La negociación

“El conflicto es como el agua, se necesita para vivir y también para el progreso. Pero cuando hay demasiada agua en el lugar equivocado, hay que construir puentes y canales para evitar la catástrofe. Construir puentes y canales para que los conflictos no deriven en catástrofes, es lo que llamamos negociación. William Ury”

 

Me gustaría explicaros la importancia de la negociación en la resolución de conflictos, y para ello os tengo que hablar de uno de los autores más importantes en esta área, William Ury. Graduado en la Universidad de Yale y doctorado en Antropología Social en Harvard, ha orientado su carrera hacia el estudio de la negociación y la resolución de conflictos.

 

De su obra escrita se destaca el célebre «Sí… de acuerdo!, escrito junto con Roger Fisher, considerado como la obra fundacional del enfoque ganador/ganador: es decir, del enfoque donde se defiende que en un conflicto ambas partes pueden ganar.

 

Normalmente los criterios con los que valoramos el éxito en una negociación son similares a «ganarle al otro» o «no perder». William reemplazó esto por otros criterios más adecuados para la creación de valor:


– ¿Hemos establecido, con el otro, una relación de confianza que nos permite compartir información?

En el caso de nuestra pareja, lo más normal es que exista la confianza adecuada, pero tampoco hay que olvidar que muchas veces, también el exceso de la misma también puede traicionarnos. No olvidemos, que aunque nuestra pareja haya conocido ya nuestra peor cara y luego nos va a perdonar si decimos algo fuera de lugar, nunca es tarde para renovar nuestro concepto de respeto. Pensemos en «compartir» información, no en acusar ni en exigir. Tener determinados conceptos lingüísticos claros en nuestra cabeza es de mucha ayuda.

– ¿La negociación se basa en la comunicación abundante y la escucha activa?

Escuchemos qué tiene la otra persona que decir, y si algo no lo hemos entendido o lo hemos interpretado al momento de otra manera (el clásico “cuando dices X seguro que quieres decir Y”) preguntemos, pidamos aclaraciones, reformulemos con nuestras palabras lo que nos acaban de decir para asegurarnos de que estamos entendiendo exactamente lo que la otra persona tiene que decirnos (de otro modo, estamos perdiendo de vista la razón por la que discutimos). Del mismo modo, expresémonos con claridad, no demos por sentado nada y hagamos aclaraciones. Como emisores de un mensaje, somos responsables de lo que le llega al receptor. Pongámoselo fácil, que no pueda confundirse. Que nos entienda.


– ¿Estamos negociando en base a posiciones (lo que decimos que queremos) o intereses (para qué queremos eso que decimos querer)?

Esto es la clave de muchas discusiones sentimentales: el poder, la “venganza” , la lucha de egos etc… subyacen muchas veces a discusiones en apariencia tan simples como “¿Dónde nos vamos de vacaciones?”. No nos aprovechemos de una situación de conflicto por X razón para intentar colar a través de ella otros intereses, para vengar una situación pasada o para demostrar lo alfa que somos a través del poder que podemos tener. No es justo. No es respetuoso. No demuestra amor

– ¿Hemos dedicado tiempo a generar opciones creativas que satisfagan los intereses y mejoren las alternativas de todos?

Esto es, si vamos a ser nosotros los que planteemos la demanda que puede devenir en conflicto o vamos a iniciar la negociación con una petición de cambio, etc… podemos pensar previamente, posibles soluciones que pudieran satisfacernos a ambos. Para esto, nos ayudará mucho ponernos en el lugar de la otra persona, entender por qué tiene ese conducta que queremos cambiar, por ejemplo, e intentar, siempre desde su punto de vista, explicarla, dejando a un lado emociones negativas como rabia, celos, ira, enfado, etc… Entender a nuestro “adversario” es un paso fundamental en una negociación. Nos permite anticiparnos, preverlo, y por tanto, estar infinitamente más preparados, y sobretodo, ser más objetivos, justos y con más posibilidades de obtener un acuerdo que satisfaga a ambos (que es de lo que se trata ¿no?)
– ¿Estas opciones se fundamentan en criterios objetivos de legitimidad?
Es decir, lo que pido ¿tiene sentido? ¿Es justo? Si voy a pedirle que deje su trabajo, por ejemplo, sólo porque hay un chico allí que yo entiendo como una amenaza, he de saber que estoy pidiendo algo que no es justo ni legítimo, y por tanto, sé la respuesta que voy a obtener, además de la imagen que voy a proyectar con una petición así (he puesto un ejemplo un poco extremo para hacerlo más visible, pero he visto cientos de casos muy parecidos o con una base similar, no es tan extraño). Si por el contrario somos la otra parte, a la que se nos pide algo que en absoluto es legítimo ni justo (El clásico, por ejemplo “no me gusta que salgas con tus amigos”), es bueno saber que no hay nada más efectivo que hacerle ver a alguien lo ridículo que puede llegar a ser, sin alterarse, sin enfadarse y sin atacar (para evitar una defensa que nos aleje del objetivo, como ya hemos hablado anteriormente). Esto es, responder de un modo emocional, hablando de lo que nos hace sentir podemos hacerle entender que es algo ridículo y fuera de lugar, mucho más que si reforzamos su petición con gritos o insultos.

Si conseguimos responder afirmativamente a estas preguntas, probablemente habremos logrado un acuerdo exitoso y válido para todas las partes.

 

Y por supuesto para ser consciente de por donde va la negociación una herramienta de que nos va a venir de perlas es EL ESPECTADOR DE LA PELÍCULA SUBTITULADA. De esta forma, además de la guía textual, siempre podremos observar el transcurso de los acontecimientos desde una perspectiva más global que nos ayude a incidir o no en algunos aspectos.

Los celos (II)

Siguiendo con los celos y asumiendo que los hemos tenido y tendremos, analicemos su morfología:

Para empezar en todos los casos se trata de la percepción que tenemos de una AMENAZA SOBRE LA CUALIDAD DE LA RELACIÓN PERSONAL que deseamos mantener con esa chica. Y recalco cualidad de la relación porque puede darse el caso que la relación se mantenga pero se deteriore por la aparición de otros agentes externos.

O sea, que acabemos escuchando:

Podemos ser amigos– porque el nuevo chico que ha aparecido en su vida ha modificado la cualidad de la relación con nuestra chica.

Hasta ahora éramos una pareja de amantes ilusionados, y desde que apareció Javi sospechamos que podemos dejar de ser amantes. Y por cierto, ¿donde está la ilusión en sus ojos que se los hacía brillar al verme?
En ese caso, surgen nuestros celos como la lava de un volcán australiano.
Esa amenaza puede ser actual pero también referida a un hecho pasado. ¿Por qué?
Por nuestra necesidad o hábito de posesión.

¿Qué es eso que me reconcome?

Los celos no son emociones simples, sino que podemos entenderlos como una experiencia emocional compuesta por al menos tres emociones básicas: ira,tristeza y miedo.
Además de otras reacciones asociadas como disgusto, sentimientos de inferioridad,etc. Y como cualquier otra experiencia emocional está compuesta de tres dimensiones:
Cognitivo-experiencial, fisiológico-adaptativa y conductual-expresiva.

¿Qué es cada cosa?
Vamos por partes.

Los aspectos cognitivos son lo referido a los pensamientos. Es decir, para sentir celos pensamos. Y ¿qué pensamos? Que tenemos una amenaza que puede suponer una pérdida de una relación significativa o la cualidad de la misma, al mismo tiempo que se le atribuye la responsabilidad de la pérdida a una tercera persona.
O sea sé. Como pensamos, le ponemos cara y ojos al culpable de nuestra sensación a la vez que dejamos a nuestra fantasía discurrir imaginando escenas que nos reconcomen el estómago.
¿Qué deberíamos hacer?
Si esta dimensión está compuesta por pensamientos, controlarlos supondría neutralizar esa fuente de dolor. No permitirnos dejar a nuestra mente jugar con imágenes perjudiciales parece que nos pueda ayudar bastante a superar los celos.
seguiremos informando y tratando los demás aspectos…

Gestionar el conflicto (III)

Hoy vamos a ver una serie de estrategias de resolución de conflictos que son muy útiles a la hora de afrontar una discusión con nuestra pareja.

1- Cuando queramos algo de la otra persona, por ejemplo, una necesidad nuestra que esa persona no está cubriendo, planteemos una petición, no una exigencia.

A nadie le gusta que se le «obligue» a hacer algo.

Una manera muy sencilla de preparar lo que queremos decir es preguntarnos cómo nos sentaría a nosotros si nuestra pareja nos dijera a nosotros lo que nosotros le vamos a decir. Si somos sinceros con nosotros mismos, encontraremos la manera más adecuada de plantear nuestra petición. Tenemos que tener muy claro que la forma en que decimos las cosas es muy importante. Una petición justa y que puede ser fácilmente resuelta por la otra persona puede convertirse en una discusión mucho más grande de lo que realmente puede ser, si las formas no son las adecuadas. Además, cómo planteamos las cosas dice mucho de nosotros mismos y la gente siempre tendemos a tener más en cuenta las cosas cuando vienen de una persona que nos transmite respeto y educación que si vienen de alguien que nos transmite exigencias. Del mismo modo, sugerir siempre es mejor que imponer y/o acusar.

Aviso para los PUAS, AVENS, megaALFAS quizá no versados o posibles estudiantes de seducción de la antigua usanza: Ser autoritario, no pedir las cosas con educación, o exigir sin venir a cuento denota debilidad y necesidad de atención. Y eso las chicas lo notamos.

2 – Si la otra persona ha hecho algo que no nos ha gustado, una manera de que entienda el por qué de nuestro disgusto es hablar de lo que nos ha hecho sentir, en lugar de juzgar su acto en sí, cuyo significado y su por qué sólo conoce la persona que lo ha hecho.

Tú puedes hablar de lo que te provocan las conductas de los otros, pero no puedes adivinar por qué los demás actúan como lo hacen, así que habla de lo que sabes, es decir, de ti. Así pues, siempre será más fácil que nos entiendan si decimos, por ejemplo «Me he sentido triste porque no has venido a verme, porque tenía muchas ganas de verte» que si decimos «No has venido a verme porque pasas de mí».

Esto es muy importante, porque si juzgamos a la otra persona ésta puede responder con una defensa a lo que ella considera un ataque, en lugar de centrar la discusión en lo realmente importante, de manera que podemos acabar en una escalada de violencia, de acusaciones y de defensas que para nada se identifican con el objetivo principal del conflicto.

3 – No saques temas del pasado cuando estás discutiendo por algo que ha sucedido en el presente.

Si hay algo que ocurrió hace tiempo que no has resuelto, lo ideal es que un día plantees ese tema, pero no aproveches una discusión actual para echar en cara cosas de las que no se está tratando en este momento. Es un ataque que a cualquiera nos descoloca. Piensa que a ti no te gustaría que te lo hicieran.

4 – Cuando sea la otra persona la que nos reclama algo, preguntar qué podemos hacer para mejorar las cosas

Escuchar a la otra persona y realmente plantearse las cosas sin sentirlas como un ataque (como ya vimos en el primer post) es una muy buena manera, no sólo de gestionar el conflicto, si no de aprovechar la situación para presentarnos como personas dialogantes, respetuosas y que tenemos en cuenta la opinión de la otra persona y realmente nos importa hacerla sentir mejor.

Los celos (I)

Guiado por vuestras peticiones vamos a retomar el tema de los celos que abordaba en mi blog de la anterior empresa.

Este tema también será abordado por mi compañera María en su blog más adelante.

Los celos.

En este mundo de la seducción me he encontrado con una actitud fictícia antinatural y poco saludable. Superavens, spidermans, cerocerosietes y hacemos lo que queremos con ellas porque nos sabemos porque nos sabemos libros de memoria, somos alfas perdidos, nos acostamos con quien nos da la gana o somos unos directos examinadores tralleros.

Ya…Ya…. pajaritos… ¿y los celos?

¿Nos recordamos empezando a salir con una chica y que ella reciba mensajes o coja el teléfono con la cara iluminada de alegría?

No debería importarnos… Somos tan guays y tenemos una mentalidad de abundancia tan inmensa que nos la repanpinfla que disponga de más hombres. Y además acabamos de aparecer por su vida, no queremos una relación seria y somos comprensivos…

-¡MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEECK! – suena una de esas bocinas de futbol para decirnos …
-¡¡¡FLIPADO!!!

No me creo nada.

Con el tiempo yo he ido moderando algunos momentos celosos. Pero creedme que los he tenido. Aunque ahora los eche un poco de menos.

No te digo nada de ellas, pero con las chicas iremos más adelante.

Centrémonos primero en lo que son los celos. ¿A qué llamamos celos?

En cualquiera de sus acepciones se alude a TEMOR, CREENCIA O SOSPECHA DE ALGO PRECIADO EN PELIGRO DE PERDERSE.

La percepción de que una relación significativa está amenazada y puede llegar a desaparecer o deteriorarse como consecuencia de la acción de una tercera persona, con independencia de que esa amenaza sea real o imaginaria.

De tal forma que suele decirse que los celos implican una relación triangular.

Me aventuro a decir que todos hemos sentido esa caníbal sensación en el estómago. Sobre todo en la adolescencia.

Abordaremos sus motivos y consecuencias. Así como tratar los nuestros y los de ella. Pero ya os anticipo algo que no puedo evitar decir en voz muy alta…

Comunicación subjetiva por encima de mi orgullo.

NEGAR unos CELOS sólidos me parece una ABSOLUTA HORTERADA.

Nuestra conducta va a verse afectada por los celos, y a no ser que seamos tan buenos actores como John Malkovic, se nos va a ver el plumero.

En primer lugar, somos hombres sinceros y asertivos.

En segundo lugar, predecimos que nos van a detectar los celos,

En tercer lugar, podemos jugarlos de manera positiva.

-¿Sabes que me has hecho sentirme celoso? Hace tiempo que no me sentía así. De momento creo que hasta me gusta. Me hace sentirme adolescente.

Una cosa es que ocultemos algún que otro impulso fuera de lugar para aparentar seguridad, pero ante todo, (desde la perspectiva de la vía DIRECTA Y EXAMINADORA, somos un tipo que examina y se examina delante de la persona que tiene delante),… somos hombres comunicativos y sinceros. Además somos conscientes de las emociones de la persona que tenemos delante y de que también detecta nuestras alteraciones.

PODEMOS COMUNICAR QUE SENTIMOS CELOS con una sonrisa y que nos gustaría no sentirlos….

¿Quéééee?¡Egoland dice que nos comportemos como perdedores!

Más bien, Egoh os dice que no hagáis el capullo.

Debemos aspirar a ser hombres independientes, seguros, asertivos y congruentes, pero no idiotas.

Nos engañaremos a nosotros y las malacostumbraremos a ellas.

Otra cosa será tolerar que ella repita conductas que nos molesten.

Para eso aplicaremos los principios de condicionamiento operante…

Sexualizaciones, amonestaciones, premios y castigos para modificar su conducta.

Pero, por favor, no hagáis el capullo que luego os recordaréis haciendo el capullo

El próximo post seguiremos con los celos…

Dramaturgia egolandiana (II)

Quiero empezar este post explicando que, los motivos de esta serie dedicada a la Dramaturgia Social, son un modo de reconocer intelectualmente algo que, creo, puede ayudar a hacer más comprensible y divertido el aprendizaje de nuestras habilidades sociales, con o sin mujeres de por medio. Y me parece importante porque, al igual que con otras muchas cosas, he comprendido y sentido su verdadero significado práctico tras mi incorporación a la comunidad de seducción. Ya sabes que seducir no es estudiar seducción ¿verdad?

Además de sonreír cuando lo oigo en los talleres de Ego, siento y comprendo que soy una especie de actor cuando, al estar con una chica, me sale un narrador que me permite avanzar con ella. También cuando calibro con el espectador, apuesto por una actitud, la comunico con coherencia y la beso. Algunas veces, al conocer a grupos de personas soy incluso consciente de representar un papel inicial, que da pie a la justa confianza para mostrarse con naturalidad. Siempre, claro, con un objetivo social, romántico o sexual que puede conseguirse con una comunicación adecuada.

Me gusta empanarme en mi nube cuando estoy con ellas y, por suerte o por desgracia, no soy todo lo consciente del uso de estas demoledoras herramientas comunicativas como me gustaría. Pero, ¿sabéis de qué sí soy consciente? Que cuando estás centrado en ella, en lo que necesita la interacción a cada paso y ella me responde… …aparecen solas… …el narrador pide desesperadamente salir como tú de un dentista, para dar vía libre a la expresión de la emoción por el momento que se está viviendo. Es tan bonito eso que está pasando ¿no crees? 😉 Entrena.

¿Qué aportó de novedoso el enfoque dramatúrgico de Erving Goffman para el estudio de las interacciones? Un enfoque simple pero divergente de convencionalismos. Explicar resultados en un campo social a partir de otro campo social. La técnica, la política, la cultura y el estructuralismo de la sociedad no ponen suficiente atención a la naturaleza expresiva que domina las relaciones humanas, desde lo más cotidiano a, por ejemplo, intentar acostarte con esa una mujer, que son representados como “dramas” dirigidos a un público concreto. ¿No es más sensato conocernos por las consecuencias dramáticas de nuestras actuaciones cuando interaccionamos con otros que, por ejemplo, estadísticas, patrones de consumo, comportamiento, pertenencia a grupo o determinadas creencias políticas o religiosas? Surge en mí la duda razonable ¿Tú que piensas?

De cualquier forma, la idea primigenia de que toda interacción social es una actuación, es más propia del Interaccionismo Simbólico que, como con cuyo nombre puedes intuir, sostiene que las interacciones se basan en el intercambio de símbolos (capacidad humana para referirse a algo sin nombrarlo directamente) que conducen a los individuos a conseguir sus objetivos en sociedad. Un símbolo en el cortejo puede ser cualquier señal de interés, más o menos explícita, por ambas partes. Cuando ella te mira y tú te preguntas si quizá pueda ser una señal sutil de invitación, está intercambiando contigo un símbolo, si has calibrado bien otros aspectos, con el que te pide que te acerques a conocerla.

Ese intercambio simbólico es el proceso inicial de comunicación que permite la interacción. Su símbolo es mirarte y tu intercambio comienza con la acción de moverte hacia ella. Saludas… …una pausa… …¿Qué tal?… La interacción ha comenzado por un intercambio simbólico, no verbal en nuestro ejemplo, pero ilustrador a todos los efectos.

Este particular enfoque tiene sus antecedentes en Herbert Mead, máximo representante de los interaccionistas simbólicos. Mantiene que el individuo en las relaciones de sociedad posee un yo (I) y un mí (Me). Uno es creativo, inconsciente y espontáneo y el otro, convencional, consciente y fabricado. Para que nuestra comunicación tenga sentido es importante:

  • La idea que tenemos de nosotros mismos y que influirá a la hora de actuar socialmente (en función de la consideración que nos tengamos.

En la actuación de seducción, la seguridad que tengamos en nuestro marco, nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de resolver de forma emocional y creativa las restricciones en la escalada, será fundamental para conseguir lo qué queremos de ella.

  • La idea que tengamos del otro “generalizado”, es decir, nuestra concepción sobre alguien.

O sea, la idea preconcebida que hemos podido hacer de ella. Por esto se hace imprescindible obtener información lo antes posible de ella y sus vínculos con quien la acompaña.

Esto coincide con el “conocimiento de sí mismo” que debe tener el actor social de Goffman y de la audiencia “generalizada” (tipificada, estandarizada), compañeros de reparto “generalizados” y esa pedazo de profesional de la interpretación que te va a tener en jaque mientras interpretas el guión de tu vida, en el escenario que el destino te ha puesto.

Si en algo ayuda la aplicación del dramatismo al conocimiento de los porqués en las interacciones entre hombres y mujeres, es a analizar los modos de pensar de los actores sociales para así, atribuir motivos a las acciones que interpretan. Y sólo podrás conocer qué es lo que la mueve o la moverá hacia tu habitación si estás enfocado en lo que ella te va pidiendo y lo vas soltando con tu personalidad propia según avanza la escalada o interacción emocional – sexual.

Así lo creía Kenneth Burke, escritor y filósofo interesado, sobre todo, en la retórica y en la estética, siendo en nuestro contexto de seducción, la comunicación verbal y no verbal, el estilo, el charme francés, durante la seducción. Burke mantiene que, como actores sociales aplicamos una “gramática” formada por cinco principios clave que, combinándose y transformándose, responden a las preguntas básicas que se plantean siempre en una interacción

  1. ¿Qué se hace?
  2. ¿Cuándo o dónde se hace?
  3. ¿Quién lo hace?
  4. ¿Cómo lo hacen?
  5. ¿Por qué lo hacen?

Esta gramática de cinco principios clave estaría formada por:

    • Acto: la acción que ha tenido lugar, ya sea en pensamiento o en los hechos
    • Escena: la situación en la que ocurre la acción
    • Actor: la persona o tipo de persona que lleva a cabo la acción. Puede haber coagentes (dirigen el acto en el mismo sentido que el actor principal y contra-agentes (tratarán de orientar el acto en una dirección contraria a los propósitos del agente y del coagente)
    • Actuación: los medios o instrumentos utilizados por el actor para llevar a cabo el acto
    • Propósito: las propiedades personales del actor y que poseen valor motivacional (honestidad, valentía, inteligencia, etc)

Comprobemos si las aportaciones de Burke nos ayudarán a meternos entre las faldas de esa atractiva y apetitosa castaña a la que parece que nunca se le acaban los rizos. Veamos cómo quedaría nuestro planteamiento en dos extremos: esa película ganadora de Oscar en la que la entramos y la película que nos montamos para no entrarla. Me pido esta última

  • Acto: Incapacidad de abordar a una mujer con la intención de conocerla
  • Escena: Pub (que, como escenario definido, sabes que, simultáneamente, se dan otros elementos)
  • Actor: Tú, Ella, tus amigos y sus amigas
  • Actuación: inmovilidad
  • Propósito: mantenerte en la zona de confort con el ego bien guardadito y a salvo. Mantener intacta tu autoimagen.

Veamos cómo quedaría nuestra escena.

  • ¿Qué se hace?: Dos personas pierden la maravillosa oportunidad de conocerse
  • ¿Cuándo o dónde se hace?: irrelevante para lo que podría haber pasado en la vida de ambos
  • ¿Quién lo hace?: Una persona motivada por no correr riesgos y la que podría ser la mujer de su vida
  • ¿Cómo lo hacen?: con inmovilidad, nerviosismo, excusas, apatía y la nueva “procrastinación emocional”
  • ¿Por qué lo hacen?: porque él tiene miedo de ser rechazado y de ver su ego malherido por una mujer que no le conoce.

 

Y en tu última actuación ¿Cómo quedó la escena?

Saber qué mueve a una mujer en dimensión interpretativa, mediante el análisis de sus actos y su comportamiento, sin hacer caso necesariamente a lo que está diciendo, nos da una poderosa clave para, mientras la conocemos, conocer también nuestros “límites interpretativos” para hacer que la interacción siga avanzando hacia donde queremos… y nuestra vida con ello.

Ovolandia

 

 

Porque al fin y al cabo, de eso va todo esto, de inmortalizar su nombre junto al tuyo en un árbol y perderse en la contemplación del mundo, saborear la quietud del alma sin grietas, la plenitud de estar, por instantes, completo unido a otro.

Aléjate junto a ella a 1 paso atrás desde tu posición, bésala y contempla el grabado, después otro paso más, bésala y contempla. Con tu mano en su cintura aléjate 1 paso más, bésala y despídete de tu árbol.

Vuelve al día siguiente y repite. Bésala y contempla el grabado, después otro paso más hacia atrás, bésala y contempla. Con tu mano en su cintura aléjate 1 paso más, bésala y despídete de tu árbol.

Después de días, cuando estés a 99 pasos del árbol, da un paso atrás y contempla tu grabado, bésala y comprenderás por qué la amas.

 

Gestionar el conflicto (II): Las conductas y su significado

Hola!

DespuÈs de mi primera intervenciÛn, os cuento un poco lo que voy a aportar en esta web y mi intenciÛn al escribir este blog. Mis intervenciones van a ir mayoritariamente enfocadas a la resoluciÛn de conflictos dentro de las relaciones e interacciones†y a intentar enseÒaros tÈcnicas para que, adem·s de†resolver problemas concretos, adoptemos una nueva manera de concebir el conflicto, la gestiÛn de las relaciones y en general, a mejorar nuestra comunicaciÛn y manera de relacionarnos con nuestra pareja (o cualquier persona con la que mantengamos una relaciÛn). Es decir, cultivando nuestra inteligencia emocional aprenderemos a ser personas con mayor capacidad de prevenciÛn, negociaciÛn† y con una mejor y m·s inteligente comunicaciÛn (con permiso de mi compaÒero Santi).Estas estrategias no son exclusivas para hombres a aplicar en relaciones con mujeres, sirven para cualquier persona, independientemente de su sexo, que quiera† mejorar sus relaciones y tambiÈn son extrapolables a todo tipo de conflicto, aunque aquÌ nos centraremos en los de Ìndole sentimental y contaremos con los matices de las diferencias de gÈnero.  En esta ocasiÛn os quiero hablar de algo muy b·sico en las relaciones humanas, pero que por mi experiencia veo que, por obvio que resulte, sigue siendo la clave de la mayorÌa de conflictos en las parejas, la base para iniciar un verdadero cambio en nuestra manera de relacionarnos. Se trata de las conductas y sus significados simbÛlicos.Las conductas, por sÌ mismas, carecen de significado. El significado simbÛlico que tienen las conductas se lo damos las personas. TambiÈn es evidente que muchas conductas sÌ tienen un significado aceptado por la mayorÌa de nosotros y que viene dado por la sociedad, el contexto cultural, etc… pero hay muchas conductas, m·s sutiles, cuyo significado varÌa para cada persona y cuyo significado viene dado por la historia personal, la ideologÌa, las experiencias, etc.. de cada uno.Y por lo que estoy viendo en este mundo de la seducciÛn se generaliza muchÌsimo las interpretaciones de las conductas femeninas. Uno de los errores m·s comunes que cometemos las personas es juzgar las conductas de las otras en base al significado que tienen para nosotros, dando por sentado que es el ˙nico y el correcto. Ello conlleva mucha frustraciÛn porque ella ve que no somos capaces de entenderla y adem·s deja de vernos tan maravillosos y comprensivos o en†vuestro caso, tan alfas como parecia. øPor quÈ? Porque le atribuÌmos a sus actos un significado que no tienen. Es decir, valoramos las conductas de los otros d·ndoles el significado que tienen para nosotros. Esto solo conduce al†error y a situaciones injustas, porque no dejamos que sea la otra persona la que nos explique quÈ significan sus actos. øQuÈ generamos? Impotencia y†un bloqueo comunicativo frustrante y que dificilmente podemos resolver sin asumir que es cada persona la que debe hablar sobre sÌ misma y la que debe explicar por quÈ act˙a de determinada manera.

Quiero enseÒaros a manejar este concepto porque cambiando nosotros nuestra actitud estamos cambiando nuestra relaciÛn y enseÒ·ndole a nuestra pareja, con nuestro ejemplo, que ella puede hacer lo mismo para, a la larga, desarrollar entre los dos una manera m·s eficaz, sana y libre de conflictos innecesarios, de afrontar nuestra relaciÛn. Pongamos un ejemplo gr·fico. Supongamos que en nuestra relaciÛn de pareja se da el tÌpico caso de que nosotros somos muy dependientes y ella muy independiente.

Para nosotros, que somos incapaces de pasar m·s de un dia sin dormir con ella o de pasar un dÌa sin escuchar su voz, el hecho de no llamarla un dÌa significarÌa que tendrÌamos poco interÈs, ya que, si todo va bien, querrÌamos verla todos los dÌas. Cuando ella nos dice que ese dÌa va a pasarlo con sus amigas y que prefiere que no durmamos juntos porque no sabe a quÈ hora acabar·, en nuestra mente, autom·ticamente, aparece el significado que esa conducta tiene para nosotros,††por ejemplo, desinterÈs, que ya no le gustamos, que va a enamorarse de otro, o en vuestro caso, que ya no sois lo alfa que creÌais ser, etc… y una de las reacciones que solemos tener es agobiar a nuestra pareja, preguntarle por quÈ no quiere dormir con nosotros, si ya no se siente atraÌda por nosotros, etc o hacer caso de muchos consejos que he escuchado por este mundo de la seducciÛn, como que hay que hacer todo lo contrario resultando inmaduro e infantil o pasar de ella completamente, no llamarla en cinco dias e intentar demostrarlo que somos independientes de ella de una forma exagerada y ridÌcula.

Nuestra manera de entender estas conductas viene , muchas veces, determinada por nuestras experiencias anteriores. Por ejemplo, recordamos una antigua relaciÛn donde la chica empezÛ a distanciarse, a querer quedar menos con nosotros y al final nos acabÛ dejando, de manera que en nuestro cerebro, cuando alguien nos pide m·s espacio, se nos activa la alarma porque creemos que es un signo inequÌvoco de crisis o de abandono.Analicemos ahora la otra parte. Imaginemos que ella es una chica independiente, que necesita su espacio y cuyo concepto de una relaciÛn sana, normal y funcional, no pasa necesariamente por estar 24 horas al dia con su pareja, tiene amigas con las que queda habitualmente y le gusta leer, trabajar o simplemente, estar sola algunos ratos para hacer cosas que prefiere que nosotros no veamos (como envolverse en una mascarilla verde horrorosa, leer revistas de moda o hablar con sus amigas de frivolidades y temas que sabe que no nos interesan en absoluto). Esta chica quiere a su pareja y su ˙nica queja respecto de su relaciÛn es que necesita ese espacio y su pareja no se lo est· dejando. Est· pues, necesitando un pequeÒo cambio que, de no darse, desembocar· en una relaciÛn que no le es satisfactoria porque no le deja el tiempo necesario para sus cosas.
OPCI”N 1. Nosotros, cuando ella nos comunica o nos demuestra con sus hechos que necesita algo m·s de espacio, nos agobiamos pensando que nos va a dejar, que algo va mal, anticipamos una crisis y empezamos a:
1.A )preguntarle que por quÈ necesita ese espacio, que quÈ es lo que tiene que hacer que nosotros no podamos ver o ser partÌcipes. Ella, que pedÌa espacio, se encuentra† con que no sÛlo no tiene ese espacio extra, si no que de repente se encuentra con una situaciÛn m·s agobiante que la que tenÌa antes de plantear su necesidad, por lo que a˙n necesitar· m·s ese espacio y por tanto, a˙n querr· distanciarse m·s. A nosotros esta reacciÛn parece confirmarnos nuestro miedo y a˙n le preguntamos m·s, o incluso nos enfadamos y planteamos cosas como si nos est· ocultando algo y mostramos una desconfianza patente, con lo que ella, que simplemente pedÌa algo m·s de tiempo, se encuentra con que su pareja no sÛlo no la conoce y entiende y no atiende a sus necesidades en la relaciÛn si no que adem·s parece no confiar en ella. Resultado: un conflicto emocionnalmente enmaraÒado y difiÌcil de resolver.

1.B) Para intentar demostrarle que no somos dependientes y que no la necesitamos dejamos de llamarla, no le cogemos el telÈfono, nos hacemos los ausentes, le contamos†rollos sobre que no nos entiende y que no tendriamos por quÈ explicarle lo que nos pasa. O sencillamente decimos que no nos pasa nada actuando como si† pasara. «Tipical masculine ridiculous»

OPCI”N 2. Cuando ella nos comunica o nos demuestra con sus hechos que necesita algo m·s de espacio, pensamos en ella y en lo que conocemos de ella y observamos que en su vida y siendo una chica independiente o que est· evolucionando a una situaciÛn de independencia (las personas evolucionan y tienen todo el derecho a hacerlo) tiene sentido el que ella nos demande un poco m·s de espacio. No tenemos ninguna razÛn para desconfiar porque ella sigue siendo nuestra pareja y lo es por voluntad propia,† est· con nosotros porque quiere estarlo. Si bien una experiencia anterior donde un reclamo de m·s espacio desembocÛ en que nos abandonaran, Èsta es otra persona diferente y con su propia personalidad que nada tiene que ver con nuestra pareja anterior, por lo que tiene su derecho propio a expresar sus necesidades sin ser juzgada por los actos de otra persona que nada tiene que ver con ella. AsÌ pues, entendemos que sus palabras o sus actos significan exactamente lo que parecen: que quiere m·s tiempo para leer, estudiar, estar con sus amigas o ver esa serie que tanto le apasiona y que a nosotros nos parece el s˙mmum del aburrimiento. Respondemos a su demanda diciÈndole que entendemos sus necesidades y que le concederemos ese espacio extra, pero que nosotros, que la necesitamos y queremos, tambiÈn queremos una pequeÒa compensaciÛn. Le guiÒamos un ojo, le sacamos una sonrisa y le decimos que el tiempo que pasemos juntos la queremos para nosotros y queremos compartir con ella un montÛn de cosas como por ejemplo, una cena rom·ntica el prÛximo s·bado. Resultado: Ella consigue ese espacio extra, nosotros dejamos claro que la entendemos, la conocemos y confiamos en ella, y adem·s remarcamos que, si bien, entendemos su necesidad, ella tambiÈn tiene que entender la nuestra y «mejorar» el tiempo que pasemos juntos, que si bien ser· menor, puede ser de mayor calidad. Hemos, adem·s, dejado claro que somos personas con confianza en nosotros mismos y en ella, que la respetamos y que tambiÈn tenemos nuestro propio mundo m·s all· de ella (podemos aprovechar ese tiempo extra para quedar con nuestros amigos, apuntarnos a un curso, leer el blog de Maria en egolandseducciÛn.com, ir al gimnasio o lo que sea que nos guste), lo que nos hace personas interesantes y con una valÌa m·s all· de nuestra relaciÛn con ella.

Evidentemente, es sÛlo un ejemplo sencillo de como puede cambiar una situaciÛn potencialmente conflictiva gestion·ndola desde una perspectiva m·s inteligente emocionalmente. TambiÈn es evidente que para llegar a sentirnos cÛmodos actuando como en la situaciÛn 2, tenemos que hacer un trabajo previo con nosotros mismos para llegar a sentir de esta manera. Otra cosa que tambiÈn influye es la sinceridad con nuestra pareja, pero como es otro tema del que quiero hablar largo y tendido, de momento lo he obviado, por esquematizar m·s, ir familiariz·ndonos primero con cosas m·s b·sicas y poder profundizar m·s adelante con un base bien adquirida. Poco a poco iremos viendo estrategias para trabajar este tipo de habilidades. No es una tarea sencilla, pero sÌ apasionante y que puede cambiar mucho y a mejor nuestras relaciones. °Muchas gracias por vuestra atenciÛn!

La magia de la seducción: Una mirada femenina

Seducción. Imponente palabra. Tiene fuerza, suena potente, encandila y está llena de significado y magia. Y entonces me pregunto ¿Qué hace que esa palabra tenga tanta magia? Momentos indescriptibles de emociones intensas al ver la cara de la otra persona reaccionando a algo que has dicho. Son los nervios de cuando el móvil suena avisándote de que tienes un mensaje.

Conclusión; en mi blog y en cualquier sitio que se hable de seducción debe estar presente esa magia. Y esa magia, no es posible sin contar con la otra mirada, con las respuestas, con la perspectiva femenina. Mariela, una mujer hecha a sí misma, con fuerza en su mirada, con muchas historias que contar bajo sus pies, muy emocional, que quiere vivir intensamente cada segundo de su día a día. Por eso ,por su sinceridad y por muchas otras cosas que iréis descubriendo cuando la leáis.

Ser o no ser…. por Mariela

Domingo, 08 de mayo de 2011 a las 18:21

Escribo esto sin ser masoquista (bueno, un poco para decir la verdad).

Somos nosotras «las mujeres hijas del rigor». Y nunca nos he definido mejor. A decir verdad un chico encantador nos gusta y nos aburre bastante. Por eso los preferimos en ocasiones mentirosos, dulces a ratos y algo indiferentes, esos nos roban el alma…Necesitamos emociones. Y no muchos hombres saben ofrecernos esas emociones. Por eso cada vez buscamos mas a hombres que sepan estimular nuestra mente con sus palabras o con sus acciones.

¿Es esto estar locas? ¿O somos las mujeres en la jungla del mundo la carnada para feroces leones? Quizás esto último sea lo que queremos que crean mis queridos homos…

De rana a principe sin esperar su beso…y que Dios te salve reina.

Nací en Madrid y a la edad de 21 años, crucé imprudentemente por el campo de entrenamiento de Cupido, accidente afortunado que cambió mi vida.

øQuÈ es lo sagrado?

øDe quÈ est· hecho el espÌritu?

øPara quÈ vale la pena vivir?

øPara quÈ vale la pena morir?

Las cuestiones importantes de Don Juan tambiÈn son las mÌas. No tengo más aspiración real en la vida que vivir en el reino de la respuesta. *

Ya sabemos que †conocer y comprender a las mujeres es posible pero, y el amor?. Ese sentimiento de protección que te sale por las venas por la primera desconocida con la que te cruzas y que, m·gicamente, voltea tu vida lo dominas o te domina?

Enamorarme por primera vez, a la edad de 21 aÒos, supuso el cambio m·s radical e importante en mi vida. Mi objetivo desde entonces: autogenerarme una descarga permanente de dopamina y oxitocina con la mujer que yo elija y asÌ vivir plenamente enamorado, yonki perdido de amor y en armonÌa con la vida… …ambicioso øno?… … øquiz· imposible y utÛpico?† Yo tambiÈn lo creÌa pero a˙n asÌ, empecÈ el camino en solitario.

En 2007 conocÌ a Mario Luna, Egoland, N˙cleo, Cachondo Mental, Wallace y poco despuÈs, en talleres y conferencias, al resto de instructores e miembros de la comunidad a los que leÌa dÌa tras dÌa muy ilusionado: eran mis embajadores del amor y por los que siento gran admiraciÛn y respeto por su calidad humana: Fire, Alfie, Atreiu, Torio, Witzbold, mi Max, Chema, IÒaki y muchos m·s.

Aquello era para creerlo øTÌos reunidos conspirativamente para hablar de mujeres, experiencias y† emociones propiamente masculinas?. Siempre agradecerÈ cÛmo me abrieron sus puertas, como compartieron conocimientos y momentos conmigo y, sobre todo, me hicieran partÌcipe de tan maravillosa comunidad.† QuÈ bonito es disfrutar del viaje en compaÒÌa.

Cuando Egoland me hablÛ de su nuevo proyecto, la direcciÛn que querÌa tomar y quÈ querÌa hacer para cambiar el mundo, no pude m·s que emocionarme y comprometerme, como Èl, en daros lo mejor que tengo para que, entre todos, nos hagamos hombres del siglo XXI y defendamos una masculinidad protectora y ante una feminidad actualizada.

Porque amigo, si t˙ luchas por convertirte en el hombre que quieres ser, yo tambiÈn lo serÈ un poquito.

Porque amigo, si t˙ le das magia a esa chica la magia que necesita, se la est·s dando al mundo.

Soy una esponja coralina que absorbe ocÈanos de conocimiento de dos milÌmetros de profundidad. Tengo la suerte, adem·s, de enseÒar con mis conocimientos y experiencias profesionales a alumnos universitarios a desenvolverse en las ·reas m·s creativas del marketing y la comunicaciÛn empresarial. Observ·ndoles me doy cuenta que hacemos difÌciles procesos de comunicaciÛn muy simples.

Al estar influenciados por emociones, expectativas y miedos infundados hacemos difÌcil lo que, en teorÌa, puede ser f·cil. Yo el primero, por eso creo que entre todos tenemos mucho que aportarnos aquÌ, en Egolandia.

Achaco a defectos en la comunicaciÛn la mayorÌa de los problemas que existen entre hombres y mujeres. Por eso, y ante todo creo, que lo m·s elemental para conocer y seducir a una mujer es saber comunicarte con ella: No es lo que decimos, es lo que ellas creen que decimos y por quÈ.

Soy Santi, publicista y diseÒador, creativo de corazÛn y de razÛn, emprendedor. Quiero mucho a mi pap· y a mi mam·. Bienvenido amigo a la que espero sea tu nueva vida tambiÈn, abrazos gordos.

Y para ti coletita», si sigues mirando con esos ojitos tan tiernos y a la vez, con tanta indiferencia, te vas a meter en un lÌo gordo del que no vas a querer salir. Est·s avisada reina.

 

Gestionar el conflicto(I): Consolidar una relación

Supongamos que has conocido a una chica, has iniciado con ella una relación, del tipo que sea, y quieres ir a más, quieres verla a menudo y empezar «algo». Todo va sobre ruedas hasta que… ¡horror!, la primera discusión aparece en el horizonte. Sabes que es un punto de inflexión, que puede dar al traste con tus intenciones de iniciar una relación,con los de ella y que además es un momento clave porque ella va a examinar tu reacción y tú deberÌas examinar la suya.

Mi experiencia me ha enseñado que la mayoría de conflictos pueden resolverse de una manera satisfactoria si aprendemos a observar a la otra parte con una mentalidad analítica y si ponemos en práctica estrategias enfocadas a buscar un resultado satisfactorio para ambas partes.O sea, no solo el conflicto debe resolverse, (vamos o no vamos en nochevieja con tus amigos o mis amigas) sino que tu actitud en la discusión vaproyectar una imagen atractiva de tu personalidad.

Para ello debéis alejaros de una serie actitudes típicas.

1∫ Huir de la típica discusión que no lleva a ningún lado y que al final es solamente una guerra de egos: Estas guerras están enfocada más a obtener una sensación psicológica de triunfo sobre la otra parte que al hecho de resolver el conflicto de una manera que satisfaga a las dos partes, donde no haya un vencedor y un vencido si no un acuerdo válido para los dos bandos, que además nos permita conocer mejor a la otra persona y a nosotros mismos.

Por lo que he visto, en la literatura de seducción hay una obsesión por no ceder, o incluso dejar pasar una oportunidad con una chica con tal de no perder VALOR. O sea, con tal de no parecer débil. Craso error. La debilidad es la necesidad de no parecerlo.

GESTIONAR EL CONFLICTO

El conflicto, bien entendido y gestionado, es una poderosa arma para desarrollarnos, para mejorar y para construir una adecuada confianza en uno mismo, haciéndonos personas más válidas para unas relaciones donde  el conflicto es inevitable. Habitualmente, ante un conflicto, sentimos rabia, miedo por parecer débiles, etc. Generamos expresiones emocionales negativas que, con un conocimiento adecuado  de la gestión de conflictos  pueden expresarse y traducirse en una mayor confianza en uno mismo, una mayor capacidad de expresión y en definitiva, dotarnos de una herramienta extremadamente útil para consolidar una relación, (con una mujer, un hombre, una amistad, en el trabajo, etc… ) de manera adulta y sobre todo sana, que nos permita desarollarnos positivamente y fomentar un respeto hacia uno mismo y hacia esa persona .En definitiva, se trata de aprender a discutir, de aprender a reconocer en la discusión los aspectos útiles del conflicto y manejarlos de manera que nos lleven a algo positivo, tanto en el objeto de la seducción, como en la visió n de masculinidad ante sus posibles exámenes (suponiendo que sois hombres heterosexuales, aunque es extrapolable a casi cualquier ámbito). Desechad las expresiones negativas típicas del conflicto mal entendido, asociado normalmente a tensión, gritos, rabia e incluso a la separación o cambio de objetivo.

En mi blog, entre otras cosas, aprenderemos a manejar nuestra comunicación, a expresarnos de una manera correcta y a manejar nuestras emociones para que éstas estén a nuestro servicio y nos sirvan de ayuda para conseguir lo que queremos, en lugar de crearnos complicaciones y llevarnos a tener actitudes de las que más tarde podemos arrepentirnos o nos causen un daño irreparable a nosotros o a ella.

Pero vayamos a lo práctico. Quiero empezar por tratar algo que para mí es básico, casi casi el quid de la cuestión.

EJEMPLO DE GESTIÓN DE UN CONFLICTO

La mayoría de discusiones empiezan por un acto, una conducta, algo que una de las dos partes ha hecho y que a la otra parte no le ha gustado. Por ejemplo, Os habéis pasado en vuestra necesidad de querer parecer seguros, alfas y habéis malinterpretado alguno de sus actos. Supongamos que es la otra persona la que inicia la discusión y vosotros sois «víctimas» de ésta.

Lo primero que tenemos que tener muy claro es que no es un ataque y por tanto, no tenemos la necesidad de defendernos. Normalmente, cuando alguien nos reprocha algo o nos dice que hemos hecho algo mal (bajo su punto de vista), tendemos a la defensa, a entenderlo como que nos están atacando y tenemos, por tanto, que defender nuestra postura.

Primer error: El defendernos por defecto nos quita la posibilidad de entendernos con la otra persona, consiguiendo únicamente que cada uno se refuerce en sus posiciones y quede muy patente la distancia que hay entre ambas, es decir, que quede muy claro que pensamos dos cosas distintas y que ninguno piensa ceder. Por tanto tendemos a creer que la única manera de solucionarlo es que uno de los dos abandone su posición y admita que el otro tiene razón. Segundo error.

Así pues,  para empezar, abandonemos la idea de que nos están atacando, y por tanto, NO tenemos que defendernos. Escuchemos y tomemos en consideración lo que la otra persona nos está pidiendo antes de responder, por defecto, que no tiene razón. Quitémosle hierro al asunto y preguntemos directamente «Qué puedo hacer para mejorar esta situación y que te sientas más a gusto?». El hecho de reaccionar preguntando en qué podemos cooperar para mejorar la situación ya predispone a que la discusión se encamine hacia la búsqueda de soluciones, en lugar de a una lucha de egos. Es una excelente manera de empezar a gestionar el conflicto.

Preguntar esto de una forma segura, protectora y empática no supone, en ningún caso, y os lo digo porque soy mujer, perder ni un gramo de virilidad o como se suele decir por estos lares, parámetros alfa. Y por supuesto, preguntar qué podéis hacer para mejorar una situación que crea disgusto en ella, no significa que tengáis que hacer exactamente lo que ella os pida. Realmente, lo que se está pidiendo es una información muy válida que vamos a aprovechar para conocer mejor a esa persona y para, cuando planteéis vuestra opinión sobre el conflicto, poder hacerlo con mayor conocimiento de causa y de una manera más eficiente y que permita llegar a un acuerdo consensuado y que os beneficie a ambos. Es simplemente una manera cordial, adulta y que denota confianza, de iniciar la gestión del conflicto, transmitiendo la sensación de que estáis abiertos a dialogar, que tenéis su opinión muy en cuenta y que no os ponéi a la defensiva de una manera infantil.

Más adelante seguiremos viendo más estrategias de resolución de conflictos y analizando el hecho de discutir y las siguientes fases en una discusión o conflicto para aprender a manejarlo de manera óptima!

Espero que os sirva de ayuda. Un beso.