Hace tiempo escribí dos artículos, no sé si lo recordáis, sobre porqué él no podía querer sexo con nosotras, y porqué nosotras podíamos estar inapetentes. Entonces os prometí daros algunos trucos (que no milagros) para recuperar la chispa de una relación estable que se ha vuelto monótona y nos ha enterrado en el limbo asexual. Han surgido otros temas interesantes e importantes que requerían un hueco en la lista y se ha ido alargando el daros lo prometido, pero yo cumplo con mi palabra, y hoy os devuelvo aquello que os dije que os daría.

Tips para poner el contador sexual a cero de nuevo.
Para solucionar algo hay que comprender porqué sucede. Uno de los asesinos en serie de la pasión en las relaciones estables es la rutina.
1. MANTENER EL MISTERIO
Hay algo en lo que personalmente discrepo con mucha gente especializada en estos temas: Aunque tu pareja sea una de las personas en la que más confías y en quien te apoyas en tus momentos más duros, NO ES TU MEJOR AMIGO. Porque en el momento en que eso suceda, el misterio se esfumará y habréis condenado vuestra química. De hecho hay gente que recrea citas, acudiendo por separado a los lugares deliberadamente e incluso estudios que revelan que los Americanos (bueno, como no, los americanos que se pasan de exagerados) han llegado a convivir en la misma casa con habitaciones separadas para no convertir en costumbre el hecho de dormir juntos y que cada vez sea una ocasión especial. Aunque cabe destacar, que en el caso de grandes roncadores, no deja de ser una solución bastante a tener en cuenta para que la salud del cónyuge no se resienta.
2. CREA NECESIDAD DE TI
Quizá esto te resulte demasiado extravagante, pero algo que sí te recomiendo como truco, amiga mía, es que crees una necesidad de ti. Duerme en casa de alguna amiga, pasa unos cuantos días sin verle, pon un poco de espacio entre ambos. Cuando estáis acostumbrado a veros diariamente, si consigues poner unos cuantos días de separación antes de la siguiente quedada recordará perfectamente lo que es estar sin ti (sobre todo si el día que le vuelves a ver apareces completamente deseable de arriba abajo).
3. PICARDÍA EN «COSAS DE CHICAS»
Otro consejo para evitar que el desdén acabe con vuestra llama es mantener tu parcela de intimidad en lo que a actividades higiénicas se refiere. Yo, personalmente soy bastante pudorosa. Nunca me depilaría delante de mi pareja, ni voy al baño con la puerta abierta. Esas pequeñas cosas que hacen que la magia se pierda. Ojo y sed un poco pillinas. Yo no me depilo delante de mi pareja, pero si me pongo la crema y/o aceite corporal con toda la parsimonia y sensualidad del mundo (guiño, guiño). No me pasaría el hilo dental delante de él, pero si me pintaría los labios. Hay que tener un poco de vista y saber explotar que cosas y otras preservarlas al margen. Es algo fundamental para conseguir que no se esfume el MISTERIO. Motor de toda atracción sexual.
4. LA TELE EN EL SALÓN
Otro tip importante: La tele, en el salón. Jamás, en la habitación. Tener una televisión en la habitación es como una indirecta al subconsciente. Anula la conversación y lo que no es conversación, ¿Cuántas parejas no acaban perreando como marmotas todos los días frente a la pantalla del televisor? Evita la tentación y evitarás el mal. En cambio, algo que si tiene mucho morbo, es que si la televisión está en el salón, por ejemplo, te sientes a horcajadas cuando menos se lo espere sobre él en el sillón y hagas que se olvide del programa que está viendo. Romper patrones, quebrar rutinas. Es la clave de todo.
Si ya habías prevenido que la situación llegase a mayúsculas y aun así parece ser que tu pareja se ha olvidado de que eres una mujer ha llegado el momento de ponerse manos a la obra e intentar dar marcha atrás en esta debacle sexual.
Truco número 1: Darle celos.
Esta medida es un poco controvertida y si tu pareja es de los que son muy celosos y se ponen paranoides a la mínima de cambio deberías dejarlo ir con precaución. Se basa en la máxima de que todo hombre quiere aquello que no puede tener y por lo tanto tienes que demostrarle que no estás bajo su mando y ordeno y que tanto tú puedes interesarte por otros hombres como otros hombres por ti. No intentes hacer el truco con entes abstractos porque no te va a funcionar. Opta por fingir interés por gente que en un momento dado pudiera resultar una amenaza, como un amigo tuyo cercano, o un compañero de trabajo.
“¿Sabes quién se parece mucho a Johnny Deep? Carlos, el de la planta de arriba. Me di cuenta el otro día que me invitó a tomar una caña en el descanso y tiene unos ojos preciosos.”
“No, es que este sábado me viene fatal quedar, tengo planes con mis amigas, ¡Nos vamos a bailar y a lucir palmito!”
Y el domingo cuando le veas: “¿Sabes a quien me encontré estando de fiesta? ¡A Carlos! No veas como le quedaban esos vaqueros. Y me ha dicho que la próximo hacemos fiesta mixta de compañeros de trabajo.”
Básicamente despierta su lado “macho alfa”. Raramente falla.
Truco número 2: Cambiarse de look.
El truco más que cambiarse de look es no abandonarse. Muchas cuando se echan pareja estable pasan de seguir mimándose, cuando una de mis máximas es que una no se pone guapa para los demás, sino por sentirse a gusto con una misma. Es decir, siéntete guapa y te verán deseable (parezco un disco rallado, eh?). Si tu no te quieres a ti misma, es normal que poco a poco tu pareja se vaya aburriendo y pierda la apetencia. A ti te pasaría lo mismo con él.
Y esto también engloba, ¿Has probado a jugar a los disfraces? A mi me parece una opción muy divertida y que revoluciona la vida de la habitación. Prueba a interpretar diferentes roles. No solo será divertido, sino que acabará de pleno con la monotonía. Adivina cuál es la fantasía de tu pareja y llévala a cabo cuando menos se lo espere. Si con esto no se te tira encima de un salto… Chica, igual la que necesita cambiar de aires, eres tú.
La gata negra