Entradas

El secreto de la autoestima está en la zanahoria

En Egoland, después de 10 años de experiencia en el área de la seducción propia y de nuestras alumnas y alumnos,  nos hemos dado cuenta de que la gente más carismática es aquella que se atreve a llevar pantalones rojos. pantalones rojos autoestimaYa está. Lo hemos dicho. Nuestro mayor secreto queda pues al descubierto. Dicho esto, hoy vamos a hablar sobre la autoestima que, aunque resulta irrelevante al lado de lo de los pantalones, también parece tener cierta importancia en el ámbito de la seducción. Y es que hay que tener mucha autoestima para ponerse pantalones rojos.  

IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

Ahora en serio. Al parecer, la autoestima es una de las dimensiones psicológicas más relevantes dentro de la seducción y, por qué no decirlo, de la vida.

Luis Tejedor marcó tres objetivos a conseguir para seducir más y mejor a las que llamó las competencias naturales de la seducción. Es decir, fomentar el carisma, fomentar la capacidad de conmover y mejorar nuestra capacidad de convencer.

Al abordar el carisma, al contrario que otras escuelas de seducción, Luis planteó el hecho de “seducirse a uno mismo” para poder seducir a los demás, por tanto uno de los objetivos fundamentales que proponía Egoland era un trabajo de dentro hacia fuera, mucho más importante que unas técnicas globales para todo el mundo independientemente de quien fueras.

En ese seducirse a uno mismo, hay una dimensión fundamental llamada “la autoestima”, que afecta a diferentes facetas de nuestra existencia, todas de una extraordinaria trascendencia en el terreno de la seducción:

  • LA CONFIANZA:

autoestima
Las emociones son el origen de la motivación, movilizan la conducta. Dentro del repertorio emocional de las personas, existen dos emociones que guardan una relación especialmente estrecha con la motivación. La ilusión y el miedo. La ilusión alimenta una actitud expansiva, nos motiva a explorar y a salir de nuestra zona de confort. El miedo nos paraliza y motiva una actitud conservadora. Evidentemente, la confianza está íntimamente relacionada con la ilusión y totalmente desvinculada del temor.  

¿Qué relación tiene todo esto con la autoestima? La evidencia científica ha demostrado de manera reiterada que cuando nuestra autoestima es baja, el miedo a fracasar o a ser rechazados prevalecerá sobre nuestra motivación por alcanzar nuevos retos.

De este modo, experimentaré una especie de parálisis que me dificultará la persecución de mis metas en la vida, ya que el miedo a fracasar me incitará a no asumir riesgos. Asumiré unos mecanismos de afrontamiento defensivos, según los cuales trataré de proteger la fragilidad de mi autoconcepto mediante la evitación de la acción. Me recrearé constantemente en la gravedad del fracaso y en la enorme probabilidad de que este ocurra.

[pullquote]Cuando nuestra autoestima es baja, el miedo a fracasar o a ser rechazados prevalecerá sobre nuestra motivación por alcanzar nuevos retos.[/pullquote]

Sin embargo, si mi autoestima es elevada, mi pensamiento no dedicará tanto tiempo a pensar en la posibilidad de que las cosas salgan mal y se centrará más en los beneficios que puedo obtener al perseguir mis objetivos. De este modo, la ilusión se convertirá en el combustible que motive mi conducta y aprenderé a relativizar el fracaso y a verlo como una parte importante del camino.     

  • LAS HABILIDADES SOCIALES:

Cuando la autoestima de una persona esta dañada, se acentúa la importancia de la opinión ajena en la percepción de la valía personal. Tanto es así, que la opinión de los demás se convierte en una variable clave para gustarse a uno mismo. Antes de nada, cabe recordar que la opinión de los demás debería afectarnos hasta cierto punto si nuestra salud psicológica es buena. De lo contrario, tendríamos comportamientos egoístas, violentos o antisociales que podrían acabar llevándonos al ostracismo. Y no lo olvidemos, somos seres sociales. Es importante para nosotros contar con unas relaciones sociales saludables.

Sin embargo, nuestro bienestar psicológico también puede peligrar cuando conferimos demasiada importancia a la opinión de los demás. Esto es lo que ocurre en personas con una autoestima reducida. La opinión de los demás se convierte en la brújula que guía la propia conducta, traicionando de esta manera nuestros más genuinos deseos, opiniones y necesidades e intentando acomodarnos a cada persona que tenemos delante de manera camaleónica. Es así como traicionamos a nuestra autoestima, dejando de ser nosotros mismos para intentar acoplarnos a lo que creemos que los demás quieren que seamos.

Pero esta manera de actuar es contraproducente. El deseo de gustar más a los demás acaba provocando que resultemos inverosímiles, hipócritas, inseguros y, en definitiva, menos atractivos. A la gente le gustan las personas que se respetan a sí mismas, que son fieles a lo que piensan. Debemos aceptar que, hagamos lo que hagamos, jamás vamos a conseguir gustar a todo el mundo. Dejemos de intentarlo. Permitamos que nuestra identidad vaya cribando a las personas que se van presentando en nuestro camino, para acabar quedándonos con aquellas que sean compatibles con nosotros; que nos quieran por lo que somos y no por lo que pretendemos ser.  

 

  • LA AUTOESTIMA EN RELACIONES DE PAREJA:

Parece ser que tendemos a emparejarnos con personas que rondan nuestros niveles de autoestima. De esta manera, una pareja de personas con unos niveles de autoestima bajos tenderá a ser más insegura y menos capaz de comunicarse adecuadamente. Evidentemente, esto sentará las bases de una relación frágil, plagada de inseguridades y complejos.

La inseguridad de ambos miembros se traducirá en intensos episodios de celos y una profunda desconfianza mutua que intoxicará la relación. Se desarrollará una profunda dependencia por la aprobación del otro miembro de la pareja, dado que la autoestima de cada una de las partes estará en manos del otro. Y es que se recurrirá a la visión idealizada que la pareja tiene de uno mismo para alimentar nuestra autoestima, construyendo así una relación de codependencia en la que necesitaremos a la otra persona para poder querernos a nosotros mismos. Esto, a su vez, motivará un comportamiento de renuncia a aquellos aspectos de uno mismo que no se adapten a las expectativas de la pareja. En el largo plazo, esto generará un resentimiento y un distanciamiento, arrastrando la relación a la inevitable ruptura que, muy probablemente, resultara traumática por la dependencia emocional existente entre ambas partes.

