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Apostar por uno mismo: Todo son ventajas

La mayoría de la gente, cuando escucha la palabra “apuesta”, cree que se está hablando de quinielas, loterías, o carreras de avestruces peladas; por lo que, o se les apagan las neuronas y se ponen a hablar del tema como si fueran unos expertos (especialmente en el caso de las avestruces) o desconectan y comprueban cuantos “me gusta” tienen en su última foto de Facebook en la que salen haciendo el idiota con su gato.

No es que sean adictos al juego ni nada parecido pero aun así, llevan toda su vida apostando y no lo saben. Y lo que apuestan es el recurso más crucial que existe. ¿Dinero? No: Tiempo.

 -En el trabajo apuestan por la empresa de su jefe al invertir tiempo (y conocimiento) a cambio de un sueldo que rara vez compensa dicha apuesta.

-Durante unas vacaciones visitan museos o playas y así “apuestan” por culturizarse y relajarse.

-Otros se pasan horas navegando por internet y contemplan alegremente como van pasando inútilmente esas horas. Una apuesta perdida de antemano.

-Incluso (aunque parezca mentira hoy en día) hay quien no tiene trabajo y por ello, muy productivamente “apuestan” por lamentarse de su mala suerte

-También hay gente que pasa casi todo el día tirada en el sofá viendo películas, o leyendo libros, o jugando videojuegos, etc…

 

De todas estas acciones se puede sacar un lado positivo y uno negativo. El positivo es que, de algún modo, la mayoría de ellas te hacen sentir bien durante un breve periodo de tiempo (satisfacción a corto plazo). La parte negativa es que, si haces algunas de ellas a menudo, desaprovechas tu tiempo del mismo modo que si realizaras una inversión a fondo perdido o una apuesta alta teniendo una mala mano.

 

Es por esto que hay una clase de apuesta más provechosa que las otras: aquella en la que apuestas por ti mismo. Esto es una apuesta segura que engloba cada acción que te hace crecer a nivel personal.

 -Aprender un idioma

-Aprender a tocar un instrumento musical

-Aprender un arte marcial

-Estudiar una carrera (o hacerte autónomo y crear tu propio negocio)

-Viajar y vivir experiencias

-Practicar algún deporte

 

Con esto no quiero decir que no puedas darte tus caprichos (de vez en cuando todo el mundo merece un premio y por ello puede, e incluso debe, tirarse en el sofá sin hacer nada a parte de observar las telarañas del techo… o preocuparse por las avestruces). Pero no pierdas sistemáticamente horas de tu vida sin ningún objetivo a largo plazo o, de lo contrario, perderás grandes oportunidades de progresar en la vida. Seguro que te suena alguna de las siguientes situaciones:

 

-Has perdido la oportunidad de conseguir tu trabajo ideal porque no tienes conocimientos del idioma requerido

-No has podido conocer a esa persona que te atraía porque no dispones de las habilidades sociales necesarias al no haberte leído el libro Seductor Egoland

-No has podido hacer ese viaje a aquel rincón apartado al que deseabas ir porque no tienes carnet de conducir y no hay ningún transporte público que llegue hasta allí

 

Si es así, y seguro que lo es, empieza desde ya a dejar de lamentarte por tu mala estrella y coge las riendas de tu vida, ya que a diferencia de cualquier objeto material (que se acabará estropeando más rápido que deprisa) tú durarás hasta que te mueras, lo cual te convierte en el activo más valioso que tienes. Así, como suena. De modo que… ¿por qué no apostar por ti y mejorarte paulatinamente? Así, con el tiempo, todo son ganancias.

DIEGO 

Felicidad en perspectiva (I): 3 definiciones de felicidad

Inestimables lectores, nunca dejará de sorprenderme lo poco que se habla de felicidad de forma manifiesta, cuando de forma latente nunca hablamos de otra cosa.

Como ya comenté al comienzo del artículo sobre El Hecho Social y la Extravagancia, una pregunta del tipo “qué te hace feliz” o “qué es lo más bonito que te ha sucedido esta semana” resulta más extraño que “por dónde saliste anoche”.

Con la venia de nuestro psicólogo positivo, el gran Antoni, en estas entregas voy a extravagar como sociólogo y hablaré sobre felicidad. Me resulta inevitable. Si en La extravagancia Proponía un modo de enfrentarnos a la resistencia social y en El Ser y el Deber Ser  un método para estar en guardia contra las ideas que hemos heredado, esta entrega busca un sentido último, un para qué. Y es que una de las cuestiones que innegablemente comparten todos los seres humanos, es que quieren ser felices.

Teniendo en cuenta esta característica humana común: ¿Por qué plantearnos de manera tan prioritaria la felicidad?

Lo primero que define la urgencia de la felicidad es la brevedad de la vida, su fragilidad manifiesta y la escasa probabilidad de que las buenas oportunidades se repitan. Detengámonos un momento a pensar y digámoslo en alta voz: LA VIDA ES FINITA, y nuestra primera responsabilidad para con ella es vivirla y disfrutarla al máximo. El resto de “deberes” añadidos dependen en gran medida del entorno social y de la lectura que de él hagamos.

felicidad-urgencia

Ahora bien, de la misma manera que existe un código que divide el “ser” del “deber ser”, hay una clara división entre lo que deseamos realmente y aquello que (por presión social, miedo o autoengaño) creemos que deseamos. Dicho esto, la pregunta es inminente:

¿Qué es ser feliz?[1]

En esta serie abordaremos tres definiciones.

1a. EDUARD PUNSET – AUSENCIA DE MIEDO

La primera se la escuché a uno de los santos laicos de nuestra sociedad: Eduard Punset. Él afirma: felicidad es ausencia de miedo. En relación calidad/síntesis es la mejor definición que nunca he encontrado. Porque efectivamente, detrás de cada desdicha podemos encontrar un miedo: miedo a que la persona amada deje de quererme, miedo a perder mi trabajo, a perder el tiempo o dinero invertido en una decisión, a quedarme calvo, a no volver a sentir lo que uno ya ha sentido, a no ser libre, a resultar herido, a no estar a la altura, a quedar en ridículo, a la soledad, o a la nueva canción del verano.

El miedo merece un enfoque particular y extenso y seguramente lo abordaremos en otra oportunidad. Baste decir desde el punto de vista social que el miedo (a lo que van a decir, pensar o hacer los demás) puede llevarnos a alejarnos definitivamente de nuestros deseos e impedirnos ver claramente lo que nos rodea. Esto define nuestra percepción distorsionada de la felicidad. La lista de miedos puede llegar a coincidir peligrosamente con la lista de obligaciones impuestas y heredadas, nos planteamos con frecuencia que tenemos que ser buenos padres, buenos trabajadores, buenos novios, antes que plantearnos la búsqueda del bienestar. Nuestra necesidad de cumplir con las normas sociales  puede llegar a suprimir nuestros deseos y eso requiere una reflexión crítica.

2a.CARMELO VÁZQUEZ – FELICIDAD COMO PROYECTO

La segunda definición, la escuché de uno de los grandes referentes en el campo de la psicología positiva en España: Carmelo Vázquez. Dada la dificultad de medir la felicidad a través de cuestionarios, él usa una aproximación realmente útil: ¿cuál es tu nivel de satisfacción general con la vida?

Esta pregunta entiende que la apreciación de la felicidad necesita de cierta perspectiva. Es cierto que existe una apreciación de lo feliz en lo cotidiano, en saber identificar qué sensaciones y experiencias me producen bienestar, pero a mi parecer la gran virtud de esta definición es entender la felicidad como proyecto. Así pues, tener días malos es perfectamente compatible con una vida feliz. Sobre esta perspectiva de la felicidad ahondaremos en la tercera entrega de estos artículos.

3a. JAVIER SANTORO – LO QUE HAGO Y LO QUE QUIERO HACER

La tercera definición, no es tan genial como las anteriores pero es de la que más orgulloso estoy. Esto se debe sin duda a que se trata de mi definición particular (de hecho animo a todo lector a buscar su propia definición). Considero que felicidad es sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.

Analizaremos con ejemplos en la próxima entrega las 4 partes de las que está compuesta dicha definición.

¡Hasta pronto!

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.


[1] Como no puede ser de otro modo, mi aproximación es subjetiva. Para un acercamiento a la literatura científica relacionada con la felicidad recomiendo a Martin Seligman, padre de la psicología positiva, así como uno de los principales impulsores de este enfoque psicológico en nuestro país: Carmelo Vázquez. Particularmente también profeso admiración por Luis Rojas Marcos.