La extravagancia (III): Herramienta de seducción

En el último artículo explicamos el hecho social, y especialmente sus efectos coercitivos: la resistencia social que se presentará a todo el que “extravague”, esto es, se aventure por caminos por donde los demás no se aventuran.

Puedes y debes leer los artículos anteriores aquí, ya que a continuación explicaré cómo podéis aprovechar la resistencia social a vuestro favor:

     

 Además de leer el artículo te dejamos la entrevista en audio del podcast de Octubre y el flamante video con Egoland y Antoni. No te los pierdas.

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El hecho social parece actuar en ocasiones como una fuerza hacia la homogeneidad social: “no te salgas del camino, y así no tendrás que dar tantas explicaciones”.
¿Cómo resolver el dilema, si queremos hacer las cosas de un modo distinto y no sentirnos incómodos por ello? Amigos, el dilema se resuelve del siguiente modo: 

Si pensamos un poco, admiramos a aquellas personas que han logrado andar por caminos por los que nadie había caminado, que se han atrevido a abrir nuevas sendas, que a pesar de obstáculos y críticas fueron valientes para llegar donde querían sin pasar por donde se supone se ha de pasar. Si al igual que yo, sois devotos de San Ejemplo, veamos un par de casos de resistencia social que se convierte en disfrute por saborear la libertad de comportarse de
un modo extraordinario.

ESTRUCTURA BÁSICA DE LA HERRAMIENTA YA SÉ QUE NO ES NORMAL PERO…

YA SÉ QUE ESTO NO ES LO NORMAL PERO + HERRAMIENTA 2 (Narrador, espectador película subtitulada, Qué por qué y para qué, Comunicación emocional, etc.)

1.- Desvelar que sé que me he saltado lo habitual, lo normal, el hecho social: YA SE QUE ESTO NO ES LO NORMAL PERO…

2.- Generar el valor añadido por hacerlo: Información u otra herramienta

 

EJEMPLO DE LA HERRAMIENTA EXTRAVAGANCIA PARA CHICOS
Estoy leyendo en la playa pero he comenzado la misma página doscientas veinte veces porque mi mirada se escapa continuamente haciala pequeña mariposa tatuada en una espalda grácil y morena de una chica bronceada escasos metros a mi derecha. Inspirado por este artículo, decido cometer la extravagancia de comprar un par de Daiquiris, y acercarme a ella para presentarme.

– Hola… mira estaba tomando el Sol, como tú, disfrutando de la playa, como tú, y he pensado que esto sólo podría mejorar si una chica encantadora se acercara a mi y me ofreciese algo bueno y fresquito. Pues eso viene a ser lo que te está pasando a ti. Por cierto, soy Javi, ¿tú?

No tengo mucho tiempo así que tras una breve pero hilarante conversación sobre mi interés por encontrar una compañera para convertirme en campeón mundial de jugar a las palas, pido el número de teléfono y lo consigo. La conversación me ha gustado, tengo ganas de volver a verla, así que antes de irme comunico lo siguiente (¡atención!):

“Paula, normalmente no se conoce a alguien ofreciéndole un Daiquiri en medio de la playa… Pero a veces uno se alegra de no haber hecho las cosas como las hace la mayoría de la gente. Que sepas que espero que sea una de esas ocasiones”.

Et voilà! He legitimado la extravagancia.
Analicemos la estructura de lo comunicado:

“Paula, normalmente no se conoce a alguien ofreciéndole un Daiquiri en medio de la playa” (= Soy consciente del Hecho Social, he “extravagado”)
“Pero a veces uno se alegra de no haber hecho las cosas como las hace la mayoría de gente” (= legitimo mi extravagancia porque eso me acerca más a lo
que realmente deseo)

Y además estoy dando ejemplo y generando un sentimiento de complicidad para que Paula no tenga miedo por ser diferente, por saltarse hechos sociales.
Dicho de otro modo: no ha actuado raro, ¡he actuado extraordinario! Y a la mayoría, inestimables lectores, nos gusta lo extraordinario. Con un principio así, es mucho más fácil que cuando queden por segunda vez decidan ir a tirarse en paracaídas que a tomar café en un bar (con todos mis respetos para quienes adoren tomar café en un bar… en todo caso en Egoland desaconsejamos enérgicamente tomar café mientras saltamos en paracaídas. O una cosa, o la otra).

EJEMPLO PARA CHICAS

Permitidme ahora explotar mi faceta femenina con otro ejemplo desde la perspectiva del sexo opuesto:

Voy en el metro y he cruzado varias miradas con un chico alto, con pelo largo, gafas y perilla con una pinta de artista del recopetín. Bajo del metro y cuál es mi sorpresa que él baja conmigo. Mientras caminamos juntos hacia la salida, pienso: “Amanda, esta es la tuya. El chico de aquel artículo que leí en Egoland era un poco rollero pero tenía más razón que un santo: a mi me apetece conocer a ese chico y me da igual que “se suponga” que la iniciativa la tiene que tener el hombre, estamos en el Siglo XXI. Ahora deja de pensar y actúa, que se nos escapa”.

– Disculpa, igual tengo mala memoria pero no recuerdo haber visto nunca un chico con tan buen gusto para la ropa. Si odias el programa “Hombres, Mujeres y Viceversa”, tienes muchos puntos para que me apetezca conocerte.

