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Relato erótico: La experiencia sexual más fuerte de mi vida

Hace unos años tuve la experiencia sexual más fuerte de toda mi vida: Aquel día empezó como otro cualquiera cogí mis cosas para ir a la universidad y tome el metro. En el vagón noté como los ojos de aquel extraño se fijaban en mi, recorriendo mi cuerpo lentamente, mi blusa que transparentaba mis firmes pechos, la falda de vuelo que dejaba entre ver el contorno de mi culo y piernas. Su fija mirada me incomodo, comencé à sudar y a acalorarme. Nada más salir del metro a la calle vi como una furgoneta se detenía. De repente noté un fuerte golpe y perdí la consciencia.

Cuando desperté estaba encadenada de pies y manos en lo que parecía la parte de atrás de un camión. Comprobé que mi ropa interior estaba intacta, y que todo parecía estar bien. Pasaron las horas hasta que la puerta se abrió, el hombre del metro apareció al final del camión y me lanzó un plato de arroz y una botella de agua.

-Come zorra que el viaje es largo

relato erotico femenino de un secuestroNada más cerrarse la puerta el camión se puso en marcha, se oían las voces de al menos dos hombres, estaba aterrorizada. Tras varias paradas llegamos a lo que parecía Marruecos, aunque nunca llegué a saber donde estaba. Me sacaron arrastras, dándome golpes hasta que una mujer cubierta con un velo me recibió. La mujer debía tener unos cuarenta años, pero aún se percibían sus grandes pechos bajo su túnica. Me llevo a una habitación y me sentó en una cama, me ató las manos al cabecero y las piernas abiertas a las patas. Rasgo mi ropa y comenzó a explorar mi cuerpo, cuando llegó a mi coño, comenzó a acariciarlo suavemente y de pronto metió sus dedos.

-La nueva putilla es virgen, al amo le encantará. 

Acto seguido colocó un artefacto que taponaba todos mis aujeros, mi coño y mi culo estaban cerrados.

-Así la primera vez serás solo del amo.

Me soltó de la cama y me llevo a una jaula que había en otra habitación contigua. La noche iba a ser dura pense, pero no me imagine cuanto. Veinte minutos después aparecieron los hombres que me habían secuestrado y me sacaron de la jaula. Aún seguía desnuda y comenzaron acariciarme, note cómo les engordan las pollas, se las sacaron.

-No vamos a poder follarte pero puedes lamernos hasta que nos cansemos.

Me metieron una de ellos en la boca, hasta el fondo y casi me hace vomitar, me agarraron de la cabeza tirando fuertemente hacia delante. Mientras tanto el otro lamia y mordía mis pechos. Cuando la polla que tenia en mi boca se había corrido comenzó el otro a metermela. Se corrió en mi cara. Siguieron turnandose hasta que no pudieron más. Tenia todas mis grandes tetas con mordiscos y chupetones, y estaba toda llena de corridas.

En medio de la noche apareció la mujer del velo otra vez. Y me llevo arrastras hasta lo que parecía un baño. Me comenzó a lavar, peinar…

-Tú, putita rubia vas à estar muy caliente para amo.

 

Temí por un instante que trajera a los hombres otra vez. Pero fue peor. Exhausta de chupar pollas fui encadenada dentro de la bañera con las piernas abiertas, boca abajo. Retiró mi «cinturón de castidad» y colocó el chorro de agua de la manguera en mi culo, llenándolo poco a poco, hasta que estuve bien limpia. Luego fue el turno de mi chocho, la presión del agua me hizo humedecer y al cabo de unos instantes me había corrido, sujeto el chorro con un cinturón y coloco un vibrador en forma de polla enorme en mi culo. Comenzó a meterlo y a sacarlo lentamente, una y otra vez hasta que entro hasta el fondo. Lo notaba vibrar, y deslizarse por mi culo. Lo sujeto con otro cinturón y se fue. Me volví a correr. La presión del agua en mi clitoris me hacía retorcerme de placer. Me corrí durante al menos un minuto. Mi culo me ardía, pero al mismo tiempo me estaba corriendo por detrás!!! Pasadas ya varias horas comencé a gritar. La tortura orgásmica duro toda la noche. La mezcla de dolor y placer no me dejo dormir y a la mañana siguiente aun seguía retorciendome en la bañera. La mujer del velo volvió a la mañana siguiente, me desató y junto con otras tres más jóvenes, me vistieron con una túnica transparente, depilaron, perfumaron y trenzaron mi pelo dorado.

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-Putilla lista para amo

Acto seguido estaba en una habitación lujosa, ya no parecía una mazmorra, sino un hotel de cinco estrellas. Me ataron nuevamente à la cama. Notaba cómo mi cuerpo se retorcía caliente sobre la sábana en búsqueda de sexo. Pero yo estaba aterrada. Un hombre gordo y grasiento entro en la habitación, se pasó la lengua por los labios y se colocó encima mio. Me susurro al oído

-Vas a notar mi polla hasta el fondo y nunca olvidarás cómo te voy a follar puta de mierda.

Me abrió la túnica y abrió las patas, haciendo presión sobre ellas. Y comenzó a lamerme el coño, pasándome la lengua lentamente hasta que llegó al agujero, la metió y comenzó à darle vueltas. Antes de sacarla escupió dentro y sin pensárselo más metió su polla gorda hasta el fondo. Grite de dolor. Empezó a sacarla y meterla hasta que se corrió, la saco antes y se corrió en mi cara.

-Limpiala zorra.

Gire la cara pero me la metió hasta la garganta. Cayó dormido sobre mi pero no sin antes meterme un dedo en el culo.

Cuando se despertó lo saco y me lo hizo chupar. Metió su polla en mi culo y siguió follandome hasta que se corrió dentro, la lefa salia hasta mis nalgas. Volvió a meterme la polla en la boca para que se la limpiara, y bajo hasta mi coño y volvió a lamerlo, gemia de placer, me gustaba la sensación se su lengua en mi coño, me volví a correr. Poco a poco comencé a adorar el placer que sentía cuando mi amo metía su polla en mi coño y culo y tras tres noches era yo quien buscaba su polla.

Pero tras varias horas follándome sin parar y atada a su cama, al cuarto dia mi amo llamó a otras dos mujeres que se unieron a nosotros, reconocí a la mujer del velo, por sus grandes tetas, que estaban en mi boca, aun atada por el cuello a una cadena forme parte de una orgia para dar placer al amo. Las tres atadas chupábamos la polla y lo huevos del amo, mientras que otra se masturbaba en su cara para que dusfrutara. A mi me tocaba las tetas con fuerza. Despues nos indicó que le acompañasemos al comedor. Nos hizo follarnos entre las tres en la mesa mientras comía con dos hombres.

Comí por primera vez un coño era suave y viscoso, mi lengua se deslizaba sobre este mientras ella se corría en mi boca. Pero tras ese espectáculo volvi a la jaula. Había esta vez 4 hombres ahí que al verme se desnudaron y comenzaron a tocarme. Me ataron a los barrotes por las manos, un me follaba por el cuelo, otro por el coño, uno me metía la polla en la boca y el otro se pajeaba mirando. Notaba el ardor y el placer por todo mi cuerpo se corrieron dentro y fuera, sobre mi. Grite de placer. Y cuándo se cansaron me dejaron ahí atada y sucia.

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