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Cambiando creencias. ¿Como cambiar mis creencias?

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Ya estamos al corriente de qué son las creencias, conocemos la importancia de proveerse de un sistema de creencias optimista e incluso hemos visto un par de creencias que nos ayudarán a alcanzar nuestras metas y ser felices. Ahora cabe preguntarse ¿Cómo se lleva a cabo un cambio de creencias?

Vamos a utilizar una situación de cortejo para ilustrar este proceso, pero puedes aplicar este sistema para modificar cualquier tipo de creencia.

1-    Detectar la situación problema, la creencia que se activa y la emoción que nos genera

Vamos a imaginar que, como el 99,9% de los seres humanos que habitan el planeta, eres de esas personas que experimenta una respuesta ansiógena cuando piensan en acercarse a una persona atractiva con intención de seducirla. En esta tesitura, la situación problema (que produce algún tipo de malestar) sería el iniciar una conversación con una persona desconocida que nos atrae y la respuesta emocional, la ansiedad.

Sin embargo, los motivos por los que el pulso de cada uno empieza a acelerarse varían notablemente de unas personas a otras. Es decir, cada uno tiene sus propias creencias sobre lo que va a ocurrir a continuación. Habrá quién pronostique un abrumador rechazo en el que seamos protagonistas de una situación similar a la del famoso vídeo “contigo no bicho” y habrá quién se sienta cohibido ante la posibilidad de ser objeto de mofa por parte de sus colegas u otros posibles espectadores. En cualquier caso, cada uno deberá indagar en el origen cognitivo de su ansiedad.

 

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2-    Cuestionar las creencias

 

Una vez hayamos detectado los pensamientos que producen la reacción de agitación, procederemos a cuestionar los siguientes aspectos de la o las creencias:

a) ¿Qué datos existen en contra de este pensamiento?

Por ejemplo, ¿alguna vez has visto a alguien reírse o ser cruel con otra persona cuando ésta expresaba su atracción? O ¿siempre que has intentado hablar con una persona atractiva has recibido burlas por parte de ésta o de la gente a tu alrededor?

Seguro que no. Es importante darse cuenta de que las expectativas que elaboramos cuando se activa una creencia limitante se alejan bastante de la realidad y, generalmente, no se corresponden en absoluto con esta.

b) ¿Cuáles son las consecuencias de pensar de esa manera? ¿Qué es lo más probable que suceda si seguimos pensando así?

Quizás consigamos mantener la compostura y no nos vengamos abajo anímicamente, pero estoy seguro de que una persona con unas creencias tan pesimistas no va a entablar contacto, ni muchísimo menos, con el objeto de su atracción.

c) ¿Cuáles son los pros y los contras de esto que cree? ¿Predominan las desventajas sobre las ventajas? ¿Te ayuda este pensamiento a conseguir tus objetivos?

Creo que sobra decir que esta manera de pensar te sitúa a 10 millas de tu meta. Eso sí, te ahorras el esfuerzo de tener que acercarte a la otra persona y expresar tu interés. Qué pena que mostrar atracción no sea tan fácil como mostrar  indiferencia, eh?

En cualquier caso, tienes que pensar cuál de las dos opciones es tu prioridad en cada momento: permanecer en el anonimato o seducir. Si tu objetivo es gustar a la otra persona, ha llegado el momento de poner en tela de juicio los pensamientos que te alejan de conseguirlo y pasar a la acción.

d) ¿Qué le dirías a otra persona que tuviera este pensamiento?

Si tu colega te confesara una creencia similar a la tuya, ¿en serio le recomendarías que ni se le ocurriera intentarlo puesto que, aun si la persona cortejada no se empieza a mofar, tú no vas a poder resistir las ganas de reírte? Tendemos a ser mucho más catastrofistas en la elaboración de expectativas cuando nos involucran que cuando se refieren a un tercero. Seamos más realistas y empecemos a comunicar nuestros deseos, dejando de lado los temores derivados de la miedosa subjetividad para tratar de alcanzar, a través de la experiencia, la realidad objetiva.

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3-    Elaborar creencias más realistas

Ahora que te has dado cuenta de que el miedo de resultar cómico a los ojos de los demás por el hecho de ser coherente con lo que experimentas es cuanto menos absurdo, ha llegado el momento de elaborar un sistema de creencias que sustituya al anterior.

Para ello conviene preguntarse, ¿Cuáles son las formas alternativas de pensar en esta situación?

Siguiendo con el ejemplo, te diré que no hay nada que provoque más admiración que la capacidad de actuar de acuerdo a la experiencia propia .Y es que, aunque suene a tópico, el respeto viene de dentro. Es por ello que cuando mostramos nuestro interés, lejos de convertirnos en el hazmerreir del lugar, seremos percibidos como personas valientes que, a pesar de poder experimentar nerviosismo, persiguen aquello que desean. Afortunados aquellos que no olvidan que la vida está para vivirla, pues solo se vive una vez.

 

4-    De la reflexión a la acción

Pero este ejercicio de cambio de creencias tan solo trasciende de reflexión filosófica mediante la praxis. Para asumir las nuevas creencias, no solo a nivel intelectual, sino también a nivel emocional, debemos poner a prueba la veracidad de las mismas.

Esto se hace a través de la exposición, técnica psicológica que se caracteriza  por la confrontación directa con el estímulo temido (por su importancia y eficacia, la técnica de exposición será un tema que ocupe un post entero en el futuro); solo de este modo conseguiremos refutar las creencias limitantes que mantenemos a través de la evitación y empezar a reinterpretar la realidad. En este caso,  comienza a entablar contacto con personas que encuentres atractivas, verás como obtienes menos risas que sonrisas.

Las creencias que mejoran nuestra vida

Ya hemos analizado los beneficios de una perspectiva optimista a la hora de alcanzar nuestros objetivos e incrementar nuestro bienestar, tanto físico como psicológico. Ha llegado la hora de analizar algunas de las creencias que facilitarán nuestro desarrollo y equilibrio personal. Este enfoque del mundo forjará en ti una personalidad blindada ante los imprevistos y eliminará cualquier resquicio de duda sobre tu capacidad para aprender a seducir a las personas que te atraen.

Creencias potenciadoras puedo hacerlo

1-    Si alguien lo ha conseguido, tú lo puedes conseguir

Si yo ahora me diera una vuelta por la calle preguntando a la gente qué le resulta más fácil, si escribir o
seducir, ¿Qué creéis que respondería casi todo el mundo? ¿Qué responderías tú? Estoy convencido de que habría una amplia mayoría que diría que es un millón de veces más fácil escribir un texto que cortejar a una persona. ¿Es esto cierto? Yo, personalmente, creo que no.

No lo creo porque si le hubiera dado por hacer esta encuesta a mi tatarabuelo, los resultados hubieran diferido enormemente y, cuanto más nos alejáramos del presente hacia el pasado, más se invertirían las respuestas. De hecho, cabría esperar que incluso hoy día, una actividad sujeta a una de las 3 funciones vitales fundamentales (nutrición, relación y reproducción) como es la seducción, se constituyera como una de las competencias más accesibles para todos nosotros; mucho más que la escritura que, hasta hace nada, estaba reservada para los llamados intelectuales.

¿Qué quiero demostrar con esto? Pues que no hay nada inherentemente fácil o difícil, todo depende del tiempo que invirtamos  en ello.  De este modo, la referencia para saber si seremos capaces de conseguir algo, cualquier cosa, es saber si alguien lo ha conseguido antes. Igual que nuestros antepasados hubieran aprendido a escribir si hubieran atravesado un proceso educativo similar al nuestro, nosotros seremos capaces de aprender a seducir si nos lo proponemos.

Y es que considerar que existen personas con capacidades especiales que les permiten aprender aquello que nosotros desconocemos es muy humano, pero también es absurdo. Pensar que hay cosas difíciles a las que yo no podré acceder jamás no es más que una creencia que nos limita. De hecho, se sabe que las tareas que mejor controlamos son aquellas a las que, en un balance entre la dedicación que me requieren y lo gratificante o importante que me resultan, decidimos dedicar más tiempo y esfuerzo.

 

Así que no lo olvides: Todo es difícil hasta que es fácil

 

 

2-   Se aprende más de un fracaso, que de una victoria

Vivimos en una sociedad en la que el fracaso tiene connotaciones muy negativas. Si en vez de partir del temor a este concepto entendiéramos realmente la premisa de que todo es difícil hasta que deja de serlo,  comprenderíamos que es imposible aprender a escribir sin cometer errores gramaticales, a tocar un instrumento sin desafinar y a seducir sin ser rechazados. En este sentido, es importante darse cuenta de que el fracaso es inherente a cualquier proceso de aprendizaje y que solo hemos sido derrotados cuando nos damos por vencidos. Como bien dijo Thomas Edison cuando estaba a punto de inventar la bombilla “No he fracasado. Simplemente me he topado con 10.000 maneras que no funcionan”.
Y es que si nunca has fracasado, nunca has vivido:

 

 

3-  La felicidad se encuentra dentro de ti

Cuántas veces nos hemos pillado pensando, “qué feliz me haría conseguir…”. Olvídalo, este tipo de pensamientos se basan en la idea de que llegará un día en qué te habrás realizado como persona y todas tus aspiraciones habrán pasado a engrosar tu lista de adquisiciones; una mentira como un templo, afortunadamente, ya que no necesitas conseguir nada para ser feliz.

Según Epicuro (filosofo griego), el placer que significa la satisfacción de un deseo no puede constituir la meta de la vida, porque este placer necesariamente es seguido por algo no placentero, y esto aparta a la humanidad de su meta real: la ausencia de dolor. Y yo matizo, de dolor emocional, puesto que este es el sufrimiento más extendido en el primer mundo y es al público al que me refiero.
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Es por ello que el desarrollo verdadero parte de la inteligencia emocional, la cual tiene su origen en el autoconocimiento y la autoaceptación, o lo que es lo mismo, en la autoestima. De modo que basta ya de proyectar nuestra felicidad en adquisiciones futuras y empecemos a querernos y respetarnos tal como somos ahora, puesto que éste es el punto de partida óptimo para cualquier cambio.  Y es que, lejos de pretender que abandones tus metas, te estoy tratando de transmitir la importancia del orden en que las abordas. Primero viene la aceptación de lo que soy aquí y ahora. A partir de ahí podrás dirigirte más efectivamente hacia tus objetivos. 

Este tema ha sido tratado en otros textos como “Autoestima: Ejercicio práctico de autoevaluación” y “Mi mejor versión (I) (II): el superyó que llevas dentro” y, por su amplitud, le reservaré el espacio que se merece en futuros posts. De momento, es suficiente con que entiendas que eres la única persona que te va a acompañar desde este instante hasta tu lecho de muerte y que, por tanto, es importante que te quieras, por encima de todo. Estar a gusto contigo es la base para alcanzar el bienestar personal e interpersonal que tanto perseguimos los humanos. Sedúcete y seducirás.  

 

 

 

El poder del pensamiento (I) Las creencias

Hola a todos y todas, seductores y seductoras. Siendo éste mi debut como redactor para Egolandseducción, considero que lo primero que debo hacer es presentarme. Mi nombre es Hugo y mi intención es continuar la batalla que ha iniciado el equipo de Egoland en su cruzada por hacer de la seducción algo basado en principios de la psicología, sociología… Para ello, trataré de vincular el cortejo humano con los hallazgos psicológicos recopilados hasta la fecha.

En este sentido, soy un graduado en psicología que ahora mismo se está especializando en la intervención sobre la inteligencia emocional,  tema  sobre el que voy a hablar en la mayoría de mis posts. Y es que nuestra habilidad para percibir, comprender y gestionar nuestras emociones es en última instancia la que nos confiere la capacidad de disfrutar de la vida, de gustarnos a nosotros mismos y, por ende, seducir a los demás.  Pero mis aspiraciones no se quedan en lo informativo, espero que mis textos den pie a la interacción y me consultéis cualquier asunto que os interesaría conocer con más profundidad sobre lo que voy escribiendo. Sin más dilación, comencemos!

el poder del pensamiento

Con este primer post da comienzo una serie de textos que van a tratar de transmitirte

  1. Qué son las creencias y cómo funcionan
  2. La importancia de adueñarse de un sistema de creencias optimista
  3. Qué creencias te van a aportar un mayor bienestar
  4. Cómo llevar a cabo la modificación de creencias

Para comenzar a trabajar sobre nuestra manera de pensar, es necesario que comprendamos qué es una creencia y cómo ésta puede condicionar el cristal a través del cual observamos la realidad.

¿Qué son las creencias?

Siempre me ha fascinado el comportamiento humano, concretamente las diferencias entre unas personas y otras a la hora de encarar las dificultades del día a día. Pongamos, por ejemplo, una situación de seducción. Cuando nos encontramos ante una persona atractiva (no confundir atractivo con atractivo físico*) podemos acercarnos a expresar nuestra atracción, acercarnos a iniciar una conversación, lanzar un piropo, lanzar miradas, quedarnos paralizados, ruborizarnos, acicalarnos o incluso salir corriendo.

Pero ¿a qué obedecen estas diferencias interpersonales a la hora de abordar a una potencial pareja? Efectivamente, como ya se ha visto en otros textos, esto se debe a la cognición, es decir, a nuestra manera de dotar de significado a la experiencia.  La cognición puede ser entendida como las creencias que tenemos sobre 3 áreas:

a) Nosotros mismos (Autoconcepto*)
b) Los demás (Estilo de apego*)
c) El mundo (Mapa del territorio)

Nos referimos aquí a las creencias, como aquellas convicciones que tenemos sobre las susodichas áreas y que son permutables, eliminables  y, con los conocimientos adecuados, propensas a elección.

¿Cómo funcionan las creencias?

Nuestro sistema de creencias, es decir, nuestra manera de dar sentido a la realidad, va a ser la que determine la intensidad, duración y frecuencia, además de la tipología, de nuestros comportamientos y emociones.  Es tan fácil como esto:

Estímulo —-> Cognición (activación de creencias) —-> Respuesta

La Cognición condiciona cómo entendemos lo que ocurre a nuestro alrededor (Estímulos) y, por tanto, determina la Respuesta emocional y conductual que pondremos en marcha ante una situación X.

De esta manera, ante un estímulo como puede ser la aparición de una persona atractiva en nuestro campo de visión, cada uno realizará una interpretación de la situación en función de las convicciones que albergue con respecto a si mismo, a los demás y al funcionamiento del mundo. Esta interpretación, y no la situación en sí, será la que determine el tipo de respuesta emitida: de aproximación o de evitación.

modificar nuestras creencias

¿Por qué trabajar sobre las creencias?

Las creencias marcan nuestra vida, nos dicen lo que es o no es cierto para nosotros, establecen nuestras limitaciones y guían nuestro comportamiento. Hagámonos dueños de nuestra existencia  y escojamos en qué creer, pues no tenemos nada que perder, más allá de nuestras cadenas.

Iremos poniendo a vuestra disposición nuevos escritos relacionados con este tema para que, paso a paso, creéis vuestra singular manera de interpretar la experiencia, adueñándoos así de los resultados que obtenéis. Para terminar este primer texto, os dejo una bonita fábula de Jorge Bucay que representa a la perfección el peso de las creencias en nuestro día a día; no tiene desperdicio.

*Os animo a que si queréis más información sobre términos como los que yo he señalado (*) o cualquier otro que hayáis leído y os resulte de interés, me lo hagáis saber a través de los comentarios. De este modo, me encargaré de explicarlos en próximas publicaciones. 

HUGO

Disonancias, una visión personal

No tenía todavía muy claro como entender eso de las disonancias a pesar de haberlo leído  un centenar de veces en el libro “Seductor Egoland”, y habérmelo explicado en su momento con mucho detenimiento mi compañera Ana. No acaba de interiorizar  aquello, pero después haberlo sentido este fin de semana en mi propio cuerpo, entendí todo lo que trataron de explicarme con detenimiento una y otra vez, os cuento:

Era sábado y andaba algo liado y centrado en mi trabajo. A eso del medio día recibo un whatsApp. Era M, una mujer que en su momento la conocí siendo clienta mía. Una mujer preciosa, alta y algo mayor que yo. M es una de esas personas de las que su compañía nunca está de más. M  había hecho sus pinitos como modelo en famosas empresas textiles y negocios fotográficos, ¡un bombón de mujer vaya!.

“Anímate y vente este finde a casa,  terrazas, coffee y un poco de sol que nos hace falta a los dos”. Sinceramente me apetecía desconectar, pero mis obligaciones y compromisos no me lo permitían. Opté por no contestar de momento a nada.

ligar con un desconocido en una cafeteria

Llegó el domingo y aún no se había presentado el último compromiso que tenía programado. Más tarde me llamaron para cancelar la cita que tenia pendiente con el cliente que esperaba. Ya con la cita cancelada, y aun de mal humor, pues no hay algo que me moleste más,  que planear cosas para cuadrar con todo, y luego te den plantón. Teniendo en cuenta que anteriormente había tenido que cancelar otros planes, para organizarme con todo lo que conlleva estos trabajos. Pero a pesar de todo ello, no podía quitarme de la cabeza la cita de M. Me apetecía ir y dar una sorpresa. Además, así aprovechaba y desconectaba un poco, ya que con M las risas eran aseguradas. Junto a la comodidad que me genera estar de invitado en su casa.

Pero había un pero en todo esto. A los dos nos separan unos doscientos kilómetros. Era domingo y después de todos estos días de trabajo acumulado, lo que mas apetecía era estar en plan relax total en casa. Además la pereza de viajar incrementaba cada hora.

Pero las ganas de dar la sorpresa a M  no dejaban de rondar por mi cabeza.  En unos de mis arrebatos, me armo de valor y empiezo a prepararme para ir a visitarla. Trataba de centrarme en la visita, y no pensar en nada más que en estar de relax con ella.

Pero aun así, sentía que era consciente de que había un diálogo interior mientras me preparaba y viajaba hacia la ciudad de M. Ya que no todos los domingos me dispongo a viajar doscientos kilómetros en el ultimo momento y a esas horas anocheciendo.

¿Dónde vas ha estas horas?..¿Eres consciente del peligro que conlleva la carretera ahora?…¿Notas la incertidumbre que te genera estar en esta ciudad no conocida?…¿Qué necesidad tienes tu?…Con lo bien que podrías estar en casa, calentito con tu estufa mientras ves tu serie favorita.

Pero a la vez me imaginaba riendo y pasándolo bien con M y eso hacía que lo sintiera compensatorio todo.

Como he dicho antes, no trataba de hacer caso omiso a ese diálogo, solo me centraba únicamente, en ir a mi destino, la de ciudad de M y dar una sorpresa. Cuando llegué y sorprendí, era tal como esperaba. Ella trataba de hacerme sentir muy cómodo en todo momento como si estuviera en mi propia casa. Pero aún así, no dejaba de sentir un estrés en mi cuerpo. Ya en la cena era tal la inquietud que sentía, que tuve que entrar al baño por un momento para echarme algo de agua en la cara y tratar de relajarme. Traté de relajarme, de controlar, y analizar  la situación. Fue ahí cuando me dí cuenta de la batalla que tenía en mi interior. ¿Qué haces a estas horas tan lejos de casa?…¿qué pasa con P esa chica con la que tanto momentos has vivido y tanto has viajado?….¿no te sientes mal estando con varias chicas?.

 Descubrí que  todo era producto de lo que tanto me explicaron, mis “disonancias”.

 “No eres mala persona, pero no está bien lo que estas haciendo”.

Efectivamente no estaba haciendo nada malo, pero aun así, me sentía mal por eso trataba boicotearme con todas esas preguntas. Cuando me autoanalicé en aquel baño, sabía que no hacia nada malo, pues no tenía ningún compromiso con ninguna de las dos chicas con las que me veo últimamente, pero aún así, no dejaba de sentirme mal y tener una batalla mental.

Así que yo mismo trate de narrarme lo que estaba ocurriendo para cambiar las disonancias en mí.

“Selu, ¿Donde está el problema?… ¿Has mentido a alguna de las dos?… ¿Has prometido algo que no vayas a cumplir?… Aun así, ¿Quién ha propuesto quedar?… Ella, ¿Entonces?. ¿Que estás haciendo malo en todo esto, si desde primer momentos has sincero con ella?

Cuando salí del baño gracias a aquella reflexión, pude relajarme y disfrutar de esa maravillosa compañía, y de las conversaciones que nos reparaba esa noche. Creo que cuando existen una disonancias la mejor vía para solucionar conflictos internos, es el autoanálisis de la situación y reflexionar sobre lo que estamos sintiendo. Narrar la situación contigo mismo, no solo captaras las disonancias, a veces inclusos creencias limitadoras que nos impiden actuar, descubriendo por que nos ocurren ciertos bloqueos.

Ya que nadie sabe nuestras propia historia, mas que nosotros mismo. Pues somos nosotros, los que a través del  autoanálisis y reflexión encontraremos nuestras propias respuestas.

SELU

Libertad: Transformarnos desde los hábitos (II)

Nos arrepentimos, nos frustramos, nos decimos que nunca volverá a pasar, decidimos cambiar,  y al final volvemos a encerrarnos en el mismo círculo. ¿por qué repetimos una y otra vez el mismo proceso?

 

Liberación

Todos nacemos libres, pero en el camino nos vamos encadenando poco a poco, nuestra estructura moral y psicológica se va formando con nuestro crecimiento y nos va condicionando.

Si miráis a cualquier niño pequeño veréis que su estructura moral es muy distinta a la vuestra, no tiene miedo de expresarse como quiere ya que, entre otras cosas, a esa edad sus acciones están mucho más aceptadas socialmente, pero a medida de que vamos creciendo esa aceptación social va cambiando y se espera que cumplamos ciertos cánones de educación, responsabilidad, decencia, etc.

Es decir, nos vamos encadenando. Una vez estamos encadenados, estamos jodidos.
Muchas veces no podremos expresar lo que sentimos, no podremos actuar como queremos, no podremos ni cumplir las metas que deseamos, ¿por qué? Porque estamos limitados.

Las Cadenas

“Las cadenas” son los factores que han condicionado nuestra conducta a lo largo de nuestra vida,  comprenden mayormente toda la influencia que hemos sufrido por parte de la educación y del entorno.

Yo las divido en tres partes:

1Educación Directa: Es el aprendizaje y la evolución producida por medio de influencias directas y referentes importantes para nosotros. (Padres, hermanos, amigos muy cercanos, mentores, personas que admiramos…) Suele ser la más determinante y la que más impacta en nosotros.


2Educación Indirecta: Parecido al anterior, es el aprendizaje y la evolución producida por medio de influencias con menos importancia para nosotros que las directas. (Música, televisión, cine, libros, revistas, la consciencia colectiva…)


3Entorno: Una vez más, es el aprendizaje y la evolución producida por medio de las influencias que conforman nuestro LUGAR y MOMENTO de nacimiento, y todo lo que eso conlleva. (Ideología Religiosa, Ideología política, clima, cultura, historia, influencias regionales…)

Durante toda vuestra vida habéis estado actuando influenciados por estos tres aspectos. Aspectos que, muchas veces, os impiden expresaros como queréis, aspectos que hacen que sufráis, que os arrepintais y que no os dejan fluir con lo que sentís. Ahora bien, debéis saber que no podemos vivir sin cadenas, siempre van a existir factores condicionantes para nuestra manera de ver el mundo y como actuamos sobre el. Así que si queremos sentirnos más libres lo que tenemos que hacer es transformar nuestras cadenas por defecto a otras que me beneficien más en mi entorno y vida, es decir, elegir YO las cadenas que poseo. Veamos cómo podemos hacerlo:

¿Cómo funcionan las cadenas?

Como ya hemos visto, las cadenas son el resultado de la mayor parte de la educación que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, y nos condiciona durante toda esta misma. Ahora bien, ¿por qué nos afectan tanto las cadenas? Porque construyen nuestra actitud.

Como ya sabéis, la actitud es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que adoptamos para enfrentarnos a todas las circunstancias que nos rodean, y la educación que recibamos influirá enormemente en este aspecto. Por ejemplo, nacer en África o en Móstoles (Entorno) o que nuestros padres, cada vez que hablamos con los niños vecinos, nos digan que son mala gente (Educación Directa).

¿No creeis que este tipo de cosas influirá mucho en nuestra manera de actuar y de relacionarnos con la gente? Pues yo estoy convencido de que sí.

Una vez entendemos que nuestras cadenas conforman, en mayor o en menor medida, nuestra actitud hay que pasar al siguiente paso, a las conductas concretas que nos impiden actuar de la manera que deseamos.

Nuestra actitud genera unas conductas y esas conductas, a lo largo del tiempo y de reincidir en ellas, generan hábitos (práctica adquirida por la repetición de un acto).  Así que si, chicos, somos un cúmulo enorme de hábitos y de conductas limitantes que repetimos una y otra vez sin darnos cuenta.

Por supuesto, no todas nuestras conductas van a ser erróneas para relacionarnos con nuestro entorno, vamos a ver, nuestros padres no nos educaron tan mal, así que el primer paso para liberarnos sería detectar esos hábitos nocivos para nuestros objetivos. Una vez detectado ya podemos a proceder a cambiar ese hábito nocivo y transformarlo en uno más apto para el objetivo que busquemos conseguir.

Esquema que enseña la influencia de nuestras cadenas y cómo transformarlas.

Repasando hasta ahora

Las cadenas (Ed. Directa, Ed. Indirecta y Entorno) influyen de una manera tremenda en nuestra actitud, llegando a estar esta muy condicionada por estos tres aspectos.

Una actitud generará, con el tiempo, conductas concretas ante estímulos similares. (Si tenemos una actitud introvertida seremos más propensos a exhibir una conducta tímida ante grupos sociales)

Las conductas concretas generan hábitos que pueden ser positivos o negativos, estos hábitos pueden ser transformados a otros más efectivos. (Si solemos tener conductas tímidas y no participamos en las conversaciones con gente nueva nos habituaremos, haciendo mucho más difícil romper ese hábito en un futuro)

Cuanto más repetimos un hábito, más lo reforzamos e interiorizamos. Y por lo tanto, potenciaremos más las conductas concretas que los forman. (Cuanto menos nos comuniquemos y sociabilizemos, más se reforzará nuestra conducta tímida)

Transformar los hábitos negativos o crear nuevos hábitos nos permitirá asumir nuevas conductas, y por lo tanto, poco a poco ir transformando nuestra actitud hacia lo que queremos conseguir.  Es decir, deberíamos hacer el camino inverso, desde nuestros hábitos hacia nuestras cadenas, para conseguir un cambio en profundidad.

Ejemplo:

Hacemos un curso en egolandseducción y eso nos introduce el hábito de salir a conocer mujeres a la calle cuando queramos, repetir este hábito va a generar una serie de conductas concretas (nos volveremos más ingeniosos, divertidos, observadores y experimentados al respecto), esa serie de conductas, cuando se van acumulando en un gran número, terminan incidiendo de gran manera sobre nuestra actitud, ayudándonos a transformarla y por tanto, crear nuestras propias cadenas.