12 claves: El abecedario de la seducción (I)

Amor

No estoy hablando de amor romántico. Ama el mundo que te rodea. Huye de complejos que te invitan a mostrarte superior a quienes te rodean. Ama el hecho de que existan personas tan maravillosas cómo para que merezca la pena desarrollarnos cómo hombres y mujeres para gustarles más.

Bidireccionalidad

Actúa teniendo en cuenta que la otra es una persona igual que tú. Con los mismos miedos, ilusiones y pasiones. Busca la misma seguridad, diversión y sexo que tú, pero tiene unos tiempos y necesidades que dependen de su situación actual. Estate atento a sus mensajes y entiende lo que quieren trasmitirte.

Carisma

Si quieres seducir, sedúcete a ti mismo. Actúa cómo te gustaría a ti mismo verte actuar. Desarrolla tu personalidad para tus actividades diarias atraigan, que tus hobbies atraigan, que tu forma de ver el mundo atraiga.

Diversión

-Eres un egocéntrico

-¿Yo? ¡Pues anda que yo!

Estamos aquí un rato. Buscamos sensaciones adictivas y hay pocas hormonas más adictivas que las que generan las carcajadas.

Empatía

Es necesario actuar conforme a la realidad que hay a nuestro alrededor. Si no sabes cómo se siente la persona que tienes enfrente no podrás darle lo que necesita. Sentir para conocer.

Fidelidad a uno mismo

Nuestros valores son nuestro esqueleto sobre el que construimos el resto. Una cosa es actuar para que nuestra conducta resulte atractiva o para excitar a la otra persona, algo muy distinto es intentar trasmitir unos valores o actitudes que no forman parte de nuestra identidad. Mal asunto si te fallas a ti mismo, eso significará que no serás fiel a nadie más.

abecedario-seduccion

Guía tus interacciones

Debes dirigir las conversaciones, obtener los recursos comunicativos para que fluya de una forma libre  pero sin olvidar que cuando sea el momento debemos conducir la charla y satisfacer nuestros intereses, o al menos intentarlo.

Humildad

No hay nada menos atractivo que la soberbia. Ni poseemos las verdades universales de la vida ni  nuestros éxitos tienen más valor que los del resto. La humildad nos ayudará a valorar a los demás sin que sea de forma artificial.

Intrepidez

Debemos ser causa de las cosas. Buscar ser el protagonista de la película. Pocas cosas interesantes nos pasarán en el sofá de nuestra casa. Di sí a los planes que te ofrezcan. Cada vez que algo que te emocione, piensa cómo llevarlo a cabo, no dejes que tus deseos queden en nada.

Jarana

No olvidemos que esto al final va de mandanguerio. No tengas miedo a mostrar tu parte mas picante. Ríe, saca la lengua al bailar, guiña un ojo por la calle. No huyas de esa parte de ti porque no estés acostumbrado a sacar tu parte más lúdica.

KK (Potasio)

Llamándome Helio no podía faltar una mención a la tabla periódica. Potasio, Litio, Zinc…No olvides cuidar tu salud y mantener equilibrio entre el tiempo que le dedicas a los demás y a ti. 360º. Un tipo saludable resultará siempre más atractivo.

 Literatura

No leas tanta seducción. Cultívate y amplía tu visión sobre el mundo. Por muy buen seductor que seas, será insuficiente para satisfacer a cualquier persona con necesidades más allá de las fisiológicas si sólo te centras en tu vida sexual. 360º!!!!!!

Felicidad en perspectiva (IV): El ejercicio que te hará tomar tu mejor decisión

En la primera parte analizamos tres definiciones de felicidad. En la segunda analizamos mi propia definición. En la tercera os proponía 3 ejercicios y en esta cuarta os propongo mi favorito!!!

 

 

Es un ejercicio especialmente útil para la toma de decisiones. Se llama “¿Qué me gustará escribir sobre este día?”.

Paso 1: al acabar el día, escribirás al menos un párrafo en el que relatarás qué has hecho durante ese día (si te da mucha mucha pereza, también lo puedes hacer de forma imaginaria, pero lo ideal es escribirlo).

Paso 2: a lo largo del día, cuando tengas dudas o te falte motivación para tomar una decisión, piensa: ¿Esta noche, qué me gustará escribir que hice?

El día de hoy no se repetirá, y eres tú quien tiene el mayor número de cartas para decidir lo memorable y valioso que va a ser. Así pues, durante el día imagina que te encuentras con decisiones cotidianas como:

–      Empezar a cuidarme y aprovechar más el día o no hacerlo.

–      Acercarme a conocer a esa camarera irresistible o no hacerlo.

–      Proponerle a tu pareja un bonito plan, o dejarlo para más adelante.

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Pues bien: ¿qué me gustará escribir sobre ese día?

–      que (a) una vez más no he hecho nada para cuidarme, o (b) que en ese día le propuse dos grandes amigos empezar a ir a nadar a las 8 de la mañana para empezar el día con risas y un poco de ejercicio.

–      que (a) me fui a casa con sensación de impotencia y pensando en la pinta de interesante que tenía esa chica, o (b) que me acerqué a esa chica y que me las ingenié para que nos diésemos el contacto.

–      que (a) no hice nada para reducir la rutina que últimamente tengo con mi pareja o (b) que me pasé una hora buscando planes interesantes y estoy muy contento porque el próximo finde me escapo con ella a un precioso pueblo del interior.

Si termino recordando, escribiendo, en definitiva guardando en mi caja de pequeños tesoros diarios cualquiera de las tres opciones subrayadas, habré acortado mi distancia entre quien quiero ser y quien soy. Si actuó así, mis días estarán llenos de logros memorables. Eso me hace definitivamente feliz.

Ya lo sabéis amigos. Cuando acabe el día… ¿qué os gustaría escribir que hicisteis? ¿que leísteis un artículo sobre felicidad, os pareció útil y se lo hicisteis saber al escritor para hacerle sonreír un poquito? Qué pillines…

 

Contento de escribir,

 

Javier Santoro

 

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.

 

Mostrar tu timidez puede ayudarte

Muchos hombres pasan mal rato delante de una mujer debido a su timidez. Puedo entenderlo puesto que cada persona es un mundo, y con unas experiencias vividas diferentes.

No voy a negar que quizás  las personas tímidas tengan que trabajar un poco más,  puesto que tendrán que exponerse para sentir y darse cuenta de que con la timidez no es que se tenga mucho que ganar. Quizás en el caso de los hombres tímidos lo lleven peor, puesto que a veces tendremos que dar el primer paso, o incluso llevar el peso de la interacción.

Pienso que al igual que si queremos mejorar nuestro físico y estar más fuerte, debemos de ir al gimnasio y trabajar ciertos músculos. Con la timidez ocurre lo mismo, se tiene que trabajar mediante exposición progresiva. Hay que cambiar los hábitos, ya que las personas tímidas están acostumbradas y tienen muy reforzado estar en segundo plano. Por eso, lo de ir exponiéndonos de forma progresiva no estaría mal.

timidez quedarse en blanco

Por ejemplo: Podemos abordar a una mujer desconocida, solamente para preguntar por la hora, por una calle, o un local de moda por la zona, o simplemente un hola, ¿todo bien?.

Como comienzo para ir ganado confianza os vendrá muy bien.

Luego se puede ir pasando a personalizar más la conversación hacia esa persona,  preguntando por su nombre, o expresar lo que te guste de ella…su sonrisa, sus complementos, se ropa, como se cuida el pelo etc. Muy importante que todo esto que explico sea congruente con lo que decimos. Esto como ejercicio para abordar a mujeres desconocidas no está mal, pero vamos a pasar al caso, de que ya nos encontramos hablando con una chica y somos un poco tímidos.

Y ya que no se me da tan mal mostrar mis debilidades, pasaré a mostraros cómo expondría y jugaría esta debilidad para volver la interacción a nuestro favor.

Sonia, si ves que hablo poco, no es que no me apetezca hablar contigo, al contrario. Lo que pasa que soy un poco tímido de por sí, y ahora que estoy con una chica a la que me gusta mucho, te puedes hacer una idea de la tensión que puedo sentir.

Mucho diréis que si esto dicho es poco alfa, que si regalo, que si muestro necesidad, pero yo os aseguro que expresando de forma honesta y sincera soltará unas risas seguro, además de ganarnos su complicidad, hará que se sienta más humana y especial a nuestro lado, y sobre todo. Sentirá muy natural lo que está pasando entre nosotros.

Selu

 

La chica de la Biblioteca

A las diez de la mañana de una biblioteca pública en época de exámenes solo hay jovencitas y jovencitos con ganas de estudiar. Es por ello que eso de acercarse a compartir un cubata con esa persona que te mantiene desatento en tus tareas no parece una buena idea.

El tema es el siguiente: Llevo encerrado casi más de un mes como un hámster repleto de folios, apuntes, libros, y hace tiempo que no veo mandanga callejera ni en postales.

A mi derecha. Casi a dos metros hay una chica con gafas, morenita, de pelo rizado y brillante. Parece realmente interesada en sus quehaceres intelectuales. Yo, sinceramente, estoy hasta las narices. Si me acercara no me sentiría culpable. Ni por ella ni por mí. No debe molestarle que un chico bastante más mayor que ella la moleste para hacer algo distinto de estudiar.

Además lo recomiendan los médicos. Un poco de mandanga cada equis tiempo mejora la atención. Seguro que lo dicen, y si no lo dicen, sinceramente, no tienen ni puta idea.

ligar-examenes-biblioteca

Me levanto sin tener la menor idea de que voy a decir. Pero con una cosa clara. Mi intención y la utilidad para ambos.

-Hola.

-Hola- me dice con gesto inexpresivo.

-Estoy harto de estudiar. Estoy seguro de que tú casi también.

Ella sonríe algo ruborizada.

-Sí bueno.

-He pensado lo siguiente, cada 45 minutos podemos acercarnos y quejarnos de nuestras asignaturas, eso seguro que nos ayuda a despejarnos y de paso nos conocemos.

-jajaja Bueno. Vale.

-Vale, por donde quieres empezar por conocernos o por quejarnos?

-Ja j aja.. Por conocernos, mejor.

-Soy Luis.

-Yo soy Soraya.

-Soraya es un buen nombre para una chica con el pelo rizado. Muy bien elegido. Felicita a tus padres.

-jajaja Gracias. A mí no me gusta mucho.

-¿Cuál te gusta?

En seguida nuestra amiga Soraya decide volcarse al noble arte del descubrimiento mutuo. Se deja guiar en una conversación abierta, con humor y coqueteo poco agresivo pero clamoroso. Un toque de ingenuidad en la conversación que sinceramente echaba de menos.

-Nos estamos cayendo bien, ¿eres consciente, Soraya?

-Sí, claro.

-Y nos estamos gustando, Soraya, ¿eres consciente?

-JAJAJA Bueno, eso no está tan claro.

-Yo hablo por mí. Nos estamos gustando. ¿Hablas tú por ti o me hago tu portavoz?

-Me caes bien.

-¿Si te empezara a gustar ahora me lo dirías o lo dejarías entrever camufládamente entre frases como “si nos estamos cayendo bien”?

-Supongo que lo segundo.

-Ok. Me dejas más tranquilo.

Con ese gratificante premio, me recuerdo que tengo que aprobar sí o sí. Ha sido un buen descanso y una forma de recordarme quién soy.

-Bueno Soraya, este primer paréntesis ha estado bien. Ahora voy a seguir y tú también. Hagamos un gran esfuerzo en concentrarnos. Nada de recordar lo que ha pasado ni en si nos estamos gustando. Ok?

-JJAJAJA ok.

Vuelvo a mi silla sonriente. ¡Qué bonica es esta nena y qué poco me apetece ponerme con PSICOLOGÍA SOCIAL DEL TRABAJO!

Pero bueno, hoy ya me puedo recordar a mi mismo con una sonrisa…

Felicidad en perspectiva (III): 3 ejercicios para valorar tu felicidad

En la primera entrega de esta serie de artículos proponiamos diversas definiciones de felicidad, y en la segunda profundizamos en el análisis de una de esas definiciones:

“Sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.”

Deliberadamente dejamos una parte de la definición sin explicar, ya que merecía un artículo aparte: sentir.

Hay al menos tres motivos por los que en muchas ocasiones no logramos sentir bienestar por algo que objetivamente puede ser motivo de felicidad:

  1. Nuestra capacidad para naturalizar y normalizar situaciones nos hace insensibles a nuestros progresos (podemos pasarnos una semana atormentándonos mentalmente porque tenemos que finalizar un trabajo, pero una vez lo entregamos no nos pasamos una semana felicitándonos).
  2. Nuestro lenguaje dual, que nos predispone a definir la realidad mediante conceptos absolutos como “éxito y fracaso”, “acierto y error”…  en definitiva ”blanco y negro”, nos hace ciegos a la cantidad ingente de tonos intermedios de los que se compone la realidad.
  3. Y nuestra naturaleza deseante, que nos causa una vorágine de emociones mientras anhelamos algo, nos predispone muy a menudo no valorar aquello que ya tenemos.

Así pues, se puede acortar la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer, y aun así a corto plazo no percibir que aumenta mi felicidad en términos de “mayor satisfacción general con mi vida” (segunda definición que explicamos en la primera parte)

felicidad-urgencia

Se trata de un tema del que seguro escribiré más líneas. Pero de momento, voy a proponer tres ejercicios o intervenciones para tomar perspectiva sobre tu propia vida, pudiendo así valorar y sentir con mayor precisión la felicidad más allá de lo cotidiano.

EJERCICIOS PARA VALORAR LA FELICIDAD

1.Ejercicio retrospectivo:

Si pudiese coger el teléfono, y marcando un número llamar al «yo» de hace un año… ¿qué le diría? ¿se sentiría orgulloso de lo que actualmente estoy haciendo? ¿se sorprendería mucho? ¿Por qué cosas me preguntaría? ¿qué consejos le daría? ¿le daría algún tipo de ánimo respecto a algo? ¿qué le preocupaba a aquel «yo» y qué le diría al respecto? … ¿Y si llamase al «yo» de hace cinco años?

 

2.Ejercicio prospectivo:

Si me llamase al «yo» de dentro de unos años, ¿por qué aspectos de mi vida actual le preguntaría? ¿qué cuestiones me preocupan en la actuaidad y me importa saber cómo las voy a resolver en el futuro? ¿qué estoy haciendo en la actualidad para resolverlas? ¿Hay personas y dimensiones de mi vida que puede que dentro de unos años desaparezcan o se enfríen, y por tanto ese yo del futuro me diría que los viva y saboree al máximo hoy?

3.Ejercicio prospectivo II:

Si en el futuro publican una biografía o autobiografía mía… ¿cómo se llamará el capítulo en el que me encuentro actualmente?

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Si hacéis el primer ejercicio es muy probable que descubráis lo mucho que vuestro yo de hace un año se sorprendería y se alegraría por vuestro progreso o por la situación en la que actualmente os encontráis. En todo caso los tres ejercicios son también una buena excusa para tener una interesante conversación con la compañía que os haga feliz. También me podéis escribir en los comentarios los títulos que os salgan al hacer el tercer ejercicio.

EL EJERCICIO DEFINITIVO

En la 4 entrega de esta serie, muy pronto

 

 

Javier Santoro

 

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.

 

Generando complicidad: Las características del cómplice

Definición de complicidad:

f. Actitud con que se muestra que existe conocimiento por parte de dos o más personas de algo que es secreto u oculto para los demás.

Vamos con el siguiente artículo sobre la complicidad. En el primero(click aquí) hablamos de la “validación” o lo que es lo mismo, cómo debe ser nuestra conducta  para que la gente se sienta escuchada (aquí teneis el enlace).

Empecé esta trilogía sobre complicidad con el cómo escuchar por un motivo esencial, nadie compartirá algo intimo con alguien sin sentirse comprendido o valorado. Esa es el requisito mínimo para convertirte en “cómplice” de alguien. Y hoy vamos a analizar que características tiene ese cómplice. Voy a intentar mostrarlas de forma jerárquica, dentro de lo posible.

generar-complicidad-complice-caracteristicas

Características del cómplice

1-Valida el mensaje que recibe. (Artículo de cómo hacerlo.)

2- Comparte también su intimidad. Si queremos recibir calor no podemos ofrecer frío. La mejor forma de que la gente se sienta liberada delante de nosotros para hablar de sus emociones es hablar nosotros también desde las nuestras.

3-Valora lo que esta pasando. No sólo valida tu mensaje sino que le da valor a que lo compartas con él. Una buena técnica para fomentar esto sería el narrador. “Me alegro que hayas decidido contarme esto tan íntimo”

4-Guarda el secreto de confesión. Lo que estas compartiendo no lo tiene porque saber nadie más y te lo hace saber para que no dudes en abrirte del todo.

5-Eres su primera opción.

6-No contará secretos de otras personas ni hablará mal de otras personas. Eso crea inseguridad, además de la obviedad de que es de muy mal gusto.

EJERCICIO DE COMPLICIDAD

Analiza y evalua cuantos puntos de estos has cumplido en la ultima cita que has tenido con cualquier amigo. ¿Actúas cómo un buen complice?

Felicidad en perspectiva (II): acortar distancias

En la primera parte analizamos tres definiciones de felicidad.

Retomamos a continuación la última de ellas:

“Sentir que se acorta la distancia entre lo que hago y lo que quiero hacer. O desde el punto de vista del Ser: sentir que se acorta la distancia entre quien soy y quien quiero ser.”

felicidad-hacer-lo-que-quiero

Analicemos las partes de dicha definición:

“Acortar la distancia…”.

Nótese que la definición no dice “felicidad es ser quien quiero ser” o “hacer lo que quiero hacer”, sino que habla de reducir la distancia entre un punto y otro, de algo progresivo. Que el hombre siente más durante el camino que a la llegada, es una absoluta certeza de la que jamás estaremos completamente seguros. Me explico. Han sido muchos autores y filosofías los que han hablado de la importancia del camino sobre la meta. Desde George Bernard Shaw (“Dos tragedias hay en la vida: una, no lograr lo que ansía el corazón. La otra es lograrlo”) a Robert Louis Stevenson (“Es mejor viajar con esperanza que llegar”) pasando por la clásica máxima taoísta que tanto ha inspirado a nuestro compañero Álvaro (“La recompensa es el camino”).

Muchos lectores sabrán a qué me refiero. Y quien no, que confíe. Disfrutar el camino y celebrar con una sonrisa cada centímetro que nos acerca a lo que queremos hacer o lo que queremos ser es motivo de felicidad.

Aplicación práctica: pongamos que soy Eva. He conocido a Marcos, ese chico tan mono e interesante que cada vez me gusta más. Aunque nos conocimos hace poco, siempre que quedamos convertimos el día en algo especial. Pero él es muy honesto e intuye por dónde pueden ir mis apetencias, así me ha dejado caer que lo ha dejado con su pareja hace poco y que no está para grandes compromisos. Tengo entre varias opciones:

(a) plantearle un todo o nada: yo quiero compromiso y si no es capaz de dármelo, no debo seguir quedando con él (aunque quiero!);

(b) renunciar a mi deseo de compromiso. Él no me debe nada y yo no soy quien para sentirme mal por saber que él puede conocer a otras chicas (pero me siento mal!);

(c) celebrar que hoy conozco a Marcos y hace unas semanas no, y que me siento afortunada porque un chico me esté gustando, ya que visto cómo está el patio eso no es tan fácil. A partir de ahí, tengo su contacto y cada vez lo conozco mejor. Así que voy a procurar hacerle sonreír, y provocar ganas de más. Porque tengo claro que de lo que nos gusta, queremos más. No renuncio a mi idea de compromiso pero si provocándonos sensaciones positivas el compromiso sale de forma natural me sentiré mucho mejor que si lo he impuesto como una norma.

