Entradas

Aprende a relajarte (I) Primeros consejos

Si hay algo que nos puede ayudar en nuestro día a día, tanto en nuestras relaciones con los demás, como cuando pasa algo especialmente estresante, es saber cómo relajarnos. Hay dos procesos en los que vamos a tener que estar atentos si queremos estar más relajados: bajar la entrada de estrés que tenemos y aumentar el recibir estímulos relajantes. Esto que es simple no siempre es sencillo; tras leer este artículo vas a poder tener pautas para conseguir ambas cosas ¡Comenzamos!

Escucha a tu cuerpo

“Mantener el cuerpo con buena salud es un deber. Si no, no podremos mantener la mente fuerte y clara” (Buda)

Jaquecas, dolor de espalda, alergias, agotamiento, ardor de estómago… No son enfermedades graves, sino pequeñas o medianas dolencias que se empeñan en fastidiarnos de forma recurrente, como si quisieran llamar nuestra atención sobre algo que nos está sucediendo.

curso para superar la ansiedad

Mira mi curso para superar la ansiedad

Pues así es. El cerebro es el gran procesador de los estímulos y el generador de todas nuestras reacciones. En consecuencia, muchas veces las dolencias relacionadas con el sistema nervioso solo manifiestan la dificultad de la persona para captar la realidad correctamente y elaborar una respuesta adecuada, que incluya el control sobre lo que acabamos haciendo y su adecuada organización en el tiempo y en el espacio. Aquí te voy a proporcionar varias claves para mejorar en este punto y ser consciente de lo que tu cuerpo te está diciendo a gritos:

Cultiva el aquí y el ahora

Escucha tus sensaciones, emociones, pensamientos y sentimientos al menos una vez al día: ¿Cómo te sientes en este momento? ¿Cómo percibes tu cuerpo? ¿qué emociones registras? ¿cómo las experimentas? Te servirá para practicar el aquí y el ahora.

Practica disciplinas corporales

No dejes de hacer regularmente actividades que te ayuden a relajarte y a aquietar la mente, tales como reflexología podal, taichi, yoga, pilates, masajes… Además de relajarte te proporcionarán mucho bienestar general.

Mejora la autoaceptación

Es muy importante reconocer lo propio sin negación o rechazo, como condición previa para poder cambiarlo, si es que entendemos que nos perjudica. Ponerse delante del espejo y que este refleje lo que nos está pasando.

Practica la “vida lenta”

relajarse-interiorizar-aprender-ligarVivir apurando cada segundo puede provocar una tensión nerviosa que genere una sensación de amenaza, de inquietud. Finalmente el desgaste puede llegar a provocar ansiedad y depresión (la depresión viene en muchos casos cuando ”las baterías se nos han agotado”)

La vida lenta es un movimiento en el que sus seguidores promueven el trabajar menos (o mejor dicho, trabajar mejor) en el sentido de la obligación de producir y de emplear buena parte de nuestra vida a cambio de dinero. Se centra en que la calidad de vida va hacia ser dueños de nuestra vida y de nuestro tiempo y no tanto en ganar más. De nuevo te presento algunas claves:

Apaga el televisor

Párate a pensar hasta que punto la televisión puede estar afectándote, cómo nos dicta lo que debemos comprar o cómo debemos vivir. Piensa en las cosas que puedes hacer (leer, jugar, pasear, reunirte con tu familia o amigos) en vez de devorar programas y anuncios que devoran la mente. Lo mismo podemos decir con un uso no racional de internet.

Busca lo sencillo

Recupera el placer de la lectura, da un paseo, contempla una puesta de sol, haz una excursión al campo, disfruta charlando con los amigos y saborea las cosas simples. Tener un hobby en el que ocuparte o iniciar uno que te interese además de relajarte te enriquecerá.

