Entradas

Las inseguridades: Aprender a gestionarlas

Creo que este tema puede resultar muy útil, así que voy a tratar de aportar algo de luz. Sin duda es un tema complicado y que nos afecta a todos, pero habiendo tratado ya el tema del control de las emociones, creo que podemos sumergirnos en el control de la inseguridad, ese mal endémico del ser humano que tantas tonterías nos hace hacer y tantos malos momentos nos ha regalado.

Cuando sentimos un ataque de inseguridad no estamos siendo en absoluto justos con nosotros mismos, la mayoría de las veces. Si vamos a un examen para el que no hemos estudiando, es lógico que sintamos inseguridad, pero a nivel emocional no suele ser un reflejo fiel de la realidad, si no una mirada sesgada hacia nosotros mismos, viendo sólo lo negativo, cuestionando lo positivo y dudando de cosas que es evidente que son ciertas y no admitirían duda. Es pues, una visión mal enfocada.

¿Cómo gestionar las inseguridades?

Lo primero que deberíamos hacer, si aspiramos a ser personas inteligentes emocionalmente es conocernos realmente. Saber nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestra manera de ser, mantener a raya nuestros pensamientos irracionales, nuestros resortes bien cercados. Esto es básico, y se consigue ¿cómo? Pasando ratos con nosotros mismos, observándonos y dedicándole a esta tarea algún momento día a día. Básicamente, casi igual que como conocemos a los demás. 

A partir de aquí, toca discutir con nosotros mismos cada vez que sentimos un ataque de inseguridad. Tratémonos igual que lo hacemos con los demás. ¿No os da mucha rabia cuando un amigo/a sufre un ataque de inseguridad y os suelta toda esa serie de chorradas negativas sobre sí mismo que, visto desde fuera, es patético y cruel porque no se corresponde en absoluto con la realidad? Pues se trata de hacer eso mismo con nosotros. Intentar verlo desde fuera y juzgarnos dejando hablar a la parte de nosotros mismos que se conoce casi perfectamente y manteniendo a raya a esa parte irracional que quiere hundirnos. Y sobre todo, con mucho sentido del humor. Si nos abstraemos un poco y nos observamos, teniendo toda esa serie de pensamientos absurdos, lo cierto es que solemos ser bastante graciosos. Si desdramatizamos ese acto, esa avalancha de pensamientos negativos y que cuestionan hasta nuestra capacidad para respirar, lo cierto es que podemos reírnos bastante a nuestra costa (ya sabéis, si lloramos a solas, riamos a solas) y darnos cuenta de lo exagerados que podemos llegar a ser.

Consejos prácticos para gestionar las inseguridades

Una manera bastante efectiva, al menos para mí, es intentar concretar esas emociones en palabras. Tener conversaciones con uno mismo y verbalizar esas sensaciones que nos llenan de miedo, dando respuestas racionales. Pongamos algunos ejemplos

 

–          ¿Qué me da miedo? Hablar con esa chica

–         ¿Por qué? Por si hago el ridículo

–         ¿Hablar con una chica puede llevarme a algo tan grave como hacer el ridículo? NO

–         ¿He hecho alguna vez el ridículo sólo por hablar con alguien? No. Luego es bastante poco probable que suceda. Además, lo cierto es que hablo  constantemente con personas, sé hablar.

–         ¿puede que a mi chica le guste otro? Puede, como a todas las personas

–         ¿Significa eso que vaya a dejarme? Si quisiera dejarme, me dejaría. Si queda conmigo es porque le gusto, así que tengo más argumentos para pensar que le gusto que que no

–         ¿Me engaña mi chica? Ante esta respuesta sólo puedo confiar. Si me engaña, me acabaré enterando, y si me engaña pero no me entero, es un riesgo que voy a correr cada vez que me relacione con una persona. Sólo me queda confiar, porque si no no podré estar nunca con nadie.

 

En última instancia, cabe que nos planteemos ¿Qué me aporta ser inseguro? ¿Me aporta felicidad? ¿Me ha aportado realmente algo positivo? Si la respuesta es No, que seguramente lo será, ya tenéis un motivo para plantearos que hay que cambiar esa parte de nosotros. Las inseguridades suelen traernos situaciones de infelicidad, pueden llevarnos a hacerle daño a gente a la que queremos, y sobretodo, nos hacen daño a nosotros mismos. Cuando somos inseguros (por supuesto, siempre hablo de inseguridad en un grado alto, tener pequeñas inseguridades es absolutamente normal y nos va a pasar siempre) lo que hacemos es tratarnos mal, juzgarnos de una manera nada imparcial y nada objetiva y predisponernos a acabar cumpliendo todas esas inseguridades (leer “la profecía autocumplida”: http://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida )

En cambio, ser indulgentes con nosotros mismos, intentar   juzgarnos acorde a las experiencias anteriores (Si anteriormente he hecho esto, ¿por qué no lo voy a hacer ahora?) y tratar de no dejarnos llevar por el miedo, sólo puedo traernos cosas positivas. Además que alguien con inseguridad, transmite inseguridad. Alguien seguro, transmite seguridad  ¿Qué rasgo creéis que es más atractivo?

De momento, aquí tenemos un pequeño avance. Seguimos tratando este tema, que puede ser muy extenso. Planteadme qué os gustaría tratar o qué dudas tenéis, para que os pueda resultar lo más útil posible.

Como colofón, os dejo una frase que a mí me resulta absolutamente útil cada vez que siento miedo a hacer algo. Me la repito mentalmente y automáticamente el miedo desaparece. Es de Steve Jobs, y para mí es como un mantra:

 

«Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder»