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Qué es seducción y qué no lo es: Buscando el estímulo adecuado

Hola soy Javier Santoro, quizá me recuerden de artículos anteriores como El halago del no (I): Más devoción, menos obligación” , ”Definiendo la seducción del Siglo XXI: Poder o seducción” o el artículo que me encumbró como sociólogo y politólogo: ”Si te pones baba de caracol y veneno de serpiente, puedes volver a bautizarte” (aunque de este prefiero no poner enlace).

En capítulos anteriores desarrollamos las siguientes ideas:

Preferimos que los demás actúen hacia nosotros con libertad que por compromiso u obligación.

– Nos interesa que las personas con las que nos relacionamos sean capaces de darnos negativas con comodidad, porque eso significa que cuando nos dan “positivas” lo hacen con libertad, y eso nos hará sentir más seguros.

Todos estamos dispuestos a cambiar ante el estímulo adecuado. El objetivo de la seducción responsable es encontrar dicho estímulo

¿Por qué decimos seducción responsable?

Porque en esta perspectiva nos hacemos responsables de lograr seducir a los demás, sin hacer responsables a los otros en caso de que no resulten seducidos. Añado el adjetivo responsable para explicar mejor el concepto, no porque pretenda generar una marca. En realidad considero que seducción que no sea responsable en el sentido explicado, no es seducción.

El estímulo que nos hace cambiar

Ya que la teoría fue explicada en entregas anteriores, a continuación veremos tres ejemplos de seducción ligeros y cotidianos donde la clave es buscar un cambio a través de un estímulo que haga que el primer interesado en realizar tal cambio sea el otro. Como veremos, la seducción así entendida es un ejercicio de creatividad. Esto, a mi parecer, es una gran noticia porque la creatividad es uno de los pocos recursos que el ser humano puede usar de modo infinito.

Ejemplo de seducción en una relación:

Sonia atiende demasiado el whatsapp. Estímulo: hacer participe de un beneficio.

Es la tercera vez que he quedado con Sonia, y en ciertos momentos en los que conversación se queda en el aire, ella recure a consultar el whatsapp. Estoy empezando a conocerla y pienso que a largo plazo puede ser conflictivo que ella atienda tanto al móvil cuando está conmigo. Además creo que en parte se refugia en el móvil cuando no sabe de qué hablar, por lo que si empieza a evitarlo, al principio le costará, pero poco a poco se volverá más creativa para preguntarme cosas y fomentar una conversación más interesante. Creo que así ella me gustará más, y probablemente ella también se gustará más.estimulo-seduccion-cambiar-actitud

Así que, fiel a lo que creo, pero respetando que no quiero que ella modifique su actitud solo por no molestarme, le hago participe de un beneficio. En cierto momento en que ella me está hablando y a mi me suena el móvil, yo lo pongo en silencio y le doy una explicación:

“Cuando estoy contigo tú eres mi prioridad, atenderé el móvil luego”.

Provocando este estímulo, es probable que ella vaya modificando su actitud por ser consciente de un beneficio. Es decir, en la medida en que sienta que dicha conducta es agradable, es probable que ella sea busque ser recíproca.

(Puedes ver este ejemplo haciendo click en el Egolandswer «Mi pareja hace más caso al Whatsapp que a mi»)

Ejemplo al proponer un cambio físico a nuestra pareja

Estímulo: premio.

Aunque a mucha gente le resulte poco importante, Elena piensa que su pareja, Eduardo, está mucho más guapo cuando se pone camisa. Sin embargo Eduardo es reticente porque nunca ha sido de arreglarse demasiado, y porque  le da una pereza terrible ir de compras. Elena, que ha venido a nuestros talleres y es una seductora como la copa de un pino canario, tiene claro que no está en una relación para cambiar a su pareja, pero también que es justo que su pareja se entere y bien de cuánto le gusta cuando se pone camisas.

Provocar un estimulo puede modificar su actitudY bien que se entera. En primer lugar le compra un par de camisas. Y en segundo, un día que por casualidad Eduardo se pone camisa sin demasiado convencimiento, Elena le pilla por el pasillo de casa y se la arranca de un modo que solo podría describir en la sección de artículos eróticos.

Como supondréis, Elena ha dado con el estímulo que hace que Eduardo esté encantadísimo de no quitarse la camisa ni para hacer largos en la piscina. El premio es uno de los reyes en la modificación de conductas.

Ejemplo de seducción en la docencia

Estímulo: utilidad.

Manuel da clases de Hacienda Pública. Sorprendentemente, los alumnos no muestran una pasión desmedida por la materia de sus clases. Pero el bueno de Manuel no se rinde, y decide que si hay unos años donde precisamente es interesante estudiar economía es en la actualidad, así que dedica los últimos 15 minutos de todas las clases a tratar temas cotidianos, temas de la actualidad, los dilemas que suponen, los pros y contras de las decisiones económicas. Aunque durante 15 minutos se salga del tema de la asignatura, la motivación de los alumnos para estudiar y atender en clase aumenta de modo que se trata de una inversión a todas luces beneficiosa. Manuel ha dado con el estímulo de la utilidad: uno de los motores principales de la motivación, ya que las personas buscamos entender para qué nos sirve aquello en lo que invertimos energía. Resultado: los alumnos resultan los primeros interesados en entender mejor la economía.

 seducir-en-la-docencia

Buscar el estímulo adecuado

En este sentido, la seducción requiere creatividad. Y del mismo modo que nuestra nuestra imaginación es infinita, también lo es la capacidad de seducción.

¿Has intentado lograr una conducta en alguien (que deje de fumar, que estudie, que exprese más las emociones, que pague el alquiler, que quede contigo, que deje de llamarte “gordi” tras veinte años de casados…) y lo has intentado repitiendo una y otra vez el mismo estímulo a pesar de no obtener ningún resultado? ¿Lo has intentado haciendo sentir mal al otro? Eso no es seducción tal y como aquí la entendemos.

¿Has intentado una conducta en ti mismo (dejar de fumar, estudiar, expresar más tus emociones, aprenderte de una vez el nombre de tu pareja con la que llevas veinte años casado…) y lo has intentado repitiendo una y otra vez el mismo estímulo a pesar de no obtener ningún resultado? ¿Lo has intentado haciéndote sentir mal a ti mismo? Eso no es seducirte a ti mismo tal y como aquí lo entendemos.

Finalmente, lector, si eres de esas personas que son conscientes de la actual importancia de la seducción en cualquier ámbito, y al igual que quien cuida su salud tú tratas de formarte y mejorar a través de lecturas, talleres, conversaciones… mi más sincera enhorabuena. Porque me siento identificado contigo, y porque tú y yo sabemos cuan apasionante es este camino.

Te invito a comentar tus ejemplos de lo que consideras y no consideras seducción.

Loco de deseo por rodearme de personas y estímulos que me seduzcan,

Javier Santoro

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