No hacer nada

Ahora tienes las excusa perfecta para esto, “El psicólogo Antoni que esmuy majo me ha recomendado no hacer nada” ¡Menos es más! Dedicando una hora al día a ti mismo te aseguro que recargarás las pilas y enlentecerás tu ritmo, aumentando tu productividad en otras áreas.

Esta vida lenta poco tiene que ver con no ser una persona apasionada, por ejemplo. Siendo responsables con nuestro cuerpo y nuestra mente podremos saborear mejor otras cosas, como nuestras relaciones o que aquellas cosas que nos apasionan. En el  próximo artículo vamos a entrar a fondo en cómo relajarnos más en las relaciones con los demás, trabajaremos a fondo la ansiedad social. Mientras te dejo con esta lista de reproducción para continuar aumentando tu nivel de relajación. Un positivo (y relajado) abrazo,

Empezar de nuevo fuera (II)

En el pasado artículo comentamos cuáles pueden ser las emociones positivas y negativas al cambiar de vida y empezar de nuevo fuera. Nos espera la aventura, el descubrimiento, el ampliar miras, el conocer gente atractiva y diferente… también quizás el sentirnos solos, el tener dudas, cierta ansiedad.

Pero vamos al meollo de la cuestión y a por una serie de tips para que este cambio y esta experiencia acaben siendo muy positivos en nuestra vida:

Aplica lo que ya sabes.

En situaciones donde tenemos tantos frentes abiertos podemos sentirnos desbordados por los acontecimientos, parecer que no llegamos. No todo es color de rosa ni todo el monte es orégano. Recuerda aquí que ya te has enfrentado a situaciones complicadas en el pasado y que seguro que en muchos casos acabaste superando todo aquello que te era difícil. ¿Cómo lograste hacer eso? Utilizando los recursos y herramientas que ya poseías, la suerte nos la buscamos y acabamos encontrando nosotros con nuestros propios actos.

¿Qué habilidades pusiste en práctica en el pasado? ¿Eres una persona extrovertida, que suele dar el primer paso? ¡Utilízalo!

Por el contrario eres más bien introvertido, y por tanto más reflexivo y prefieres conectar con quien a ti de verdad te interese? Pues utilízalo también en ese caso. Tienes una serie de fortalezas que has utilizado en tus estudios, en tu trabajo, con tus amigos, en tus aficiones… Esas son tus mejores armas para enfrentarte al nuevo contexto.

Recuerda y utiliza el nombre de las personas.

No hay palabra que suene más dulce en nuestros oídos que nuestro propio nombre, especialmente si viene de personas que conocemos poco. Esta es una herramienta muy sencilla… ¿pero la aplicamos siempre? Aquí, amiga o amigo, no vale lo de “yo es que soy muy malo con los nombres”.

Imagínate si estás en tu nuevo destino, Estocolmo, y en una cafetería dan una lectura poética de poetas rusos del siglo XIX. Te acaban de presentar a una rubia de tomo y lomo llamada Anastasia.

Pues a partir de ahí interioriza ese nombre para recordarlo después. Para ello hay reglas sencillas, si algo te llama la atención de Anastasia recuérdalo y asócialo a ella (¿un pañuelo rojo?, ¿una sonrisa especialmente luminosa?) En ese caso será “Anastasia sonrisa”. O asociarlo a algo que rime, tipo “Antoni el poni”. Luego sorprende a la persona llamándola por su nombre. Si hay mucha gente, céntrate en recordar el de determinadas personas, las que a ti te interesen.

Recuerda la regla de oro: si quieres amigabilidad, empieza ofreciéndola.

Las nuevas personas probablemente ya tengan su círculo montado, por ello quien normalmente dé el primer paso debas ser tú. Dicho esto, aquí entra en juego la flexibilidad y la capacidad de adaptación, que puedes mejorar. Si te has mudado a Lyon para una beca de postgrado y has conocido a Alain, natural de esa ciudad, es muy fácil que Alain ya tenga amigos de toda la vida por ahí. Al menos algunos. Pero hablando hablando descubres que a Alain le gusta mucho patinar y que tú también solías hacerlo. ¡Ya sabes el primer paso que vas a poder dar! Una tarde agenciarte unos patines y proponer salir por ahí. Quizás sea el otro quien dé el primer paso, si es así perfecto, pero no te cortes proponiendo cosas. No es estar necesitado, si no que es fácil de entender que quieres conocer gente nueva y que encima propones cosas divertidas.

Nuestro estado de ánimo fluctúa y esto es lo normal.

Pretender que nuestro estado de ánimo permanezca totalmente estable es un reto que las personas no hemos conseguido, que no creo que consigamos y que además es bonito que así sea. En muchas ocasiones la vida es como una montaña rusa llena de emociones, tanto positivas como negativas y ambas son necesarias.

Si nuestro estado de ánimo es cambiante en situaciones de estabilidad lo será más cuando hemos salido de nuestro ambiente habitual. Esto es algo que podemos tener en cuenta para decirnos a nosotros mismos que es una reacción normal a un contexto, personas y hábitos sociales diferentes.

Comunica o subcomunica tus virtudes y fortalezas.

Nuestros amigos nos quieren por determinados motivos. En ocasiones estos motivos les han llevado días, meses o años de conocer. En contextos nuevos y conociendo a personas nuevas a veces tendremos mucho menos tiempo para mostrar nuestros puntos fuertes o qué tenemos de valioso. Exactamente cuando acaban de presentarnos a ese chico o a esa chica tan atractivos. Pues aquí haremos lo mismo que ya sabemos que tenemos que hacer: sin que tengamos que sobrevendernos, en la conversación seremos sinceros, generosos, abiertos y mostraremos tanto nuestras virtudes como nuestros defectos; nuestros puntos fuertes también. Es más fácil empatizar y abrirse ante quien también lo hace.

Tu nueva ciudad, trabajo, ambiente, amigos etc. no son mejores ni peores, son diferentes.

Algo muy común cuando algo cambia en nuestras vidas es la comparación. Esto sucede cuando cambiamos de pareja, trabajo, ciudad etc. y lo he visto muchas veces en la consulta. “Ella era insuperable”, “Nunca encontraré un trabajo así”, “Como en mi ciudad en ningún sitio”… Todas esas aseveraciones llevan parte de razón… y parte de equivocación. La clave es buscar, pensar y encontrar activamente lo mejor del nuevo lugar y de los nuevos lugares a los que vayamos, y si en un momento determinado no los vemos seguro que poniendo de nuestra parte los acabaremos encontrando.

La web de Egoland Seducción es también tu nuevo mejor amiga.

Si como yo estás por la treintena recordarás el Gran Libro de Petete, donde venía recogido todo el conocimiento molón que un niño de los 80 necesitaba. Bien, pues esta web es tu nuevo libro de Petete. ¿Te puede venir bien el saber más sobre comunicación emocional, gestión del rechazo, sobre como ser extravagante (al hilo de lo que nos cuenta mi amigo Javi Santoro), a ser más persuasivos y carismáticos…? ¡La respuesta es un sí rotundo! Por eso bucea en la web para todo aquello que necesites y contáctanos si quieres saber más en lo que necesites.

 Espero que esta serie de dos artículos te haya gustado. Las nuevas experiencias, las nuevas personas, los nuevos amigos, al final acabarán nutriendo tu experiencia de vida. Quizás en algún momento no lo veas como nos pasa a todos, pero lo encontrarás. ¡Cuéntanos tu experiencia viviendo fuera!

Ser responsables de nuestra vida: Locus de control

¡Hola a todos! ¿Qué tal las vacaciones?

He leído esta cita, de Albert Ellis (del que ya hablamos anteriormente, ¿os acordáis de las ideas irracionales?) y he pensado que debía compartirla con vosotros: 

Los mejores años de tu vida son aquellos en los cuales decides que tus problemas son solamente tuyos. Entonces no culparás a tu madre, a la ecología o al presidente. Te darás cuenta que tu controlas tu propio destino.”

Estas palabras me parecen sublimes. Creo que todos deberíamos tenerlas muy presentes cada día. Tomar la responsabilidad de nuestros actos, de nuestras decisiones, de nuestros conflictos, es, ciertamente, algo que puede cambiarnos la vida.

CREENCIAS ERRÓNEAS

Creer que todo lo que nos sucede es producto del azar, de los demás, de nuestro destino, de decisiones que tomamos en el pasado y que ya no podemos cambiar; que tenemos que conformarnos con lo que nos pase o vivir frustrados creyendo que el resto del mundo es culpable de que no consigamos nuestros objetivos, son errores tan comunes como desastrosos.

SER RESPONSABLE DE TUS DECISIONES

Por otra parte, nada hay más maduro y más tranquilizador que una persona responsable y capaz de asumir sus actos y las consecuencias de estos. Alguien capaz de decir “me he equivocado” “lo siento” o, en la otra cara de la moneda, “esto lo he conseguido yo con mucho esfuerzo” “me merezco esto porque me lo he trabajado”, por ejemplo, es una persona que transmite madurez, sabiduría y, algo muy importante, calma, a los demás.

Por regla general, tendemos más a asumir como una responsabilidad propia nuestros éxitos, pero como algo que es culpa de otros, nuestros fracasos (¿Recordáis el “me han suspendido vs he aprobado”?), aunque también es muy común encontrarnos con gente que, o bien por falta de autoestima o bien por confundir el concepto de humildad, jamás reconocen ni se atribuyen un éxito, aunque éste sea fruto de muchas horas de trabajo.

LOCUS DE CONTROL

En psicología, a esto lo llamamos Locus de Control , (el “lugar” donde el sujeto localiza sus conductas, pensamientos, acciones, etc…) .

¿Qué es el locus de control?

El locus de control, también conocido como control interno–externo, es un concepto que describe el hecho de que para una tarea determinada, las personas se comportan de forma muy diferente según crean que su ejecución depende de ellos mismos o no.

Las personas que creen que el desarrollo de determinada tarea depende de ellos mismos tienen un locus de control interno, mientras que las convencidas de que el desarrollo exitoso de la tarea depende de factores externos tienen un locus de control externo.

Se considera que el locus de control es un rasgo de la personalidad estable en el tiempo, y sitúa a las personas en un continuo según la responsabilidad que aceptan sobre los eventos sociales que experimentan –que pueden ser positivos, negativos o neutros–. Así se muestra el grado en que un individuo percibe el origen de su propio comportamiento, ya sea de manera interna o externa a él.

Locus de control interno: percepción del sujeto que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones, es decir la percepción que él mismo controla su vida. Tal persona valora positivamente el esfuerzo, la habilidad y responsabilidad personal.

Locus de control externo: percepción del sujeto que los eventos ocurren como resultado del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros. Así, el LC externo es la percepción de que los eventos no tienen relación con el propio desempeño, es decir que los eventos no pueden ser controlados por esfuerzo y dedicación propios. Tal persona se caracteriza por atribuir méritos y responsabilidades principalmente a otras personas.

¿LOCUS INTERNO O EXTERNO? EJERCICIO

Os recomiendo la lectura de este artículo, que he utilizado para documentarme, donde además, podréis realizar una escala, para testear vuestro locus de control. (Click aquí)

Empezar nueva vida fuera (I)

Empezar de nuevo fuera

Amig@s, tras el artículo Introversión, timidez y fobia socia(leer aquí), el apartado del podcast que grabamos al respecto y el vídeo en mi casa (la cocina ha causado furor, estáis invitados si traéis cosas molonas para picar y café Juan Valdes) han surgido bastantes consultas y comentarios, algunos con denominación común. Es el caso de cuando en el momento actual nos toca ir fuera a buscarnos la vida, a estudiar o trabajar, y llegamos a un lugar nuevo. Es el empezar de nuevo, hacer amigos, adaptarnos, abrirnos, exponernos… Y esto, que puede resultar ser una experiencia realmente emocionante, puede tener su parte dura. Vamos al turrón.

ANTONI en el podcast de Octubre: Timidez, introversión y fobia social

[powerpress url=»https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/podcast/secciones/octubre2012/Podcast-Egoland-Seduccion-Octubre2012-Antoni-Introversion-Timidez.mp3″]

VIDEO HD sobre la introversión, la timidez y la fobia social

Como siempre, vamos a apelar a la Psicología Positiva utilizando la óptica de las emociones positivas y de las fortalezas personales. Irse fuera, a otra ciudad o el extranjero, puede estar motivado por la falta de oportunidades, aunque en todo caso es una elección libre y como una oportunidad podemos considerarla. Si lo hacemos es para progresar en nuestra vida, para seguir adelante y en realidad es una aventura que estamos empezando y que en muchos casos será un punto de inflexión. Emigrar y comenzar un nuevo capítulo en nuestra historia imprime carácter y es un proceso que nos llevará a ser personas más completas, nos proporcionará nuevos aprendizajes y que incluso nos dará un montón de historias y anécdotas que contar. No sólo eso, si no que seguro nos hará conocer personas diferentes, que de otra manera no hubiéramos conocido. Por fuerza habremos de convertirnos en personas más flexibles y abiertas de mente.

Aquí vamos a centrarnos en el conocer gente nueva y conseguir nuevos círculos sociales. Helio nos habló de cómo comenzar en este sentido en un nuevo trabajo. Aquí lo extenderemos al ámbito social y de relaciones. Vamos a desmenuzar primero algunas consecuencias negativas que podemos experimentar, en forma de preguntas que quizá nos vengan a la cabeza cuando ya estamos en nuestro nuevo destino:

 

–       Ansiedad. ¿Podré afrontar todo lo nuevo que voy a tener que vivir? ¿Tendré recursos suficientes? ¿Alcanzaré una posición de estabilidad personal como la tenía en mi lugar de origen?

–       Soledad. ¿Con quien salgo el viernes por la noche, si aún conozco a poca gente o a nadie? ¿Qué hago en los momentos de después de trabajar, cuando antes podía llamar a algún amigo para tomar cervezas? ¿Estoy capacitado para resolver bien esos picos de soledad?

–       Dudas. ¿He hecho bien en irme? ¿Cómo será el final de todo esto?

 

Pues bien amig@s, si ya os habéis ido, si quizás estéis pensando en hacerlo, o queréis ayudar a amigos en tal situación, todas estas preguntas tienen respuesta, y vamos a trabajar para que la misma sea la que más nos conviene. La regla de oro: si quieres amigabilidad empieza ofreciéndola.

En un nuevo ámbito eres tú quien quiere integrarse y los otros los que ya tienen círculos montados. Aquí no sirve de nada el hacerse la víctima, el que debe ser proactivo eres tu.

¿Por qué no alargar la comida de trabajo tomando un café en un sitio molón que has descubierto y que quizás tus compañeros no conocen? ¿Te interesa ir a un concierto de jazz y una conocida recuerdas que dijo que le gustaba ese tipo de música? ¡Ya sabes lo que vas a tener que hacer! Empieza por darles una oportunidad a los demás y cada vez irás obteniendo respuestas positivas. Pronto iremos desgranando este tema, esperamos vuestros comentarios y experiencias.

