evidencia de que no es así. Este tipo de personas terminan percibiéndose como tóxicas y se quedan solas.

Alienación. El ser en otro dejando de ser uno mismo. Ocurre en personas extremadamente dependientes a veces, que se vuelven posesivas y celosas hasta el punto de no dejarte vivir. Estas personas terminan percibiéndose como tóxicas y se quedan solas.

Psicopatía: En tanto en cuanto la alteridad se relaciona con la empatía, la falta de alteridad extrema puede llegar a parecer una psicopatía sin serlo. Algunas personas temen lo que son incapaces de conocer y comprender y se vuelven agresivos u odian exacerbadamente para ocultar sus inseguridades como fue el caso del ku klux klan. Estas personas terminan transmitiendo mal rollo o algo peor e ídem de ídem de lo anterior.

Un claro ejemplo que aunaría los tres casis es cuando una cultura pretendidamente “superior” intenta conquistar a otra culturalmente distinta como fue la colonización de América, los conflictos africanos entre hutus y tutsis, genocidio nazi, y otras barbaries. Esto se contradice con el acogimiento y la ética que se presupone a la alteridad.

Otros peligros de alteridad alterada o insana son la discriminación, cosificación, autarquía del yo, tensión y violencia, ecpatía y utilitarismo. Al igual que las anteriores, se consideran aptitudes inadaptadas en sociedad y provocan rechazo.

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¿Cómo se forma la alteridad?

Todos pre-establecemos pre-juicios en los otros, simple y automáticamente desde nuestra historia, generando conclusiones sobre los demás, discriminando e incluso negando al otro por las diferencias de identidades que buscan siempre la afirmación y reconocimiento a través de la IDENTIDAD para unos y la ALTER-IDAD para otros, con el fin último de aumentar nuestra seguridad al reafirmarnos. Esto no es ni bueno ni malo, simplemente es así. Dependiendo de nuestra escala de valores, existirá (como hemos visto) una alteridad “buena” y una “mala”.

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¿Conoces nuestros cursos de seducción y habilidades sociales?

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La alteridad, por tanto, es un componente importante, en la formación de un individuo, sus bases, se originan, en la sociabilización con los seres que los rodean, es decir, la convivencia, tolerancia y preocupación por el otro. En esto influye su  genética, educación familiar y social desde los primeros años de vida. Para trabajarla, es necesario vivir, experimentar… considerando y teniendo en cuenta el punto de vista, la concepción del mundo, los intereses, la ideología de los demás; y no dando por supuesto que la «de uno» es la única posible, con el fin de crear o ampliar mi conciencia y si es necesario, cambiar de enfoque o de paradigma. Es decir, ver el mundo desde distintos ángulos, clasificando y enjuiciando a las personas, objetos, paises, religiones, etc., desde la historia personal, donde el énfasis se pone en la percepción del mundo, que me vincula a unos y automáticamente me diferencia de otros… eso es todo, asumir los “juicios” como son, no verdades absolutas sino como juicios temporales con distintas HISTORIAS. Por eso el vivir como seres sociales consiste en un CON-VIVIR con la diferencia de identidades y sus propias alteridades…

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Hoy en día, las personas, y por tanto la sociedad, están en constante cambio, de nacionalidad, sexo, profesión, estado civil, nivel económico, religión, tribu, edad, música, etc., y nos obliga a re-inventarnos cada vez para satisfacer nuestra necesidad de pertenencia, reconocernos e Identificarnos con confianza. Debemos, por tanto, no solamente ser consciente del otro, para aumentar nuestras capacidades relacionales, sino trabajar nuestra propia identidad partiendo de nuestros propios fallos. Un buen ejemplo es el muy frecuente caso de los hombres educados en el machismo, que cada día  más ven cómo las mujeres de hoy en día, que no aceptamos este tipo de actitudes, les rechazamos una y otra vez. Al no ser conscientes de nosotras y de sus propios fallos, pasan toda su vida dándole vueltas a la infinidad de posibles razones de su fracaso en las relaciones con las mujeres que les rodean. En este caso sus pensamientos e ideas “limitadas”, a su vez les limitan a la hora de tener relaciones sanas, naturales y exitosas, porque a su lado las mujeres se sienten menospreciadas y no tenidas en cuenta y esas sensaciones negativas les hacen huir de ellos.

Trabajar la alteridad es un proceso de superación personal, y por lo tanto no es fácil. Tus pensamientos, sueños, actos, emociones… forman parte de ti. El error está en presuponer que los demás tienen la obligación de pensar, soñar, sentir y actuar como tú. Las personas que tienen este tipo de  prejuicios, sufren mucho en la vida cuando ven que sus ideales no se cumplen (“como yo me porto bien con los demás, los demás deben portarse bien conmigo”. “Si yo trabajo duro, merezco un ascenso”. “Si yo le amo, él debe amarme”. “La vida debe ser justa”…)  ¿Dónde pone que esto sea así?