Nos reímos, nos damos el número, el chico ha estado a la altura de las circunstancias y me quedo muy tranquila escribiendo:

– Luis, no tengo ni idea de lo que se hace cuando un chico con tan buen gusto te llama la atención a la salida del metro. Muchas chicas ni se acercarían a un hombre ni mucho menos le escribirían tranquilamente el mismo día como si le conociesen de toda la vida. Ojalá que a los dos nos guste ser excepcionales.

¿Cómo lo veis? ¿Identificáis el reconocimiento de estar saltándose el hecho social, y la posterior legitimidad de la extravagancia? ¿Le vamos dando una segunda oportunidad a extravagar, a caminar por donde otros no caminan? Cread vuestros propios ejemplos, y veréis que no estamos hablando sólo de seducción.

La lista de “extravagantes” de la civilización humana (por lo menos de sus personajes más significativos) es asombrosa. Incluye entre otros a un joven que creía que las leyes de la física mecánica no encajaban muy bien con las de un campo electromagnético y desarrolló una nueva teoría sobre la relatividad; a cuatro chicos sin formación musical académica para los que la música tenía mucho de improvisación y mestizaje, y que revolucionaron para siempre la música popular; a un grupo de pintores muy extravagantes que rompieron con la exactitud anatómica de los clásicos y lo redujeron todo a formas y colores básicos, y, casi me olvidaba, a un ambicioso navegante que insistió en que se podía llegar a las Indias por el oeste y se encontró con un continente desconocido, cambiando para siempre el mundo.

En conclusión: extravagad malditos, extravagad. Lo que os venga en gana, y más cuando creáis que eso os va a hacer sonreír o va a hacer que alguien sonría. No olvidemos que si existe un recurso que es infinito, es la creatividad. Siendo este recurso infinito, siempre será poco lo que extravaguemos.

En el futuro, además de otros temas, procuraré seguir trayendo ejemplos de extravagancia útil y positiva. Por cierto, no dudéis que nada me hará más feliz
que cometáis y comentéis vuestras propias extravagancias.


Contento por escribir.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=3L5MLW7SXyg?showinfo=0]

25 comentarios
    • Javier Santoro
      Javier Santoro Dice:

      Extravagancia al poder! Pero en tu caso con responsabilidad, que una extravagancia tuya puede hacernos acabar en el lugar más insólito de Japón.

      Responder
  1. Stark
    Stark Dice:

    Ella: – ¿Estamos hablando de filosofía en medio de una discoteca? pero que raros somos….
    Stark: – Especiales, únicos, extraordinarios…son los adjetivos que buscabas en lugar de raros.

    Responder
  2. Dominus-Brasil
    Dominus-Brasil Dice:

    Muito divertido e instrutivo o video e además é interessante observar a arte de conversar e escutar e como cada um a sua maneira se expressa no contexto da interação.

    Parabêns!

    Responder
    • Javier Santoro
      Javier Santoro Dice:

      No sabes cuánto me alegro Partisano, no siempre resulta sencillo buscar el equilibrio entre trasfondo sociológico y utilidad práctica. Así que gracias por ese comentario.

      Responder
  3. Adrian
    Adrian Dice:

    Genial! Sólo quería darte la enhorabuena. Muy interesante esta serie de artículos, tu madre debería estar muy orgullosa. Sigue así. 🙂

    Responder
  4. Begoña
    Begoña Dice:

    ¡Un artículo fantástico Javi!Yo tengo que decir que me estoy atreviendo a extravagar en el terreno laboral y creo que el hecho de conectar con la gente de una manera diferente a lo establecido, me está abriendo puertas, pienso que no hay nada de perder, ¡al contrario!Y es importante que tu manera de hacer las cosas y tu personalidad quede reflejada en cada paso que das.
    La vida es un riesgo en sí misma, así que…..¿porqué no atrevernos a extravagar?

    Responder
    • Javier Santoro
      Javier Santoro Dice:

      Mil gracias Begoña por tu amable opinión así como por compartir tu experiencia. Esa congruencia entre tu personalidad y el modo como avanzas en tus proyectos me parece muy interesante, y creo que es necesario para ser genuinos y estar cómodos con aquello que hacemos. Me consta que no te va nada mal. Abrazo!

      Responder
  5. Christian
    Christian Dice:

    Gran artículo. Y muy revelador. Personalmente me gusta «extravagar», ser original, creativo, romper con los convenido por «tradición» pero no lo he sido tanto como he querido con las chicas, por miedo, por vergüenza, por poca confianza.

    Viendo vuestro video he caído en la cuenta que me he fallado a mi mismo y mucha de la frustración que he sentido entorno al tema ha sido por no ser un poco más fiel a mi manera de ser y preocuparme demasiado.

    Tenéis toda la razón, en lo de tomar el modo que nos sea más a fin a nuestra personalidad, para que este sea genuino, independientemente del resultado, siempre nos hará sentir bien. Porqué es algo que nos merecemos.

    Voy a empezar a seguir vuestro blog y artículos pq transmitís mucha confianza.

    Seguid así!

    Responder
    • Javier Santoro
      Javier Santoro Dice:

      Christian gracias por tus palabras! disculpa el retraso al responderte, espero que si nos has seguido te hayamos seguido transmitiendo confianza.

      Tu comentario me demuestra que has comprendido bien lo que quería transmitir, y eso siempre es un gusto. La actitud de extravagar para llegar donde queremos llegar a partir de nuestra personalidad, en lugar de imitar a otros, me parece fundamental. Y no es nada fácil, creo que lo sabes. Estos artículos se complementan con la serie «El ser y el deber ser».

      Seguimos en contacto, un abrazo!

      Responder

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