Relación contigo mismo, ¿cómo te tratas?

¡Hola a todos!

Muchas gracias por todos vuestros comentarios y sugerencias en los post anteriores. Es un placer leeros. Esta semana voy a hablaros de algo que tiene bastante relación con el tema de las inseguridades que vimos en el artículo anterior. Quiero seguir tratando el tema de la relación con nosotros mismos, cómo desarrollar una buena autoestima y cómo ser felices estando en nuestra piel (la única que tenemos, ¡al menos yo!).

¿Como me trato a mi mismo?

Hay una cosa que a mí particularmente siempre me ha llamado la atención. Normalmente las personas solemos tratarnos peor a nosotros mismos que a las personas con las que nos relacionamos. Nos hacemos críticas absolutamente crueles, críticas que no haríamos ni a nuestro peor enemigo. Nos juzgamos de una manera absolutamente intolerante con el error, y nos castigamos de una manera muy severa. Seguramente, si viéramos a una persona tratando a otra como a veces nos tratamos a nosotros mismos, pensaríamos que es una persona intransigente, malvada, cruel y poco inteligente. Seguramente no querríamos ser su amig@. Pensaríamos que no queremos a nadie que nos trate así.  No siempre, pero hay ocasiones en las que me descubro tratándome fatal, exigiéndome cosas que son imposibles, riñéndome con mucha violencia por haber cometido un error, insultándome… en definitiva: no respetando lo que soy.

Creo que es importante redefinir nuestra relación con nosotros mismos e intentar observarla desde fuera comparándola con las que tenemos con los otros. Obviamente, es algo distinto, pero no está de más aplicarle los criterios que seguimos con las otras personas a las que queremos, respetamos y tratamos bien atendiendo a nuestros principios.  Si observamos atentamente cómo nos hablamos, en qué términos pensamos sobre nosotros, lo que nos pedimos, cómo nos sentimos cuando metemos la pata o cometemos un error… Muchos nos daremos cuenta de que nuestra relación con nosotros mismos roza, a veces, el maltrato. Y es imposible querernos así. Tenemos que respetar lo que somos, cómo somos, tener la vista puesta siempre en mejorar y evolucionar, pero se aprende  y se evoluciona mejor en un ambiente distendido, amigable y comprensivo, ¿No?.

Cuando un amigo ha cometido un error, solemos decirle frases como “no es para tanto” “de los errores se aprende”, “el que tropieza y no cae, ha avanzado más deprisa”, “errar es humano” y similares ¿verdad? En cambio, cuando somos nosotros los que cometemos errores, a veces usamos frases como “Soy lo peor”, “no valgo para esto”, “estaba claro que lo iba a hacer mal” , “no valgo para nada”… y otros grandes clásicos del autofustigamiento emocional (término que me  acabo de inventar, sí).

Igualmente, cuando un amigo quiere conseguir algo (ya sea sacarse una oposición, hacer una maratón o acabar la carrera) siempre le decimos “tú puedes”, “si te esfuerzas lo conseguirás”, “ya verás como lo haces”. En cambio, con nosotros mismos solemos ser un poquito más duros, y pensamientos como “ni de coña lo voy a lograr”, “esto es demasiado difícil para mí” , “no soy lo bastante listo/guapo/constante” suelen aparecer con una recurrencia asombrosa. ¿Por qué a nuestros amigos les damos frases alentadoras? Obviamente, porque sabemos que es importante la motivación, que animar a alguien le da fuerzas, que es más fácil conseguir algo cuando la gente cree en ti, que es nuestro deber como amigos apoyarle en lo que se proponga ¿No?. Si sabemos entonces, la importancia de animar, apoyar, alentar y motivar… ¿Por qué con nosotros mismos solemos hacer justamente lo contrario?

Albert Ellis, el psicólogo que creó la Terapia Racional Emotiva ya tenía esto bastante claro y trabajó sobre ello. Su terapia consistía en detectar aquellos pensamientos irracionales (es decir, que no tienen sentido) y trabajar para cambiarlos, ya que pueden ser responsables de emociones dolorosas que nos hacen ser infelices o desarrollar una depresión. Os animo a que leáis sobre este tema (por ejemplo aquí, donde Elia Roca nos habla sobre Ellis y su Terapia Racional Emotiva) http://www.cop.es/colegiados/PV00520/TRE7.pdf , a que reflexionéis y a que estéis con la antena puesta hacia vosotros mismos y os fijéis si os tratáis igual que a los demás o peor. Sois vuestra compañía –asegurada- para el resto de vuestra vida ¿no os merecéis un poquito de trato V.I.P.?

4 comentarios
  1. Hagio
    Hagio Dice:

    Gracias Maria. Me ha gustado especialmente que pases bibliografía, voy a leerla. Un abrazo! (otro día te diré que tienes una voz preciosa, pero hoy no, que estoy vergonzoso).

    Responder
  2. Eliel
    Eliel Dice:

    Interesante el articulo. Creo que esto seria una muy buena explicacion para el versiculo 39 del capitulo 23 de Mateo: Amaras a tu projimo como a ti mismo.

    Responder
  3. Antoni Martínez
    Antoni Martínez Dice:

    María, me ha resultado muy interesante el artículo. Me quedo con la explicación de esos pensamientos que todos tenemos en alguna ocasión y que citabas en el segundo párrafo. Una parte nada despreciable de cómo nos movemos por el mundo viene de 1) lo que pensamos y lo que no pensamos y 2) lo que hacemos y no hacemos.

    Una parte muy positiva de todo ello es que ambos hechos están conectados; cuando cambiamos algunas de las cosas que hacemos nuestros pensamientos empiezan a cambiar tambien. Y ambas cosas estan siempre bajo nuestro control, mas alla de circunstancias externas. Más sobre ello viene en el artículo con el que me estrené en Egoland SEduccion y que me permito enlazar aqui: https://www.egolandseduccion.com/mejorando-nuestro-estado-de-animo/

    Esperamos mas articulo al respecto, ¡felicidades de nuevo!

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *