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Sexo, ¿Y después qué? I Parte: Para mujeres.

que hacer despues del sexo

Los estudiosos de la conducta humana alrededor del mundo y sobretodo en la materia emocional, tienen un interés justificado en un momento clave en el contacto entre dos personas, y es la mañana después de pasar la primera noche juntos. Independientemente de la calidad de la relación sexual, que ya es un detonante definitivo: Si va bien, pasamos a la segunda parte, si va mal, seguramente no haya ni siquiera segunda parte. Así que vamos a suponer que va bien y pasamos al punto B: Abrimos los ojos acompañados, bien en nuestra casa o en la de él (el “como abordar la mañana después” para hombres, vendrá en el próximo artículo, no os desesperéis). 

Se trata de un momento crucial en el que dos mundos colisionan, salen a la luz los cuerpos sin maquillaje, sin ropa favorecedora. Las pequeñas manías, las rutinas diarias, el entorno natural… Es en este instante cuando realmente cuaja una relación o se queda en un polvo de una noche. Así que ahí van algunas cosas fundamentales que estudios, encuestas y situaciones personales me han dejado bien claras.

La mañana después del sexo, ¿Qué hacer?

1.     El espacio vital: Yo soy una mujer peculiar. Cuando termino de tener una relación sexual, e incluso en la mañana después, quiero mi espacio,  soy de las que echa un polvo y se levanta desnuda a mirar por el balcón porque quiere disfrutar un poco de intimidad. La mayoría de chicas son todo lo contrario. Quieren arrumacos, mode “lapa” on y “Mímame, que estoy postorgásmica y necesito contacto”. La mañana después para muchas de nosotras es un: “Abrázame, dime cosas, habla conmigo.” Los hombres pueden agobiarse mucho si te pegas a ellos en la cama y empiezas a contarles tu vida nada más despertar. Una buena idea es, dar un mensaje corporal positivo: Mírale, enfoca tu cuerpo hacia él, inicia algún roce casual mientras interactuas… Pero no invadas su perímetro de seguridad. Coméntale lo bien que estuvo lo de anoche y a partir de su reacción (¡Eh! Quizá es él quien te abraza y te hace un ataque canelón, todo es posible) responde. Ya sabéis que aunque estén shockeados de amor tienen una inconsciente fobia al compromiso que les cuesta asumir. Dadles tiempo a que la superen.

2.     El hábitat natural: Si estás en tu casa y es él el extraño la cosa es menos complicada, a no ser que vivas en un vertedero o tengas el síndrome Diógenes, los hombres suelen ser mucho menos puntillosos si te has dejado unos platos sin fregar en la cocina. Si estás en casa de él, por el contrario, hay varias opciones: Que su casa sea de revista de decoración (poco probable), que sea una casa normal con un orden aceptable (lo habitual) o que sea un caos con un cadáver de pizza en medio del salón. En el peor de los casos deberemos diferenciar si él ya podía esperar que acabaseis allí, en cuyo caso ya te debes plantear donde te metes, o si ha sido un calentón fortuito, en cuyo caso siempre puedes darle el beneficio de la duda: Todos tenemos un mal día y no nos apetece poner la casa en orden. Sobre todo no te pongas a hacer comentarios en plan mamá, sobran y echan para atrás.
3.      ¡Y yo con estos pelos! : No,  no vas a estar igual de mona que la noche anterior.  Pero en serio, ¿Qué te va a ver que no te haya visto ya? ¿Vas a salir de la cama tapándote con la sábana hasta la barbilla? Ni tus rodillas son horribles ni tienes los tobillos gordos. Como ya he dicho mil veces, siéntete sexy y te verán así. No tiene más. Si tienes algún complejo con el aliento, o alguna cosita así, siempre hay trucos. Puedes dejarte un vaso de agua en la mesita o una cajita de smints ; P Si lo que te preocupa es el maquillaje hecho unos zorros, toallitas desmaquillantes en el cajón y te pasas una por debajo de los ojos para evitar parecer la novia cadáver. Aunque ninguna de estas cosas es tan fundamental como tener una bonita sonrisa de buenos días.
4.     ¿Desayunar o no desayunar?: Esa es la cuestión.  Y no solo eso, ¿qué desayunar? Cierto es que nosotras solemos tener una nevera levemente más surtida que los hombres solteros en general. Si el chico te gusta, yo aconsejo siempre que ofrezcas el desayuno y no que le invites a irse. Pero como no debes de dar la impresión de obligarle a quedarse, mi propuesta es un: “Tengo hambre, voy a hacer café, ¿Te preparo algo para desayunar?”. Le estás diciendo que quieres que se quede, pero la última palabra es suya.
5.     ¡Horror! ¿Quién eres tú y donde está el chico de ayer?: Si a la luz del día te das cuenta de que él no era lo que esperabas o simplemente es que no esperabas nada y solo querías divertirte un rato, no des falsas ilusiones. Si estás en casa de él deja claro lo bien que te lo pasaste anoche pero que no buscas nada en estos momentos y sal por patas en cuanto puedas (¡Olvídate de desayunar!). Si él está en tu casa ¡Ay amiga! Coméntale exactamente lo mismo que en el otro caso y añade que tienes mucho trabajo, o un “¿Tienes como volver a casa o te pido un taxi?”. Siempre con toda la amabilidad del mundo. Al fin y al cabo, trátale como te gustaría que te tratasen a ti en un caso similar.

 

Aunque, mi propuesta personal es que, si te ha gustado como ha ido la noche y al despertar no sientes ganas de salir corriendo, la mejor forma de romper el hielo de la mañana después es hacer unas natillas:

¿Repetimos?

(en breve el mismo planteamiento pero con consejos para chicos)