Selección de artículos y consejos de seducción para mujeres, con las mejores claves para entender a los hombres, conocer herramientas para ligar y habilidades para relacionarte de manera más fluida y libre con los chicos que te gustan.

Cambiar tu suerte: Cuestión de perspectiva

Este artículo, os recordará a uno de Helio que me gustó especialmente y con el que me sentí especialmente identificada este pasado sábado noche cuando el plan que me había montado se desplomó por un avatar del destino. Si hay algo que decimos continuamente en egoland es que hay que tener una sintonía positiva y no dejarnos arrastrar por pensamientos negativos, sino convertirlos automáticamente en nuevas oportunidades. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de estas directrices abstractas en nuestros artículos técnicos y clases o seminarios?

El sábado noche me iba yo al teatro a ver “A prop”, donde actua un compañero de rodaje de un futuro corto, X, y me había puesto monísima de la muerte con mis tacones y mi minifalda de cuero con volantes, y salí con tiempo de sobra para ir a Burjassot en metro. Pero anularon un metro y no pusieron otro hasta tres cuartos de hora después, así que estaba yo en medio de la nada en la estación de “Empalme” que es, eso, estar en medio de la nada, entre Pinto y Valdemoro, viendo si pasaba algún taxi, viendo si había alguna alternativa que, no, no llegó. Así que tras media hora allí sentada y esperando el siguiente metro que llegaba a las 10.25 mis amigos me dijeron que las puertas cerrarían a las 10.15. Maldecí mentalmente en todos los idiomas habidos y por haber y resolví volverme hacia Valencia. Así que cambié de via y me senté a esperar el metro en la otra dirección.

Bien, aquí, es donde vamos a hacer el pequeño apunte. Hay dos formas de enfocar esto.

A)     OH DIOS SANTO, SE ME HA JOD—LA NOCHE, AHORA QUE HAGO. LA VIDA ES OSCURA Y CRUEL Y YO IBA TAN MONA.

B)     OH DIOS SANTO, VOY TAN MONA QUE SERIA UN DESPERDICIO VOLVERME A COMPADECERME DE MI MALA SUERTE A CASA.

¿Cuál seria la correcta, amigas y amigos? Obvio, ¿No? Buscamos el pensamiento positivo, porque generando esto es cuando abrimos posibilidades, desde luego, encerrados en casa, la noche no va a ser muy grandiosa. Mi opción en primer lugar, fue mandarle un mensaje a un amigo, proponiéndole bien salir a tomar algo porque textualmente “Estoy de muy mala onda porque voy monísima de la muerte y no quiero por nada del mundo volver a casa”.  Este amigo resulta que no estaba en Valencia y justo acababa de contestarme que no podía quedar cuando un rubio que me sacaba una cabeza se me sentó al lado en el banco. Un rubio con un mapa que miraba buscando algo por el Carmen de Valencia. Un rubio que me acababa de solucionar la noche.

Inciso para vosotras, ¿Qué hice? Erguirme, inclinarme levemente en su dirección, y mirar distraída el mapa. En cero coma, me estaba preguntando la dirección. La calle, bastante cerca de mi casa, me venía de paso si me bajaba en el transbordo, y el chico era muy majo, y yo no quería volver a casa, así que, simplemente, se lo dije:

“Mira, yo me iba al teatro, y el metro se ha cancelado, y llego tarde, y ¿has visto lo mona que voy como para volver a casa? Y estoy de muy mal humor porque llevo con tacones tres cuartos de hora, ¡Y no va a ser para nada! Así que, ¿Sabes qué? Es tu noche de suerte, porque voy a acompañarte, que me viene de paso.”

No se si os suena lo que decimos siempre en egoland: SINCERIDAD, HONESTIDAD, ESPONTANEIDAD. ¿Hacía falta alguna excusa extravagante para crear un vínculo con este desconocido que había captado mi atención? ¿Es malo que le comunique que no me apetece volver a casa y que voy a acompañarle? ¿Está exponiéndonos negativamente demostrar interés? No, no, y no. Como siempre os digo, chicas, demostrar interés, no es pecado, y es, además, útil. Porque nos facilita mucho las cosas, A TODOS.

Acabé, acompañándole, con una animada conversación en el metro, y buscando con mi pésima orientación la calle (sabía la zona, pero no la calle exacta) donde el chico iba a buscar un hostal para pasar la noche porque entraba el lunes en su piso. Llegamos ya a la calle, y estábamos hablando de cocina cuando me dijo:

-¡Tienes que darme esa receta!

Y, ¿Qué os tengo dicho, chicas? No perdamos de vista el objetivo, queremos el Facebook/teléfono/método de contacto, respuesta MUY OBVIA que le di:

-¡Y yo que pensaba que me pedirías el teléfono!

-Eso desde luego pensaba hacerlo, pero casi que primero pensaba preguntarte el nombre.

Oh, eso tendrás que adivinarlo.

Y llegamos a la puerta del hostal donde nos dimos el móvil. Y nos despedíamos cuando me dijo:

-Si te esperas, ¿Tienes prisa? te acompaño hasta a casa.

 

Respuestas probables:

A)     Subterfugio para hacernos la dura.

B)     Respuesta sincera y divertida.

De nuevo, es obvio, ¿no?

-Creo que ya te he dicho que no tengo las más mínimas ganas de llegar a casa, y aún no sabes mi nombre.

De nuevo, ¿Es malo mostrarnos interesadas? No. ¿Es malo darles una de cal y una de arena? No, tampoco, siempre que se diga con una sonrisa y gracia, en egoland ya os decimos que todo es útil: “¡Italiano! ¡Oh, Dios santo, odio a los italianos! Eso es un menos diez, vas a tener que currártelo mucho.”

Y bueno, teléfono, interés, camino a casa por el Carmen un sábado noche…

Me ha invitado a un picnic, chicas, ¿No es un tesoro?

La gata negra

 

PD: Os dejo este enlace a un corto que recuerda mucho a lo que suele pasar en el metro cuando dudamos si hablar o no hablar con la persona que nos mira y a quien miramos.

[button color=»yellow» link=»https://www.egolandseduccion.com/el-columpio-la-chica-del-metro-hablamos-con-ella-o-no/» size=»medium» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]Corto el Columpio[/button]

 

Los 15 consejos básicos para no meter (o que te la metan) donde no debes.

  1. Nunca te tires a alguien de quien no te fo–arías su cerebro (a no ser que puedas salir huyendo y nunca mirar atrás).
  2. Nunca te tires a alguien que esté enamorad@ de ti (a no ser que esa persona no te importe lo más mínimo y/o nunca vayas a volver a verla – que viene a ser lo mismo – )
  3. Nunca te tires a un amigo (a no ser que merezca la pena arriesgar la amistad por algo más).
  4. Nunca te tires a alguien a quien acabas de conocer (a no ser que esté recomendado, tenga un documento de chequeo de todas las enfermedades de transmisión sexual  y/o algún otro tipo de garantía).
  5. Nunca te tires a alguien obsesionado contigo (a no ser que te apetezca cambiarte de ciudad).
  6. Nunca te tires a alguien por lástima (a no ser que tu complejo de madre teresa de calculta supere a las molestias de cambiarte luego el número de teléfono).
  7. Nunca te tires a un ex que sigue enamorado de ti al que tú dejaste (porque está mal, y punto).
  8. Nunca te tires a un@ virgen (a no ser que seas perfectamente consciente de a que te vas a enfrentar).
  9. Nunca te tires a alguien de quien tú estés enamorado y no te corresponda (porque es un suicidio ¿vale?)
  10. No te tires a alguien con autoridad sobre ti (a no ser que no te moleste tener que ceder cada vez que quiera repetir o cambiar de trabajo/colegio/universidad/etc.).
  11. No te tires a alguien que no esté en uso de sus plenas facultades (jo-er, no, ¿vale? No).
  12. No te tires a un compañero de piso (a no ser que merezca la pena el riesgo y/o no te importe mudarte).
  13. No te tires a alguien con pareja, menos si la pareja es amigo/familiar tuyo (porque está feo, vamos).
  14. No te tires a la madre, padre, hermano, hermana de algún amigo/ex (a no ser que realmente no sea solo un polvo).
  15. Nunca te tires a alguien sin meditar bien si realmente el “a no ser” no está condicionado por tus hormonas.

 

16.  Gata dixit, amén.

El gatillazo, ¿como recargar el arma?

Bueno, a ver, chicas, porque estamos frente a un tema espinoso y que afecta tanto al hombre como a la mujer. Porque ellos se flagelan con la idea de que “no están dando la talla” y nosotras con el autoreproche de “¿Qué estoy haciendo mal?”. Y así, se convierte en un pescado que se muerde la cola, y se va cargando la confrontación sexual de tensiones y asociaciones negativas, y cada vez es más complicado superarlo.

¿QUE ES UN GATILLAZO?

Pero antes de ir al centro del asunto, ¿Qué se considera un gatillazo? Pues bien, estamos frente a este amiguito cuando la erección SÍ SUCEDE, pero luego desaparece y el pene se “desinfla”. Estaremos ante un gatillazo y no ante una impotencia cuando estos casos no superen más de la mitad de las veces que haya un encuentro sexual. Por esto también lo llamamos  “impotencia situacional”.

sexo gatillazo causas solucion

¿PORQUE SUCEDE EL GATILLAZO?

Y, ¿Por qué sucede? Pues bien, el estrés es uno de los factores más importantes. Si el chico ha estado sometido a mucha presión, o la situación es incómoda, o algo negativo le ronda la cabeza (problemas familiares, de trabajo…). Esto se solucionará obviamente sorteando el problema en cuestión que le atormente o buscando una situación propicia. Pero, ¿Y cuando el problema es físico?

Esto va para los chicos: Si eres joven y te ocurre NO TE PREOCUPES. Si consumes alcohol con frecuencia y fumas es algo normal. El consumo de otro tipo de drogas (pastillas, cristal, LSD) tampoco ayuda para nada con este problema. Si por el contrario pasas los 40, ten en cuenta que cualquier tipo de estrés, como ya he dicho, pueden ser causa del gatillazo

También puede ser que esté causado por que disminuya la producción de andrógenos, la hormona masculina. En cifras porcentuales, solo una tercera parte de los problemas que causan el gatillazo son físicos, y de esta, hasta un 90% tienen una solución satisfactoria.

Y ahora, para los dos,

¿Qué pasa cuando en medio del acto sexual se produce un gatillazo?

QUE NO CUNDA EL PÁNICO

Tenemos que como algo natural y no como un conflicto que provoque una tensión y la culpabilización, ni de uno, ni de otro. Si la situación se da con nuestra pareja, por parte de nosotras debe de haber comprensión, y por parte de él, saber reírse de uno mismo y no tomarlo como un pecado mortal. Si por el contrario, es con una persona desconocida, chicos, buscad una explicación que no la culpabilice a ella (a no ser que os esté dando con un teaser). Si la chica merece la pena lo entenderá y no le dará importancia. Así que ya sabéis chicas, sobre todo, COMPRENSIÓN.

Podeis dejar pasar un rato y volver a intentarlo, siempre que no haya presión ni nerviosismo en el ambiente. Por experiencia propia sé que se puede volver al ring y conseguir un KO perfecto.  Y si por lo que sea, no es el momento, habrán más veces. Y seguramente, si se supera una anécdota como esa, serán mejores, por el nivel de confianza.

Para los chicos, si sois jóvenes y os ocurre a menudo, quizá deberíais plantearos vuestros hábitos de vida, y ver si algo de lo que os metéis en el cuerpo puede estar influyendo. Si con dosis de paciencia y risas no se soluciona, quizá sería sopesable ir a un médico, ya que igual el problema sea físico. Sea como sea, lo más probable es que tenga solución.

No olvidéis que lo principal es disfrutar de una sexualidad SANA y NATURAL.

 

La gata negra

¿Por qué no me apetece sexo?

Antes de meternos de pleno en el problema descartaremos algunos casos de inapetencia sexual sencilla y sin mucho trasfondo.

Algunos casos sin importancia de inapetencia sexual

– Eres virgen: No tienes inapetencia, tienes miedo. Y es normal. No te preocupes, cuando te sientas segura con la persona que quieras compartir esa primera experiencia trata de respirar profundamente y controlar los nervios. Seguro que todo sale bien (mentira, la primera vez excepcionalmente sale bien, pero al menos no será una debacle).

– Estás medicándote: Algunos tratamientos como los antidepresivos, anticonceptivos, y otras substancias pueden disminuir la líbido notablemente. Léete el prospecto y en caso de duda consulta a tu médico y pídele en caso de que sea por ello, que te modifique la medicación.

– Eres religiosa/ tu moral te lo impide: Lo que necesitas es superar tabúes y un poco de tiempo. Vente conmigo un par de noches de fiesta que te dejo apañada.

– Tienes un trauma/una secuela psicológica: Hay casos en que situaciones que hemos vivido nos dejan una marca (abusos, malas experiencias, represiones autoritarias), en este caso lo más aconsejable es ponerse en manos de un especialista que te ayudará a superar tu problema. Lo digo por experiencia.

deseo sexual

En todos estos casos y en los próximos, lo primero que hay que dejar claro es que la COMUNICACIÓN es básica. Si tu deseo sexual está inusualmente afectado, antes que utilizar excusas y salidas por la tangente, expónselo a tu pareja. Con esto evitarás que él se frustre y caiga en errores, como pensar que no te atrae. Capearás muchos problemas que podrían afectar luego a vuestra relación si él sabe que tienes un problema Y QUE QUIERES SOLUCIONARLO.

Y si no tienes pareja, ¿Lo dejas pasar? No. Aunque no tengas pareja el hecho de tener una líbido disminuida (no solo se trata a relaciones sexuales, sino también al deseo y la masturbación) es una señal de aque algo no va bien en las altas esferas de tu cabeza y tienes que intentar buscar la causa.

Dicho esto, al toro.

¿Por qué no me apetece sexo?

Si nunca has sido una persona sexualmente muy activa una disminución de tu líbido puede no ser traumática, pero si eres una mujer que ha tenido siempre un deseo sexual alto, verte de pronto sin ganas de nada puede ser realmente un problema emocional para ti. Lo primero que debes hacer frente a esta situación es tratar de no estresarte más todavía por ello, ya que hará un efecto contraproducente y será un circulo vicioso.

Ahora, diferenciemos, no tienes líbido, pero, ¿Tienes pareja?

No tengo pareja y no tengo deseo

Si tienes pareja la cosa resulta más puntillosa, ya que no solo te preocupas por tu problema sino por lo que tu problema pueda repercutir en tu relación. Y en caso de que esto sea así lo primero que quiero que te plantees es: Obviamente no te apetece tener sexo con tu pareja, pero, ¿Tienes fantasías con otras personas?

Si la respuesta es , lo más probable es que:

[dropcap color=»#000000″ font=»arial»]A[/dropcap] Ya no quieras a tu pareja: Asúmelo, y ten el valor de abandonar la comodidad de tu relación.

[dropcap color=»#000000″ font=»arial»]B[/dropcap]  Quieras a tu pareja pero se ha descuidado: A veces nuestra pareja se deja perder y con su aseo perdemos la líbido, esto se arregla fácilmente con unos sutiles comentarios, si es que él tiene ganas de arreglarlo (déjalo sin sexo varias semanas, verás si empieza a hacer deporte…).

[dropcap color=»#000000″ font=»arial»]C[/dropcap] Teneis problemas de pareja: Aunque a los hombres no les afecta sexualmente la esfera emocional de la relación (casi siempre) a nosotras sí. Y si estáis discutiendo mucho por cosas ajenas al sexo o hay tensiones, puede ser que esto te inhiba las ganas de acostarte con él aunque no tengas problemas de cama concretos.

[dropcap color=»#000000″ font=»arial»]D[/dropcap]  La rutina: Cuando llevas mucho tiempo con la misma persona y no innovas en el terreno sexual podemos fantasear con otras personas en busca del sentimiento de aventura y de novedad, llegando a sentir rechazo por la idea del aburrimiento con tu pareja.

Otros problemas que pueden afectarte son los mismos que voy a exponer a continuación.

No tengo pareja y no tengo deseo

Pero, ¿Y si te pasa en general? No tienes ganas con tu pareja y tampoco tienes fantasías con gente ajena? Este es el mismo caso que si no tienes pareja y no tienes deseo.

Lo más probable es que estés estresada y que las presiones diarias estén robándote tiempo para concentrarte en tu intimidad. Intenta reservar un pequeño espacio para ti y dedicate a mimarte. Si tu mente suprime el tiempo para dedicar a ti misma es normal que acabe suprimiendo el interés sexual en órden de «preferencia», equivocadamente.

Otro caso habitual es que te encuentres deprimida, si tienes sintomas de ello (uno de los primeros es la inapetencia sexual) deberías buscar ayuda profesional. Tratando la causa conseguirás tratar la consecuencia.

Problemas físicos. Si tienes dificultad para alcanzar el orgasmo, relaciones sexuales dolorosas, sequedad vaginal u otras complicaciones puedes crear un rechazo automático ante la idea dolorosa del sexo, que se irá cronificando y poco a poco tu líbido desaparecerá. No dejes que el tiempo pase y si notas este tipo de inconveniente visita un ginecólogo. Hay miles de cremas y opciones que pueden ayudarte a solucionar esto. A veces, los problemas físicos derivan de un estrés psicológico ante la idea del sexo, por lo que una ayuda terapéutica psicológica complementa el tratamiento ginecológico, erradicando a la larga el problema mejor que el uso de soluciones tópicas.

La gata negra

 

Orgasmos femeninos: Le petite mort

Ciertos orgasmos femeninos son a veces escasos segundos en que la mujer pierde la conciencia extasiada. Algunos dicen que es una simple invención freudiana. Otros, que es una exquisita inconsciencia. Un momento realmente especial.

Pero… ¿como es esto de rozar la muerte por un instante?

estudio sobre el orgasmo femenino

Este artículo (no mío, de Eduardo Aquevedo) lo explica:

«Tiene que ver con la hipersensibilidad de las zonas genitales (8 mil terminaciones nerviosas, el doble que los hombres) y con la evolución del clítoris (el clítoris es más grande que en el pasado; aparentemente, posee dos «brazos» que no se habían detectado y que se extienden aproximadamente nueve centímetros hacia el interior del cuerpo y hacia la parte superior de la ingle).

Esto, más el exceso de información, lleva a una especie de «control-alt-suprimir» donde todo se va a negro, se pierde la conciencia o se desvanece justo en el momento que comienza el post-orgasmo y que sufren las personas sólo en algunas experiencias sexuales. Pero para los especialistas, el fenómeno de tener sensaciones más profundas tiene que ver con algo fisiológico. Mary Jane Sherfey lo puntualiza como una red erótica, constituida por el clítoris, los labios vulvares y el perineo, la vagina exterior, la región anal y el punto G. Todos estarían a disposición de cuatro o cinco tupidos grupos de venas y terminaciones nerviosas que componen un solo órgano, agudamente sensible, que supera ampliamente el llano aparato sexual del hombre.

En 2005, una investigación de la Universidad de Gronigen, reveló que el cerebro de las mujeres necesita desactivar zonas cerebrales asociadas al estrés, la ansiedad y el miedo para poder lograr el placer sexual. Esto explicaría que las mujeres requieran de más desinhibición que los hombres para escapar a las obligaciones y tener un orgasmo. Mediante un escáner, al que se expusieron 13 mujeres y 11 hombres mientras experimentaban el clímax, se reveló que durante el orgasmo, las mujeres bloqueaban ciertas zonas del cerebro durante el orgasmo. El doctor Holstege, encargado de la investigación, aseguró que el orgasmo generaría un desgaste espiritual tras el cual, vendría un momento para la melancolía o la llamada trascendencia.»

Interesante, no? También he encontrado esta opinión:

«A la sexóloga Ximena Santa Cruz el término «La petit mort» le resulta muy freudiano por aquella asociación que hacía el sicólogo vienés entre el placer y la muerte. A la especialista le recordó la teoría sobre «La angustia orgásmica», del austríaco Wilhelm Reich, quien definió este tipo de angustia como el miedo a no recuperar la corporeidad después del clímax. «El orgasmo es una expansión energética de la que cuesta volver. Se pierde el control y ante eso te preguntas ¿y si no vuelvo?, ¿volveré a ser yo?«, explica. La especialista cree que esta enigmática sensación no es exclusiva de las mujeres, sino que también de los hombres. «Una vez, un paciente me contó que después de un orgasmo sintió que caía en un hoyo al igual que en el cuento ‘Alicia en el País de las Maravillas’».

Y yo pienso… no se si los hombres también pueden alcanzar esos orgasmos, peores, o mejores. Pero lo que más interesante me parece sobre este tipo de orgasmo no es si es cuestión de género, si no… a ver, para saber si nos ha pasado tenemos que haber visto una luz blanca al final? muchos fotogramas de nuestra vida? o vale con un súper zumbido?? Porque he oído de gente que pensó que se quedaba sorda, o que se caía por un agujero, o que perdía la visión por unos segundos… e incluso he oído que la Presley se desmaya cada vez (vaya con Boyer!).

En cualquier caso me gusta el concepto, y algo tiene de verdadero. Perder por unos segundos la consciencia o creer que la pierdes, cuando en verdad lo único que has perdido es la noción de la realidad. Una especie de trance, en el que no pasa nada, solo que el cuerpo sigue palpitando a pesar de haber terminado, entonces te das cuenta que igual eso no es lo común, que es mas largo, mas intenso y sobretodo mucho mas mágico y trascendente.

Lo que más me gusta de todo este tema es el halo de misterio que provoca en torno al placer femenino… tantos años sumergido.

Y aquí os dejo un vídeo de Late Chocolate, una empresa de productos eróticos, que fue quien me descubrió La Petite Mort.

Publi cojonuda!! O mejor dicho… Vaginuda!!