No lo es, la vida no es justa y nuestra vara de medir no vale para todo, por lo que necesitamos distintos puntos de vista para tener distintos raseros y así poder adaptarnos a cada situación (saber estar), tanto mental como comportamentalmente. Esto nos aportará confianza en nosotros mismos y también hará que los demás confíen más en nosotros. Por eso lo importante en la alteridad es examinar y comprender desde la objetividad sin generarse expectativas, conocer otras gentes, otras culturas y modos de pensamientos y aprender de ellos, tener más cosas que compartir y ser más feliz. Eso te hará más interesante y atractivo, porque la diversidad no es solo una de las características intrínsecas del hombre, sino una de sus principales necesidadades vitales y sociales.

En breve ejemplos prácticos de alteridad

ANA

Alteridad, capacidad de ser otro…(I)

Alteridad, exterioridad u otroridad: Es un metaconstructo filosófico subjetivo, individual e interno, fuertemente marcado por la dualidad, ya que se refiere a la capacidad de considerar a la persona con la que estoy interactuando desde mi propia posición.

Es decir, la capacidad de alternar mi propia perspectiva por la del otro, e incluso la capacidad de “ser otro”, y por tanto de descubrir a los demás (debilidades, capacidades, fortalezas, intereses…). Significa el abandono de la yoificación y apertura al conocimiento del otro como identidad distinta de la mía e igualmente legítima.

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Esta capacidad es especialmente útil a la hora de calibrar y vincular y por tanto nos asegura una mayor eficacia en nuestras interacciones. Por el contrario la ausencia de alteridad nos puede acarrear graves problemas a la hora de relacionarnos: cuando un hombre judío entabla una relación con una mujer católica, la alteridad es indispensable para entender y aceptar las diferencias entre ambos. En cambio, si se registra una escasa alteridad, la relación será imposible ya que las dos visiones del mundo sólo chocarán entre sí y no habrá espacio para el entendimiento. Como veis, la alteridad es un proceso de comprensión inherente al ser humano, valido para cualquier fenómeno social, que se manifiesta en cualquier contexto cotidiano y es por eso que debemos trabajarlo y manejarlo con soltura si queremos tener éxito en nuestras relaciones con los demás. La clave es conocer (analizar y calibrar) y entender al otro o empatizar con él.

Su uso actual se debe a Emmanuel Lévinas, en una compilación de ensayos bajo el título Alteridad y Trascendencia.

La alteridad se relaciona, e incluso es el centro de todos estos conceptos: empatía, reconocimiento, reciprocidad, experiencia, diversidad, igualdad, aceptación, unidad, ética, sociabilidad, multiculturalidad, responsabilidad, tolerancia, encuentro, cosmovisión, arquetipos, respeto, dialogo, sinceridad, prudencia, noosfera, etnocentrismo, espiritualidad, filosofía, política, religión, autoafirmacion, pertenencia, confianza, escencia, ortedad, heterodoxia, prospectiva, significación, heurística, epistemología, propositiva, ontica, naturaleza, ciencia, cognición, emoción, comportamiento, arte, diseño, teleología, innovación, ideas, conceptos, creatividad, enfoque, visión, opinión, reflexión, comprensión, humanidad, diversidad, lenguaje, ingenio, destreza, devenir, imaginar, significado, crear, critica, tradición, horizonte, futuro, interpretaciones, intereses, alternativas, desencriptar, poética, cívica, espíritu, signo, paradigma, ideal, onírico, opuesto, utopía, intereses, instrumento, modelo, transformación, contexto, evolución, estrategia, pensamiento, prever, consciente, racionalización, coherencia, costumbres, perspectiva… y muchos más.

Como no podemos desarrollar aquí todos, te invito a que si no conoces el significado de alguno,  lo investigues en la red para ampliar esta información.

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Beneficios de una buena alteridad: El término “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “yo” hace del “otro”, que a su vez es otro “yo”, que nos ve a nosotros como un “otro” y también nos examina, lo que da mucho juego. Durante este proceso, que se da continuamente en cada uno de nosotros, surge una amplia gama de imágenes del otro e incluso de nosotros mismos. Es decir, nos permite conocernos mejor.

Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones más o menos inventadas de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo, lo cual es muy divertido y nos permite aprender muchas cosas sobre nosotros mismos y los demás ¿enriquecedor no?

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ANA

Mi mejor versión (II): El superyó que llevas dentro

Una vez tengamos hecha la lista de “si alguien lee esto me —- en todo” sería importante analizar cada una de esas cosas pensando en porque hacemos lo que hacemos (ser lo más sinceros y sinceras posible con vosotros mismos). Si no has hecho el ejercicio puedes encontrarlo en la primera parte del artículo:

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Ser conscientes e interiorizar la información. Hacerla nuestra. A continuación viene la parte más guapa de todas. Preguntarnos:

¿Cómo potencio mis virtudes y cómo pulo o mitigo mis debilidades?

Siempre, siempre, siempre, lo primero que hay que hacer cuando se sabe algo que antes no se sabía es hacerlo consciente y ponerlo en marcha. Ahora ya sabéis dónde sois buenos y de que pie cogeáis cada uno. ¡Perfecto!

Sería interesante tener en cuenta lo siguiente. Imaginar que alguien se hubiese cruzado con Albert Einstein por la calle allá por 1912 y le hubiese dicho “eres muy poco inteligente”. ¿Alguien cree que a Einstein le hubiese importado? El sabía que era inteligente y eso era innegable. Y sinceramente, dudo que le afectase a su autoestima. Con esto quiero decir que cuando sabemos en que destacamos y en que no, lo que los demás piensen o digan vale muy poco. Si tenemos una virtud y lo sabemos no necesitamos demostrarla, porque sale sola, se ve por sí misma. Por otro lado, cuando tenemos algo en lo que mejorar y lo sabemos, podemos reírnos de ello e incluso usarlo a nuestro favor. Cuando aceptamos quienes somos, lo que los demás digan o piensen no nos afectará para nada, porque sabremos quienes somos.

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Ejercicio 2; Virtudes y debilidades 

Coge tu lista y mira la columna de virtudes. Piensa en cada una de ellas y haz que eso pase a ser tu biblia personal.

Luego, mira la columna de cosas a mejorar y piensa en cómo reirte o burlarte de ti mismo. Por ejemplo: “soy una persona divertida” (virtud). Mételo en la cabeza y nunca jamás lo dudes. “Tengo unas orejas grandes” (defecto). Asume que es así y luego busca una manera divertida de enfocarlo (porque además, en este caso o te operas o te aceptas):

“Estas orejas tan grandes me ayudar a aprobar muchos exámenes”. En general, convertirlo en un punto a nuestro favor, en lugar de tomarlo como un problema.

Una vez hagamos esto, ya podemos pasar al siguiente nivel. Ya nos aceptamos, nos conocemos a nosotros mismos, nos reímos de nuestros defectos y lo usamos a nuestro favor, sabemos en que somos buenos, etc. En este momento, la araña está a punto de picarnos, pero antes tenemos que saber donde vive e ir a buscarla. Pero eso lo haremos en el siguiente artículo, porque supongo que necesitaremos tiempo para interiorizar todo lo dicho hasta ahora. Y ahora a reflexionar, porque sólo hay alguien que os puede hacer sentir bien, que os puede hacer querer a los demás, que os puede hacer felices…VOSOTROS MISMOS. 

Jorge

 

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Mi mejor versión (I): El superyó que llevas dentro

Clark Kent se convertía en Superman metiéndose en una cabina de teléfonos siempre que lo necesitaba, Peter Parker se convertía en Spiderman cuando su sentido arácnido se lo recomendaba, Bruce Banner se volvía en el Hulk gigante y verde cuando una situación le desbordaba,…

Todos tenían un sitio o una situación en donde realmente podían sacar su mejor versión. ¡Bien!. Escoged un nombre que sea pegadizo y después llamad a un sastre, a un diseñador de moda, y decidles que os vayan confeccionando vuestro particular traje de superhéroes porque dentro de poco os empezará a hacer falta. Todos llevamos dentro un superhéroe o en este caso un superyó, que en principio sólo nosotros mismos conocemos y que seguro os gustaría poder presentar al mundo.

AUTOCONCEPTO-SUPERYO-MEJORAR

Cuantas veces nos habrá rebotado en la cabeza la frase

“maldita sea … si este tío o tía supiese como soy de verdad y todo lo que tengo que ofrecer….” 

A partir de hoy esa frase pasará a la historia y quizá no hoy ni mañana, pero si muy pronto y por el resto de vuestras vidas seréis, o más bien seremos, capaces de sacar ese superhéroe que todos y todas llevamos dentro.

 

Hasta aquí guay. Esta es la parte fácil y motivadora en la que todos nos crecemos y pensamos que está todo hecho. Ni de coña. A nosotros no va a venir a picarnos una araña y hasta ahora no se conoce gente del planeta Kripton, así que como personas que somos nos va a tocar esforzarnos y gastar nuestro tiempo para encontrar ese auténtico y genuino “poder”.

MI AUTÉNTICA VERSIÓN: Conociéndome a mi mismo

Lo primero, antes de todo, antes de ni siquiera plantearnos encontrar esa mejor versión, es encontrarnos a nosotros mismos. Es un ejercicio complicado y duradero. Todo el mundo habla de eso de “yo me conozco muy bien a mi mismo” y en la mayor parte de los casos esa es sólo la primera falacia de todo lo que nos van a decir después. Casi todos los seres humanos tenenos una capacidad pésima para analizarnos, criticarnos, potenciarnos y sobre todo, para asumir lo que en realidad somos. ¡Vamos allá!

Tenemos que ser conscientes de quienes somos, de lo que queremos, de lo que deseamos, de lo que esperamos de nosotros mismos, de como actuamos, de lo bueno y de lo malo que tenemos, es decir, ser conscientes de nosotros mismos. Y ahora pensaréis: “¡Buf!, y como coño hago yo esto”. No desesperéis. Vamos a empezar por un ejercicio sencillo y con el que muchos y muchas ya estaréis familiarizados.

Ejercicio: Coge un papel en blanco y un lápiz 2 HB (ese lápiz amarillo y negro con la punta roja que todos tenemos en casa) y divide el papel en dos columnas.

En una de ellas pon tus VIRTUDES y en la otra COSAS A MEJORAR (evito la palabra defectos para ponerlo en sentido positivo).

No se trata de escribir palabras sueltas sin sentido, sino de escribir frases con ideas, pensamientos, formas de actuar en determinadas situaciones, etc. Procura ser lo más explícito/a posible, es muy importante. Por ejemplo: “cuando estoy con gente suelo hablar y expresar lo que siento”. Tómalo con calma y después de varios días tendrás una amplia cantidad de frases en ambas columnas. Para hacerlo más fácil, cuando te veas en situaciones concretas que te gusten o que no te agraden tanto, apunta lo que hiciste y luego pásalo a tu lista.

 

En el próximo artículo veremos como aprovechar y analizar bien el resultado de estas listas.

JORGE

Organizador del próximo evento en Narón con Egolandseducción

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Jugar mis debilidades

En el libro “Seductor Egoland” expliqué un poco mi experiencia sobre como jugar nuestras debilidades. Para mi algo tan importante, como curioso a la vez. Aun me sorprende la forma de reaccionar de la gente ante cierta actitud. A veces, incluso tu imagen cambia en el momento en que conocen tu debilidad y del modo en como la expones.

JUGANDO DEBILIDADES CON M

A continuación, os contaré algo que me ocurrió estando con una muy buena amiga y que viene como anillo al dedo para mostrarlo como ejemplo.

Estaba en casa de M, mi modelo madurita a la que tan cómodo me hace sentir cuando la visito. M, preparaba la cena mientras yo me disponía a preparar la mesa y colocar las velas, que ese momento merecía. Aproveché para situar mi bebida y cubiertos bien posicionados en la mesa, asegurándome de que ella quedara a mi lado derecho, ya que es mi único oído con resto auditivo y si quedaba en el lado contrario, entorpecería nuestras conversaciones y con ello nuestra velada.

jugar-debilidades-carencias-ligar

Ya con la cena en la mesa, y con las ganas de devorar esos platos que tan buena pinta tenían, nos dispusimos a situarnos cada uno en nuestro lado de la mesa. Pero se veía que M tenía la costumbre de comer siempre en el mismo lado de la mesa, justo al contrario de donde coloqué mi bebida.

Tal como fue a echar mano a cambiar las bebidas de sitio, la interrumpí y le dije…

No no, mejor déjame en ese sitio, que este oído lo tengo averiado y prefiero enterarme bien de las cosas bonitas que me dices.”

Las carcajadas fueron inevitables y M, no solo había aceptado mi debilidad, sino, que pasó a un segundo plano centrándose en mi actitud y las risas del momento.

“¿Tu eras el cortado?…no tienes morro tu ni nada, te estas apoderando poco a poco”.

Decir, que es lógico que luego sientan curiosidad y pregunten sobre nuestras debilidades. Exponerlas fomenta la cualificación mutua entre ella y nosotros, de nosotros depende hacer un mundo sobre el tema, o quitar hierro al asunto con el humor o la aceptación.

No se ustedes chicos. Pero,¿no os parece bonito que dos personas se descubran sin mascaras y sin tapujos?

CONOCERSE SIN MASCARAS

De ese modo como bien decimos en egolandseducción, la interacción siempre irá por parte iguales, sin la necesidad de aparentar ser súper alfas y estar por encima de nadie, mostrándonos tal cual somos el uno al otro. Además, algo muy curioso que he ido descubierto con la experiencia cuando muestro mis debilidades, es que la persona que tengo delante, llegan a abrirse mucho más, llegando a destapar sus vulnerabilidades personales.

La empatía y la persuasión en estos casos hacen su trabajo por sí solos, acelerando la calificación mutua y facilitándome en muchas ocasiones el camino hacia el encuentro sexual con ellas.

Como he dicho antes, de nosotros depende como nos tomemos el hecho de mostrar lo que no podemos ocultar. Si lo pensamos bien, tarde o temprano se descubrirá aquello que ocultamos y con ello denotaremos poca aceptación con el tema, ¿no os parece que atajamos camino mostrándolo encima de la mesa en su momento, con aceptación o humor?. De este modo no solo salimos airosos, si no, que será una actitud más atractiva.

Yo personalmente me río de mi mismo con los demás, contando las anécdotas que he vivido debido a mi falta auditiva. Eso si, una cosa es reírnos de nosotros mismo con los demás, y otra muy diferente es aceptar una falta de respeto de los demás hacia nosotros, en ese caso debemos imponernos  y reclamar nuestro respeto.

Ni que decir, que hacer un mundo o lamentarnos de nuestras debilidades tampoco nos favorece, ya que denotamos no tener buen autoconcepto. Una persona con un marco bien sólido tiene buen autoconcepto, no tiene problemas de ser examinado por lo demás, no tiene problemas de reírse de si mismo, o expresar lo que piensa o siente ante los demás.

Así que, la forma en que expongamos nuestras debilidades precisamente puede formar parte de nuestra propia marca personal.

 SELU

Ser responsables de nuestra vida: Locus de control

¡Hola a todos! ¿Qué tal las vacaciones?

He leído esta cita, de Albert Ellis (del que ya hablamos anteriormente, ¿os acordáis de las ideas irracionales?) y he pensado que debía compartirla con vosotros: 

Los mejores años de tu vida son aquellos en los cuales decides que tus problemas son solamente tuyos. Entonces no culparás a tu madre, a la ecología o al presidente. Te darás cuenta que tu controlas tu propio destino.”

Estas palabras me parecen sublimes. Creo que todos deberíamos tenerlas muy presentes cada día. Tomar la responsabilidad de nuestros actos, de nuestras decisiones, de nuestros conflictos, es, ciertamente, algo que puede cambiarnos la vida.

CREENCIAS ERRÓNEAS

Creer que todo lo que nos sucede es producto del azar, de los demás, de nuestro destino, de decisiones que tomamos en el pasado y que ya no podemos cambiar; que tenemos que conformarnos con lo que nos pase o vivir frustrados creyendo que el resto del mundo es culpable de que no consigamos nuestros objetivos, son errores tan comunes como desastrosos.

SER RESPONSABLE DE TUS DECISIONES

Por otra parte, nada hay más maduro y más tranquilizador que una persona responsable y capaz de asumir sus actos y las consecuencias de estos. Alguien capaz de decir “me he equivocado” “lo siento” o, en la otra cara de la moneda, “esto lo he conseguido yo con mucho esfuerzo” “me merezco esto porque me lo he trabajado”, por ejemplo, es una persona que transmite madurez, sabiduría y, algo muy importante, calma, a los demás.

Por regla general, tendemos más a asumir como una responsabilidad propia nuestros éxitos, pero como algo que es culpa de otros, nuestros fracasos (¿Recordáis el “me han suspendido vs he aprobado”?), aunque también es muy común encontrarnos con gente que, o bien por falta de autoestima o bien por confundir el concepto de humildad, jamás reconocen ni se atribuyen un éxito, aunque éste sea fruto de muchas horas de trabajo.

LOCUS DE CONTROL

En psicología, a esto lo llamamos Locus de Control , (el “lugar” donde el sujeto localiza sus conductas, pensamientos, acciones, etc…) .

¿Qué es el locus de control?

El locus de control, también conocido como control interno–externo, es un concepto que describe el hecho de que para una tarea determinada, las personas se comportan de forma muy diferente según crean que su ejecución depende de ellos mismos o no.

Las personas que creen que el desarrollo de determinada tarea depende de ellos mismos tienen un locus de control interno, mientras que las convencidas de que el desarrollo exitoso de la tarea depende de factores externos tienen un locus de control externo.

Se considera que el locus de control es un rasgo de la personalidad estable en el tiempo, y sitúa a las personas en un continuo según la responsabilidad que aceptan sobre los eventos sociales que experimentan –que pueden ser positivos, negativos o neutros–. Así se muestra el grado en que un individuo percibe el origen de su propio comportamiento, ya sea de manera interna o externa a él.

Locus de control interno: percepción del sujeto que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones, es decir la percepción que él mismo controla su vida. Tal persona valora positivamente el esfuerzo, la habilidad y responsabilidad personal.

Locus de control externo: percepción del sujeto que los eventos ocurren como resultado del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros. Así, el LC externo es la percepción de que los eventos no tienen relación con el propio desempeño, es decir que los eventos no pueden ser controlados por esfuerzo y dedicación propios. Tal persona se caracteriza por atribuir méritos y responsabilidades principalmente a otras personas.

¿LOCUS INTERNO O EXTERNO? EJERCICIO

Os recomiendo la lectura de este artículo, que he utilizado para documentarme, donde además, podréis realizar una escala, para testear vuestro locus de control. (Click aquí)

El seductor carismático: Ejercicios

CONVIRTIÉNDOTE EN EL SEDUCTOR CARISMATICO QUE QUIERES SER

Hay personas que dan la sensación de que les puedes saborear. Y no estoy hablando de sexo. Hablo sobre carisma. Hay gente que parece poder transmitir su esencia con su conducta, con sus gestos, sus palabras, su forma de mirar, su humor, sus zapatillas, su sonrisa…Definitivamente hay personas que tienen un sabor especial.

Son personas que dejan su marca personal por donde pasan y que su diferencia les suele convertir en referentes, en líderes o en su defecto en la compañía deseada. Son personas que se distinguen de lo mediocre, de lo “normal”, de lo usual.

Las preguntas son, ¿Cómo desarrollar nuestro carisma? ¿Se nace con una personalidad X que resulta más o menos atractiva? ¿Kobe Bryant tenía la misma seguridad en si mismo en su primera temporada cómo profesional que ahora mismo? ¿Estoy sacándole todo el partido a mi personalidad? ¿Me valoro de una forma justa?

En este artículo os voy a proponer un ejercicio para saber si te valoras de una forma justa. Debe ser el primer paso para comenzar a trabajar nuestro carisma; no puedo formarme cómo líder si no se desde que punto parto.

EJERCICIO DE CARISMA Y AUTOEVALUACIÓN

Para empezar escribe en un folio los atributos y cualidades que tengas que puedan aportar cosas a las personas de tu alrededor. Puedes añadir a esa lista todo lo que se te ocurra, desde tus abdominales, tu sentido del humor, tu colección de anécdotas de la tauromaquia…

Algunos habréis escrito muchos atributos, otros  menos y algunos no habréis pasado de los diez adjetivos entre a los que a lo mejor alguno es “simpático” o “listo”. Bien, en cualquier caso debemos profundizar más en cada atributo y ser conscientes de que posiblemente hemos aglutinado muchos atributos en un solo adjetivo. Por ejemplo, hacer deporte significa en la mayoría de los casos también que tienes constancia, resiliencia, etc…

Os doy una segunda oportunidad para aumentar la lista, pero esta vez quiero que seais tan generosos cómo lo seríais con un buen amigo vuestro. Muchas veces nos castigamos a nosotros mucho más de lo que nos premiamos.

Para hacer más solido el conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos me gustaría que de cada adjetivo buscáseis una persona o acontecimiento en vuestra vida que os haya ayudado o influido para ser cómo somos.

Este será el primer paso para conocer un poco mejor quienes somos y por qué. Proximamente seguiremos trabajando con ejercicios prácticos para aumentar y desarrollar nuestro autoestima.

Libertad: Transformarnos desde los hábitos (IV) Ejemplos y resumen

Este es el último de los 4 artículos sobre la transformación desde nuestros hábitos. Con ejemplos y resumen, aquí tienes la serie completa.

 

       

Crear un nuevo hábito

Ahora veamos como crear un nuevo hábito, primero vamos a decidir qué hábito queremos adoptar, ya que, depende del nivel de exigencia de este mismo, nos resultará más fácil o menos fácil habituarnos. Imaginemos que queremos adoptar el hábito de tomarnos dos vasos de agua antes de irnos a dormir, en ese caso es muy fácil, nos marcamos un detonante y una recompensa, luego introducimos la rutina necesaria:

HÁBITO – ESTRUCTURA CORRECTA

Detonante: Tener sueño y ganas de irse a dormir.
Rutina: Beberse dos vasos de agua.
Recompensa: Irse a dormir.

Como veréis, la exigencia de este hábito es baja, por lo tanto adaptarnos a algo así sería relativamente sencillo, ahora imaginemos que queremos adoptar el hábito de hacer dos mil millones de abdominales a la mañana, un hábito que nos exige un poquito más que el anterior, por tanto será más complicado, veamos como quedaría si lo hiciéramos como el anterior ejemplo.

HÁBITO – ESTRUCTURA INCORRECTA

Detonante: Despertarse y lavarse los dientes.
Rutina: Hacer dos mil millones de abdominales.
Recompensa: Desayunar.

Un poco absurdo, ¿no? Pues bien, con los hábitos que requieran un nivel de exigencia mayor vamos a tener que dividirlos a lo largo de los días, de manera que los hagamos de manera progresiva, por ejemplo, la rutina del día uno sería hacer 50 abdominales, 75 el dia dos, 100 el día tres (por poner algun numero, no soy ningún experto en abdominales).
De esa manera, llegaríamos al hábito que nos habíamos propuesto yo habituados a hacer un gran número de abdominales.

Este punto es muy importante chicos, por eso hay tanta gente que se propone dejar completamente de fumar un dia para otro y terminan recayendo en el hábito, porque el nivel de exigencia de dejarlo así de repente es muy grande. Sería mucho más fácil si nos planteasemos una rutina progresiva y diaria donde cada día fumemos menos, hasta que no fumemos más.

La recompensa también aumenta en las actividades de mayor exigencia, si un dia fumamos menos la recompensa no debería ser simplemente la satisfacción de haberlo hecho, si no algo que nos atraiga más (una buena comida, un masaje, relajarnos en casa, lo que sea) de manera que cuando se dispare el detonante ya estaremos disfrutando de la futura recompensa y la rutina ni la notaremos.
Es recomendable que la recompensa vaya variando para no salir de un hábito y caer en otro. (dejar de fumar pero empezar a comer mucho).

La cantidad de días necesarios para habituarnos completamente variará en relación al nivel de exigencia del hábito, aunque el doctor Maxwell Maltz  afirma que en 21 días se puede interiorizar el 80% de un hábito sin problemas, asi que ya sabeis chicos…
¡21 días para ser más molones!

Resumen General de la serie de los hábitos

A) Las cadenas son todas las influencias que obtenemos por parte de distintas fuentes de educación, son la educación directa, la educación indirecta y el entorno.

B) El camino que recorre nuestro aprendizaje desde las cadenas hasta nuestra conducta y hábitos nos condiciona y limita.

C) El camino inverso, desde los hábitos hasta la actitud, nos permite crearnos nuestras propias limitaciones.

D) Para cambiar nuestra actitud, tenemos que cambiar los hábitos nocivos o crear otros nuevos, para eso necesitamos saber el detonante, la rutina y la recompensa.

E) Para transformar un hábito, reemplazamos la recompensa y la rutina, para crear un hábito primero miramos cuánto nos exige, si es poco hacemos el ciclo sin más, si nos exige mucho lo dividimos a lo largo de los días, aumentado la exigencia de la rutina cada día hasta llegar al hábito propuesto.

F) Nos exija mucho o poco, lo creemos o lo transformemos el hábito tiene que hacerse cada día hasta un mínimo de 21 días para empezar a asimilarlo.

Chicos y chicas, perdonadme si me ha quedado algo complicado, pero os voy a pedir un favor, no os toméis esta serie de artículos como unos más de los de Yago, esta es una herramienta que nos permitirá cambiar una cantidad de cosas inimaginables en nuestra vida, tenedla en cuenta.
Y si teneis dudas al respecto ponedla en los comentarios o agregadme a mi cuenta de facebook “Yago Egolandseduccion” y podré responderos por ahí.

¡Un abrazo colectivo!

Libertad: Transformarnos desde los hábitos (III)

Repasamos: Las cadenas (Ed. Directa, Ed. Indirecta y Entorno) influyen de una manera tremenda en nuestra actitud, llegando a estar esta muy condicionada por estos tres aspectos. (lee los anteriores artículos aquí)

           

Los Hábitos

Como he dicho antes, los hábitos son una serie de actos que, en base a la repetición, los adquirimos como parte de nuestras conductas. Son la clave para conseguir la transformación de las cadenas y la libertad, siempre que sepamos cómo trabajar sobre ellos.

Si bien hábitos puede haber muchos distintos todos tienen una estructura común, es la siguiente:

Detonante: El estímulo que produce el inicio del hábito, puede ser una acción, una emoción, una palabra, un sonido, etc. En los hábitos automáticos el detonante suele ser un estímulo del cual no somos conscientes. Sin embargo, para crear nuestro propio hábito podemos introducir el detonante que deseemos.

Rutina: La acción de hábito, es decir, lo que hacemos o dejamos de hacer cuando este se produce. Este es, obviamente, el paso más difícil de cambiar o de adoptar a la hora de crear un nuevo hábito.

Recompensa: El premio que recibimos para completar la rueda del hábito, puede ser una sensación, como sentirnos satisfechos de salir a correr, una acción, como irnos a dormir, puede ser consumir algo, como una buena comida, etc.

Vamos a verlo, ejemplificado:

– Situación: Estamos en casa jugando al WoW, cuando nos damos cuenta de que llevamos todo el mes igual, decidimos pegar un cambio y salir a hablar con mujeres a la plaza más cercana, pero cuando llegamos y vemos a una mujer despampanante, no se nos ocurre otra cosa que ponernos nerviosos y no hacer nada.

Detonante: Pensar en ir a hablar con una mujer atractiva. Nervios.
Rutina: Escapar de esos nervios y ansiedad no acercándonos a la mujer.
Recompensa: Salir del estado de nerviosismo.

Muchísima gente (yo me incluyo) ha repetido esta estructura en algún momento a lo largo de su vida. Si bien es necesaria, para no sentirnos ansiosos todo el dia, no nos va a ayudar a cumplir nuestro objetivo, que es hablar con la mujer despampanante. Y cuanto más repitamos esta estructura (ponernos nerviosos y no acercarnos), más reforzaremos el hábito, y más difícil se nos hará acercarnos a la próxima chica. (eso no implica que sea imposible)

Así que, para cumplir nuestro objetivo vamos a tener que transformar ese hábito o crear uno nuevo.

Transformar o crear un nuevo hábito.

Como hemos visto, transformar o crear hábitos es el primer paso para cambiar nuestra actitud, pero en la escuela no nos enseñaron a hacerlo, así que ¿como nos lo montamos?
Veamos.

Para cambiar un hábito o crear uno nuevo es necesario saber cuál es el detonante y la recompensa, a partir de ahí deduciremos la rutina. Para encontrar el detonante de un hábito veamos las siguientes preguntas:

¿Qué hora es? ¿Dónde estás? ¿Qué tienes cerca? ¿Qué acabas de hacer? o ¿Qué tienes que hacer? ¿Qué estás sintiendo? o ¿Como te sientes?

La respuesta a una de estas cinco preguntas será el detonante, en base a la situación que experimentemos será una u otra.
Una vez tenemos el detonante vamos a buscar la recompensa, para eso basta una simple pregunta:

¿Qué crees que necesitas para satisfacer el hábito?

Vamos a verlo con el ejemplo anterior, si quiero ir a hablar con unas mujeres y se que mi hábito es huir de ello me pregunto “¿Qué tienes que hacer?” y/o “¿Qué estás sintiendo?”, la respuesta será el detonante.

Detonante: Ir a hablar una mujer desconocida por la calle. Nervios, ansiedad.

Puesto que un estado de nerviosismo y ansiedad no es sano para el cuerpo humano la recompensa se deduce fácilmente al preguntarnos qué necesitamos para satisfacer el hábito.

Recompensa: Salir del estado de nerviosismo y ansiedad.

La rutina será el medio por el cual, a partir del detonante, nos ayuda a obtener la recompensa, en este caso concreto la rutina que conlleva menos esfuerzo es decidir no acercarnos, y así resolver los nervios que nos provocaban hacerlo.

Rutina: No acercarnos a hablar.

Y así ya tenemos completo el hábito, ahora que lo comprendemos pasemos a cambiarlo.
Transformar un hábito que ya cometemos

El primer paso que tenemos que hacer es observar la recompensa, salir del estado de nerviosismo y ansiedad en este caso, e intentar reemplazarla por otra recompensa que pueda satisfacer al hábito, por ejemplo:

Recompensa: Tranquilidad, sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

Esta recompensa es aplicable a la situación de acercarnos a la chica y cerrará el círculo, ya que si nos sentimos tranquilos y orgullosos dejamos de lado la ansiedad y nervios anteriores.

NUEVAS RUTINAS

A continuación tendremos que buscar una nueva rutina que se adapte a la nueva recompensa y que parta del mismo detonante.

Rutina: Hablar con la chica, preguntándole una calle.

Es algo simple, que podemos hacer y nos ayudará a reforzar el hábito de hablar con desconocidos, al final quedará algo asi:

Detonante: Ir a hablar una mujer desconocida por la calle. Nervios, ansiedad.
Rutina: Hablar con la chica, preguntándole una calle.
Recompensa: Tranquilidad, sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

¡Y ahí tenemos nuestro hábito transformado! ¡Ahora a darle caña cada día para realmente habituarnos!

En el próximo post, SEGUIMOS PROFUNDIZANDO EN CÓMO CREAR NUEVOS HÁBITOS