Entradas

Los celos

Los celos… ¡ay, los celos! Son el talón de Aquiles para muchas personas y relaciones. Constantemente recibimos peticiones de ayuda en este tema. El caso, chicos, es que es realmente complicado tratar un tema tan delicado a través de unas cuantas palabras en una web. Que nadie espere solucionar su problema de celos simplemente leyéndonos, hay que trabajar, y mucho. No obstante, nos encanta haceros pensar y reflexionar, así que vamos lanzando pequeñas herramientas, ideas, trucos… para que, unidos a vuestra voluntad podáis luchar contra los celos.

los celos y los problemas de pareja

LOS CELOS SON TU PROBLEMA, NO SU PROBLEMA

Una de las cosas que hay que tener claro es que debemos asumir la responsabilidad de lo que nos pasa. No culpar a nuestra pareja, si no tener muy claro que somos nosotros, y no ella, los que tenemos que solucionar algo. No es “mi pareja me pone celoso”, si no “Yo me pongo celoso” (estamos hablando, claro, de celos injustificados o exagerados). No se trata de que nuestra pareja abandone aquellas conductas que “nos ponen celosos”, ya que eso no nos ayudará a superarlo. Se trata de que nosotros tengamos claro que tenemos que cambiar nuestro problema y que nuestra pareja no puede adaptar su vida a nuestros celos. Es muy importante tener control sobre nuestros pensamientos y tenerlos en la dirección correcta. Así, la próxima vez que pensemos algo como “ya está haciendo otra vez eso que me pone celoso, respiremos y reformulemos la frase como “ya me estoy poniendo otra vez celoso”.

No es ninguna tontería. Cuando las cosas “nos pasan” por factores externos podemos tener la sensación de que es algo ajeno a nosotros que no podemos controlar, que simplemente nos sucede y no tenemos poder sobre ello. Si en cambio aprendemos a darnos cuenta de que esto nos pasa a nosotros, nos pasa dentro de nosotros y tenemos el poder para modificarlo y cambiarlo, ya hemos avanzado, y mucho, en este asunto.

celos problemas imaginacion pareja
 LOS CELOS SON INJUSTOS PARA TU PAREJA

La otra cosa que recomendamos siempre es pensar en lo injusto que es para nuestra pareja, el hecho de someterla, aunque sea en nuestra cabeza, a toda esa serie de imágenes que solemos imaginar asociadas a los celos:

En nuestra cabeza, ella/ él es infiel, se porta fatal con nosotros, nos hace daño, es un/a auténtico/a… ¿Qué tiene eso que ver con vuestra pareja? Seguramente sea una persona adorable que ha hecho todo lo posible por ser merecedor de vuestra confianza, que os quiere y os ha regalado muchos momentos de felicidad y alegría… ¿Se merece que penséis esas cosas? ¿De verdad? ¿No os parece que es bastante injusto el simple hecho de imaginarlo? ¿Y no os parece que el hecho de darle cancha a esos pensamientos e imaginaciones os hacen pensar que es posible que se hagan realidad aunque no tengan ningún sentido?

El simple hecho de visualizarlo, ya os proporciona una imagen que os hiere, que os hace daño. Y lo peor, es que a base de pensarlo una y otra vez acabamos creyéndolo o pensando que tiene posibilidades de ser real, cuando, lo único cierto es que sólo ha pasado en nuestra cabeza y es sólo responsabilidad nuestra, en ningún caso de nuestra pareja…

¿Qué pensáis?

