La chica de la tienda de animales II

Apenas disponía de 3 horas para todo lo que tenía que hacer. Así que al llegar a casa, puse la compra en los armarios pertinentes, Me senté un instante en el sofá, Eché un vistazo al facebook y puse a los Red Hot. Alguien me tenía que acompañar en mi puesta a punto. Cantar al grupo californiano en la ducha es un peligro. Te mueves mucho y apenas quepo quietecito. Pero alguien podría ducharse y no mover el esqueleto escuchando esto?

http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=8h5aVzRl4Ug&feature=endscreen

Pues yo tampoco. Me preguntaba cosas a mi mismo mientras peinaba mis entradas:

1º Tenía el pecho tan grande como yo lo recordaba?

2º Sería buena en la cama?

3º Era tan tierna como parecía y eso me generaría cierto paternalismo?

4º Soldado quedaría bien en la alineación titular de la selección española?

5º Me quito ya la barba y voy de rollo jovencito?
La cuestión es que ya estaba preparado. Llamé a Álvaro (Helio) para comunicarle que en Nochevieja no contara conmigo.

Había decidido pasar una nochevieja distinta. Seguramente me iría a una montaña con mi ukelele. Ha sido un año maravilloso, muy intenso y repleto de noticias. Así que seguramente haría el ermitaño.Conversaría con la luna, conmigo mismo o con los árboles. De vez en cuando hay que enriquecerse con el silencio. Es la mejor forma de practicar la seducción que yo ofrezco.

Pero ahora no era nochevieja. Tenía a una chica castaña, guapa y amante de las tortugas que iba de exigir de mi algo más que un árbol en una conversación. Elegí un suerte de cuello vuelto y una chaqueta negra oscura. Me adelgazaba y yo quería gustarle porque ella era el premio. Y quería conseguirlo.

Salí a la calle con ilusión, tenía ganas de vivir y la chica de la tienda de animales me suministraba gasolina. Estaba carburando mi motor vital, sentimental y sexual gracias a ella y tenía que agradecérselo. Si nos hacíamos novios iba poder disponer de una tienda de animales con sus catálogos durante el noviazgo. Era evidente, que la parte material, para mi estaba cubierta con creces.

Y es que las afinidades racionales y la utilidad de las relaciones, aunque en el mundo de la seducción que yo conozco no se ha nombrado, yo lo considero imprescindible. NO SOLO EL POR QUÉ SINO EL PARA QUÉ.

Esta chica me atraía, me enternecía y además podríamos compartir una pasión. Al llegar a la cafetería me la encontré manipulando su teléfono móvil.

-Hola.

-Hola- dijo con una sonrisa.

-¿Estás ocupada?- le pregunté intencionadamente.

-No. Sólo contestaba un sms. De esta forma, en lugar de decirle lo que tenía que hacer o no hacer (dejar de utilizar el teléfono y prestarme atención) ella misma se vió obligada a hacerlo de motu propio.

-¿Qué te apetece tomar?

-Una coca cola zero.

-Ok.-contesté entrando en la cafetería entendiendo que la chica iba a tomarse sus tiempos. No quería nada de alcohol y seguramente sería por su comedida vida y prudencia. Yo iba a hacer lo mismo. Al llegar a la mesa lo primero que le pregunté, tras presentarnos, fue como había acabado en la tienda de animales y tortugas.

-Estudié biologia. Me encantan los animales y mis padres tenían un bajo. Así que podría haberme preparado para ser profesora, etc, pero quise montarme un negocio.

-Imagino que un biólogo lo tiene complicado para montarse un negocio. Parece la mejor forma de fusionar biología y business.

-Hay otras, pero me encanta mi tienda. Llegas por las mañanas y tienes a tus animalitos deseando verte.

-No me extraña. Eres muy atractiva.

-¡Ja ja ja! -rió sonrojada.

-Estoy seguro de que si llegara yo todas las mañanas no se alegrarían tanto.

-Gracias- dijo.

-Tras un breve silencio y viendo que ella no me preguntaba sobre mí, tal y como les digo a mis alumnos hablé sobre mi mismo, trabajo y quehaceres sin que nadie me lo preguntara.

-Pues yo estudio Psicología y tengo una empresa de psicología heterosocial. Viajo mucho, trabajo los fines de semana y recibo gente en casa que quiere mejorar sus habilidades sociales. Soy muy feliz y cada cliente se convierte en un amigo. Así que prácticamente, podrías decir si te lo preguntan en una fiesta… que conoces a un chico que se llama Luis que tiene más de mil amigos.

-Vaya, eso suena bien. ¿Y qué quieres decir cuando dices psicología heterosocial?

-Que de todas las ramas de la psicología nos centramos en las relaciones hombre- mujer.

-Sí. Se te nota bastante que dominas el tema.

-¿Por qué?

-Pues no sé. Por como has entrado en mi tienda, lo que me has dicho, el hecho de estar contigo aquí… Se te ve muy suelto.

-Mejor suelto que encadenado. No te parece? Ella asintió… Seguimos hablando de nosotros. Ella me hacía preguntas y yo le daba la información que quería. Entonces hacía yo de devorainformación y la inflaba a preguntas sobre tortugas, reptiles, hábitos, alimentación y cría. Se partió de risa cuando le dije que algún día, cuando tuviera tiempo, iba a dedicarme a enseñarle a hablar a mis tortugas. Afortunadamente para mi me siguió la broma.

-Parece que no te creas que hablo en serio.

-Te creo, te creo.

Una mujer inteligente. Era obvio que era una chica de extremada sencillez y ternura. La forma en que se reía y el exámen de humor al que le sometía, me hizo intuir que no había vivido mucho. No habría tenido muchos novios y ni tampoco cultivaba la promiscuidad. Ella era una chica que había estudiado cuando tocaba y seguidamente en lugar de explorar el mundo quiso montarse un negocio tranquilo y sosegado. No era de las chicas que en dos horas acaban disfrazadas de enfermera en mi cama jugando a doctores y enfermeras.

Así que delante de ella, la disfruté. Haciendo un símil taurino, el buen torero es el que disfruta y le saca partido al toro que sale a la plaza, sea un Miura de envite más agresivo o de una ganadería aparentemente más mansa pero de cornadas más sorprendentes y profundas. (Y para los más tontos, no estoy comparando a las mujeres con toros. Creo que la foto de Ynés habla por sí sola). Así que, si tenía a una dulce chica de intenso vínculo familiar iba a disfrutar su mundo y emociones para resultarle el hombre adecuado…

-Una de las cosas que más me han hecho ilusión en la vida es ir al festival de reptiles que hay en Alemania una vez al año.

-Yo voy todos los años-dijo ella- Es superguay…

-¡Vaya!- contesté.

Entonces hice un narrador intencionadamente vinculante:

-Te das cuenta de que ahora no voy a dejar de imaginarme un viaje contigo al festival?

-Bueno, ya veremos.

-Y te das cuenta de que si voy contigo, tras pagar la entrada seguro que intentaré besarte delante de una cobra constrictor?

-Ja ja ja!

-Alguna vez has hecho el amor en un festival de reptiles?

-Ja ja ja! ¡No! -Pues yo tampoco. Sorbí mi coca-cola y sonó mi teléfono: Os seguiré contando…

2010wswiheiz

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *