Los mejores artículos sobre seducción, aprender a ligar, herramientas para conseguir gustarle a una chica o un chico que te gusta, desde un punto de vista basado en la psicología y siempre enmarcado dentro las  3C´s de la psicología heterosocial (Carisma, conmover y convencer) y el Tríangulo de Helio (Observar, Comunicar y Cualificar)

Seducción para mujeres: La apertura

Apertura: Llamar su atención.

Haciendo símiles con el ajedrez os diré que la apertura de juego es fundamental. Estos criterios sirven tanto para hombres como para mujeres. Me estoy refiriendo, amigas mías, a que una primera puesta en escena es básica para enfocar hacia que rumbo va a girar nuestra historia, ya que aunque es verdad que una buena apertura nos puede garantizar el éxito, también es cierto que un mal comienzo puede ser difícilmente corregido.

 

Sin entrar en grandes hitos de la estrategia, hay algunos movimientos clásicos que todas deberíamos conocer a la hora de abrir una nueva partida. Si me permitís que siga con mi licencia metafórica, os explicaré estos primeros conceptos a golpe de tablero:

 

1.- Mover una pieza o un peón diferente en cada movimiento:

 

No te ancles en un solo tipo de cliché. Si algo se valora cuando conocemos a alguien es la originalidad. No me cansaré de decirlo las veces que haga falta, cuando intentas seducir a alguien te estás “vendiendo”. Tu intención es demostrarle con la mínima cantidad de movimientos posibles a tu presa que tiene delante, quién eres tú (o lo que tú quieres que vea de ti). La meta está en que comprenda qué puede salir ganando si decide jugar contigo.

 

2.- Abrir el juego con los peones de rey o dama, ya que pueden ocupar el centro.

 

Empieza fuerte. No uses medias tintas, eso solo lo hacen las perdedoras. El miedo, la vergüenza y las salidas de emergencia no te van a ayudar a conseguir tu objetivo, así que te las dejas en casa (los planes B, con el tiempo, te surgirán de la manga como si nada, pero por el momento, siempre puedes improvisar, o utilizar alguno de los que te propondré en un texto futuro). Él no sabe tus defectos, ni tus temores, así que actúa como si no existieran. Plantéate esta máxima. Él no sabe que te interesa. ¿Verdad que hablas con miles de personas y no tienes ninguna tensión al hacerlo? Esto es porque no estás tratando de ganar la partida con ellas. Por eso mismo estás relajada. El truco está en que aprendas a estarlo aunque él te interese, porque esta confianza se nota, y actúa como un imán positivo para ti.

Y sí, obviamente si mueves con los peones centrales estás descubriendo al rey y a la reina (muestras tus intenciones y te descubres ante las demás fichas), pero también estás monopolizando el centro del tablero, y eso siempre te dará ventaja ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Recibir una negativa? Estás jugando con un 50 % de probabilidades, si no te lanzas a mover ficha tus posibilidades se reducen a 0.

 

3.- No sacar la dama demasiado pronto, sobre todo a casillas avanzadas. Nos la atacarían y deberíamos romper la primera regla.

 

Ojo al dato, queridas. Jugar fuerte no significa exponernos. Como siempre digo, los tempos son fundamentales en la seducción, y hay un momento para todo. Quizá hacia el final del primer contacto llegue el momento de adelantar la dama (Por ejemplo: “Entonces, me has dicho que te gustan las chicas morenas, ¿Verdad? ¿Eso quiere decir que no me vas a dar una oportunidad de hacerte cambiar de opinión?”), pero eso lo tendremos que decidir según evolucione la interacción, y para evaluar esto es fundamental el siguiente punto.

 

4.- Enrocar lo antes posible, para resguardar al rey y conectar las torres.

 

Cuidado con el Enroque porque solo podrás hacerlo una vez y siempre y cuando no hayas tocado las fichas que se utilizan para hacerlo. Es decir, chicas, si veis que habéis metido la pata, que os han dado un corte mayúsculo o que por lo que sea las cosas no salen como queríais y tenéis que tomar un nuevo rumbo podéis recurrir a resguardar el rey de nuevo tras la seguridad de otras fichas, pero tened en cuenta que si utilizáis este tipo de movimientos más de una vez perderán por completo su sentido y efecto (Puedes utilizar un comentario para salir por la tangente o puedes necesitar llamar por teléfono, pero no puedes hacerlo tres veces en una hora).

 

5.- Procurar mantener, al menos, un peón en el centro.

 

Puedes irte por las ramas, retroceder, dejarle a él llevar la voz cantante un rato, pero ten siempre presente quien está tiene las riendas y domina el tablero. No dejes nunca libre tu puesto de ventaja, porque aunque permitas que las cosas se dispersen un poco, tienes un objetivo, y necesitas esa posición central para reconducir las cosas a tu terreno cuando lo creas oportuno: “¡Sí! A mí también me encanta Wong Kar Wai, pero la verdad es que tu pareces todo un enterado, ¿Eh? Me encantaría ver una película de él contigo y que me explicases tu punto de vista ¿Qué te parece?

 

8.- En general, colocar las torres en las columnas que estén libres de nuestros peones, o detrás de nuestros peones más avanzados, sobre todo si están pasados o pueden avanzar más casillas que otro.

 

O lo que viene a ser lo mismo, chicas, tenéis que ir por delante de las jugadas del otro. Dejar espacio donde sabes que te vas a tener que mover. Esto se consigue con tiempo y práctica, pero tranquilas, que yo estoy aquí para daros mi experiencia y que avancéis sin tener que haber pasado obligatoriamente por todo el proceso. Os pondré un ejemplo práctico de todo esto, que es como mejor se entiende.

Supongamos que te mueres de ganas de quedar con un chico que conoces mediante una amiga, pongamos, por ejemplo, porque lo has visto en unas fotos del facebook con ella. Le agregas como amigo, suponemos que él aceptará, porque eres chica, porque eres mona, y porque tenéis un amigo en común. Para esta parte aseguraos, sed pillas, de que si tenéis como yo el facebook cerrado, la foto que tengáis de perfil y que él verá cuando investigue quién demonios sois, es una foto atractiva y que le vaya a morder el gusanito.

 

Y llega el momento, le ves conectado, tenemos dos opciones, o él te pregunta porque demonios le has agregado, o le saludas tu primero, pero en un caso u otro, la conversación acabará desembocando en quién eres tú y porqué le has agregado. Si sois listas, empezaréis fuerte, como ya he dicho, y jugando a la ventaja.

 

: ¡Hola! = ) Perdona si te molesto. Es que te agregué el otro día y quería presentarme como Dios manda : P Soy, (inserte su nombre aquí). Te vi el otro día en unas fotos de (inserta el nombre de tu amiga aquí) y me llamaste la curiosidad… ¡Por eso te agregué! ¿No te importa, no?

 

Movemos peones centrales y descubrimos al rey y a la dama, pero vamos por delante de él.

 

Más adelante, empezamos a dirigir la conversación hacia donde nos interesa, previniendo sus posibles respuestas y como reaccionar ante ellas. Lo voy a poner como un interlocutor más bien pasivo, ya que casi no le conocemos y somos nosotras las que pretendemos conseguir algo de él.

: “Pues me encanta la foto que sales con (tu amiga) en los jardines de Viveros. Yo es que soy muy de ir por allí, pero últimamente no he podido ir lo más mínimo. Ya sabes, exámenes y todas estas cosas que solo sirven para quitarnos tiempo.”

Él: “Aaaaah, buffff. Pues la verdad es que ya hace mil años que sacamos esa foto (eso tú YA lo sabías). De hecho fue después de la primera evaluación, me parece.”

: “Vamos, que tú también los tienes como un recuerdo lejano.”

Él: “Sí jajaja Los exámenes no nos dejan vivir a nadie.”

: “La verdad es que estamos todos igual, ¿Tú cuando acabas?”

Él: “Ah, pues esta semana que viene. Que ya va siendo hora.”

: “Yo también termino este miércoles próximo, lo más seguro es que me escape a los jardines a visitarlos, que ya me están echando de menos.”

Él: “Bien que haces : P”

: “Pues que sepas que ayer me dejaron un mensaje de voz, y me dijeron que un chico muy guapo (introducir características similares a él) hace ya tiempo que no se pasa por allí. Igual te tendrías que hacer el ánimo y venirte conmigo, no sea que se enfaden contigo.”

Él: “Ah, si? xD”

: “Sí, sí, completamente en serio te lo digo. Mira, vamos a hacer una cosa, dame tu móvil y así cuando me vaya a pasar por allí, te doy un toque y si te viene bien te vienes conmigo. Así, si están cabreados por nuestra ausencia, yo te defiendo.”

Y voilà, ya tienes su móvil y un encuentro en camino, y para rematarlo siempre puedes decir algo similar a:

: “Y además, si quieres, te llevo un trozo de ese pastel que te he comentado antes que sé hacer, y lo pruebas (Intercámbiese por cualquier otro aliciente que hayáis introducido previamente y con toda intención en la conversación).”

 

Bueno, amigas mías, aquí tenéis un pequeño primer paso para empezar a practicar el juego. Siento la tardanza, pero los exámenes me están asfixiando viva, prometo no tardar tanto con el próximo. Sed buenas y no dejéis de ser malas.

 

La gata negra

Cuestión de actitud

¿Alguna vez habéis buscado por internet fotos de famosas cuando eran niñas o jóvenes? Yo sí, y os lo puedo asegurar: No se salva ni una. Al margen de que estén más o menos operadas (cosa que, si tienen dinero de sobra, y encuentran un cirujano con buen gusto, ole su suerte), no ha habido ni una sola que no haya pasado por las manos de un experto personal shopper o asistente personal de imagen. Y si dicen que no: Mienten (tanto como las que dicen que no se han operado o como las amigas que te dicen que ellas no están interesadas en el mismo chico que tu).

Por eso, no te dejes engañar, ni te deprimas. Todas hemos tenemos un pasado que nos gustaría dilapidar debajo de litros y litros de gasolina que incendiara nuestros álbumes de fotos. Todas hemos sido la mejor amiga del chico que nos volvía locas en algún momento. Y todas hemos visto como “Ella” se lo llevaba delante de nuestras narices sin que pudiéramos hacer nada. Y sin lugar a dudas, todas nos hemos preguntado en algún momento: “¿Pero qué tiene ella que no tenga yo?”. Lo que muchas no hacen es dejar de limitarse a llamar zorra a esa chica que se ha llevado a nuestro objetivo y analizar que la diferencia de las demás. Eso, querida amiga, es lo que vamos a hacer aquí, entre otras cosas.

Las mujeres y los hombres no somos iguales.

Lo sé, esto parece una estupidez. Pero es algo que quería dejar claro desde el principio porque algo que parece tan tremendamente obvio, no lo es. No lo es porque siguen aplicándose muchos axiomas iguales a unos y a otros. Uno de los más sencillos, por ejemplo, es ¿Por qué leería un hombre una sección como esta? ¿Por qué lo haces tú? Te lo diré, un hombre lo haría porque lo que espera es conseguir tirarse al máximo número de mujeres posible aplicando lo que pueda extraer de él. Y, en cambio, tú, amiga mía, lo haces porque esperas que después de leerlo conseguirás que, ese hombre concreto (sí, ese en el que ahora estás pensando), no pueda dejar de pensar en ti. Y esto es así porque las mujeres no necesitamos un manual para conseguir sexo, para eso solo hace falta ponerse una falda muy corta o un escote generoso. Y no, no hay chicas que no conseguirían sexo de quererlo. Pensemos como un hombre, querida: “No hay mujer lo suficientemente fea, sino demasiado poco alcohol en las venas”. Dicho esto, sexo, podemos conseguirlo cuando y como queramos.

Porque, seducir, querida, no se trata de llevarse a alguien a la cama. Seducir, en realidad, significa que cuando esté solo, en su cama, no pueda sino pensar en ti. Quiero que aprendas a divertirte con la caza, a dejar de verte como la presa para pasar a ser la depredadora. A que disfrutes con el juego, con cada movimiento, a que planifiques tu estrategia y sepas manejar los tempos. Porque recuerda esto, los tempos son algo fundamental en la seducción. Un silencio es igual o más importante que una palabra. Pero ya hablaremos de esto más adelante.

Si estás leyendo esto es porque algo te dice que todavía te quedan algunas cosas por aprender en cuanto a los hombres se refiere y lo más importante: Estás dispuesta a mejorar. Seguramente estás hasta las narices de ser esa chica divertida, que se lleva bien con todos los chicos, pero a la que nunca ven de ESA forma. Y tú SÍ que quieres que te vean de ESA forma, ¿Y sabes por qué no lo hacen? Porque, amiga mía, tú te has dedicado a ser su amiga. Y esas chicas que les hacen volverse y perder el sueño nunca son sus amigas, porque ellos no quieren que sean sus amigas. Porque ellos nunca se mostrarán con todos sus defectos y clichés ante ellas, cosa que sí hacen ante ti. Pero, ¡Ah!, por eso mismo, las que hemos empezado siendo parte de su grupo como “uno más del clan”, discretas y sin llamar la atención, somos las que más fuerte les damos luego cuando hacemos el cambio, porque les conocemos en su hábitat. Tú y yo sabemos cómo son, como actúan y cómo piensan. Sabemos sus puntos débiles. Por eso, somos mucho más peligrosas.

 

Mi primera cita con Helio (II): Marta

Mi primera cita con Helio fue, como mínimo rara. Era verano. Era el hermano pequeño de un amigo al que siempre he querido mucho. Nos habíamos visto un par de veces y siempre me había trasmitido buenrrollo. Era un par de años menor que yo, pero nunca actuaba cómo si lo fuese. Así que cuando me dijo que teníamos que quedar no me lo pensé. Me apetecía saber que pasaba con ese chico que siempre sonreía. (Acordaros de obviar las objeciones y seguir ofreciendo cosas que sumen)

 

Quedamos a las cinco de la tarde, hacía calor y yo le esperaba en una plaza del centro de la ciudad. Me había puesto guapa sin exagerar. El apareció con pantalones cortos y camiseta de tirantes. Se lo había currado bastante poco. Apareció riéndose, y antes de decir hola me dijo algo así cómo “Tengo una mala noticia y una buena. La mala es que tengo hora con el oftalmologo y se me había olvidado. La buena es que cuando acabemos tu serás la que decida el resto de la tarde” (Convertir que se me había olvidado en algo positivo, con sentido del humor y aceptación de la realidad, es lo que provoca un cambio de lo que ofrezco resulte atractivo o no.)

 

La verdad es que yo me quedé un poco flipando. El chiquillo que tenía en frente me estaba diciendo que el plan que ibamos a hacer era ir al oftalmologo, y se había quedado tan pancho. Así que mientras me preguntaba sobre mi verano y cosas cómo si tenía planeado que fuese el mejor verano de mi vida fuimos yendo hacía el hospital. (Como siempre, comunicación emocional, diversión y ofrecer cosas que a ti tambien te resulten divertidas)

 

Estaba siendo la cita mas rara de mi vida. Estabamos sentados tonteando en la sala de espera del oftalmologo. Creo que estabamos hablando sobre dientes o algo así cuando el doctor le llamó. Le dije que le esperaba fuera pero me hizo entrar con él. Lo que pasó dentro nunca lo olvidaré.

 

Empezó a preguntarle al doctor trucos para gustarme mas. El señor, Helio y yo empezamos a tener una conversación de amigos y no parábamos de reírnos. Se estaba montando una fiesta ahí dentro. Le hizo las pruebas y Helio no paraba de preguntarle tecnicismos con un interés casi infantil. Estaba super mono. (La diversión, las experiencias que sean nuevas, ademas de compartidas, crean una conexión que será muy dificil de romper).

 

Despues me dejó a mi elegir el siguiente plan. Nos sentamos en una terraza. Ya no era infantil. Lo veía mucho mas hombre. No se explicarlo. Estaba deseando que me besase. Él estaba mostrando interés en mi y yo estaba comoda, pero pensaba “Cabrón,¿no te gusto o que te pasa?” (El hecho de mostrar interés en ella de forma gradual y justificando el por qué me gustaba, hizo que dejase de verme como un niño a verme como un hombre)

 

Luego llegó el beso. Y nos lo pasamos muy bien. Yo seguí con mi vida y el con la suya. Lo que mas me gusta de Helio y es lo que me ha empujado a contaros nuestra cita, es que noto que su amistad es verdadera y aunque yo ahora tenga novio y ya no pueda quedar con él en ese rollo, me siento muy a gusto haciendole este favor y se que puedo contar con él para lo que sea.

 

Sinceridad, diversión y comunicación real y sin etiquetas, una vez mas, son mis consejos para que os lo paseís tan bien en las citas cómo lo hice yo en esta.

La chica que cruza (II)

Ayer entré en un local sobre las once de la noche. Iba solo.

Tenia en mente a la chica que cruza, ¿y para qué negarlo? Quería sustancia para vosotros, mis lectores. Para poneos en antecedentes os recomiendo que leais el artículo «la chica que cruza».

Ayer era jueves y no tocaba encontrarme a esa titán de las perturbaciones emocionales. Según ella no podia darme el teléfono pero me informaba de que los viernes nos podríamos ver justo donde yo entraba por la puerta.

Era la primera vez que entraba en aquel lugar.

Poca gente, cálido, agradable y decorado de forma ibicenca. Música rollito chill out pero con gracia. Una rápida mirada bastó para darme cuenta de que no estaba.

Hola– me dijo una camarera rubia con una sonrisa bastante espontánea. –¿Qué quieres tomar?

Le devolví la sonrisa. Era muy guapa pero irradiaba una alegría contagiosa muy cotizada en los tiempos que corren. Y más entre las camareras.

-¿Qué tomarías tú si fueras yo?

-¿Si fuera tú? Con esa barba tomaria cerveza Judas.

-Ja ja ja- reí sin poder evitarlo.-No me gustan las motos. Para que lo sepas.

-¿Pero te gusta la cerveza judas?

-Sí. Eres una chica con reflejos- le contesté refozarndo su conducta y premiando su actitud.

-Gracias. La chica sabía relacionarse con la gente. A mi ahora me tenia contento, intrigado, satisfecho y mirándole el culo. Me había colado la cerveza más cara y ya tenia que esforzarme por recordar a qué había ido yo allí. En el local habian dos mesas de chicas, unas cuantas parejas y tres o cuatro grupos mixtos. Ni rastro de nuetra amiga.

La cosa estaba clara: Si la chica que cruza me había recomendado que fuera los viernes alli es porque era una asidua o porque trabajaba de camarera. La rubia entonces sería su compañera. Si empezaba a mandanguear con la rubia podría quedarme sin mi primer objetivo. Pero era ella la que tendría que suministrarme información sobre la segunda.

-Disculpa. Busco a una chica morena, muy alta atractiva con cara de ser modelo de ropa parisina. Suele estar aquí los viernes.

-¿Alejandra?

-Podría ser.

-Pelo liso, por los hombros, ojos grandes y una voz muy característica.

-De momento encaja.

-Olvídate de ella. Tiene novio.

-Tiene novio. Ok. Mientras me olvido, dime, ¿trabaja aquí?.

-Sí. Trabaja aquí.

-¿Camarera?

-Copropietaria.

-Eso la hace más atractiva. ¿Y te cae bien o mal?

-Si yo soy camarera y ella es mi jefa solo me puede caer bien, ¿no?- me dijo arrugando las cejas en una clara expresión de apelar a mi inteligencia y entender su código de ironía.

-Oye, me está gustando hablar contigo. Tienes tu punto gracioso irónico… Pareces una monologuista.

-¿Eso es bueno o es malo?

-Bueno, sin duda. Además sabes perfectamente como te quedan esos pantalones. Así que todo suma.

-Gracias. Hacía teatro y la noche te espabila mucho. Tienes que aguantar a muchos pesados. Pero hasta que consigo trabajo de lo mío es lo que hay.

Estaba empezando a cualificarse. Ella quería que yo supiera que «Hacía teatro, los hombres la acosan y que tenia proyectos».

-¿Y lo tuyo es?

-Logopedia.

-¿Logopeda? ¡Mira que bien! Una vez conocí a una logopeda. Acabamos dándonos besos… -y es que por mucho que intente planificar u organizarme para ir a por la tal Alejandra, no puedo contener mis avances ante una chica guapa al que empiezo a afectar. Ella me miró con una sonrisa. y me aplicó, ella solita, «el espectador de la película subtitulada». Y es que las mujeres lo tienen integrado.

-¿Tú no has venido a por Alejandra?

-Si. ¿Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra? Yo vengo a por Alejandra, pero me encuentro una chica como tú, logopeda, con un cuerpo explosivo, inteligente, e intuitiva, y qué pretendes que haga? ¿Que no intente ligar contigo?

-¡Ja ja ja!… ¡¡Hombres!!- Dijo coquetamente mientras se daba la vuelta para atender a otras personas de la barra.

La estaba empezando a envenenar. Ella había asumido que yo iba a ligar con ella y ella sonreía. Aplicando el espectador estaba claro. Mi actitud, directa, sincera y transparente pero exigente le gustaba. Pero lo que creo que más le gustaba es que había captado en seguida algo que ella se valoraba mucho de sí misma. Su inteligencia.

Volvió a los dos minutos a la zona donde yo me encontraba. Se había soltado el pelo. Lo tenia rubio amechado pero natural y estaba preciosa. O sea… HABÍA MANDANGA. En ese momento miró hacia la puerta y me dijo seria y con cierta expresión decepcionante.

-¡Mira! Ha llegado tu amiga Alejandra.

Al girarme vi a un chica muy atractiva y guapa. Seria y altiva. No era la chica que cruza.

-No es ella.- le dije.

-¿Ah no?– dijo muy sorprendida. Tras unos minutos en los que Alejandra charlaba con mi nueva camarera rubia, volvió a acercarse a mi.

-Hay que hacerle caso a la jefa.

Desde luego– contesté. La cosa estaba clara. Si la chica que cruza no era la jefa, esta preciosidad debía ser mía.

-Tengo un plan. Te voy a preguntar el nombre en otro sitio. Eres una chica inteligente y por tanto estoy seguro de que valiente. (le apliqué la herramienta del directo examinador A o B). O me voy y que nos hayamos conocido no ha servido para nada, o ya que somos atractivos, guapos, perspicaces y que sabemos valorar lo bueno, mañana quedamos por la tarde antes de que entres a trabajar a tomarnos algo y a comprobar lo inteligentes que somos los dos….

Ella me miró un segundo y dijo ..

-Mañana no trabajo.

-¿Eso lo convierte en una cena? pregunté… -Bueno. -Una chica inteligente. Apunta tu número y te llamo mañana. Ella apuntó su número en mi movil bajo el nombre de Raquel y me despedí con una sonrisa.

-Puedes estar seguro de que solo me has caído bien y que mañana no va a pasar nada entre tú y yo.

-No me cabe la menor duda.- le dije con una sonrisa. Al girarme susurré sin que me oyera… «lo mismo que dijo mi última logopeda».


Salí por la puerta con una sonrisa. No había encontrado a la chica que cruza, pero me había cruzado con una chica preciosa, divertida y valiente. Y es que si es inteligente, la herramienta A o B no falla. Os contaré que pasará esta noche… pero antes, aprovechando que Raquel no trabaja hoy en el local, seguiré intentando encontrarla….

Aprende a aprender

Siguiendo con el artículo anterior quisiera hablar de lo que para mi es vital en la profesión a la que me dedico desde hace ya cuatro años.

Uno de los pilares de mi fama en este mundo de la seducción, que por supuesto se remonta a cuando trabajaba en la anterior empresa, y a la que le debo mucho por permitirnos aportarnos, es mi forma de enseñar la seducción.

Disfruto enseñando lo que sé. Pero lo que más me satisface es enseñar lo que mis alumnos tienen y no saben.

Ése es sin duda el momento más emocionante para ambos. Para mi y para él.

¿Por qué? Porque siempre he pensado que mi objetivo cuando tengo a un alumno delante es conseguir que disfrute de SU DIRECTO EXAMINADOR.

Cuando uno de vosotros venís a mi casa a un curso, ya teneis conocimientos sobre este mundo.

Vosotros sois distintos. Todos los somos. Con unos hábitos de conducta diferentes, experiencias e historias diversas, virtudes o carencias específicas y rasgos diferenciadores.

Cada uno es directo a su manera y examina bajo su criterio influido por su casa, ambiente, padres, amigos, educación e historias de verano…

Decía en el anterior artículo que una de mis aportaciones en este mundo y que considero imprescindibles para la escuela del DIRECTO EXAMINADOR es SENTIR DE VERDAD. Aprenderla a ella. Hacerla nuestra a base de integrar su esencia y sus elementos exclusivos en nosotros.

Yo os invito, a pesar de que hayan otros sistemas seguramente igual de eficaces, a aprender a aprender. No nos han enseñado nunca a aprender y a hacer nuestro algo.

Desde una perspectiva psicológica cognitiva-conductual, o sea, para los que creemos que el peso de nuestra conducta se basa en nuestra experiencia y la interpretación que hacemos de ella,«Julián» o «Guillermo» pueden modificar su autoconcepto (lo que piensan de sí mismos) y el concepto que tienen de ellos mismos en relación a las mujeres. Pues mi labor, entre otras cosas, he elegido que consista en ayudarles a definirse hasta la fecha para poder entenderse.

Desde nuestra perspectiva, el comportamiento de Julián y Guillermo podrá será modificado siempre que ellos entiendan que sus miedos o carencias en la comunicación u observación vienen dados por unas experiencias concretas que han sido interpretadas de una forma concreta.

Mi labor, antes de enseñarles mis herramientas y técnicas de persuasión o seducción consiste en ayudarles a evaluar el porqué de las consecuencias de las experiencias vividas y como le han influido.

O sea, que si la novia que tuvo con 17 años no le hubiera sido infiel, no tendría una actitud tan agresiva con las mujeres, demostrando estar a la defensiva.

Entiéndose a sí mismo a los 17 años y a su novia a los 16 podemos modificar y edificar a un Julián asumiendo y asimilando las cáusas de sus carencias o virtudes.

Y es apartir de ahí cuando un Julián o un Guillermo pueden individualizar su forma de ser DIRECTO. De una forma completamente suya y exclusiva, pues él y no otro, vivió la infidelidad a los 17 y a los 28 ha conseguido entenderla. Luego su faceta EXAMINADORA será distinta de la de un Tomás que ha trabajado de modelo toda su vida pero su padre lo ha machacado y vive una dependencia emocional por una carencia afectiva que le impide EXAMINAR de una forma congruente.

Mi experiencia en la vida me ha forjado una personalidad a la que algunas gusta, a otros inspira y supongo que a otros no tanto. Ni yo ni Helio entendemos la enseñanza de la seducción sin una intervención en algunas dimensiones de ella.

Potenciamos la autoevaluación y la autoseducción utilizando las herramientas de la psicología científica, herramientas propias y sobre todo, la idea de que las buenas influencias son el alimento del carisma, de la autocreación y de la exclusividad individual del DIRECTO EXAMINADOR.

Es lo que yo he vivido, chicos. Me dieron lo mejor y por ello quiero daros lo mejor de mi. Aprender a aprender es algo tan bello como fácil. Solo hay que ofrecerlo.

Aprende a aprender. No copies. Siente, integra y hazlo tuyo. Todos hemos seducido. Solo hay que reforzar conductas propias y ajenas.

Y quisiera despedirme con un email que he recibido de Antonio con su permiso. Mi alumno de este último FIN DE SEMANA. Creo que es la descripción perfecta de un curso con éxito de EGOLANDSEDUCCIÓN: «me hace feliz poder decirtelo».

En sus palabras y a su forma desmuestra qué es ser un nuevo Antonio, directo y examinador. Esto me hace feliz. Gracias a ti, Antonio.

Hola amigo, ya he llegado a Badajoz, y aunque mañana te enviaré un mail con mi opinión del taller para la web, quiero agradecerte offtopic el fin de semana que he pasado contigo, con Helio y con Mariela, pero especialmente contigo.

Conforme pasan los días me doy cuenta de la barbaridad de cosas que has compartido conmigo, de lo bien que me siento avanzando y del enorme aprecio que te tengo ahora que nos hemos conocido, ha sido un verdadero placer, y me hace sentir muy feliz poder decirtelo.

Un abrazo enorme de tu amigo Antonio.

Seducción en el trabajo/Hotel


 

 

Un fin de semana da para mucho. Puedes irte de acampada, puedes empezar a estudiar un idioma, puedes dar un concierto o ir al estreno de una película croata. En mi caso, me ha servido para recordar que aún hay mujeres que me estimulan y no conozco. En un mundo donde las cosas son cada vez mas predecibles y mas homogéneas, llevarte sorpresas sirve para que las sonrisas te salgan más naturales. De todo eso hablaremos otro día.

Hoy os hablaré de mi historia con R:

Sería Septiembre o Octubre del año pasado. Estaba trabajando como DJ en uno de los hoteles mas prestigiosos de Valencia. La noche no prometía mucho. Era una cena de empresarios de un sector y la gran mayoría eran matrimonios que superaban los cuarenta. Yo ponía Caetano Veloso, Marisa Monte, algo de Chill Out, mientras observaba como cenaban. Esa noche era especial, me había quitado los pendientes y recogido el pelo. Esa cena era de nivel. El tiempo pasaba y yo me enviaba sms con una amiga para ver si cuando acabase me recogía.

Serían las doce y media cuando el maitre me dijo que la cena ya se había acabado, que empezaba la barra libre y que comenzase con mi discomóvil. Los comensales empezarón a levantarse y a acercarse a la barra. Del fondo de la sala apareció una rubia, alta, fina y con una cara que inspiraba belleza y frío. Una pasada. No me podía creer que no la hubiese visto antes. Se estaba sirviendo una copa. No se cuanto tiempo pasé mirándola, pero el maitre me hacía gestos para que empezase a sonar la música: La perdí de vista, volvió al fondo de la sala.

Maitre – Hey H! A esa chica ni te acerques que te conozco. Es hija de alguien importante. Ni te acerques.

Durante un par de canciones intentaba acertar con la canción que le hiciese levantarse y venir a la sala de baile, parecía que no tenía amigos allí. No había forma. Así que busqué la canción mas larga que tuviese y puse PLAY. Salí de la cabina y comencé a andar hacia su mesa. Estaba casi vacía. Había tantas objeciones que no se me ocurría ninguna frase con la que empezar a comunicarme. Así que me dije “Helio, tu eres bueno en esto, algo te saldrá”

Llegué a su mesa. Estaba sentada con dos señoras muy mayores y muy arregladas.

Helio – Buenas noches señoras. Soy el DJ y quería preguntarles si la música esta siendo de su agrado, pueden pedirme lo que quieran

La reacción fue un unísono

Ellas:“sí, sí, chico, muy amable”.

¡Ni me habían mirado! Se me escapó una risita, desde luego, no había generado en ella el mas mínimo interés, así que tenía que jugar mi principal arma, el sentido del humor:

Helio: “Menos mal, porqué ¿saben una cosa? En realidad soy el dueño de este hotel, y es la primera vez que pincho música”

Por fín había captado su atención. Las señoras ponían cara de que no les había hecho ninguna gracia. La rubia gigante entendió que lo que yo estaba haciendo era mostrar interés en ella, cosa por otra parte, a la que está muy acostumbrada.

Helio: Les invito a que pasen por cabina y pongan cada una de ustedes la canción que mas ilusión les haga. Ahora, si me permiten vuelvo a cabina que hoy soy DJ y si deja de sonar la música, tendré que despedirme a mi mismo.

Sabía que iba a ser díficil, pero yo había jugado mis cartas. Tras una miradita del maitre seguí concentrado con mi trabajo. R no venía a cabina. Las dos señoras tampoco. R se acercó a la pista de baile cuando faltaba media hora para que se acabase la discomóvil. Bailaba con un hombre muy atractivo y muy elegante.

Decidí jugar mi última carta. Cogí el micro y me arranque:

Helio: Ahora, por favor, ¡todos juntos cantémosle Cumpleaños Feliz a la señorita del traje blanco, que hoy es su Cumple!

Empezó a sonar la versión de Parchís de Cumpleaños Feliz. Todo el mundo cantaba. Menos ella que miraba hacia la cabina. Su cara estaba roja. Estaba demostrándole interés, que estaba dispuesto a jugar y que era un tipo diferente, o al menos, que hacía cosas diferentes.

Las caras de las señoras que estaban sentada con ella eran de total incredulidad. Así que tras acabarse la canción entró en cabina.

R- Tu eres muy malo

No os podeis imaginar lo nervioso que me puse al ver a esa mujer entrar con ese vestido, con esa elegancia y con ese TODO a la cabina, que tiene los cristales tintados y desde fuera no se ve nada de lo que hay dentro, pero de dentro si que se ve lo de fuera. La cara del metre cambiaba de color, morado, rojo, blanco, amarillo…

HelioVale, soy malo, pero no te chives, por qué, no te lo vas a creer, pero no soy el dueño del hotel (Sonreí. Ella sonrió.) Vamos a ver, ¿como quieres que no haya intentado conocerte?”

R – ¿Tu sabes quien soy yo?” (y dio media vuelta, haciendo ademán de irse).

Helio – Si te vas, seguro que no lo sabré. Y no sólo eso, si no que tu también te quedarás sin saber quien es el chico que ha hecho que un montón de empresarios desconocidos te canten cumpleaños feliz.

Su actitud era evidentemente examinadora, estaba muy acostumbrada a tíos interesantes. Tenía que jugar aún más fuerte.

R – Eres listo, pero eso para mi no es suficiente

Su contestación era un rechazo. Muestra de apatía. Pero también me había premiado. Estaba especulando con mi reacción. Yo no había justificado aún mi interés y era el momento de hacerlo, y además tomar una actitud examinadora.

Helio – Y que tu estés buenísima tampoco es suficiente para mí. Por eso quiero que te quedes y elijas una canción tú. Para saber que más hay.

Todo eso lo dije con una sonrisa enorme. Esforzándome por no creale ninguna tensión.

Ella se quedó durante un par de canciones en cabina. Nos dijimos que estudiábamos, a que nos dedicábamos y que sentíamos con lo que hacíamos.

R- Helio, yo me voy a ir que he quedado para ir a MYA, cuando acabes, pasate, a lo mejor aún estaré allí.

Su invitación era muy indirecta y me daba poco valor. Se notaba que estaba pendiente de las señoras que le acompañaban en la mesa. La bronca que le caería por estar en la cabina del DJ tanto tiempo sería comparable a la que me caería a mi por parte del metre.

Helio – Mira, R, hoy no puedo ir a MYA, pero dame tu móvil y otro día nos seguimos contando cosas.

La cosa había salido muy bien y disfrute mucho en la interacción, los dos disfrutamos mucho.

Ahora comparto una amistad preciosa con R, que además se esta pensando muy mucho participar de forma activa en el blog de forma anónima.

Herramienta de seducción: Aprender de ella

Una de las cosas más humanas y sentimentales que hay en la vida es aprender. APRENDER. No aprender. ¿Por qué? Porque APRENDER bien algo es hacerlo tuyo, impregnarlo de tu esencia, experiencia e imaginación. De esa forma lo practicas y lo integras en tu vida, emociones, pensamiento e incluso conducta.

Una de las cosas más guays que aprendí en mis comienzos en la seducción es a analizar mis historias de seducción de forma analítica para poder aprender de mi. Mi estilo de seducción. Hoy os voy a confesar uno de mis secretos en la seducción que creo que me define bastante:

Se trata de, como dice Helio en su triángulo, LA OBSERVACIÓN ACTIVA. (haz click para leer a Helio)

Cuando estoy ante ella, la que sea, intento captar su esencia, memorizar sus gestos, armonizar la melodía de su voz, ordeno sus pensamientos, imagino el olor de su sexo. En definitiva, ya antes de ser besada, APRENDO de ella precisamente lo que es ella.

Una de mis principios que ya se han divulgado entre la comunidad , es SENTIR DE VERDAD dentro del ROMANCE.

Y quiero desde egolandseducción ir diseccionando esto.

Hasta aquí, solo con eso, es un gozo ir salivando cada instante… ¿de qué? DE APRENDIZAJE.

Aprendo a ella de ella.

¿Qué incorporo a mi? A ella.

¿Con qué fuente de información? Con ella. Lo cual retroalimenta el aprendizaje del objeto. Que vuelve a ser ella.

Sí. ¿Suena confuso? Lo es. Pero es mágico.

Aprenderla es hacerla nuestra antes de habernos acostado y que incluso sienta que nos pertenece.

Es aprender a reconocer sus cambios. Es cambiar nuestras conexiones sinápticas en el cerebro para incorporarla entera a nuestros recuerdos con tan solo cinco minutos.

Una vez conseguido, integramos de una forma mucho más cómoda EL ESPECTADOR DE LA PELÍCULA SUBTITULADA y nos percatamos mejor de lo que está pasando. Entendiendo, como dice Santi, la Dramaturgia egolandiana, os invito a que la repaséis en su blog, como MARCO lógico de la interacción.

Ella tendrá que hacer de chica y yo de chico. Pero para nosotros no será una chica cualquiera, sino Inmaculada, y no otra.

LA CONOCEMOS sin todavía haber escuchado su vida y por ello emprenderemos el fabuloso camino de la COMUNICACIÓN.

Apasionante, ¿verdad?

Pues preparaos porque en los siguientes artículos vamos a desarrollar esto, los celos, descubriremos si esta noche “la chica que cruza” está donde dijo que iba estar y algo muy muy muy novedoso…

Os espero…

Actitud de un seductor: Naturalidad

Retomamos el concepto naturalidad. “La vía más directa y natural”. Y aquí me gustaría que nos entendieseis bien. El rollito “este chico es un natural” está muy bien. Los que ya estamos desde hace un tiempo en el mundo de la seducción le dábamos un significado un tanto peculiar.

Algo así como:

Un hombre, con poderes sobrehumanos por los que tiene la facilidad innata de saber comunicarse con mujeres de una forma que resulte atractiva y que puede llevárselas a la cama por arte de magia.

Ese es el significado que se le dio en un principio en La Comunidad de Seducción. Yo no reniego ni mucho menos de eso, pues cuando empezó a trabajarse sobre esto era necesario clasificar conceptos para aclararse y demás. Un trabajo excelente que abrió muchos caminos para el estudio de la seducción. Pero yo tengo una sorpresa que daros. Egoland no nació con esas actitudes ni aptitudes. Egoland, yo, tú que estás leyendo esto y te consideras un “NEO-AVEN”, el otro tú que se está leyendo esto y se considera un SUPER PUA y todas las personas que conocéis, TODAS, hemos tenido un proceso de aprendizaje y el trabajo de dotar de significado a las experiencias que hemos vívido.

 

De niño, de adolescente y de adulto tienes un contexto que te va acercando una serie de experiencias y no otras. La repetición de esas experiencias, el significado que les otorgáis, tanto tú como la gente de tu alrededor, todo sumado y bien removido con la imagen que tienes de ti mismo y del mundo forman un sabroso coctel : TU CONDUCTA y TUS EMOCIONES FRENTE A UN ESTÍMULO.

Si a ese estímulo le ponemos nombre de mujer, parece que ya va cogiendo sentido todo esto. Por eso nosotros hablamos de naturalidad. Porque nuestras experiencias nos han ayudado a actuar de forma natural delante de una mujer. ¿Entendéis la diferencia entre los dos conceptos de “naturalidad”?

Cuando pasabas a ser un AVEN, lo que habías hecho era tan sencillo y complicado al mismo tiempo como cambiar una serie de actitudes y conductas. ¿Hacías todo eso nuevo de una forma natural o artificial?

Yo empecé en esto de dar talleres y demás con 18 años recién cumpliditos. He aprendido mucho sobre la vida, sobre la seducción y sobre mí mismo, pero no me siento distinto a un tío que tiene miedo a hablar por la calle a una desconocida. No me diferencia nada más allá que una serie de conocimientos y habilidades que han surgido desde nuestra niñez por unas experiencias concretas.

Nuestra naturalidad se traduce en saber observar las necesidades de cualquier persona y codirigir la interacción hacia un destino óptimo para las dos personas siendo nosotros mismos, sea ella una pija millonaria o la mas punky de su barrio. ¿Por qué? Porque tenemos claro cómo se hace de una forma natural y no artificial ¡Eso es lo que enseñamos en Egoland Seducción!

 

Los últimos post están siendo “de pensar” , ¿eh? Imagino que la vuelta a clase habrá tenido algo que ver con todo esto. Os dejo con una cita de Sócrates que ya utilice en su día:
“Decir que algo es natural, significa que se puede aplicar a todas las cosas”

La chica que cruza I

Yo estaba preparando mi coche para la actuación del viernes.
Miraba el maletero: Piano portátil, cables, ukelele, pies, etc.
Mi amigo apuraba un cigarro que yo ya no echaba de menos y me avisó que tenía que subir a casa a por algo…
Así que aproveché el momento de soledad para repeinarme delante de un cristal de banco. Pero entonces….
Wow!!! Pasó ella.
Una de esas “chicas especiales que le gustan a Egoh sin pasar por taquilla”… Y me quedé helado.

Noté un amasijo de nervios caníbales en el estómago y casi me pongo a temblar cuando me miró. Me miró y no me dejaba de mirar.
Yo estaba petrificado, sintiendo ese torrente de emoción que te inunda cuando hay algo tan poderoso que te bloquea hasta al punto de parar el tiempo.
Pero ella avanzaba y se iba marchar para siempre.
Entonces, en una décima segundo, me di cuenta de que yo era Egoh. Yo representaba todo lo que enseñaba, el directo examinador, a EGOH, a mí mismo a todos mis alumnos y no podía dejar pasar a esta chica sin morir con las botas puestas.

Hizo un esfuerzo notable y abrí mis brazos enseñando ligeramente la palma de mis manos.

-Oye, disculpa…- le dije temblando..- te podría decir algo más normal pero… me he quedado alelado mirándote… y…

Ella sonrió sin dejar de mirarme. Parecía como si disfrutara de su poder pero me estuviera animando a que yo lo tuviera actuando, como dice Santi en la Dramaturgia egolandiana, en su papel de la película.

-… y quiero saber quién eres, volver a verte, conocerte, casarme contigo… esas cosas jajajajaj…!


No pude evitar reírme. Además, sabía que reírme de mi mismo iba a ser percibido como algo valioso, valiente
Ella se me quedó mirando unos segundo que me pareció enterno. Y luego sonrió.

-Yo no quiero casarme. Lo siento.


Esa frase tan lógica y natural, me la tomé como si realmente me hubiera rechazado a mí. Así que estoy seguro de que me cambió la cara. Entendía perfectamente las emociones que me han trasladado muchísimos alumnos al sentirse rechazados. Pero utilizando el espectador de la película y subtitulada me di cuenta de que esa chica que a mí me parecía una diosa, estaba sonriéndome diciéndome lo único que me podía decir para jugar.
«Yo no quiero casarme».

Estaba jugando.

Al darme cuenta entendí que, como en los momentos más adversos de mi vida, solo tenía que confiar en mí. En mi historia, carisma, experiencia y apelar al Luis que devora lo que le pongan por delante cuando creé en él.

-Pues si tú no te quieres casar y yo sí, se me ocurre una cosa intermedia para tenernos a los dos contentos. Seamos novios.

-¡Ja ja ja ja!- Rió ella.

Ya la tenía. Había superado la barrera de no control y no dominio que me hacía sentirme un gusano ante ella. Estaba riéndose y la había metido en mi juego de ligar sincero, crudo, desnudo y directo. Estábamos ligando y los dos lo sabíamos.

-Pues es una solución que no tengo muy clara- me dijo ella.
-Hagamos lo siguiente, me tengo que ir, pero voy a pensar en ti lo que queda noche. Dame tu número y mañana te llamo para negociar.

Ella dudó un instante mordiéndose el labio.

-No te voy a dar el número y no me preguntes por qué. Pero casi todos los viernes suelo tomarme algo por el local “X”.
-Entiendo. Pues puedes estar segura de que el próximo viernes nos tomaremos algo juntos. Y que sepas… ¿Cómo te llamas?
-C.
-Pues que sepas C, que voy a pasar toda la semana muy ilusionado.
-Me alegro- dijo C moviendo el bolso para en ademán de irse.
– Y que sepas que tú también vas a estar ilusionada aunque no me lo digas.
-¡Ja ja ja! Tienes razón. No te lo voy a decir.
-¡Ciao!.

Mirándome en el espejo me he sonreído involutariamente.

¡Dios! ¡Qué maravilla! Todo ha vuelto a salir bien.
¿Tendría novio? ¿Si yo no hubiera tenido prisa podría haberle sacado más información, conocernos, etc?
Lo que sé es que una vez más, una de esas chicas de rostro y mirada poderosa, de esencia magnética ha vuelto a parecer en mi vida, como ha vuelto a aparecer en mi vida Ynés. La modelo de ésta foto que se ha prestado a ser mi musa. Nuestra musa. La imagen de mis artículos. Gracias Ynés. Ahora me gusto mucho más a mi mismo contigo en mi página.
¿Por qué?
¿Qué tendrán en común Ynés y la chica del próximo viernes?

Seduciendo de día (III): Usa

Seducir. Para mí seducir es equivalente a comunicar. Pero, revisando mis aventuras y anécdotas varias, he caído en la cuenta de que no ha sido ni una ni dos veces en las que he seducido sin compartir idioma con la otra persona. ¿Como seducir en situaciones en las que no controlas el medio de comunicación? Os voy a contar mi historia con llamémosla Chan Hoo Wing.

 

 

Era Julio del 2010. Pasaba probablemente el mejor mes de mi vida en Orlando, trabajando para la Universidad de Florida y disfrutando de la compañía de gente de alrededor de todo el mundo. Para conseguir esa oportunidad exageré en la entrevista un poco mi nivel de inglés. Exagerar es un verbo más bonito que otros que podría utilizar.

 

La cuestión, lo había conseguido. Estaba en USA, la cuna del rock, del baseball, viviendo en un apartamentito propiedad de la Universidad y disfrutando como nunca. La seducción era parte de mi día a día, mujeres de todos los países estaban en el mismo programa que yo; compartía tiempo y disimulaba mi carencia del idioma ante nacionalidades diversas. Os contaré muchas historias de ese mes, pero hoy me centraré en mi amiga Chan.

 

Llevaba dos semanas en USA y poco sabía de ella. Sólo que era taiwanesa y que allí tenía un novio taiwanes. Su edad, veintisiete años no correspondía con su físico, que aún guardaba un aire adolescente. Su profesión era la de administrativa. Habíamos cruzado un par de palabras tímidas y sinceramente, ella ya había cautivado mi atención, por exotismo, por sensualidad y por un físico que llamaba mi atención.

 

Estábamos de excursión en algún parque temático de esos que tanto gustan a los estadounidenses y una rusa ya estaba echándome broncas como si de mi pareja se tratase. Así que necesitaba un cigarro (horripilante hábito que tengo que dejar). La vi sola, sentada en un banco y con mi pauperrimo inglés la invité a acompañarme. “I don´t smoke” “I know, but I want to talk with you about something” (Lo sé, pero quiero hablar contigo sobre algo). Mi reacción no le dejaba opción a no venir.

 

Anduvimos hasta el rincón que tenían para fumadores. Allí ella se me quedó mirando con apatía. Y allí intente explicarme como pude. “Well, the last days I was looking at you and…” Su expresión era parecida a “Tío, no entiendo nada de lo que me dices”

 

Segundo intento. “So, I´m a boy, and you are a girl, a very special girl…” Su cara ni se inmutaba. Si quería conseguir algo no sería con mi famosa habilidad verbal. Así que vencí todas las barreras que mi cuerpo y cerebro podían tener y la besé en la boca. Eso demostró mi interés en ella de una forma directa. Fue un beso corto. Ella se quedó paralizada. Volvió la tranquilidad a mí. Lo había hecho. Sonreí y le dije que ya podíamos volver. En silencio caminamos hasta donde se encontraba el grupo.

 

Durante el resto del día nos cruzábamos miradas y yo le sonreía. Le hice un par de comentarios graciosos sin referirme a lo que había pasado horas antes. La diversión conmigo la tenía asegurada. Me sentía cómodo con la tensión, eso muestra seguridad y resulta atractivo.

 

Al final del día un autobús nos dejó en los apartamentos donde yo vivía. Ella se acercó a su coche para dirigirse a otra zona donde ella dormía. Cuando me aseguré de que la gente ya no estaba delante, me fuí hacía ella. “¿Por qué no te quedas un rato en la piscina?” “¿Por qué me has besado antes?”

 

 

“Porque era lo que realmente quería hacer” . Ella dudó y se metió en su coche. Yo seguía sonriéndole, con actitud comprensiva, sin inmutarme, sin reactividad, sabía que iba a ser difícil. Mi sonrisa se amplió cuando antes de irse me dijo “Voy a por el bañador y vengo”.

 

Cuando ella llegó, yo estaba en la piscina. Estaba preciosa. Se metió en el agua. La gente jugaba y reía alrededor, pero yo y ella estábamos hablando de nuestras emociones en USA; dedicamos media hora a conocernos. Yo hablaba de todo lo que estaba sintiendo, de la magia del rock, de la increible energía que sentía. Ella sobre la oportunidad de conocer un mundo tan distinto como el occidental. La invité a mi cuarto para enseñarle las fotos de mi ciudad y demás. Estaba justificadísimo, por el hecho de que estábamos mostrándonos quienes éramos y de donde veníamos.

 

 

Ella accedió. Una vez en mi cuarto volví a besarla. “Álvaro, no creo que debamos hacer esto”. “Es una pena, porqué desde que te he dado el beso yo creo todo lo contrario”. El resto podeís imaginaroslo.

 

Las siguientes semanas ella me ayudó mucho con mi inglés. Compartimos nuestras culturas y muchas más cosas. Chan Hoo Wing. ayudó y mucho a que mi experiencia en USA sea inolvidable y espero algún día poder volver a verla.