Seduciendo de día / Malabares en la biblioteca

La psicología me gusta tanto que en verano me toca estudiarla. Septiembre, mes protagonista de muchas canciones me espera con exámenes. Total, que os voy a contar una cosa, no tanto por el nivel de seducción que muestro, sino más que nada porque a mi me resulta graciosisíma.

 

El jueves había dormido en casa de una amiga y mis horas de sueño habían sido bastante pocas. Así que ahí estaba, en la cafetería de enfrente de la biblio acabándome mi café, pensando en lo maravillosamente que mis amigos lo estarían pasando en sus camas soñando con probablemente historias sobre piratas o aventuras en el espacio.

 

Había una chica con el pelo rubio, melena de anuncio y piel bronceadísima que estaba en la mesa de al lado subrayando apuntes. Yo me imaginaba con mi cara de sueño y me reía de que la pobre chíquita iba a tener que soportarme intentando conocerla. Era la excusa perfecta para no entrar aún a estudiar.

 

-Hola, ¿que tal? – dije sonriendo.

 

-Hola, buenos días – me contestó. Tengo suerte, pensé. Esta chica es un amor. Si me hace caso con estas pintas debe ser la persona mas educada del mundo.

 

-Verás, yo soy Helio, y este verano me lo voy a pasar encerrado en esta biblioteca. Necesito hacer amigos por aquí cerca- exageración, sentido del humor.

 

La conversación fue amena, duro unos cinco minutos, ¿qué estudias? ¿has aprobado muchas? no se qué…Nada del otro mundo. Conociendo nuestro contexto. Ella me dijo que venía todos los días de lunes a viernes y que «claro que podíamos ser amigos». D estudiaba veterinaria y tenía que aprobar no se cuantos mil creditos este septiembre para poder irse de prácticas a no sé donde. A esas horas no soy un gran receptor de información.

 

-D, ha sido un placer, mañana nos tomamos el café juntos, que se está haciendo tarde y aún no he entrado a la biblioteca.

 

Ella me hizo un comentario sobre una perdida al móvil, posiblemente para que le pidiese su número, pero sabéis que yo soy un romántico y me gusta dejar algunas cosas al azar así que me hice el sueco. Estaba claro que nos íbamos a encontrar en la biblioteca en un par de días como mucho.

 

Así que entre en la biblioteca, busque la sala de CIENCIAS y me senté en la mesa de una chica que ocupaba dos sillas con sus libros. Me senté enfrente. Una chica con el pelo corto, rizado, moreno, una espalda triangular preciosa y le dije que «muy buenos días». Ella asintió.

 

Estuve un ratito estudiando a Likert, McGregor y señores bastante mas listos que yo. De pronto me descubrí preguntándome si acertaría con el bolígrafo en la calva de un señor que había a unos veinte metros. Luego dedique un rato a preguntarme si existen los peces con problemas de sobrepeso.

 

Así que decidí darme una tregua y tirarle un poco los trallos a la chica guapísima que tenía enfrente.

Tenía libros de etología y de plantas.

 

Perdona, me he fijado en tu pelo y me parece super currado. Me gusta la gente que para estudiar se pone guapa.

 

Se me quedó mirando. Me sonrió y bajo la vista a sus libros. No me apetecía pensar mucho así que utilicé una frase de Egoh que me hizo mucha gracia.

-¿Te llamas Ana?

-No

Yo tampoco, ya tenemos algo en común encantado soy Álvaro. Recordad de que si lo que ofreces es diversión y una sonrisa la gente os recibirá por lo general con una sonrisa.

 

La cosa mejoró bastante. Se presentó. E era veterinaria, pensé que era una casualidad muy divertida. Le pasé una notita con un comentario gracioso sobre el tipo que estaba sentado dos mesas mas allá. Poco a poco justificando mi interés en ella de un modo físico. Ella me pasó una notita que ponía que no sabía que los chicos guapos también podían ser graciosos. Mi reacción a su apatía me había mostrado como un tipo atractivo. Es alucinante cómo nuestra actitud dice tanto de nosotros. Yo, como podeís imaginaros, cada vez estaba más flamenco y pasándomelo pipa. Había MANDANGA

 

¡Sorpresa! D, la chica de la cafetería llegó y nos saludó a los dos.

 

-¡Ah!, ¿que también conoces a Helio?

D, que tonta no es, vió las notitas y sonrió. Me parece que esté es un listo. Se ponía interesante mi verano en la biblioteca. Las primeras chicas con las que flamenqueo y resulta que son amigas y que recogen juntas los apuntes y se despiden de mí con una sonrisa de “te hemos pillado”

 

Pero, no sólo eso, hoy Lunes, llegó a la biblioteca un poco tarde, entro por la puerta y me encuentro con D y Y (que ya tendrían su particular conversación sobre el chico que les entró a las dos el mismo día) con nada más y nada menos que L, una chica armenia con la que estuve quedando durante un par de meses. Las saludo a las tres, se quedan extrañadísimas todas, yo el que más y nos despedimos con un “mañana nos vemos por aquí, que hoy no has madrugado

 

Me muero de la risa imaginándome la conversación de despues de salir: “¿Y tú de qué lo conoces?” Me muero de la risa del azar y sobretodo me muero de la risa de que aún tengo mes y medio para gestionar todo este lío que tengo entre manos. La vida, salvo noticia de última hora, sigue siendo maravillosa. Os dejo con una canción de un grupo de origen gitano, afincado en Nueva York que canta “Start wearing purple” Egoland seducción somos violeta también. ¿No son ya muchas coincidencias?

 

http://www.youtube.com/watch?v=sM1Ahn0Osjo


2 comentarios
  1. Jorgemagix
    Jorgemagix Dice:

    Otro articulo genial Helio. Después de esto me has terminado de convencer de que hable con la chica que hable ya habrá sido «víctima» (en el buen sentido) de tu flamenca personalidad.
    Un abrazo!

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *