Seductores: Kara

Lunes otoñal y lluvioso, de esos que costaba echar de menos en nuestras vacaciones veraniegas.

 

Empieza la semana después de un taller con un alumno muy especial. La primera vez que lo vi me contó que las mujeres le causaban rechazo y que las veía cómo malas personas…En su segundo taller conmigo no sólo hicimos el golfo y trabajamos muchísimo sus habilidades sociales sino que me confesó que estaba saliendo con una chica de la que esta enamorado. ¿Os podéis imaginar cómo me siento? Profesionalmente y emocionalmente es una pasada.

 

 

Hoy vengo con una primera entrega de una nueva sección del blog, “Seductores”. Se trata de un análisis de aquellas personas que me han marcado cómo seductor, hombres que me han ayudado a crecer cómo seductor y cómo persona.

 

Para comenzar este nuevo apartado del blog he elegido a una persona entrañable, Djibouti Karamoco. Kara, que es cómo lo llamo yo, es un tío de Costa de Marfíl, exactamente no recuerdo bien el nombre de la ciudad donde nació, pero era una ciudad pequeña al Este.

 

Creo que lo más inteligente es contaros cómo le conocí. Era un Jueves veraniego previo a salir de viaje a alguna ciudad para dar un taller. Me pase a saludar al garito de un amigo. Estaba jugando al billar tranquilamente y apareció una morena salvaje que salía del cuarto de baño hacía la salida.

 

Perdona, no te he visto por aquí y quiero saber cómo te llamas”

 

No se me ocurrió nada mas original, a veces pasa…la chica se presentó y me dijo que en media hora volvería al local. Lo hice en mitad del bar y todo el mundo me vio hacerlo. Cuando iba a seguir con la partida de billar un chico negro, vestido de una forma muy playera, con una sonrisa gigante me dijo

 

“Esa no vuelve, ¡pero muy bien hecho!, yo soy Kara”

 

Mi curiosidad por conocer la historia de desconocidos y la vergüenza de perder más de tres partidas de billar seguidas hicieron que se me ocurriese invitarle una cerveza y preguntarle qué pasaba con él. Estuvimos horas hablando de su vida y de la mía. Estuvimos hablando de su continente y del mío. Su discurso era congruente e intenso, sobre todo cuando se refería a la música y a los problemas de África.

 

Su historia y la mía eran completamente distintas, el llevaba treinta y un años vivo pero sólo un par de horas en mi ciudad; llegaba desde Albacete buscando un futuro mejor después de haber probado suerte en un par de ciudades. Su corazón, aún así, pertenecía a África y así me lo hacía saber cada vez que tenía oportunidad. Y tal vez fuese eso lo que me hizo sentirme unido a él: buscábamos el éxito para cambiar algunas cosas. La conversación con él era apasionante, había visto tantas cosas que yo no, que era inevitable preguntar y preguntar.

 

El iba a pasar los próximos días en la casa de una amiga española que había conocido meses atrás, así que le dije que le acompañaba al coche. Íbamos caminando por el barrio del Carmen y vimos a tres italianas preciosas que se nos iban a cruzar, el sonrió y se dirigió hacia ellas.

 

Hola chicas, estoy buscando mi coche y os he visto y me ha parecido mas divertido ir donde estéis yendo que buscar mi coche

 

Lo último que me esperaba era una frase así, Kara se puso a hablar con ellas y casi sin darme cuenta estábamos los cinco de rodillas en el suelo de la calle decidiendo donde íbamos a pasar la tarde siguiente. Después de darnos su teléfono nos pidieron que nos tomásemos una copa con ellas en un lugar cercano y así lo hicimos. Por primera vez en mucho tiempo yo no tenía que dirigir la situación, de eso se encargaba Kara…

 

Estuvo una temporada en Valencia y traté de incorporarlo en mi vida y grupo de amigos. Buscabamos un trabajo para él y un sitio donde quedarse cuando su amiga se hartase de darle cobijo gratis. Podéis imaginaros lo molones que quedábamos un negro fibrado lleno de collares playeros y un rubio con el pelo largo y pendientes caminando juntos por la calle. La verdad que fue una temporada preciosa. Ademas él mandangueó ,y mucho, con algunas amigas mías.

Un día me dijo que se volvía a Costa de Marfil por el entierro de su hermano mayor, algo a lo que allí desgraciadamente están mas acostumbrados, y que ya volvería. Aquí desde luego le recibiremos con los brazos abiertos.

 

Sus rasgos más seductores eran probablemente ademas de su sentido del humor, la visión positiva de la vida y su aspecto físico, su fortaleza mental, la cantidad de problemas que ha tenido que solucionar, por lo que ha desarrollado una conducta muy resolutiva, su resilencia y su imagen sobre si mismo.
Una imagen que lejos de acercarse a la que por prejuicios podemos tener de alguien que no tiene la vida «resuelta» de antemano, se parecía mas a la de “soy un viajero libre y pienso dedicarle todo mi esfuerzo a cambiar el mundo que me rodea”. Cuento con que con muchas mas personas cómo él, eso es tarea sencilla.
2 comentarios
  1. carlos
    carlos Dice:

    ola me encanta el articulo¡ solo queria decirte ke soy un chico de 16 años y estudio la seduccion desde hace uno y ademas me identifico contigo xk soy bastante gracioso y la cosa es ke me recomiendas para mejorar?

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  2. tony
    tony Dice:

    Tremendo. Una persona que está en dar. únicamente en disfrutar. Es genial encontrarse con personas así. Es uno de mis objetivos convertirme en una persona coherente y integra. Me alegra saber que haya gente así! jeje

    🙂

    Responder

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