salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort: La valentía para seguir creciendo

Estás en casa, relajado, sin tener que hacer determinadas tareas en tu trabajo, que tantos esfuerzos te cuestan habitualmente por novedosos y complicados. O te encuentras con amigos, en ese bar al que rutinariamente acudís y en el te encuentras a gusto. Puede que también puedas imaginarte a ti mismo cogiendo la bicicleta y hacer esos 45 minutos por la misma ruta de siempre, con el mismo esfuerzo de siempre. Esas son tus zonas de confort. Principio del que partimos en este artículo: la zona de confort es territorio enemigo.

Tras leer esto, podemos pensar qué tiene esto de malo. Intrínsecamente nada. Nos mantenemos seguros y en nuestros hábitos cotidianos. De hecho, esto tiene un parte adaptativa, somos seres vivos de hábitos y esto nos ayuda el funcionar cotidianamente.

salir de la zona de confort

DEFINICIÓN DE ZONA DE CONFORT

¿En realidad, como se definiría? Esta es el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados, y que nos resultan cómodas. Aquello que está dentro de nuestra zona de confort lo podemos hacer muchas veces sin mayor problema y no nos produce una reacción emocional especial; en cambio, lo que está fuera de nuestra zona de confort nos incomoda, nos produce un cierto rechazo, nos provoca ansiedad o nerviosismo, nos da palo. Todos tenemos una zona de confort que precisamente tenemos porque estamos a gusto, estamos adaptados a ella y la seguimos manteniendo, además en ella tenemos un mínimo grado de eficacia, si no no la mantendríamos.
Sin embargo es por esto que recordemos la frase la zona de confort es territorio enemigo. Si continuamos sin salir nunca de esta zona, vamos a seguir pasándonos exactamente las mismas cosas que nos seguían pasando. Vamos a dejar de aprender , a dejar de movilizar recursos personales, a no aprender conductas nuevas que podamos necesitar. Fijémonos ahora en el eslogan de la foto, “fuera de la zona de confort es donde la magia sucede”.

CÓMO SUPERAR LA ZONA DE CONFORT

Un verdadero proceso de desarrollo personal está vinculado a relacionar cosas que ya podemos tener presentes en nuestras conductas, lo que en psicología clínica se llama RBC (Repertorio Básico de Conducta). Piensa en una situación concreta que te gustaría superar, como la de ese chico que conoces de vista y tanto te gusta, al que nunca has hablado por la inquietud de ser rechazada, o esas reuniones con colegas de profesión a las que nunca has ido por el miedo a no estar a la altura. Hazlo. Ya, mañana, esta semana, con valentía. Tras ello pregúntate:

– ¿Cómo me sentí al comenzar a hacerlo? ¿Cuáles fueron mis emociones?

– ¿Fue tan fiero el león como lo pintaba? ¿Lo hice de forma adecuada? ¿Si lo hago más veces, podré hacerlo mejor?

– ¿Qué cosas puedo aprender para hacerlo incluso mejor la próxima vez?

– Y, sobre todo, ¿qué impresión guardo de mi mismo por haberme atrevido a hacer eso que tanto miedo me daba?

Estimad@s amig@s, quedémonos con esto. Fuera de nuestra zona de seguridad es donde vienen las sorpresas y las buenas noticias. Salir de ella cada cierto tiempo nos hará movilizar recursos y, en definitiva, ser mejores.

14 comentarios
  1. Joel Grimaldo
    Joel Grimaldo Dice:

    Muy cierto, la zona de confort es nuestro enemigo, momentanemente…
    Desde hace mucho me he propuesto transformar todas aquellas cosas, actividades, interacciones, quehaceres a las cuales nos limitamos, en mi nueva zona de confort, un magnifico aporte de Antoni, saludos, besos y abrazos…

    Responder
  2. Pete Lokillo Cullen
    Pete Lokillo Cullen Dice:

    Cada cierto periodo de tiempo debemos reinventarnos, dejando lo bueno y eliminando lo malo 😀 siempre hacia lo mejor !

    Responder
  3. The Sun
    The Sun Dice:

    Es necesario salir de esa «zona», en casa poco puedes hacer, cuando no tengo pareja es cuando más cuenta me doy de que todo pasa en la calle

    Responder
  4. Antoni Martínez
    Antoni Martínez Dice:

    Pues sí The sun, al final es «en la calle» donde pasan cosas. Pero pensemos que sobrepasar con valentía los propios límites puede hacerse también en casa. O mentalmente, de entrada. Si me pone nervioso la sola idea de bajar a la calle y decirle un piropo sincero a una desconocida, puedo empezar por imaginar al detalle cómo lo haría. ¿Que diria? ¿Cuales serian las sensaciones? Y mas importante, ¿me doy permiso a mi mismo para hacerlo? Planteandote seriamente eso ya empezarias a salir de tu zona de confort.

