Evitar señales ambiguas inconscientes (I)

 

Que levante la mano aquellas personas que alguna vez hayan creído que le interesaban a alguien que luego ha resultado que no estaba interesado en ellas.

¿Nadie? Vamos, chicas, que estamos entre amigas.

Eso está mejor.

Y, ahora, que levanten la mano, aquellas que, alguna vez, un amigo íntimo al que consideraban como un hermano se les ha declarado o las ha invitado a salir o las ha intentado besar.

¿Muchas, a qué si?

¿Y cuántas os habéis sentido culpables o mal por ello, o porque a raíz de eso habéis perdido a esa persona? Todas. Y si alguna no se ha sentido culpable por hacerle daño a alguien, que se lo haga mirar (lo digo desde la más sincera preocupación psiquiátrica).

Hay varias situaciones en las que podemos dar señales de que estamos interesadas y somos receptivas a que un hombre de un paso más allá. La primera y la más sana de estas situaciones es cuando realmente tenemos un interés por la otra persona, y lo que queremos es que él se de cuenta de que, ¡Eh, estoy aquí, y me gustas! Desgraciadamente, da la casualidad de que en estas situaciones hay veces que no sabemos cómo conseguir mandar estas señales de forma efectiva. Esto lo trataremos en otro artículo más adelante, ya que también es fundamental a la hora de seducir.

Otra situación, es cuando nosotras mismas estamos confusas. El chico te interesa, te resulta atractivo, pero aún estás valorándolo. Obviamente, de forma consciente y/o inconsciente, mandarás señales de que te gusta estar con él, que él puede coger al vuelo y precipitarse. Este no es el caso que pretendo abordar, ya que todas tenemos derecho a tener dudas y mantener la situación en un margen de seguridad. Ellos también lo hacen. Pero mi consejo y decisión personal es resolver estas situaciones cuanto antes mejor, ya que suelen ser complejas y tensas, y si se alargan mucho pueden acabar saliéndonos mal y encontrarnos que por pensárnoslo demasiado, hemos dejado pasar la oportunidad.

Más vale arriesgarse y arrepentirse de haber hecho algo que quedarse siempre con la duda de que hubiera pasado si lo hubiéramos hecho.

Un tercer caso que tiene su justo momento y medida es el de la pesca deportiva. A todas nos ha pasado que denemos una relación, sea más o menos estable, pero que es exclusiva. O que nos apetece sacar las uñas pero tampoco tenemos ganas de nada que trascienda. Noches de esas que te apetece subirte a los tacones y ponerte ese vestido con el que te sientes irresistible. Por que sí, porque a todas nos gusta subirnos la autoestima de vez en cuando. Y sales a arrasar, y mandas señales, no porque esperes seducir a nadie, sino porque estás cargada de energía positiva, y eso manda pancartas luminosas visibles en kilómetros a la redonda. Y es muy probable que no se te peguen ni uno ni dos, sino diez o veinte chicos entrándote. Y según tu humor jugarás o no un rato con ellos, pero lo que está bastante claro es que a no se que aparezca Brad Pitt en un caballo blanco no vas a darles tu número de teléfono. No es lo que buscas. Una vez tienes el pez en el anzuelo lo sueltas para que se vaya nadando. Esto no es reprochable. Siempre y cuando no te aproveches de ellos para que te paguen las copas y/o algo más. Sé buena (y no una zorra).

Porque de esa clase de mujer voy a hablar ahora. Es la que manda falsas señales de forma completamente consciente y con un objetivo muy claro. Es su modus vivendi. Señorita de compañía pero sin poner anuncios. Se aprovecha de su facilidad para seducir hombres para hacer con ellos lo que quiere. No es que caigan porque reciban falsas señales, sino que les tiende trampas deliberadamente. Y no es que esté jugando con ellos un par de horas en un bar una noche porque se aburría en casa, eso ya hemos dicho que no está mal del todo. Es que los tiene entre las uñas durante meses, aprovechándose de que le pague cenas, de que le haga de chófer, y de los detallitos que le hace. Esta chica les manda señales ambiguas para que no acaben de decidirse con ella pero tampoco la den de lado. Enganchados. Así los tienen. Seguro que más de una vez nos ha gustado un chico que estaba detrás de una de estas. Y seguro que te han dado ganas de cometer homicidio premeditado.

Bien, pues haznos un favor: A mí, a ti, al mundo, y sobre todo a Ellos…

NO SEAS UNA DE ELLAS

Y tú diras, pero Gata, yo no soy así. Y yo te diré, TODAS podemos ser así sin darnos cuenta, incluída yo. Pero la diferencia está en intentar ponerle remedio. De ahí el ¿Cómo evitar mandar señales ambiguas?

Porque este es, en realidad, el tipo de señales ambiguas que más mandamos la mayoría de mujeres: De las que no nos enteramos. Esto nos pasa a las chicas que, sin darnos cuenta, somos abiertas y atractivas, de forma inconsciente: Las gatas de cuna. Nos acercamos con una familiaridad tranquila e inocente, y no nos damos cuenta que estamos mandando cañonazos de indicaciones erróneas a los chicos con los que nos relacionamos.

Y estas son las que abordaremos en el próximo post para aprender a dejar de mandarlas.

 

Hasta pronto, chicas.

 

La gata negra

4 comentarios
  1. Esence
    Esence Dice:

    Y gracias, una vrz más, por hablar de este especímen de hembras ya que yo fui víctima de una de ellas, aun cuando todo fuera am medias, pero ya sabes por donde voy. Me abrió los ojos, pues no hablamos de una corta relación, sino de una de media recorrido, en la que hubo chantaje emocional, embarazo cuyo padre no era yo, abortos, amenazas de suicidio, la típica historia de ayúdame que voy escasa de recursos económicos, y, lo peor de todo, 42 años, enfermera de niños, con hijas.

    Podría escribir un libro, te aseguro que abriría ojos de cuáles fueron sus técnicas desde el minuto cero.

    Afortunadamente, superado y olvidado, pero como ya he comentado en otro artículo (concretamente de Pau) esta web tendría que servir como un medio donde compartir nuestras vivencias, experiencias, dudas, sugerencias.. Es decir, la comunicación ha de ser bidireccional, no únicamente unidireccional, que bastante cuesta cada uno de los artículos que escribís.

    Un abrazo para tod@s !!

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  2. Lauzun
    Lauzun Dice:

    hola, Gata Negra.
    Me fascino tu publicacion. Ese tipo de conducta es natural en las mujeres, unas mas intensas que otras, lo ideal seria que no sea excesivo.
    PD: Referente a “se buena y no una zorra”
    saludos desde Peru-Trujillo

    Responder

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