La tercera opción parece ser la más probable para que Eva disfrute y sea feliz acortando distancia entre lo que hace y lo que quiere hacer. Nuestra chica sabe que no hay nada seguro, pero siente que así no sólo está disfrutando a corto plazo, sino que aumenta las probabilidades de lograr lo que quiere a medio y largo plazo.

“… entre lo que hago/entre quien soy…”.

Esta parte de la definición apunta hacia el autoconocimiento. No es casualidad que la máxima “conócete a ti mismo” estuviese en el pronaos del Templo de Apolo en Delfos ni que Sócrates, uno de los padres de nuestro pensamiento, tuviese ese principio tan presente.

En la misma línea, una de las sorpresas que se llevan los alumnos que vienen a los talleres de Egoland es que trabajamos mucho el autoconocimiento, y los participantes salen conociéndose y valorándose más[1]

¿Por qué parece haber una relación entre autoconocimiento y felicidad? Considero que hay como mínimo dos razones fundamentales:

1.- Quien se conoce sabe identificar de un modo más preciso qué le sucede, de modo que puede abordar mejor sus propios problemas.

2.- Quien sabe dónde se encuentra, sabe qué dirección debe tomar para llegar a dónde quiere encontrarse.

Aplicación práctica: Santiago se siente poco carismático, poco seguro, y no sabe por qué. Se entera del trabajo que realizamos en Egoland y se apunta a uno de nuestros talleres. Tras varios ejercicios descubre que en realidad una de las cosas que le sucede es que ha tenido unos padres muy exigentes y tiende demasiado al perfeccionismo, de modo que no disfruta de los resultados a los que llega. Aprende a hacer ejercicios para tomar perspectiva sobre su propia trayectoria, empieza a juzgarla de un modo más justo, y se siente no sólo más satisfecho con cómo está dirigiendo su vida, sino más seguro de hacia dónde quiere dirigirla.

 

“… y lo que quiero hacer/ y quien quiero ser.”

Esta parte se deriva del autoconocimiento, y es otro elemento vital repetido en todo libro de autoayuda y charla de coaching que se precie: los objetivos. En definitiva, nos hace felices tener objetivos y acercarnos hacia ellos. Mientras más concreto sea el objetivo mejor podremos medir -valorar- nuestro progreso. Para algunas personas el objetivo puede incluso ser tan abstracto como “mejorar en algo”. En este sentido recuerdo una anécdota sobre Pau Casals, uno de los mejores violonchelistas que ha dado la historia. Se cuenta que a sus 96 años, un entrevistador le preguntó:

– Pau, siendo el mejor violonchelista del mundo, ¿por qué sigues practicando 6 horas al día con tu violonchelo?

– Porque estoy mejorando -respondió Pau-.

Sea la anécdota cierta o no, Pau Casals tenía un objetivo y probablemente acercarse hacia él le proporcionó grandes dosis de felicidad. Tener metas no depende de tener 20 o 96 años. No profundizaré en este tema, pero el ejemplo me parece fundamental para toda aquella persona que llegada cierta edad, piensa que ya ha hecho todo en la vida y no se propone ningún reto, ningún objetivo, ninguna meta. La vida es por definición crecimiento, así que quien decide dejar de crecer, se predispone a dejar de vivir.

Retomemos la definición completa: “Sentir que acorto la distancia entre lo que hago/quien soy y lo que quiero hacer/quien quiero ser”.

Deliberadamente he dejado una parte de la definición sin explicar. Una parte necesaria para completar la definición: sentir.

PD: recuerda que tus comentarios enriquecen este artículo, y que todo comentario o pregunta la responderé aquí o en nuestro canal de Youtube Egolandswers. . Y si decides compartirlo, gracias de antemano por hacer algo tan halagador como es difundir mi trabajo.


[1] Particularmente recuerdo un alumno que tras un taller fue capaz de reescribir su currículum de un modo preciso y añadiendo virtudes que no era consciente que tenía. Posteriormente nos contactó para decirnos que había sido contratado en una empresa y que Recursos Humanos le había felicitado por su CV.