MARIA IMPARTE UN TALLER DE CELOS AL QUE PUEDES APUNTARTE PARA RESOLVER TUS DUDAS Y VER COMO PUEDES REENFOCAR EL PROBLEMA, VALIDO TAMBIÉN PARA PAREJAS

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/cursos/tiposdecursos/celos/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]REENFOCAR LOS CELOS[/button]

Saber a quien escuchar

Una de las cosas que, bajo mi opinión, nos harán ser más inteligentes y ser más capaces de ser dueños de nuestra vida es saber a quién escuchar y a quién no. O bueno, más bien, qué opiniones tener en cuenta y cuáles no.

escuchar opiniones validas

Cuando una persona es ambiciosa, en el sentido de que tiene aspiraciones, quiere obtener logros y superarse a sí mismo muy por encima de lo que actualmente es y mira a largo plazo poniéndose objetivos elevados, tiene que enfrentarse, habitualmente y de manera constante, a un sinfín de juicios sobre esta actitud. Lo cierto es que no sé muy bien a qué responde esta especie de “manía” que tiene la gente de enjuiciar constantemente lo que hacen los demás, pero sí que creo firmemente (y lo creo desde un punto de vista subjetivo, basado en mis observaciones que en modo alguno responden a ningún estudio elaborado empíricamente, vaya por delante) que la mayoría de gente te va a enjuiciar, no en base a lo que tú eres, quieres o a tus capacidades, si no en base a lo que ellos son. Alguien perezoso, juzgará que tú no puedes hacer algo que implica esfuerzo, sólo porque para él es imposible. Alguien para quien desarrollarse artísticamente es una tontería, juzgará que el hecho de que tú quieras desarrollar alguna habilidad artística es una tontería, a pesar de que para ti pueda ser importante, te ayude a realizarte y te haga feliz.

No obstante, cuando estamos haciendo algo, estamos en el proceso, o tenemos una meta a largo o medio plazo, y por tanto, aún no lo hemos logrado, tenemos cierta inseguridad, ya que aún no hemos comprobado que vayamos a conseguirlo. Esa inseguridad es algo normal, y debemos entenderlo como que es un compañero de viaje al que tenemos que aguantar, pero al que no hay que hacerle demasiado caso, pues su objetivo es minar nuestra fuerza, nuestras ganas. Esa inseguridad, además, está dispuesta a aliarse siempre con cualquiera que le dé la razón, de manera que cuando alguien nos dice que lo que estamos haciendo es una tontería, no sirve de nada o no lo vamos a lograr, nuestra inseguridad encuentra un aliado perfecto y… ya son dos, con lo que nosotros percibimos que quizá, deberíamos “poner los pies en el suelo” y dejar de perseguir aquello que queremos por complicado, dificultoso o alejado de la realidad.

Yo os invito a que, cuando alguien os haga algún comentario que os desmoralice, le observéis a él. Si esa persona es alguien que ha conseguido sus metas, que lucha por lo que quiere, que tiene objetivos y que evoluciona como persona constantemente, entonces le tengáis en cuenta y valoréis su opinión como algo a considerar y a valorar. Pero si por el contrario esa persona que os dice que no podéis convertiros en aquello que queréis, es una persona que no ha conseguido convertirse en aquello que ella quería, ignoréis su comentario, porque se lo está diciendo a sí misma, no a vosotros . Está proyectando sobre vosotros su pereza, su falta de ambición, su incapacidad de crecer o simplemente, su falta de empatía para entender que vosotros no sois igual y que por tanto, sus reglas no valen para vosotros.

Por hacerlo gráfico, si Carrie Bradshaw (de Sexo en Nueva York) opinara sobre mis zapatos  obtendría una opinión fundamentada (al menos para mí) de alguien que entiende de ese tema, pero si en cambio, opinara sobre mis zapatos Amy Farrah Fowler (la novia de Sheldon Cooper en Big Bang Theory), ¿Tendría sentido que tuviera en cuenta su opinión, si obviamente, no es capaz de elegir bien ni sus propios zapatos?

No todas las opiniones son válidas, ni tenemos que tener en cuenta todas aquellas que cuestionen nuestros objetivos. El mundo está lleno de gente frustrada incapacz de ver que no todo el mundo es igual. Que somos muchos los que  disfrutamos creciendo, aprendiendo, mejorando y que no queremos ponerle límites a nuestra imaginación o a nuestros sueños, principalmente porque nuestros sueños viven en un espacio donde todo es posible, que es nuestra cabeza. Que no os roben esa capacidad, porque, principalmente, es muy divertida. Vuestra imaginación es vuestra, y en ella podéis hacer lo que os dé la gana, porque todo es posible, y además es gratis y divertido. Y además, empezaréis a descubrir que, imaginando, visualizando y soñando, sois más capaces de realizar, plasmar y conseguir en la vida real.

Y si no lo conseguís, ¿Quién os quita ese rato imaginándoos la vida como os dé la gana? Eso es vuestro, lo habéis visualizado y lo habéis sentido, aunque sea irreal y exagerado. Y eso, también suma.

Del mismo modo, no caigáis en el error de ser esa voz que le arranque a alguien sus sueños. Yo sería incapaz de convertirme en médico, porque si veo una gota de sangre me desmayo y además me parece una carrera absolutamente complicada y para la que me veo incapaz, pero jamás le diré a alguien que quiera serlo que es muy difícil y no lo va a lograr. Yo no lo lograría (porque no es lo que quiero), pero alguien que lo quiera, si lo da absolutamente todo, lo logrará. Lo logran cada día muchas personas, aunque yo no pueda. Generad a vuestro alrededor motivación, animad a la gente a que luche por sus proyectos (porque ellos son ellos, no son tú, ¡por suerte!) y contribuid a que el mundo se llene de gente que cree que todo es posible. Estaréis haciendo de vuestro mundo un lugar más bonito, más libre, más soñador, más divertido y más vacío de frustración y  mediocridad .

Luchad por ser quienes queréis ser, que jamás la opinión infundada de alguien que no ha logrados sus aspiraciones, merme las vuestras. No tenéis por qué ser como él, no lo seáis. Rodeaos de gente que lucha por lo que quiere, que entiende que la mayoría de los límites están en la cabeza de quien los pone y que quiere crecer, mejorar, evolucionar y luchar. Independientemente de los resultados, es un camino mucho más apasionante que el de resignarse a dejarse llevar por donde sople el viento, mucho más divertido y muchísimo más formativo. Que no os engañen: ¡podéis ser lo que os dé la gana ser!

 

SECCIÓN DE MARIA EN EL PODCAST DE ABRIL: SABER A QUIEN ESCUCHAR

[powerpress url=»https://www.egolandseduccion.com/wp-content/uploads/podcast/secciones/abril2012/Seccion%20Podcast%20abril%202012%20Egoland%20Seduccion%20-%20Blog%20de%20Maria%20-%20a%20quien%20escuchar.mp3″]

Las inseguridades: Aprender a gestionarlas

Creo que este tema puede resultar muy útil, así que voy a tratar de aportar algo de luz. Sin duda es un tema complicado y que nos afecta a todos, pero habiendo tratado ya el tema del control de las emociones, creo que podemos sumergirnos en el control de la inseguridad, ese mal endémico del ser humano que tantas tonterías nos hace hacer y tantos malos momentos nos ha regalado.

Cuando sentimos un ataque de inseguridad no estamos siendo en absoluto justos con nosotros mismos, la mayoría de las veces. Si vamos a un examen para el que no hemos estudiando, es lógico que sintamos inseguridad, pero a nivel emocional no suele ser un reflejo fiel de la realidad, si no una mirada sesgada hacia nosotros mismos, viendo sólo lo negativo, cuestionando lo positivo y dudando de cosas que es evidente que son ciertas y no admitirían duda. Es pues, una visión mal enfocada.

¿Cómo gestionar las inseguridades?

Lo primero que deberíamos hacer, si aspiramos a ser personas inteligentes emocionalmente es conocernos realmente. Saber nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestra manera de ser, mantener a raya nuestros pensamientos irracionales, nuestros resortes bien cercados. Esto es básico, y se consigue ¿cómo? Pasando ratos con nosotros mismos, observándonos y dedicándole a esta tarea algún momento día a día. Básicamente, casi igual que como conocemos a los demás. 

A partir de aquí, toca discutir con nosotros mismos cada vez que sentimos un ataque de inseguridad. Tratémonos igual que lo hacemos con los demás. ¿No os da mucha rabia cuando un amigo/a sufre un ataque de inseguridad y os suelta toda esa serie de chorradas negativas sobre sí mismo que, visto desde fuera, es patético y cruel porque no se corresponde en absoluto con la realidad? Pues se trata de hacer eso mismo con nosotros. Intentar verlo desde fuera y juzgarnos dejando hablar a la parte de nosotros mismos que se conoce casi perfectamente y manteniendo a raya a esa parte irracional que quiere hundirnos. Y sobre todo, con mucho sentido del humor. Si nos abstraemos un poco y nos observamos, teniendo toda esa serie de pensamientos absurdos, lo cierto es que solemos ser bastante graciosos. Si desdramatizamos ese acto, esa avalancha de pensamientos negativos y que cuestionan hasta nuestra capacidad para respirar, lo cierto es que podemos reírnos bastante a nuestra costa (ya sabéis, si lloramos a solas, riamos a solas) y darnos cuenta de lo exagerados que podemos llegar a ser.

Consejos prácticos para gestionar las inseguridades

Una manera bastante efectiva, al menos para mí, es intentar concretar esas emociones en palabras. Tener conversaciones con uno mismo y verbalizar esas sensaciones que nos llenan de miedo, dando respuestas racionales. Pongamos algunos ejemplos

 

–          ¿Qué me da miedo? Hablar con esa chica

–         ¿Por qué? Por si hago el ridículo

–         ¿Hablar con una chica puede llevarme a algo tan grave como hacer el ridículo? NO

–         ¿He hecho alguna vez el ridículo sólo por hablar con alguien? No. Luego es bastante poco probable que suceda. Además, lo cierto es que hablo  constantemente con personas, sé hablar.

–         ¿puede que a mi chica le guste otro? Puede, como a todas las personas

–         ¿Significa eso que vaya a dejarme? Si quisiera dejarme, me dejaría. Si queda conmigo es porque le gusto, así que tengo más argumentos para pensar que le gusto que que no

–         ¿Me engaña mi chica? Ante esta respuesta sólo puedo confiar. Si me engaña, me acabaré enterando, y si me engaña pero no me entero, es un riesgo que voy a correr cada vez que me relacione con una persona. Sólo me queda confiar, porque si no no podré estar nunca con nadie.

 

En última instancia, cabe que nos planteemos ¿Qué me aporta ser inseguro? ¿Me aporta felicidad? ¿Me ha aportado realmente algo positivo? Si la respuesta es No, que seguramente lo será, ya tenéis un motivo para plantearos que hay que cambiar esa parte de nosotros. Las inseguridades suelen traernos situaciones de infelicidad, pueden llevarnos a hacerle daño a gente a la que queremos, y sobretodo, nos hacen daño a nosotros mismos. Cuando somos inseguros (por supuesto, siempre hablo de inseguridad en un grado alto, tener pequeñas inseguridades es absolutamente normal y nos va a pasar siempre) lo que hacemos es tratarnos mal, juzgarnos de una manera nada imparcial y nada objetiva y predisponernos a acabar cumpliendo todas esas inseguridades (leer “la profecía autocumplida”: http://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida )

En cambio, ser indulgentes con nosotros mismos, intentar   juzgarnos acorde a las experiencias anteriores (Si anteriormente he hecho esto, ¿por qué no lo voy a hacer ahora?) y tratar de no dejarnos llevar por el miedo, sólo puedo traernos cosas positivas. Además que alguien con inseguridad, transmite inseguridad. Alguien seguro, transmite seguridad  ¿Qué rasgo creéis que es más atractivo?

De momento, aquí tenemos un pequeño avance. Seguimos tratando este tema, que puede ser muy extenso. Planteadme qué os gustaría tratar o qué dudas tenéis, para que os pueda resultar lo más útil posible.

Como colofón, os dejo una frase que a mí me resulta absolutamente útil cada vez que siento miedo a hacer algo. Me la repito mentalmente y automáticamente el miedo desaparece. Es de Steve Jobs, y para mí es como un mantra:

 

«Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder»