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La procrastinación (Ya lo haré mañana) por Yago

Hoy quiero hablar de algo muy importante si queremos sacar el máximo partido de nosotros mismos y optimizarnos al 129%.

No dejes para mañana lo que puedas hacer pasado mañana.

Mark Twain

La procrastinación.

¿Y que es esta cosa que tiene nombre de tortura de la inquisición os preguntaréis?

La procrastinación es la acción de postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables.

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Pongámonos a tono.

Tenemos que lavar los platos, acabar un trabajo, o sacar a pasear al perro. 

¿Cuantas veces os ha pasado que; o porque es temprano, o por que todavía nos queda tiempo por delante o porque nos da la gana decimos o pensamos… «ya lo haré mas tarde«? Unas cuantas, ¿verdad? Y de todas esas veces, ¿siempre habéis acabado las cosas en su momento o se os pasó el arroz de vez en cuando?

Pues si sois como yo seguro que alguna vez habéis estado haciendo todo al último segundo, estresados, a contra reloj y lo más rápido posibleAlgo poco efectivo y con un resultado no del todo convincente.

 

Podemos encontrar tres tipos de procrastinación:

 

  • Procrastinación cotidiana: para situaciones del día a día; limpiar, pasear al perro, hacer la compra…
  • Procrastinación de autodesarrollo: postergar actividades de ocio, de autorrealización, evitación de aspiraciones y superación…
  • Procrastinación por baja tolerancia a la tensión: se da ante situaciones difíciles o muy tensas. Como consecuencia de la tensión o alteración, te sientes irritable y evitas hacer ciertas tareas; de esta forma empieza la postergación.

 

Procastinación en la seducción

 

Supongamos que tomamos la decisión de mejorarnos en el campo de las relaciones sociales, decidimos marcarnos unos ejercicios diarios, nos montamos una estructura, empezamos la primera semana con mucha motivación y ganas, todo va genial. Un día, por A o por B, la cosa ya no sale tan bien, como consecuencia nos empezamos a sentir inseguros sobre nosotros mismos, sobre si lo hacemos de manera correcta, sobre si deberíamos esperar a ser mejores, en resumen, nos comemos la cabeza. El miedo a realizar una tarea consume más tiempo y energía que hacer la tarea en sí.

Así que chicos, es normal que a veces nos pongamos excusas, busquemos distracciones y pasemos un poco de todo, somos humanos. Pero al final es mas fácil actuar que divagar.

Ideas para minimizar la procrastinación.

  • Equilibra tu confianza. No se trata de pereza o vagancia, los estudios demuestran que la procastinación se da en mayor medida en gente que tiene demasiada o muy poca confianza en ellos mismos. 
  • Plantéate objetivos razonables y a corto plazo. Si no estamos a tope; nada de intentar acostarnos con la primera chica de la noche, estudiar un examen anual en 2 horas o acabar todo el trabajo de oficina de la semana anterior antes de que venga el jefe, márcate las pautas poco a poco y antes de que sea tarde.
  • La actividad lleva a la actividad. Una vez nos demos el empujón ya caemos en al inercia de acción y es mas fácil continuar, te retroalimentas de tu propia actividad. Acuérdate que lo que mas cuesta es el principio, una vez superado todo es más fácil.

 

¡Un abrazo colectivo!

YAGO BADER 

Cómo te ves tú, cómo te ve él

Hay una diferencia abismal entre lo que una mujer considera estar buena y lo que un hombre opina al respecto.

De hecho, sea por presión social o por idiosincrasia genética, la mujer siempre ha sido mucho más exigente con su aspecto que lo que un hombre realmente espera de ella. Mientras que un hombre prefiera naturalidad y espontaneidad, las mujeres nos esforzamos en parecernos a un estandarte de la belleza plástica de los anuncios televisivos. Cuerpos “danone”, pelos “pantene”, sonrisas “profident”… Debe de ser que la “perfección” (o lo que llaman perfección) se ha convertido en el baremo que mide lo habitual. Al fin y al cabo, ¿Quién no tiene una mirada penetrante que blandir mientras sacude una lustrosa cabellera impecable? ¿Quién no vive en un anuncio?, ¿Quién no tiene un vecino que hace pesas semidesnudo en el balcón, o una vecina que te pide “kh7” como excusa para montárselo en el banco de la cocina? (Por cierto… ¿Qué productos afrodisíacos tiene el kh7?)

No sé, chicas, yo creo que la cosa ya roza lo enfermizo. Nos obsesionamos por tapar ese grano que ha salido cuando él no está fijándose en eso, sino en las piernas que asoman de la falda. Créeme, es que ni se ha dado cuenta de esa pequeña rojez en un lado de la cara. Es más, está demostrado que las mujeres perfectas y con aspecto de divas, les intimidan y les hacen echarse atrás. Quizá por eso en todas las encuestas sale que los hombres nos prefieren sin maquillaje y con el pelo largo y suelto. Al igual que reflejan que ¡Oh, Dios mío! ¡La celulitis no les importa mucho! Algo que a nosotras en cambio, nos trae majaras.

Si hay algo que realmente les echa para atrás son las mujeres pintadas como monos de feria, con capas y capas de maquillaje y un peinado demasiado estático o extravagante. Y algo que deberíais tener en cuenta es que una cosa son unas uñas cuidadas y bonitas, y otra ser la bruja del cuento de turno. A los hombres no les gustan las uñas XXL pintadas de colores llamativos. Tomad nota, que ahora está muy de moda emperifollarse las manos con uñas falsas y tonterías por el estilo.

En cuanto al volumen corporal, aunque hay de todo en las viñas del señor, la inmensa mayoría de los hombres prefiere las curvas a los palos de escoba. No me refiero a alguien con sobrepeso, sino a que no hace falta matarse de hambre, con que estés en tu constitución, te vas a ver mucho más atractiva que si estás pasada. A mí, personalmente, que soy de constitución delgada, muchos chicos me han dicho que si tuviera más quilos encima estaría mucho mejor (nota para los chicos: No hagáis eso, es bastante desagradable).

Otra cosa que prefieren, aunque suelen pasar por alto, porque hoy en día está complicado, es el color natural del cabello. Es cierto que también en España concretamente, se prefiere a las morenas a las rubias, pero, sobre todo, se prefiere que morena o rubia, sea natural. Así que si te gastas un pastón en la peluquería mensualmente, ya sabes, ¡Ahorra, que estamos en crisis!

De todas formas, algo que quiero dejar bien claro, es que puede ser que los hombres prefieran tal o cual cosa, pero lo principal es como te quieres ver tú. Es tu cuerpo, y no tienes que adaptarte ni a las modas sociales ni a los gustos del galán de turno, porque puede ser que cada nueva presa tenga una preferencia diferente, y no puedes ir metamorfoseándote a cada vez. Lo realmente importante es que tú te sientas cómoda contigo misma. Eso te hará ganar autoestima, y si hay algo que resulta atractivo, es una mujer segura de sí misma.