Seduciendo de noche: Relación abierta

Después de cuatro semanas sin descanso vuelvo a tener dos minutos libres para escribir un post relajadamente. Aviso a navegantes, este fin de semana necesito descansar un poco, así que no habrá taller mío. Han sido muchas experiencias en el personalizado en Valencia, el grupo A de Madrid, un triángulo de Helio en Barcelona y el Pack de Helio en Pamplona. Pero no todo ha sido trabajo…

 

Era Sábado, acababa de llegar de Barcelona City y lo último que quería era saber nada de seducción, chicas ni nada parecido ( me preocupa convertirme en un hombre monotemático) así que cite a dos colegas para pasar una noche de chicos, a saber, hablar de futbol, extraterrestres e idioteces varias. Para asegurar que no había posibilidad de pensar en chicas quedamos en un sitio inofensivo. Un lugar del que no diré el nombre, pero que frecuentan hombres y mujeres que en general sobrepasan la cincuentena. Un sitio perfecto para cuando superé mi tercer divorcio, pero que de momento, repito parecía inofensivo.

Abrimos la puerta y nada tenía sentido, el sitio donde nunca entrábamos porque no mola nada estaba lleno de tías buenas y tíos buenos. Algunos maduritos habían, pero la inmensa mayoría era gente joven y guapa. Nos pedimos tres cervezas en la barra y nos sentamos a disfrutarlas. A uno de mis amigos le había regalado hace poco un taller por su cumple, así que estaba flamenquísimo y antes de que me diese tiempo a pestañear ya estábamos hablando con tres mujeres que tenían bastante gracia. El sitio no es muy grande y en poco tiempo habíamos hablado, saludado o bailado con la mitad del garito. Me fije en la camarera que me invitó a un chupito por no me acuerdo qué motivo. Cuando ya me había resignado a que mi noche iba a tener que ver con ligarme a la camarera explosiva; una pasada de tía, la verdad, un hombre calvo, de metro sesenta, unos treinta años, con una perilla exactamente igual que la mía me tocó el hombro:

 

-Hola, yo soy Borja, necesito que me hagas un favor. No soy gay ni nada, pero eres un tío guapete. Acompáñame a hablar con esas. Tu sólo tienes que poner la cara. Yo hablo.

Le acompañe y acabamos siendo el centro de atención de un grupo de cincuentonas. Mis amigos estaban hablando con un tío grandote y una chica alta y flaca que me encantaba. Una vez volví me enteré de que eran los amigos del tal Borja. Me senté al lado de la chica flaquita y sexy. Con autoridad, generosidad y comunicación emocional tarde poco en conocer y enamorarme un poquito de N. N resultó ser una tía interesantísima, que le encantaba viajar, un sentido del humor ingenioso y puntiagudo, casi tan alta como yo y encima olía muy bien.
Durante la conversación me hizo saber que estaba coladita por Borja un merito enorme teniendo en cuenta que era una tía como un castillo de atractiva y él no era para tanto, así que me alegré mucho por él, sobre todo porque sé que tengo muchos números para quedarme calvo, más pronto que tarde, así que cada vez que veo a un tio calvo con una tía buena, me alegro doblemente.

 

Despues de muchas risas y alguna que otra mirada furtiva, N y yo estábamos sin querer cogiéndonos de la mano y bailando. Mis amigos estaban mandangueando con Borja y su otro colega y mi cerebro empezaba a no entender nada.

 

Ella ya sabía por que me gustaba, porque durante la conversación se lo había dicho, yo había resultado atractivo por mi conducta y mi forma de comunicarme. Sin querer había sexualizado. Así que me tome un minuto para enterarme de que estaba pasando.

 

“Oye, Borja, N me esta gustando mucho, pero sé que estáis liados y no me molaría…”

El tal Borja estaba susurrandole cosas al oido a una morena que había a su lado. La situación era desconcertante. Así que, viendo que no me hacía mucho caso, volví con N y le dije que a veces estas cosas pasan, que no podemos evitar que nos atraiga la gente. Ella sonrió y me susurró al oido “Borja me ha dicho que tengo muy buen gusto. No te preocupes, tenemos una relación abierta”

La noche acabo genial. Nada parecido a lo que esperaba en un principio. Pero hay que estar preparado para todo, hasta para conocer a gente con relaciones abiertas…

 

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