    Responder
  5. Golden Boy
    Golden Boy Dice:

    Genial artículo Antoni, creo que mucha gente ni si quiera se da cuenta de no salir nunca de la zona de confort, sin encontrar una respuesta a por qué a ellos no les ocurre cosas sorprendentes o emocionantes. Me ha gustado mucho lo de «darse permiso a si mismo». Un abrazo

    Responder
  6. Antoni Martínez
    Antoni Martínez Dice:

    Pues sí Golden Boy, cuantas veces habremos escuchado por ahí la expresión » a mi nunca me pasa nada emocionante» o cuando uno cuenta ciertas experiencias recibir caras de sorpresa. Como pone en la foto del artículo, es cuando somos valientes y sobrepasamos nuestros límites el momento en que la «magia» puede aparecer. Y ello, insisto, requiere sobre todo cierta dosis de atrevimiento. UN abrazo para ti también.

    Responder
  7. Josemi25
    Josemi25 Dice:

    Muy buenas Antoni.

    Me ha gustado tu post y es un campo donde ando muy metido. De hecho he hecho mi propia teoría sobre eso.

    ¿Has jugado a juegos de estrategia como el Empire Earth, el Age of empires, etc?

    Nuestro mundo interno se asemeja al principio de cualquiera de estos juegos.

    Cuando empezamos un juego, tenemos una zona explorada con unos pocos recursos a nuestro alrededor para empezar a construir casas y soldados. A parte tenemos nuestro perro guía o nuestro pájaro guía.

    La zona donde empezamos en el juego podíamos decir que es nuestra zona de confort. Nuestra experiencia ante la vida y disponemos de armas que no sabemos usar bien o de pocas armas para lanzarnos al enemigo.

    El enemigo es lo desconocido, las zonas sin explorar, las zonas donde no sabemos qué nos puede pasar.

    En la vida se puede comparar a nuestro miedo por acercarnos a hablar con esa TB10 que nos vuelve locos.

    Cuando estamos jugando nos decidimos a avanzar porque sabemos que es un juego y no nos pasa nada. Cojemos nuestro perro guía (nuestra conciencia) y exploramos el territorio y comenzamos a ver a los primeros enemigos.

    Los primeros enemigos están demasiado cerca de nuestro territorio, pero se ven enemigos débiles y con una acertada estrategia podemos eliminarlos. Tenemos que ver sus armas y ver qué armas son las mejores para atacarles, disponemos de cierto límite de tiempo.

    Esos primeros enemigos, son las primeras tías a las que nos acercamos cuando estamos en la vida real. Son tías que no tienen demasiado poder y que podemos conquistar con un mínimo de esfuerzo y con un mínimo de estudio de la situación.

    Son tías que nos avisan de que hay tías mejores y que debemos prepararnos para el gran asalto.

    En el juego nos hacemos más fuertes y vamos más confiados. Sabemos cómo atacar a ciertos enemigos y nuestra zona de confort se abre. Tenemos ganas de ir a por el gran enemigo. Cada vez las defensas son más grandes y cada vez es más difícil ganar el juego.

    Tú también tienes que fortalecer tu campo y mantener un campo fuerte sin grietas. Debes conocer el campo donde juegas y al enemigo.

    Cuando llegamos al escenario final, vemos al gran santuario o a la gran ciudad llena de defensas y de ejércios grandes por todos lados y es uno o todo o nada. Llega la hora de la verdad.

    Cuando hemos explorado a las demás tías, ahora toca enfrentarnos con la TB10 y superar todas sus defensas.

    Puede que en el juego perdamos y volvemos a jugar, porque sabemos dónde se esconde el enemigo y vamos con más seguridad que nunca. Jugamos varias veces hasta dar con la tecla adecuada y nos hacemos los reyes del juego.

    Pero en la vida real, un rechazo nos paraliza y lueg otenemos miedo de seguir jugando, de ver que esto también es un juego y que si uno ha fallado es porque no es un experto en el juego, porque no juega lo suficiente.

    El no es un motivo más para seguir practicando, no para dejar de jugar. Si Einstein fallara en su primera ecuación no habría llegado a la teoría de la relatividad general.

    Llegar a ser un experto en el juego de la seducción, significa ver esto como un juego donde no hace falta identificarse con la parte mala. Debemos de dar por hecho la parte mala del juego y debemos intentar controlar los beneficios a los que podemos llegar si controlamos dicho juego.

    Puede que al principio ese monstruo nos parezca horrible, pero cuando lo hemos visto varias veces, nos hacemos inmune a sus ataques, porque mientras estaremos creando una fortaleza adecuada para resistirlos.

    Es como cuando conoces muy bien a un amigo tuyo y sin hacer nada sabes lo que está pensando.

    La única manera de salir de nuestra zona de confort y hacerla más grandes es haciendo los mismos pasos que hiciste para llegar a donde estás ahora mismo. La vida evoluciona y por lo tanto tus circunstancias también y por mucho que no te guste, sólo te queda dos cosas. O evolucionar o morir.

    Responder

Trackbacks y pingbacks

  1. […] Más allá de lo que sabemos hacer, de las creencias sobre las cosas que nos pasan, de las conductas que tenemos en nuestro repertorio, hay vida. Hay más opciones de las que creemos en un momento dado, ¿recuerdas “la zona de confort“? […]

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *