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Primera Cita: Sexo o no sexo en la primera cita (I)

Creo que todos estaremos de acuerdo en que la mujer colombiana de “Modern Family” y yo haríamos la mejor pareja de los cinco continentes. Pero hoy no estoy aquí para hablar de eso.

Las primeras citas son como los yogures, las hay de muchos tipos. Algunas son recordadas por el poco feeling que hubo y otras por que fueron el principio de una emocionante relación. En alguna ocasión la primera cita se limita por si misma. Una o ambas personas se dan cuenta de que esa noche va a acabar con el mismo sexo con el que empezó.

Las razones son múltiples, y cada una dependerá de la persona en concreto; momento complicado en su propia relación con el sexo, enfado momentáneo con el sexo opuesto, moralidad estricta, una norma auto impuesta para no repetir errores, etc…

Y es que no a todos nos apetece sexo indiscriminado con desconocidos de distintos distritos vecinales. Nuestra situación personal es cambiante y también nuestra actitud frente al sexo. Yo, sin embargo, me caracterizo por ser bastante golfo, eso sí. Total, que a veces la propia cita hará evidente que no hay sexo la misma noche, pero en otras ocasiones en las que la cosa haya ido muy bien, ¿qué?

En algunos casos la mujer tendrá las mismas ganas o el triple que el chico, pero por miedo a que después del sexo decaiga el interés hará lo posible por retrasar el sexo. En esos casos, si es sincero, deberemos mostrar nuestro interés en conocerla, más allá del sexo.

En otros casos ella querrá sexo y nada más. El clásico si te he visto, te desvisto y no me acuerdo. Pueden ser relaciones que acaben en la primera cita o que se alarguen cómo compañeros de sexo o tras seguir conociéndose, llegar también, ¿porque no?, a una relación seria.

El mundo evoluciona y las primeras citas también. Pronto la segunda entrega de sexo o no sexo la primera cita.

Primera cita: ¿Qué me pongo?

¿Qué pesa más,  “la belleza está en el interior” o, “la primera impresión es la que cuenta”?

Si nos ponemos filosóficos podemos tirarnos horas profundizando en el asunto, pero si hablamos de primeras citas, la respuesta es demoledora y no admite discusión: La primera impresión es la que cuenta.

Si para una entrevista de trabajo tu carta de presentación precede a tu currículum, en una primera cita, el primer golpe de vista que ofrezcas precede a toda tu personalidad al completo. Una primera impresión desafortunada puede echar por la borda toda una serie de afinidades que no están a flor de piel.

No se trata de ser superficial el hecho de preocuparse por el mítico “¿Qué me pongo?” sino una verdadera odisea que, aunque algunas tenemos la suerte de llevar en la sangre, para otras puede convertirse en un verdadero suplicio. Por eso voy a hacer un pequeño resumen de algunas de las dudas más frecuentes que se nos pueden presentar sentadas frente al armario sobre dos situaciones básicas: El calzado y una primera cita diferente.

Lo más importate es saber donde vamos. Mi madre siempre me decía que la elegancia consiste en saber que ponerse para cada ocasión. Es decir, ni vamos de taconillo a la montaña, ni de chandal al cine. Por eso es fundamental tener en cuenta el sitio donde vamos a ir y elegir la ropa de acuerdo a ello.

El zapato de cenicienta

Lo segundo es que estemos cómodas con la ropa que elijamos. Se trata de ir atractiva pero no disfrazada. Es mejor que elijas ropa que ya tenías y que conozcas como te mueves con ella que algo comprado especialmente para la ocasión. Sobretodo si se trata de zapatos, ya que no hay nada peor que estar preocupándote de cómo te duele el zapato, o ir a pasear con unos tacones de 11 centímetros que te van a dejar lisiada. 

Aunque a la larga no importa que tu pareja sea más bajita que tú y a los chicos dejará de importarles, muchos se sienten intimidados por una mujer más alta que ellos, ya que les va a tocar de cerca la autoestima. Aunque no tengas que borrar los tacones de tu vida, si tu cita es bajita o igual de alta que tú, más vale que optes por un zapato plano que te deje a la altura de sus ojos. Ya no solo por no atacar su sentimiento de macho protector, sino también porque te facilitará jugar con las miradas y dar un aire de niña inocente que si le sacas dos cabezas va a resultar complicado.

Si optas por tacones porque la altura no es un problema, vigila lo dicho anteriormente, que se trate der un zapato que le tengas el punto tomado y que sepas que no te va a martirizar toda la cita.

La primera cita como deporte de riesgo

Si resulta que vamos a tener una cita original, de senderismo por la montaña, o similares, que no cunda el pánico, ¿Se puede causar una buena impresión en ropa deportiva? ¡Por supuesto!

Elige un pantalón de tela elástica, similar al legging pero resistente, que marque tu figura si te sientes segura haciéndolo, u opta por las mallas de cadera baja y tipo yoga si prefieres dejar más a la imaginación. En cuando a la parte superior, si es verano, camisa tipo espalda nadadora siempre quedan muy bien y dejan lucir un generoso escote sin miedo a que se mueva del sitio, por el patrón de la camisa. Para las más atrevidas incluso un top corto puede ser una opción. En invierno, jerseis anchos, jerseis anchos y calentitos everywhere. A ser posibles de colores vivos que favorezcan tu tono de piel o cabello, y que quedan muy naive con pantalón estrecho, dando sensación de vestidito. Calzado adecuado al tipo de deporte.

Pelo recogido. Si vas a hacer deporte no me vayas de pelo pantenne porque no es el momento. Pero puedes optar por unas trenzas o un recogido suelto, que siempre es muy femenino. Algunos mechones alrededor del rostro suaviza la faz y da juego con el moviemiento.

El maquillaje neutro. Que corrija imperfecciones pero que parezca que no exista. Si quieres llevar rimel, que sea trasparente, sino, no te pongas. Agua, sudor y montaña (por las corrientes de arena) son malos compañeros para la máscara de pestañas. Labios de un color natural, y el brillo completamente prohibido: Parecerás la barbie ciclista.

 

Y no me cansaré de repetirlo: Aunque yo diga misa, lo más importante es que os sintáis cómodas con la ropa que llevais  y que os deje ser vosotras mismas. Además de que cada cuerpo es un mundo y no a todos nos favorece lo mismo. Si necesitais ayuda más específica ya sabeis que tenemos apartados para poder atenderos de forma personalizada.

Si os ha parecido útil este tipo de información, en los siguientes post intentaré desarrolar las pautas básicas para otros tipos de primera cita menos “accidentados”.  Nos leemos próximamente, amigas mías.

La gata negra