La vida postpareja (II): Negación y Culpabilidad

En el artículo anterior (leer aquí), os hablé sobre los tópicos y las diferentes fases por las que se pasa en una ruptura hasta que uno es, por fin, capaz de escapar de su pozo sin fondo personal. Es decir, de las fases por las que se pasa hasta que se llega a la Recuperación. Visto así, parece algo muy fácil. Un camino de rosas en el que con nada que hagamos volvemos a estar como nuevos. Para nada. Y es que la duración de cada fase varia en función de cada persona, de los motivos de la ruptura, de las circunstancias en las que nos encontremos, etc. Vaya, que depende de un montón de cosas. Y para eso os escribo este artículo, para allanaros un poco el camino y que cada paso que deis sea un poco más largo.

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/la-vida-postpareja-i-topicos-y-fases-de-la-ruptura/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]La vida postpareja (I): Tópicos y Fases de la ruptura[/button]

 Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no todos los que estáis leyendo esto os encontráis en el mismo punto de la ruptura, o eso espero, porque sino el tema de este artículo sería el porque os dejaron a todos a la vez. ¡Vamos al lío!

NEGACIÓN: Primera fase de la ruptura

Puede que muchos de vosotros estéis sufriendo en estos momentos el shock de la ruptura. Desde aquí os mando un abrazo. Y es que poco más se puede hacer. Suena duro, y quizás os sintáis decepcionados, pero ¿cómo se puede ayudar a alguien que niega los hechos? Os lo dije en el primer artículo y os lo digo ahora. Para todos los que conocéis a alguien que acaba de romper con su pareja, tres cosas: Escuchar, Abrazar y Compartir. Por otro lado, si eres tu quien está sufriendo las consecuencias de la ruptura, te recomiendo una cosa: borra su número de tus contactos, porque en el instante mismo en el que tomes tu primera copa el día de “salir para olvidar”, tus dedos se irán tan directos al número de tu ex-novio o ex-novia, como un día de resaca nos vamos a por el agua de la nevera. Además, sabemos que cuando uno está borracho, no está en las mejores condiciones para llorar por teléfono y suplicar otra oportunidad. Así que lo dicho, borrad su número. En serio, borradlo.

celos problemas imaginacion pareja

Como única recomendación para esta primera fase postpareja. ¡Tiempo! Con esto me refiero a que al igual que todos los seres humanos, tenemos que sufrir por la pérdida de un ser querido. Se trata de una “muerte” metafórica, dado que la persona a la que hacemos duelo, en principio no volverá a compartir la vida con nosotros. Por tanto, y como si de un funeral se tratase, llorad, entristeceos, expulsar toda esa rabia, buscar a alguien que os escuche y sobre todo. ¡Tiempo!

Ejercicio para la primera fase de ruptura: LA NEGACIÓN

Si crees que en esta primera fase tus sentimientos son demasiado fuertes, puedes probar a canalizarlos por medio de la escritura. Coge un papel, un boli y escribe una carta de despedida a esa persona con la que rompiste explicándole como te sientes.

Culpabilidad: Segunda fase de la ruptura

No obstante, muchos otros y otras, os encontraréis en otra fase más avanzada. Quizás en la fase de culpabilidad. Aquella en la que nos empezamos a reprochar a nosotros mismos todo lo que hicimos mal y como dice el refrán, a buenas horas mangas verdes, pensamos en todo lo que pudimos haber hecho mejor. Y aquí es donde empieza la “intervención”.

Este es el momento del cambio, el momento idóneo para empezar a soltar lastre en ese globo aerostático que es nuestra vida. Estáis en un momento en el que todo el dolor es atribuido a vosotros mismos. Donde el pensamiento repetitivo y “cabrón” está ahí para haceros sentir que no valéis para nada. Y aquí es donde tenemos que empezar a aplicar la lógica. Si la siguiente fase consiste en asimilar y aceptar lo sucedido, ¿No sería lógico empezar a asimilarlo? Todo lo que os quejéis, todo lo que penséis que podría haber sido no vale para nada más que para compadeceros de vosotros mismos. Entonces, ¿Cómo lo asimilamos? Con un proceso largo y dificultoso en el que la mejor medicina es ser positivos y cambiar nuestros pensamientos negativos por otros mejores.

Os planteo unos ejercicios:

EJERCICIOS PARA SUPERAR LA CULPABILIDAD

Ejercicio 1: Imagínate a ti mismo/a en casa llorando y a tu ex-novio/a por ahí pasándoselo bien. Visualiza la escena y fijate en lo que te compadecías de ti mismo. Él o ella por ahí pasándolo bien y tu llorando. ¿No crees que es hora de espabilar?

Ejercicio 2: Coge un papel y un bolígrafo, escribe en él un mensaje de autoayuda y cuélgalo en tu habitación. Por ejemplo: “Levántate. Ya está bien de llorar. Voy a empezar de nuevo”. El poder de la autoinstrucción poco a poco te irá motivando.

Ejercicio 3: Claro que lo podrías haber hecho mejor en tu relación, pero no lo hiciste. Coge todos esos errores que crees que cometiste y todas esas cosas que hubieras hecho y tómalas como un aprendizaje para futuras relaciones. Aprende de tus errores.

Estas son las dos fases más “difíciles” de la ruptura, porque en ambas hay un elemento común: no queremos ver lo que está sucediendo, o mejor dicho, no queremos asimilarlo. Todo lo que pongáis de vuestra parte para empezar a asumir los hechos, será para vosotros un éxito y un gran paso para alcanzar la meta deseada: la recuperación.

Por último, y para todos aquellos y aquellas que os encontréis un paso por delante en la recuperación, siento deciros que os voy a hacer esperar unos días. Podéis tomarlo como un tiempo de reflexión o aprovechar para realizar los ejercicios que aquí os propongo. Sea como sea, os propongo un trato. Vosotros empezáis a pensar en qué es lo que hace falta para dar ese último paso hacia la recuperación y yo me dedicaré a pensar en como “engañaros” para que me hagáis caso y deis ese último paso.

Sin más, me despido con una reflexión: ¿Es la resignación es camino hacia la recuperación? Todo esto y mucho más en La Vida Postpareja (III). Y si queréis romper conmigo, prometo negarlo todo y sentirme culpable.

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/la-vida-postpareja-iii-resignacion/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]Fase de Resignación[/button]

JORGE

Un mal día…¡o no! Eligiendo cómo es mi vida

La música grunge que salía por los auriculares de mi móvil no conseguía subirme el ánimo. Era Martes, el día del patrón de mi facultad y no tenía clase. Llevaba dos o tres días recibiendo malas noticias de forma continuada.

El taller personalizado de ese fin de semana se había cancelado por que el chico tuvo que cumplir con una obligación familiar ineludible. Mi mejor amigo andaba deprimido por una chica y no supe aconsejarle. Era una mañana de esas oscuras, en las que parece que el Sol haya decidido no salir de forma premeditada, cómo si hubiese pensado “yo no me como este marrón”.

Estaba sentado en las escaleras de la facultad de Filología esperando a que saliera un buen amigo, a ver si me contaba algo positivo y se podía alegrar un poco ese día. Un sms llegó a mi móvil “M kedo en casa, no he ido a clase, t veo otr día”

La cosa pintaba mal. Cómo todas las veces que me siento mal, pensé que hablarle a alguna chica, mostrar mi mejor versión, ayudaría a que su feedback me subiese un poco la moral. Así que mire a mi alrededor. Había un grupo de chicas sentadas en las escaleras y parecían simpáticas. Me acerqué y les dirigí una sonrisa.

 

-Hola, soy Álvaro.

Se quedaron mirándose entre ellas. Se hizo el silencio. Y cuando iba a decir mi siguiente frase una de ellas carcajeo e hizo algo que a mi autoestima no podría venirle demasiado bien.

 

-Ah ¿si?. Pues nos da igual.

Se rieron, cogieron sus cosas, se levantaron y empezaron a andar hacia dentro de su facultad.

Podía haber contestado algo ingenioso, utilizar cualquiera de las herramientas que enseñamos, observar mejor qué había pasado, analizar mejor la situación…pero  no me apetecía. Era un Martes con muy mala pinta. Me puse los auriculares y mientras Alice in Chains me contaban cosas tristes con “Down in a Hole” comencé a andar hacia ninguna parte.

 Mi energía positiva no se había despertado esa mañana, probablemente seguía acostada en la cama. Mientras caminaba vi a una mujer apoyada en la pared de un hospital. Tendría unos treinta y muchos o cuarenta y pocos. Toqueteaba su móvil con un gesto apático. Era una de esas preciosidades que sólo pueden tener un  marido piloto o jefe de algo muy importante. Elegante en exceso para el contexto, bronceada de rayos uva. Algo se despertó en mí.

Mi día había empezado fatal. La gracia no está en que las cosas te salgan mal o bien en un momento concreto, la gracia está en que tu tomes las riendas de lo que te pase. Pensé en lo gracioso que podía ser entrarle a esa mujer. Me imagine a mí contándole a mis colegas, que ese día, en la puerta de un hospital, a las 11 de la mañana, sin que se lo esperase, me había presentado a una mujer con toda mi cara y había sido el director de lo que pasase en mi día.

Mientras me acercaba,ella había sacado un cigarro y lo tenía en la boca. Ella no había percibido mi presencia.

 

-¿Quieres fuego?

Mi miro con un desinterés digno de escribir un libro sobre él y me dijo “Gracias”

Le encendí el cigarro y me quedé de pie frente a ella.

 

-¿Sabes esos días que te levantas y te sale todo absolutamente bien?

Ella levanto las cejas y asintió sin entender muy bien por donde iban los tiros.

 

-Pues mi día de hoy está siendo todo lo contrario. Y me he acercado a ti a ver si cambia la cosa un poco.

Ella se rio levemente, de una forma femenina y miro al suelo al hacerlo. Ya eramos los dos conscientes de a qué estábamos jugando. La mujer se cambió el cigarro de mano, enseñándome conscientemente el anillo que llevaba en el dedo y devolviéndome una mirada curiosa, algo así cómo “¿hasta donde sabes llegar amiguito?”

 

-Tienes unas manos muy femeninas y muy elegantes. Incluso más elegantes que tu anillo.

Ella se incorporó se asió el pelo. Me miro de arriba abajo. Desde luego quería intimidarme y os aseguro que lo estaba consiguiendo.

-Eres muy joven, estoy segura de que no sabrías que hacer con una mujer cómo yo- y dio una calada a su cigarro.

A mi me divierte mucho cuando la gente juega a decir lo mucho que molan. No iba a discutirle absolutamente nada de lo que me dijera.

 

-Completamente de acuerdo contigo. Aún así, tú ya te lo estás preguntando.

Ella se quedó algo petrificada. Miro hacia ambos lados y metió la mano en el bolso.

 

-Estoy casi segura de que no te voy a coger el teléfono, pero sería muy valiente por tu parte intentarlo

Sacó una tarjeta de su bolso Prada y me la dio. Luego se disculpó y dijo que se tenía que meter dentro. Mi día había mejorado, desde luego no por haber conseguido su teléfono, si no por hacer cosas que sé que me pueden resultar difíciles y que en un primer momento pueden echarme para atrás.

El saber que depende de mi cómo jugar mis cartas durante mi día, es lo que me hace caerme bien. Porque, al fin y al cabo, SOMOS LO QUE HACEMOS.

Nunca la he llamado, principalmente porque perdí la tarjeta, pero mi actitud fue más positiva desde que decidí que mis circunstancias no son lo que marcan mi vida, sino cómo me enfrento yo a las mismas. Ese día llamé a mi madre y me fui a comer a su casa. Le conté cómo me iba la Universidad y escuche sus consejos. Al final, fue un gran día.