Por el otro lado, cuando la autoestima de los miembros de la pareja es saludable, éstos no están necesitados de la aprobación del otro para gustarse a sí mismos, con lo que no se desarrolla una relación de dependencia tan dramática. Al contrario. Al sentirse dignos de ser amados, los miembros de la pareja se sentirán confiados y no experimentarán celos. Tampoco dependerán el uno del otro, ya que cada uno se responsabilizará de su bienestar personal y no necesitarán de la validación del otro para alimentar su autoestima. Los miembros de la pareja optarán por expresarse de manera genuina y honesta frente a la pareja, lo cual facilitará que se conozcan mejor mutuamente y que aprendan a gestionar sus conflictos de la manera más saludable posible. Evidentemente, su capacidad para comunicarse adecuadamente revertirá en el éxito y la durabilidad de la relación.

FUNCIONAMIENTO DE LA AUTOESTIMA

Los primeros años de vida son claves a la hora de construir nuestra autoestima. La manera en que nuestros progenitores nos eduquen, sus formas de mostrar afecto y la utilización del premio y del castigo serán esenciales a la hora de determinar nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos. Sin embargo, la autoestima es dinámica. No somos prisioneros del trabajo que hicieron nuestros educadores, y es que podemos aprender a reconstruirla y a cultivarla de manera que ésta se desarrolle saludablemente.

Existe la creencia de que nuestras circunstancias tienen un enorme peso sobre nuestra autoestima. Si tengo un buen trabajo, si tengo buenas relaciones sociales, si soy una persona atractiva… mi autoestima será buena.

[pullquote]La autoestima es dinámica. No somos prisioneros del trabajo que hicieron nuestros educadores, y es que podemos aprender a reconstruirla y a cultivarla de manera que ésta se desarrolle saludablemente.[/pullquote]

Circunstancias 🡪 Autoestima

Efectivamente, nuestras circunstancias tienen cierto peso sobre nuestra manera de sentirnos con nosotros mismos, pero si nuestras circunstancias determinaran nuestra autoestima, la autoestima estaría reservada solo para aquellas personas que han nacido en el primer mundo, que se han criado en familias estructuradas y que desfilan por las pasarelas como modelos. Pero esto no sucede. De hecho, la relación sería más bien la inversa. Si confío en mí mismo, es más probable que asuma los retos necesarios para optar a un mejor puesto de trabajo. Si estoy en paz conmigo mismo, mis relaciones con los demás serán más naturales y satisfactorias. Si me quiero a mí mismo, es más probable que me cuide y que, por lo tanto, tenga un mayor atractivo físico. Es decir, si tengo una buena autoestima, mis circunstancias mejorarán.

Autoestima 🡪 Circunstancias

Pero, entonces ¿Qué factores determinan la autoestima? ¿Cómo se transforma? Para comprender cómo sucede la construcción de la autoestima, veamos un ejemplo.

Se hizo un estudio midiendo los niveles de autoestima de un grupo de taxistas y de un grupo de altos cargos de empresas importantes. Las condiciones laborales (p. ej., salario, carga de trabajo, número de horas a la semana) eran siempre mejores en el segundo grupo que en el primero. Es decir, las Circunstancias laborales eran siempre mejores en el grupo de los altos cargos. A la hora de medir los niveles de autoestima de unos y de otros, se pudieron observar unos niveles de autoestima ligeramente superiores en el grupo de los altos cargos. Sin embargo, los investigadores no conseguían entender que las diferencias fueran tan pequeñas, teniendo en cuenta la abismal diferencia entre las condiciones laborales de unos y de otros. De este modo, decidieron entrevistar a un taxista con buena autoestima y a un alto cargo con baja autoestima, para tratar de esclarecer los motivos por lo que las diferencias en autoestima eran tan bajas. En el caso del taxista, cuando se le preguntó por sus niveles de satisfacción con su trabajo, éste dijo que eran muy elevados ya que gracias a su trabajo podía llevar dinero a casa con el que sacar adelante a sus dos hijos, que iban muy bien en el colegio últimamente. El alto cargo respondió que sus niveles de satisfacción eran bajos, ya que estaba profundamente frustrado por no haber alcanzado la presidencia de su empresa todavía.

Como podemos observar, las diferencias en los niveles de satisfacción laboral de uno y de otro radica en el foco de atención en el que cada uno se centra a la hora de analizar su situación profesional. La manera en que valoran sus circunstancias.

Valoración de las Circunstancias 🡪 Autoestima

Esto es lo que ocurre con la autoestima. Cuando se padecen problemas de autoestima, generalmente existe una magnificación de los puntos débiles y una minimización de las virtudes. Y claro, cuando los defectos eclipsan con su tamaño a las virtudes, la atención tenderá a posarse sobre ellos más frecuentemente. De este modo, cuando me observo a mí mismo reflejado en un espejo tengo dos opciones: fijarme en los kilos que he ganado estas navidades o fijarme en lo bien que me queda el pelo últimamente.

Y es que la autoestima es precisamente eso; el reflejo que veo cuando pienso en mí mismo. Los humanos somos capaces de construir una imagen de nosotros mismos (una identidad o autoconcepto) y de otorgarle después un valor (hacer una autovaloración). Éste es un proceso que ocurre de manera incesante. Nuestro pensamiento dedica ingentes cantidades de tiempo a reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestra identidad y sobre aquellas facetas que podemos mejorar de nosotros mismos.

coyete y correcaminos autoestimaMucha gente piensa, incorrectamente, que fortalecer la autoestima tiene que ver con alcanzar nuestras metas. Todas. Ser perfectos. Pero amigos, nadie es perfecto. Y, sin embargo, existe mucha gente con una autoestima saludable ¿Dónde está la clave?

Lo veremos con la metáfora del coyote y el correcaminos. El coyote se pasa la vida persiguiendo al correcaminos. Pero jamás lo ha alcanzado, ni lo hará. Todos somos coyotes, persiguiendo a nuestro yo ideal. Se trata de una persecución perpetua, interminable. Cuando alcance al yo ideal que persigo hoy día, mi yo ideal se habrá desplazado, habrá mutado. Como quien intenta alcanzar un arcoíris. Es simplemente imposible.

No obstante, es preferible que la tensión que existe entre quién soy y quién me gustaría ser, jamás desaparezca. En cierto modo, es esta tensión la que confiere sentido a nuestra vida, la que nos hace levantarnos de la cama por las mañanas, la que nos hace esforzarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos. Pero, si la autoestima no tiene que ver con alcanzar al correcaminos ¿en qué consiste entonces? Al parecer, la autoestima depende de la manera que tenemos de animar a nuestro coyote para que persiga al correcaminos. Existen dos opciones: el látigo y la zanahoria.

La utilización del látigo consistiría en animar al coyote mediante azotes: “has engordado, vete al gimnasio”, “hace siglos que no tienes sexo, ponte las pilas”, “eres inútil, a ver si encuentras un trabajo de lo tuyo de una vez por todas”. El látigo, por lo doloroso, moviliza la conducta. Sin embargo, el combustible del cambio es la propia autoestima. Cada pequeño avance que hacemos hacia nuestro correcaminos se paga caro. Es probable que conozcas multitud de personas que han alcanzado grandes metas gracias al látigo. Gracias a una especie de disciplina autolesiva con efectos adversos. Si bien es cierto que el látigo puede producir grandes resultados, los daños colaterales sobre la autoestima son demasiado elevados. Además, hay ámbitos en los que el progreso es imposible de conseguir sin una buena autoestima. Véase, por ejemplo, el ámbito de la seducción y de las relaciones sociales. Mientras que puede resultar posible tener una autoestima debilitada y progresar a nivel físico, es complicado alcanzar una vida afectivo-sexual plena sin una buena autoestima de base ya que, como hemos visto, nuestra autoestima determinará en gran medida nuestros niveles de atractivo y la calidad de nuestras relaciones de pareja.     

La zanahoria parte de una filosofía diametralmente opuesta a la del látigo. El látigo posa su atención sobre el fracaso personal que suponen los defectos propios y los subraya para convertir la frustración en movimiento. Por el contrario, la zanahoria parte de una actitud de aceptación y compasión hacia el yo actual. El punto de partida es un profundo amor propio hacia nuestro coyote, aceptando las propias debilidades. A sabiendas de que jamás se logrará alcanzar la perfección, de que no podemos esperar a ser perfectos para querernos a nosotros mismos, porque es un hecho que jamás alcanzaremos a nuestro correcaminos. No obstante, no hay que confundir la zanahoria con el conformismo. La zanahoria también ambiciona el crecimiento. Pero en vez de centrarse en el sufrimiento que provoca no haber alcanzado nuestros objetivos, se centra en la alegría y la ilusión que suscita la idea de poder hacerlo con el esfuerzo y la perseverancia necesarias. Por ejemplo, “puedo gustarme y ser feliz sin pareja, lo cual no quita para que me motive la idea de poder llegar a compartir mi vida con alguien que me quiera y a quien quiera”.

En definitiva, este es el funcionamiento básico de la autoestima. Si te pica la curiosidad y quieres conocer tus niveles de autoestima (y de otras dimensiones psicológicas relacionadas con la seducción), puedes hacerlo en nuestra página web, en el apartado de Evaluación Gratuita (arriba a la derecha). Además, si quisieras trabajarla con nosotros, puedes pinchar en el link que se deja a continuación. Ahora toca ponerse manos a la obra, toca perseguir a nuestro correcaminos ¿A qué estás esperando?

Autor: Hugo Pérez

Cómo seducirse a una misma en 5 pasos

Hola amigas,

¿Os habéis planteado alguna vez por qué es tan complicado sentirnos satisfechas y a gusto con nosotras mismas? ¿Qué es aquello que nos impide disfrutarnos? ¿Por qué tantas veces escuchamos lo de: “es que no tengo autoestima”? O, ¿”no tengo seguridad ni confianza en mi misma”?

La verdad es que la “falta de autoestima” o la “falta de capacidad para valorarnos y aceptarnos” parece ser el gran mal de nuestra sociedad. Vamos por el mundo, como “a medias”, porque realmente no hemos aprendido a gestionar lo que tenemos, lo que somos, y lo que podemos llegar a ofrecer. El por qué, es simple: no sabemos, ni nos sentimos legítimas para reconocer nuestras habilidades, aptitudes, virtudes, capacidades… Así como tampoco, aquello susceptible de cambio, nuestras debilidades. Es decir, nos cuesta RECONOCER, VALORAR y EXPRESAR abiertamente hacia nosotras y hacia los demás nuestra identidad y todo lo que la conforma.

¿Qué te gusta de ti? ¿Te sientes orgullosa de algo? ¿Qué es lo que más valoras de tu físico? ¿Y de tu personalidad? ¿Qué logros has obtenido en la vida? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Qué aspectos te gustaría mejorar?

Las respuestas, a estas preguntas, (y lo vemos en talleres la mayoría de veces), suelen quedarse cortas. Como decía: “vamos a medias” y nos “expresamos a medias”. Por si a caso, alguien se piensa que “me creo más, o que soy una flipada, o que tengo la autoestima por las nubes”. Pues bien, amigas… Aquí yace el primer problema, de nuestra falta de autoestima. Buscamos encajar, y a la vez, no parecer que nos creemos más de lo que somos. Y todo ello afecta a nuestra actitud en la vida. Nos comparamos con los demás, y nos evaluamos a partir de los demás. Y por si fuera poco, vivimos como apegadas a la aprobación externa.

Lo que está claro es que asumir abiertamente que tenemos cosas buenas y otras no tan buenas, es una tarea complicada; no se nos ha enseñado. O bien, hemos vivido una serie de experiencias que nos han limitado esta capacidad. La cuestión es que: ni somos perfectas. Ni la pretensión debe ser llegar a serlo. Y ni mucho menos, aparentarlo. La elevada exigencia y exceso de perfeccionismo, al final sólo trae problemas, y grandes dolores de cabeza. Y lo peor: en esa lucha nos perdemos el enorme placer de poder disfrutarnos y disfrutar de la vida.

Llegados a este punto, creo que toca empezar a ponerse manos a la obra. ¿Qué podemos hacer para dotarnos de una identidad bien definida, integrada y aceptada por cada una de nosotras? ¿Cómo potenciar nuestra habilidad para comunicar y transmitir a los demás quién somos?

SEDUCIRSE A UNA MISMA ES LA CLAVE

En Egoland nos planteamos trabajar en lo que llamamos “seducirse a una misma”.

Para seducirnos tenemos que mejorar la relación que mantenemos con nosotras mismas

Seducirse a una misma pasa por trabajar los siguientes aspectos: nuestro autoconcepto, nuestra autoestima y la manera cómo comunicamos quién somos. Esto es: qué pienso y siento respecto a mi misma, y cómo lo expreso en la interacción con los demás.

Para seducir a los demás debes seducirte primero a ti misma

Desde nuestro punto de vista, y desde la base de lo que enseñamos en talleres, partimos de que seducirse a una misma es el primer paso para cultivar una actitud seductora hacia los demás. Y esto es súper importante para que todo fluya en nuestro día a día. Vivimos en sociedad, y por ende, nos relacionamos. Y según sea nuestra actitud – que dependerá en gran parte de cuanto de seducidas estemos de nosotras mismas –, gozaremos de unas relaciones más o menos satisfactorias.

Seducirnos a nosotras mismas pasa también por seducirnos delante de los demás

En las relaciones que mantenemos a diario, se pone de manifiesto nuestra personalidad: cómo hablas, qué dices, cómo te mueves… (todo lo que expresas a través de tu lenguaje no verbal), así como lo que comunicamos de quién somos, qué hacemos, por qué lo hacemos… Por lo tanto, es imprescindible conectar con nosotras mismas, aumentado nuestro auto-conocimiento y potenciando nuestra habilidad para comunicarlo de forma efectiva y transmitir aquello que queramos.

Ahora bien, ¿CÓMO SEDUCIRSE A UNA MISMA?

A continuación os propongo 5 pasos esenciales para que empecéis a cultivar una nueva actitud personal que os permita mejorar la relación que mantenéis con vosotras mismas, y con vuestro entorno.

LOS 5 PASOS PARA SEDUCIRTE A TI MISMA Y MEJORAR LA AUTOESTIMA

  1. CONOCERSE Y ACEPTARSE

Seducirse a una misma (y por lo tanto, mejorar la autoestima y autoconcepto) pasa por conocerse. Y para conocerse hay que hacer un ejercicio profundo para reconocer las propias cualidades y debilidades honestamente. Parece fácil, pero no lo es. Supone enfrentarse a miedos, inseguridades y exponerse a todo ello para empezar a gestionar lo que pensamos y sentimos sobre nosotras mismas.

[bctt tweet=»“Para conocerse bien hay que ser honesto y valiente” — Carlos Alonso»]

El autoconocimiento pasa por valorar la imagen que tenemos de nosotras mismas. Si no encaja con la realidad de nuestro potencial y capacidades, probablemente nos costará más aceptarnos, ya que estaremos asumiendo una vida mucho más pobre de la que podríamos tener.

Maneras de conocerte y aceptarte

+ Reflexionar y valorar qué es aquello que te define

+ Reconocer que tienes unos atributos positivos, valorarlos y aceptarlos

+ Reconocer tus logros y éxitos y valorarlos

+ Reconocer que tienes ciertas debilidades, aceptarlas y ver cómo mejorarlas

+ Valorar qué piensas y cómo te sientes contigo misma, y en tu interacción con los demás

+ Y lo primordial: Ser consciente de que eres ÚNICA, ESPECIAL y CON UNAS CUALIDADES PROPIAS que te distinguen y a las cuales deberías sacarle el máximo partido para cultivar la mejor versión de ti misma

Al final de lo que se trata es de ser consciente tanto de tus cualidades positivas como de tus debilidades.

RECONOCERTE EN TU TOTALIDAD, PARA PODER POTENCIAR LO POSITIVO Y TRABAJAR EN AQUELLO QUE QUIERAS MEJORAR.

Propuesta para reconocer tus cualidades y debilidades

Para reconocer tanto tus puntos fuertes como tus puntos más débiles, un ejercicio que te pueda ayudar es hacer como una especie de radiografía personal, para luego tomar conciencia de los atributos positivos que tienes y de tu potencial. Igualmente, preguntarte por tus debilidades te ayudará a tener una visión mucho más amplia y realista, así como a hacer un trabajo más completo.

Ejercicio de autoconocimiento inicial:

  • ¿Qué cualidades tengo? ¿Qué me hace especial? ¿Qué me gusta de mi?

  • ¿Qué debilidades considero que tengo? ¿Puntos a mejorar?

  • ¿Qué cosas me interesan? ¿Qué me gusta hacer?

  • ¿A qué me dedico en la vida? ¿Me gusta?

  • ¿Qué me planteo hacer? ¿Qué planes futuros tengo?

Luego, una vez nos reconozcamos con ciertos atributos, es importante saber cómo lo transmitimos. Siempre podemos sacarnos más partido fortaleciendo aquello que nos hace únicas y especiales. Es decir, POTENCIAR nuestras virtudes.

  • ¿Qué es aquello atractivo o aquellas cualidades positivas que hacen que guste? Y, ¿qué es aquello que transmites? 

 

  1. CHEQUEAR LA HISTORIA PERSONAL E INTEGRARLA

Todas y cada una de nosotras tenemos una historia personal; unas experiencias y recuerdos que conforman parte de nuestro pasado, pero también de nuestra identidad, y de quien somos hoy en día. Nuestra forma de actuar, y de interactuar viene dada por la forma en la que hemos aprendido a gestionar lo que nos ha ocurrido. En este punto, ¿qué es importante?

Tomar conciencia de tu historia personal

Algunas preguntas que te pueden ayudar a ello:

  • ¿Qué experiencias he vivido y que han conformado la persona que soy hoy en día?

  • ¿Cómo he aprendido a afrontar los sucesos de la vida?

  • ¿Qué conductas he repetido muchas veces en mi vida y que no me han funcionado?

  • ¿Qué es lo que sí me ha funcionado?

  • ¿Qué es aquello que me cuesta de perdonarme?

seducirse-una-misma-1

Integrar y valorar tu historia personal

Esto te permitirá aceptarte y ser consciente de que hay ciertos aspectos que han conformado tu personalidad y tu manera de estar en el mundo. Que hay cosas de las cuales no puedes desprenderte, ni borrarlas. Simplemente se trata más de realizar un proceso de aceptación, más que de culpa o arrepentimiento.

Te propongo una fórmula muy sencilla para integrar los tres tiempos en los que nuestra mente suele moverse:

  • Mirar atrás, y abrazar tu historia como parte de ti

  • Mirar en presente, y reconocer el lugar donde estás

  • Mirar en futuro, para decidir qué pasos vas a dar hoy

  1. DEFINIR TUS VALORES, LO QUE TE IMPORTA, Y ACTUAR EN DIRECCIÓN A ELLO

Definir qué es aquello que de verdad te interesa, y por lo que estás dispuesta a luchar. Se trata de precisar qué quieres conseguir en los diferentes ámbitos de tu vida, y plantearte objetivos y metas a cumplir. Esto te dará una coherencia interior, permitiéndote tener un mejor conocimiento de quién eres, y qué quieres en tu vida.

Tener objetivos concretos y precisos nos ayuda a sentirnos bien (coherentes) y a hacer cosas que nos benefician

Cómo reconocer tus valores

Define qué es lo que te gustaría conseguir en los diferentes ámbitos que conforman tu vida. Te dejo algunas de las áreas más importantes, y algunas preguntas que te pueden ayudar a precisar acciones que te gustaría llevar a cabo:

  • Familia: ¿cómo me gustaría verme actuando como hija, hermana, madre, sobrina…? ¿Hay algo qué estaría haciendo diferente?
  • Pareja / relaciones: ¿cómo me gustaría verme actuando en mis relaciones con mi pareja, o en mis relaciones con los hombres? ¿Sería una mujer más espontánea, libre o más comunicativa?
  • Trabajo: ¿cómo me gustaría verme actuando en mi rol como trabajadora? ¿Estaría aprovechando mejor mi tiempo? ¿Sería más organizada, o más comunicativa…?
  • Ocio, tiempo libre: ¿cómo me gustaría verme actuando para aprovechar mi tiempo libre? ¿Estaría haciendo más o menos actividades de las que hago?
  • Amistades: ¿cómo me gustaría verme actuando en la relación con mis amigos? ¿Estaría quedando más con ellos? ¿Buscaría conocer a gente nueva?
  • Salud: ¿cómo me gustaría verme actuando respeto a mis conductas de autocuidado? ¿Cambiaría algo de mi dieta? ¿Haría más ejercicio?

Define qué pasos podrías empezar a dar hoy mismo para acercarte a aquello que es importante para ti. Te dejo algunos ejemplos que te sirvan como guía:

+ Ejemplo 1: Si te gustaría comunicarte más con tu padre o demostrarle más apoyo…: ¿podrías llamarle esta semana para preguntarle cómo le va?

+ Ejemplo 2: Si quieres volver a ver a un chico con el que quedaste la semana pasada, pero no habéis hablado más. ¿Podrías mandarle un mensaje al salir del trabajo?

+ Ejemplo 3: Si te planteas ser más eficiente en tu trabajo, ¿podrías hacer algo para organizarte mejor el tiempo? 

seducirse-una-misma-2

  1. CUIDARTE A UN NIVEL INTEGRAL

Es decir, hacer cosas que te ayuden a mantenerte saludable: dieta, ejercicio (mover el cuerpo), mantener relaciones sociales satisfactorias, evitar el estrés y las actividades o contextos que te lo provoquen, etc.

Estar saludable mejora nuestro bienestar tanto físico como emocional, y nos da la energía necesaria para llevar a cabo todo aquello que nos propongamos

Al final, se trata de un circuito que se retroalimenta. Si haces cosas para mejorar tu estado físico, tu estado mental se verá positivamente influido; reduciéndose el estrés o aumentando la tolerancia a él. Por ejemplo: mantener el cuerpo en movimiento, evitar algunas comidas, o cambiar la dieta son algunos aspectos básicos a tener en cuenta.

Igualmente, si procuras cambiar aquello que te provoca malestar en tu vida (relaciones negativas, insatisfacción laboral…), estarás contribuyendo a que tu salud mental se mantenga más equilibrada, y por lo tanto, ayudarás a que tu cuerpo no se resienta padeciendo ciertas dolencias como dolores de cabeza, problemas cardíacos, dolencias renales…

Por ejemplo: revisar tus relaciones, y ver si hay algunas personas en tu entorno que consideras que te restan energía, o analizar qué aspectos de tu día a día pueden ser susceptibles de cambio o de mejora.

  1. MEJORAR TU HABILIDAD COMUNICATIVA

Esto es, potenciar una comunicación que sea asertiva, empática, divertida, y eficiente. Comento brevemente cada punto, aunque en artículos posteriores me centraré en detallar dichos aspectos de la comunicación:

  • La comunicación asertiva nos permite expresar en base a nuestros sentimientos personales lo que queremos y nos ayuda a hacernos entender, conectar con los demás, y a sentirnos coherentes con nosotras mismas.
  • La empatía nos permite conectar con nuestro entorno, entendernos y entender a los demás, y disfrutar de las relaciones de una forma sana y fluida.
  • La diversión o sentido del humor, hace que podamos relativizar ciertos aspectos del día a día, sacar sonrisas, y mantenernos en un mejor estado anímico.

De lo que se trata es de tener una comunicación que nos permita gestionar nuestras relaciones de una manera satisfactoria. Esto sin duda, nos reporta grandes dosis de autoestima; porque hace que nos sintamos bien y en sintonía con quien somos y lo que queremos mostrar.

[bctt tweet=»Tú te mereces tu cariño y afecto. — Gautama Buddha «]

PARA FINALIZAR…

Espero que os haya sido útil el artículo de hoy y que os animéis a hacer algunas de las tareas propuestas. SEDUCIRSE A UNA MISMA considero que es el mayor regalo que todas y cada una podemos hacer por nosotras mismas.

Y reconozco que la pereza y nuestra tendencia a vivir en zona de confort, nos provoca bastante resistencia para avanzar en algunos puntos. Pero sólo pregúntate: ¿por qué no puede ser hoy el día en que decido que ya basta de más de lo mismo?

Os recuerdo que cada mes estamos dando talleres presenciales en Madrid, Barcelona y Valencia, en los cuales, trabajamos en seducirnos a nosotras mismas, y en muchas otros aspectos.

Si te animas, no dudes en informarte de las próximas fechas y de todo el contenido que tenemos preparado!

Mejorar las relaciones de Pareja (II): La autoestima

En el primer artículo de esta serie os hablé de porqué se rompen las parejas y de cómo ciertos factores de elección influyen en el futuro de nuestra relación. Si no lo habéis leído, podéis hacer clic en el siguiente enlace:

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/mejorar-las-relaciones-de-pareja-i-por-que-se-rompen/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]Mejorar las relaciones de Pareja (I)[/button]

“Amarse a uno mismo no es egoísmo, para poder amar a los demás primero aprendí a amarme a mí mismo”

Rafael Lechowsky.

Con esta idea deberíamos empezar toda relación de pareja. Sin embargo, no suele ser una práctica habitual. En la gran mayoría de los casos, empezamos relaciones a sabiendas de que estamos afectadas/os aún por las consecuencias de la anterior o simplemente, porque nos sentimos solas/os y queremos aferrarnos a cualquier persona que que nos ofrezca un poco de cariño. Nos decimos cosas como “un clavo saca a otro clavo”, “es que es tan bueno…” o “cuanto me quiere”. Pensando poco o nada en cuales son nuestras circunstancias y en lo que nosotras/os sentimos y necesitamos. La verdad es que nos queremos muy poco… muy, muy poco.

Supongo que es mucho más fácil reforzar nuestra autoestima cuando alguien que nos quiere nos dice lo guapas/os, listas/os y divertidas/os que somos. ¡Eso no se lo cree nadie!. Cuantas veces habré oído la frase: “tu, que me ves con buenos ojos”. Esta expresión refleja perfectamente lo importante que es la imagen que tengamos de nosotras/os mismas/os. Cierto es que lo que los demás piensen nos afecta, pero de poco vale si nuestra propia percepción es totalmente negativa.

Voy a ponerlo más sencillo: nos importa una mierda lo que nos digan si nosotras/os no lo vemos así. El hecho de aceptar la opinión de los demás a sabiendas de que no nos la creemos, a la larga supondrá crear una dependencia hacia la otra persona, acabando por buscar continuamente su aprobación para sentirnos un poco mejor. Dependencia emocional, menudo problema. Y es que tener que estar diciéndole todos los días a alguien lo bueno que tiene acaba por ser agobiante. Estoy seguro que a más de una/o le habrán dicho: “es que hoy no me dijiste que me querías”, “hace mucho que no me dices lo guapa/o que estoy”, “parece que no te importo”, y un largo etc. de frases que no hacen más que mostrar nuestras inseguridades y lo poco que nos queremos en realidad. Pero esto no acaba aquí…autoestima-autoconcepto-relaciones-pareja

Existe un nivel mayor de dependencia que supondrá el súmmum de la ausencia de autoestima: usar las relaciones sexuales para sentirnos mejor. Se trata de tener sexo con nuestra pareja (también con desconocidas/os) para sentirnos queridos y para que nos demuestren lo guapas/os, sexys o buenas/os amantes que les parecemos. Sin embargo, este no es el problema en si mismo. El problema es que la falta de sexo o el rechazo del mismo (“hoy no me apetece”, por ejemplo), dará lugar a sentimientos de inseguridad, inferioridad, tristeza y sobre todo al famoso pensamiento irracional: “si no tenemos sexo es porque ya no le atraigo”. Es decir, acabamos haciendo del sexo un arma de doble filo. Por un lado, nos hace sentir “falsamente” bien si lo practicamos, pero por el otro nos destroza psicológicamente en caso de no tenerlo. Sería algo muy parecido a tener frío y taparse con una servilleta. Por otro lado, también existe la posibilidad de estar todo el día practicando sexo, pero seamos realistas: ¿no sería mucho mejor tener un sexo sano y de calidad sin que la ausencia del mismo nos lleve a sentirnos peor? No voy a responder si quiera a esta pregunta.

Volvamos entonces al tema que nos concierne en este artículo: QUERERSE. La autoestima es la base de nuestro autoconcepto, la base de nuestra valoración personal y la base necesaria para establecer relaciones personales de calidad. Sin ella estamos perdidos. ¿Cómo nos van a querer, si ni siquiera nosotras/os nos queremos? A todas y a todos nos gusta que nos quieran de la mejor forma posible…

Entonces, ¿por qué no buscamos relaciones de calidad? Porque simplemente, y como ya os dije en el artículo anterior, no creemos que podamos aspirar a algo mejor. Por tanto, si aprendemos a querernos, acabaremos por ser más felices, por sentirnos mejor y a consecuencia, acabaremos por aprender a querer de forma adecuada a los demás buscando aspirar, precisamente, a algo mejor. Esa es la clave de la autoestima. ¿Y cómo podemos aprenderlo? Establecer una lista de prioridades sobre lo que es aceptable y lo que no para nuestras relaciones (ampliado en el artículo anterior) te ayudará a conocer un poco más sobre tus gustos y necesidades. Por otro lado, hacer una lista con tus virtudes y defectos y analizar cada uno de ellos, te hará ver en que destacas y que es lo que se puede mejorar. No obstante, y como es posible que esto no sea suficiente, puedes apuntarte al taller “SEDÚCETE A TÍ MISMO” En él podrás conocer tus puntos fuertes y tus puntos débiles, reconocer tus éxitos y tus fracasos, descubrir que todas y todos tenemos cosas buenas que ofrecer al mundo y alcanzar una visión más acertada de quien eres tu en realidad. Yo desde luego, me quedaría con esta última opción…

En el siguiente artículo y una vez que hayas “domado” tu autoestima, intentaré ayudarte a reconocer tus inseguridades y te daré algún que otro consejo para convertirlas en auténticas fortalezas. No te lo pierdas.

Jorge

Autoestima: Ejercicio práctico de autoevaluación

Mucho hemos hablado en esta web de la autoestima y creo que ya tenemos claro que es la relación entre nuestros afectos positivos o negativas y nuestro autoconcepto.  Al final y para ser más concreto la valoración que le damos a nuestra imagen de nosotros mismos.

Trabajar nuestra autoestima

Para tener una autoestima más o menos objetiva será necesario pararse a pensar en quienes somos y qué hacemos. Para ayudaros a entender el proceso voy a hacer un post/experimento, hoy que tengo en mente sentarme media hora conmigo mismo a evaluarme y a conocer un poco mejor al Álvaro de los últimos meses, a ese que hace tiempo que no he tenido tiempo de preguntar cómo se siente.

Hago este experimento por qué os puede ayudar a entender el proceso, aún a sabiendas de qué durante el mismo puedo emocionarme, enfadarme  conmigo mismo o incluso mostrar mis debilidades delante de vuestras lecturas, lo cual convierte esto en algo más emocionante, supongo.

evaluacion de autoestima debilidades y fortalezas

EXPERIMENTO DE AUTOESTIMA ¿COMO EVALUARTE? EJEMPLO CON ALVARO

Lo primero que he de hacer es pensar en qué facetas son las más importantes de mi vida y hacer una pequeña separación, aunque en realidad es imposible llegar a hacerla de una manera clara.

Mi vida profesional

Mi vida académica.

Mi familia.

Mi vida social.

Ahora voy a inmiscuirme en ellas, no tanto en el contexto si no en cómo he actuado yo en esos ámbitos de una forma sincera y objetiva. Vosotros debéis hacer lo mismo.

Yo en mi Vida Profesional:

La vida me ha situado en una situación privilegiada y me siento con la obligación de aprovecharla. Tengo la responsabilidad de aprovechar la oportunidad que tengo delante, donde me siento un profesional valorado por mis clientes y compañeros de trabajo y sinceramente yo también me valoro mucho cómo profesional, me considero sobresaliente en mi labor de profesor de habilidades sociales.

Aunque llevo toda la vida trabando de esto, sólo llevo un año codirigiendo un proyecto cómo este y algunas cosas me hacen sentirme pequeño y cometo errores que me duele cometer. Siento una presión que por una parte me excita y me motiva. Por otra parte alguna situaciones externas a mi empresa me provocan dolor y no sé como gestionarlas.

Yo en mi Vida Académica:

Nunca he sido un estudiante sobresaliente, aunque la verdad es que amo mi carrera y las notas empiezan a ser muy altas porque he madurado y empiezo a darme cuenta del valor de mi tiempo y de la importancia que tiene para mi empresa mi formación. Podría hacerlo mejor, pero teniendo tantas obligaciones cómo tengo me siento satisfecho.

Yo en mi Vida Familiar:

Probablemente lo que más me emocione de todo esto. No hay nada tan valioso cómo la familia. Mis hermanos trabajan conmigo y tengo la suerte de poder compartir tiempo con ellos. Mis padres cumplen años y sus momentos son distintos al mio. Me gustaría poder hacerles más felices a los cuatro y el no conseguir esa sensación de paz y armonía que tanto deseo me duele. Anhelo dedicarle más tiempo a mis padres pues les admiro mucho cómo personas y tengo mucho que aprender de ellos y sé que no durarán para siempre.

Además me hago mayor y es cosa mía todo lo que me pasa. Estoy orgulloso de cómo he dado el paso hacia la madurez e independencia pero a veces lo pienso y tengo vértigo. Lógico supongo.

Yo en mi Vida Social:

En los tiempos que corren donde todo lo que nos rodea en la televisión, diarios, carteles y el mundo en general se presenta cómo hostil estoy muy feliz de ser una persona que conscientemente y suponiéndole un esfuerzo intenta mostrar y compartir energía positiva con mi entorno.  Creo que probablemente sea lo que mas destacaría de mí. Siempre he creído que mi forma de comunicarme con el mundo es lo que me convierte en seductor. Probablemente sea eso lo que provoca que mujeres maravillosas, amigos interesantes y personas enriquecedoras decoren la mayoría del tiempo mi vida. Gracias a ellas soy lo que soy o gracias a ser cómo soy ellas están ahí. No lo se, en cualquier caso me agradezco mucho lo que dependa de mí para que eso sea así.

 

EVALUACIÓN POSTERIOR

He analizado mi conducta en distintas facetas de mi vida, vosotros debéis hacer lo mismo con las facetas de vuestra vida que creáis pertinente. Ahora se presenta una actividad igual de enriquecedora que consta de dos procesos.

 

En primer lugar agradecernos y valorar todo lo positivo que tenemos en cada campo. En mi caso puedo destacar el esfuerzo, la positividad, mis habilidades y un par de cosas más. Premiaos por lo positivo porque forma parte de vuestro patrimonio y en mayor o menor medida sois creadores de vuestras fortalezas.

Por último habrá cosas que os duelan, que quizá no estéis tan orgullosos o que os duelan. Perdonaos a vosotros mismos, tened la paciencia que tendríais con alguien a quien amáis. Esto para mi es vital. No os castiguéis porque no os llevará a ningún sitio. Con esa paciencia que he comentado antes fijad un camino, unas metas a corto plazo que no sean difíciles de cumplir y que os hagan sentir mejor con esas debilidades.

Si no os importa eso me lo vais a permitir hacer en la intimidad, pues sino, sabréis más de mi que yo mismo . Espero que os haya servido este experimento/post/ejercicio en público. Yo desde luego necesitaba hacer este análisis tras un tiempo y me ha parecido útil mostraros el proceso, espero que sigáis este proceso con cariño y amor hacia vosotros mismos.

¿QUIERES LEER MÁS ARTÍCULOS DE HELIO?

[button color=»red» link=»https://www.egolandseduccion.com/author/helio/» size=»medium» target=»_blank» font=»georgia» textcolor=»#FFFFFF» bgcolor=»#500752″ align=»center»]Artículos de HELIO[/button]

 

¿QUIERES LEER A HELIO EN SEDUCTOR EGOLAND? ¡Cómpralo aquí!

Comprar reservar seductor Egoland

El rechazo I (una visión de Ana y Selu)

Nota del editor de Egoland: Hay artículos tan buenos que no pueden ser cortados, os dejo con uno de esos, si es muy largo, leedlo en dos tandas, pero no os perdáis ni una linea.

gestionar el rechazo

Resulta que hace poco, escuchaba la última entrevista de Egoh en la radio, y me inspiró… ¿eh? ¿No la habéis escuchado todavía? Bueno, por esta vez pasa… Click Aquí

El Rechazo.

Es una palabra un poco dura. Incluso el pensar en ella demasiado rato, nos hace temblar un poquito. ¿Quién no le tiene un poco de miedo? Rechazos para conseguir nuestro ansiado aprobado en el último examen, rechazos para llegar a ese puesto en la empresa… y por supuesto, rechazos de las chicas que nos gustan.

Dentro de estos últimos, hay un montón de posibilidades: Que si voy a hablarle y la tía pasa de mi… Que si me da el teléfono y al día siguiente no me lo quiere coger… Que si quedamos y ella me deja tirado en la cita… Que si me empieza a gustar de verdad y me da miedo a expresarlo por miedo al RECHAZO

El miedo al rechazo, visto desde una óptica psicológica, es un cúmulo de experiencias negativas que han condicionado negativamente nuestra forma de ver una realidad que, después de todo… ¿Y si no es tan mala como la pintamos?

Para mí, personalmente, cada rechazo en cada área de mi vida, ha sido un paso más hacia mis metas, un peldaño más en la escalera que nos lleva hacia lo que buscamos. Porque, amigos, no podemos controlar cómo se van a comportar las demás personas con nosotros, pero sí podemos controlar NUESTRA PROPIA CONDUCTA. Y eso incluye, cómo nos vamos a tomar nuestros rechazos.

Y con la experiencia, me he podido dar cuenta de que la mejor forma de hacerlo es riéndonos de nosotros mismos y de la situación, aparentemente negativa a la que se ha llegado. Pongamos que vamos subiendo a toda prisa una escalera y se nos escapa un pie y nos tambaleamos un instante… ¿Nos plantearíamos por ello bajar toda la escalera? ¿O, simplemente, parar un segundo, coger impulso y seguir subiendo? Pongamos que esperando al autobús hemos empezado a hablar con Macarena, que está leyendo un libro de Oscar Wilde, y como quiere ser tan inteligente como él, nos ha respondido algo un poco feo para nuestra autoestima.

Sin embargo, nosotros no hemos necesitado contarle a Macarena lo molones que somos, le hemos sonreído y le hemos dicho que su rollo de tipa dura cada vez nos gusta más. De este modo, ¿Qué puede pensar Macarena de nosotros?

“Jo—, le he dicho a este tío que ni me interesa conocerle, ni que me cuente su vida, pero sólo se ha reído y me ha hablado con una sonrisa,… ¿Será que he sido un poco maleducada con él? O ¿Será que es más molón de lo que yo creía?”

Por cierto, chicos y chicas, ¿Sabéis que a Michael Jordan no lo aceptaron en el equipo de baloncesto de su instituto? ¿Y si os digo que el atleta Carl Lewis vivió casi toda su infancia con muletas? La cuestión no es lo que nos pase o lo que nos hagan… La cuestión es, ¿Qué hacemos nosotros respecto a lo que nos ocurre?.   

                                                                                                                               SELU.

 

PD. De todo modos paso a que lo explique mejor Ana, como profesional de la psicología y como mujer que es, claro.

VISIÓN DE ANA sobre EL RECHAZO

gestionar el rechazo 2

 Como bien apunta Selu, el rechazo es el gran enemigo de las relaciones sociales, ya que ataca a la persona que lo padecen desde dos frentes distintos. Si analizamos detenidamente sus componentes descubriremos desde un mapa de causalidad de que el mecanismo básico del rechazo actúa de la siguiente manera:

Un sujeto experimenta un rechazo y tradicionalmente lo vive como una experiencia negativa que puede incluir sentimientos de vergüenza, inferioridad, estigmatización, frustración y en general, dolor.

Consecuentemente, por temor a la reexperimentación de este dolor se genera una emoción indeseable que puede llegar a invadirnos como un virus: miedo a ese rechazo.

 

Recordemos que la única funcionalidad del miedo es la de ser un factor que puede paralizar nuestra vida. Originariamente esta emoción tiene la función de avisarnos y protegernos del peligro. Pero ojo, también tiene un lado desadaptativo, que impide que nos desarrollemos y que tomemos decisiones que nos ayuden a crecer y seguir avanzando. Nos paraliza y bloquea la mente, y cada vez nos incapacita más, sin dejarnos disfrutar de la vida.

El peligro es que este miedo puede llegar a interiorizarse y arraigarse muy profundamente en la emotividad del sujeto, generalizándose y siendo muy difícil de eliminar posteriormente, contribuyendo a consolidar ciertas conductas de evitación de interacciones deseables, hasta llegar a provocar ideas irracionales acerca de las relaciones, o conductas desadaptadas de aislamiento social, ansiedad, inseguridad, baja autoestima, e incluso en casos muy extremos un complejo, trauma o fobia.


¿Qué quiere decir todo esto del rechazo?

 

Pues que si el sujeto de nuestro ejemplo no aprende a gestionar bien sus rechazos puede acabar metido en un circulo vicioso que le impida relacionarse de manera normal en un futuro, lo que evidentemente le producirá un grado de malestar o disconford de leve a grave o incapacitante. Este disconfort viene generado por el conflicto emocional de la disonancia cognitiva entre “lo que yo quiero hacer” (relacionarme normalmente) y “mi conducta real” (evitación por miedo). Es decir se genera una lucha interior en la que el que pierde siempre es la persona que sufre.

 

EN LA PRÓXIMA ENTREGA VARIOS EJEMPLOS DE ANA SOBRE EL RECHAZO.