Entradas

Técnica de solución de problemas: Amplía tu conciencia

Querid@s amig@s, tras la buena acogida de mi anterior artículo Cuando las cosas no salen: amplía tu conciencia  he decidido hacer una segunda parte del mismo, ya que por vuestros comentarios (¡gracias!) vi que el tema daba para bastante más. Vamos a dar un paso juntos en esto y  a ver que más cosas podemos hacer cuando nos encontramos bloqueados y realmente no sabemos qué hacer. Comencemos por una herramienta muy útil:

solucion problemas tecnica herramienta

TÉCNICA DE SOLUCIÓN DE PROBLEMAS

En primer lugar , cuando tengamos un problema o situación sin resolver, a utilizar los pasos clásicos de la solución de problemas:

Paso 1: Reconocer el problema o la oportunidad de cambio. ¿Qué está pasando? Definámoslo con claridad y honestidad, esto es algo que hacemos para nosotros mismos así que no cabe engañarnos. Miremos con la mayor claridad posible, quizás incluso podamos definir el problema con una frase de dos líneas.

Paso 2: Aceptar la propiedad del problema. Es uno de los pasos que siempre nos saltamos. ¿Por qué? Porque no es fácil aceptar que en muchas ocasiones tenemos buena parte de responsabilidad en lo que nos sucede. El problema es mío y debo aceptarlo así, sin culpar a otros. Seguro que otros factores (un jefe abusón, una novia celosa, que nuestro querido gato quiera jugar y no nos deje dormir por las noches…) puede influir pero… siguen siendo nuestras circunstancias.

Paso 3: Comprender el problema. Una vez que sabes que tienes un problema, y que has aceptado tenerlo, debes definirlo con claridad, descubrir todo lo que se puede hacer al respecto y recopilar información que pueda ayudarte. Amplía tus conocimientos y para ello hay mil maneras: recurrir a amigos, a internet, o a recordar situaciones similares que ya viviste en el pasado.

Paso 4: Encontrar soluciones posibles y elegir la mejor de ellas. Es el momento de hacer una lluvia de ideas, sacando el mayor espectro posible de alternativas.

Paso 5: Poner en marcha la solución elegida. Una vez comprendas el problema y creas que eres capaz de solucionarlo entonces solo tienes que ponerte manos a la obra. Con decisión, determinación y recordando que te has basado en esta potente herramienta como ayuda.

Paso 6: Supervisar y evaluar la solución. ¿Ha sido eficaz? ¿Cómo puedo hacerlo mejor?

Esta es una muy buena herramienta que puede ayudarnos en mil situaciones. Ahora bien, aquí vamos a dar el triple salto mortal y de hecho a seguir ampliando nuestra conciencia.

HERRAMIENTA PARA SEGUIR AMPLIANDO TU CONCIENCIA Y SALIENDO DE TU ZONA DE CONFORT

Recordad el artículo sobre la zona de confort

Vamos a centrarnos en el paso 4 y 5. En el cuatro vamos a hacer una lluvia de ideas, como dijimos. PERO… piensa antes en un perfil de persona lo más opuesto a ti que puedas. Si eres chico en una chica, si eres un fisioterapeuta en que eres un investigador químico, si eres de izquierdas en alguien de derechas… ¿Qué soluciones propondría esta persona? Trata de imaginarlo vivamente, «ponte en su piel», esta vez como arma para solucionar tus propios problemas.

Respecto al 5 ídem… piensa en las soluciones más disparatadas, extremas o divertidas que puedas. Por una vez, vamos a pensar en todo aquello que de normal jamás haríamos. Si se te ocurre vestirte de pollo, pintarte la cara de color verde o comportarte como jamás harías como solución … ahora estás haciendo lo correcto. Date por una vez la oportunidad de imaginarte yendo más allá de todos tus límites. En el paso 6 ya revisarás si fue bien o no tanto, pero insisto, de momento sal de tu rango habitual de soluciones.

¡Un abrazo, nos seguimos leyendo!

¿Las cosas no te salen? Amplía tu conciencia.

Todos nos hemos visto reflejados alguna vez en esa situación. Pese a nuestros intentos, hay algo que no acaba de salir bien.

Tenemos la sensación de estar chocando contra un muro una y otra vez, sin que por supuesto podamos superarlo o derribarlo. Sin embargo, lo hemos intentado todo. Hemos probado diferentes soluciones, utilizado diferentes estrategias, ensayado uno u otro método para arreglarlo… Nos parece que hemos intentado casi cualquier alternativa… En ese caso, tenemos que hacernos la siguiente pregunta.

¿Las cosas no te salen? Amplía tu conciencia.

Sí, hemos agotado todas las opciones… que teníamos en mente. ¿Quizás podamos buscar otras alternativas fuera de nuestra estructura mental?

Más allá de lo que sabemos hacer, de las creencias sobre las cosas que nos pasan, de las conductas que tenemos en nuestro repertorio, hay vida. Hay más opciones de las que creemos en un momento dado, ¿recuerdas «la zona de confort«?

Para buscar esas nuevas opciones tenemos que empezar un proceso activo de ensanchar nuestra conciencia.

pensamientos contraintuitivos

Para ello podemos pedir consejo a alguien de confianza, a un profesional, leer sobre el tema que nos preocupa y sobre todo, permitirnos otras formas de pensar y de actuar. Incluso la lógica, que puede habernos llevado tan lejos en el pasado, puede que ahora nos esté impidiendo llegar al éxito.

Una parte de nuestra capacidad mental viene de la lógica, otra de una inteligencia aún más antigua que llamamos intuición. Debemos permitirnos tener pensamientos contraintuitivos, a pesar de que contradigan cosas que hayamos aprendido o vivido.

Con perseverancia y ampliando nuestra casi siempre estrecha conciencia, estaremos dando el primer paso para conseguir aquello que nos proponemos.

Salir de la zona de confort: La valentía para seguir creciendo

Estás en casa, relajado, sin tener que hacer determinadas tareas en tu trabajo, que tantos esfuerzos te cuestan habitualmente por novedosos y complicados. O te encuentras con amigos, en ese bar al que rutinariamente acudís y en el te encuentras a gusto. Puede que también puedas imaginarte a ti mismo cogiendo la bicicleta y hacer esos 45 minutos por la misma ruta de siempre, con el mismo esfuerzo de siempre. Esas son tus zonas de confort. Principio del que partimos en este artículo: la zona de confort es territorio enemigo.

Tras leer esto, podemos pensar qué tiene esto de malo. Intrínsecamente nada. Nos mantenemos seguros y en nuestros hábitos cotidianos. De hecho, esto tiene un parte adaptativa, somos seres vivos de hábitos y esto nos ayuda el funcionar cotidianamente.

salir de la zona de confort

DEFINICIÓN DE ZONA DE CONFORT

¿En realidad, como se definiría? Esta es el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados, y que nos resultan cómodas. Aquello que está dentro de nuestra zona de confort lo podemos hacer muchas veces sin mayor problema y no nos produce una reacción emocional especial; en cambio, lo que está fuera de nuestra zona de confort nos incomoda, nos produce un cierto rechazo, nos provoca ansiedad o nerviosismo, nos da palo. Todos tenemos una zona de confort que precisamente tenemos porque estamos a gusto, estamos adaptados a ella y la seguimos manteniendo, además en ella tenemos un mínimo grado de eficacia, si no no la mantendríamos.
Sin embargo es por esto que recordemos la frase la zona de confort es territorio enemigo. Si continuamos sin salir nunca de esta zona, vamos a seguir pasándonos exactamente las mismas cosas que nos seguían pasando. Vamos a dejar de aprender , a dejar de movilizar recursos personales, a no aprender conductas nuevas que podamos necesitar. Fijémonos ahora en el eslogan de la foto, “fuera de la zona de confort es donde la magia sucede”.

CÓMO SUPERAR LA ZONA DE CONFORT

Un verdadero proceso de desarrollo personal está vinculado a relacionar cosas que ya podemos tener presentes en nuestras conductas, lo que en psicología clínica se llama RBC (Repertorio Básico de Conducta). Piensa en una situación concreta que te gustaría superar, como la de ese chico que conoces de vista y tanto te gusta, al que nunca has hablado por la inquietud de ser rechazada, o esas reuniones con colegas de profesión a las que nunca has ido por el miedo a no estar a la altura. Hazlo. Ya, mañana, esta semana, con valentía. Tras ello pregúntate:

– ¿Cómo me sentí al comenzar a hacerlo? ¿Cuáles fueron mis emociones?

– ¿Fue tan fiero el león como lo pintaba? ¿Lo hice de forma adecuada? ¿Si lo hago más veces, podré hacerlo mejor?

– ¿Qué cosas puedo aprender para hacerlo incluso mejor la próxima vez?

– Y, sobre todo, ¿qué impresión guardo de mi mismo por haberme atrevido a hacer eso que tanto miedo me daba?

Estimad@s amig@s, quedémonos con esto. Fuera de nuestra zona de seguridad es donde vienen las sorpresas y las buenas noticias. Salir de ella cada cierto tiempo nos hará movilizar recursos y, en definitiva, ser mejores.