La mandanga empática

¡Hola Chicos! La verdad es que esta semana estaba preparando un post bastante serio cuando de repente he leído el de Egoh y he decidido posponerlo en pro de algo un poco menos denso pero absolutamente importante:

La verdad es que haciendo un poco de reflexión y de autocrítica, creo que nos tomamos todos demasiado en serio a nosotros mismos. Desde mi posición en este blog intento transmitiros una serie de conceptos que, desde luego, son como para tenerlos en cuenta y para tomárnoslo como algo serio que puede mejorarnos considerablemente la vida, pero lo cierto es que hay que tener en cuenta que hacia donde nos dirigimos con todo esto es a la búsqueda de la felicidad ¿no? Y ¿a alguien puede concebir una felicidad sin risas? Si algo me ha llamado la atención de Egoh desde que le conozco (y van ya unos cuantos años) es su dominio absoluto del sentido del humor, del no tomarse demasiado en serio. Me refiero, obviamente, a ese “tomarse en serio” que nos lleva a convertirnos en un compendio de poses, frases y actitudes que están tan alejadas de la naturalidad que al final rozan el ridículo y nos convierten en una parodia de lo que podríamos ser (y lo que es peor, sin ser conscientes de ello). Por ahí hemos pasado todos. Y yo me incluyo.

Creo que es muy importante –y sobretodo, muy divertido- el concepto que nos propone Egoh: saber que podemos mejorar, que debemos mejorar, que podemos analizar, estudiar, aprender… y que todo ello nos hará mejores seductores y mejores personas pero si perdemos el norte y nos olvidamos de que en nuestros recuerdos, al final, lo que realmente pesa son los buenos momentos (y la mayoría de ellos suelen ir bañados en sonrisas, risas o carcajadas) creo que estamos olvidando el absoluto quid de la cuestión. No estoy diciendo, desde luego, nada innovador o que no sepamos todos, pero creo que conviene recordarlo de vez en cuando. Desdramatizarse a uno mismo, ser capaz de verse desde fuera, reírse de uno mismo cuando realmente se es gracioso es, sin duda, una de las mejores terapias que conozco. La mayoría de esos momentos en los que estamos agobiadísimos por algo, son una fuente absoluta de risas si somos capaces de mirarnos desde el otro lado y quitarle hierro al asunto. Si además podemos compartir eso con alguien, os aseguro que no sólo descargaréis muchísima tensión si no que transmitiréis una sensación grandiosa. Hace tiempo leí una frase, creo que anónima, que decía:

Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.

 

Otra de las cosas que siempre he pensado, como supongo que muchos de vosotros, y que creo que merece la pena reflexionar al respecto es que la mayoría de personas somos capaces de llorar a solas, y de hecho es la manera en que solemos hacerlo, pero ¿Cuántos somos capaces de reír a solas? Si conseguimos ese punto de confianza con nosotros mismos como para ser capaces de reír solos, chicos, os aseguro que estaremos trabajando en una autoestima y un autoconcepto tan poderosos como la teoría de seducción con el nombre más rebuscado que se os ocurra

 

Al final, todo el mundo queremos pasárnoslo bien ¿no? (ya sabéis, Girls just wanna have fun). Tampoco estoy diciendo, obviamente, que nos pasemos el día ridiculizándonos, pero ante un mismo hecho, el tomarse algo a pecho o descojonarse hasta la lágrima, pueden cambiar todo. Si estáis intentando ligar con una chica y acabáis en el suelo por un mal paso, en vuestras manos está el hundiros y convertiros en un ser de dos centímetros o el aprovecharlo para hacerla reír como hace tiempo que nadie lo hace. Así que chicos, esta semana, relajémonos con los conceptos y simplemente recordémonos que el motivo de todo es echarnos unas risas. Sonreíd, alegradle el día a esa chica y pasadlo bien. ¡Es lo único que realmente importa!

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *