El “ser” y el “deber ser” (III): Ejemplo en el ámbito sexual

En la primera parte de este artículo veíamos el conflicto que supone que no coincida lo que “debe ser” con lo que las cosas realmente son.

En la segunda parte vimos cómo se nos inculcan ideas normativas heredadas, y cómo podemos generar ideas normativas propias.

Así que en esta tercera veremos ejemplos en el ámbito sexual

Ejemplo 1. Ámbito sexual.

El ámbito sexual está plagado de ideas normativas. En parte porque la televisión emite series de adolescentes de instituto con vidas sexuales de adultos promiscuos y sexualmente liberados… cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

El siguiente caso es real:

Rosa y Martín están muy enamorados. Disfrutan mucho uno del otro. Cuando no están juntos se van a dormir pensando uno en el otro, y cuando se despiertan el otro en el uno. Ahora bien, llevan dos meses y ella no llega al orgasmo.

Esto les genera un cierto estrés. Rosa y Martín hacen como que no les importa demasiado, pero ella ya se lo ha planteado a dos de sus amigas, y él busca información en internet. Ambos se estresan un tanto, él porque cree que no está dando todo lo que debe darle, y ella porque ve la frustración de él y cuando practican sexo no puede evitar pensar en “el problema”, lo cual dificulta aún más el orgasmo.

Reflexionemos. Aquí hay un “deber ser” de fondo: una pareja completa debe dar y recibir una calidad sexual similar, la cual tiene como máximo indicador los orgasmos.

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Con esta idea normativa, Rosa y Martín sienten que algo falla. Recordemos las fases para cuestionar y sustituir las idea normativa: autoconocimiento, generación/sustitución de la idea normativa heredada, acción y comprobación:

  1. Autoconocimiento y honestidad. ¿Qué quiero realmente? En realidad, tanto Rosa y Martín lo que desean es seguir estando juntos cuando se levantan por la mañana. Ellos son un fin en sí mismos, ninguno de los dos conoce mayor goce que el de estar juntos, estén en la cama o estén jugando al tenis. Les encanta el sexo, ambos sienten que dan y reciben amor y placer. Si lo piensan, realmente están satisfechos. Y lo que realmente les incomoda es pensar que quizá la otra persona no se encuentre satisfecha, y no se atreva a decirlo.
  2. Ya hemos visto el efecto que produce la idea normativa: estrés. Podemos sugerir un nuevo y propio “deber ser” como: una pareja de éxito debe disfrutar del sexo como una forma más de comunicación. Ver que el buen sexo, como la comunicación, no está solo en la cama, ni solo en el orgasmo, sino que impregna todos los ámbitos de la relación. De este modo se entiende que el placer, afortunadamente, no está exclusivamente en la eyaculación ni en el orgasmo. Está y puede ser disfrutado en cada mirada, beso, mordisco, olor, sabor, sensación, en el placer de dar placer… de modo que en ocasiones se llegará al orgasmo, y en ocasiones no. Pero el orgasmo no es el fin de nada.
  3. Acción. En el caso de esta pareja, la acción será la comunicación con honestidad de la nueva idea. Advertencia, si no se cree en la idea, probablemente esta fracasará. No sugiero que os hagáis los genuinos hasta que seáis genuinos. Sugiero que busquéis los “deber ser” en los que realmente creáis y deseáis. En este caso, sugiero que la pareja enfatice la pequeñez de su “problema” en comparación con la cantidad enorme de motivos que esta pareja tiene para sonreír y disfrutar. Considero que es completamente sensato y saludable desdramatizar el asunto.
  4. Comprobar si la nueva idea normativa resulta más funcional o no. En este caso, es probable que la pareja empiece a disfrutar más del sexo (y paradójicamente, a tener más orgasmos, al anular el estrés de no estar cumpliendo con el “deber ser” heredado). Comprobamos: ¿se adapta mejor a la realidad y me hace más feliz? Con la idea original, el sexo era bueno si había orgasmo. Con la idea propia reflexionada, el sexo a veces puede ser increíble sin llegar al orgasmo, y otras veces tan trascendental como una conversación sobre el estado del tiempo, aunque haya habido orgasmo.

Por otra parte, la idea normativa que sugerimos en este ejemplo la considero mucho más funcional que uno de los “deber ser” más extendidos que existe, probablemente por herencia de la cultura pornográfica: “el sexo finaliza con la eyaculación masculina”. Esta idea normativa hace que muchas mujeres se sientan frustradas si el hombre no ha llegado a eyacular. Y que muchos hombres se estresen pensando que si eyaculan demasiado pronto todo habrá acabado y si no eyaculan ella puede pensar que no es lo suficientemente atractiva. Así definido, no es raro que se dé una situación en la que ambos estén pensando en el fin en lugar de disfrutar el momento, en lo genial, hedonista y feliz de cada milímetro del camino sexual. Como en otras cuestiones de la vida, esto va de no preocuparse tanto por el destino al que llegar y disfrutar más el viaje.

Me consta que algo similar comunicó un buen amigo a una preciosa mujer que en cierto momento le pidió disculpas porque “nunca llegaba al orgasmo con la penetración”.

¿Perdona? Nuestro amigo sustituyó la idea normativa que atormentaba a la joven por no alcanzar “el deber ser heredado”. Un deber ser que le había hecho preocuparse con otros hombres hasta el punto de sentir que debe pedir perdón. Es de locos. Una vez asumida una nueva idea normativa similar a la sugerida en el punto 2, ella empezó a disfrutar y ver lo fabuloso de cada instante con él, y cuando por fin se despreocupó… tuvo por primera vez orgasmos con la penetración.

Una cuestión crucial sobre la que volveré es que niego rotundamente que haya un “deber ser” que sea más cierto, más objetivamente útil o mejor que otro. Lo que pretendo con esta serie de artículos es que estemos en guardia contra nuestros “deber ser heredados”, y que consideremos si nos resultan funcionales. La cuestión de fondo es que según como cada uno defina la situación, sentirá unas cosas u otras (principio básico de la psicología cognitiva).

Por último, segunda advertencia para los críticos más agudos: tratar de ajustar mi idea sobre cómo debe ser el mundo a como realmente es, no implica una resignación inmóvil y estéril. Desde mi punto de vista implica madurez e inteligencia. Los protagonistas del ejemplo no solucionan el problema diciendo: “es normal no tener orgasmos”. Lo que hacen es considerar que “nos da igual si es normal o no tener orgasmos durante estos meses que llevamos de relación, lo importante es que nos encanta estar juntos, disfrutamos cada instante, y además en el corto o largo camino a descubrir cómo darnos orgasmos nos lo vamos a pasar en grande”. Se trata de una solución que comprende que ambos tienen motivos objetivos de sobra para sentirse felices.

Espero y deseo que con estos ejemplos, que encarnan la parte teórica explicada en las dos primeras partes de esta serie de artículos, veamos que la reflexión que proponemos es una herramienta, un prisma, bajo la cual es posible analizar y cambiar infinitas situaciones. En el próximo artículo trataré un ejemplo relativo a una situación común en una relación de pareja y otro aplicable a una conversación. También os mandaré deberes…

PD: como siempre, no dudéis que vuestros comentarios enriquecen mucho los artículos. Y por supuesto, siempre contesto a todos. Y a quien no, le envio bombones.

 

7 comentarios
  1. Javier
    Javier Dice:

    Muy buena esta serie de artículos, enhorabuena.
    El tema de los paradigmas heredados es siempre fascinante y difícil de abordar.

    Si me permites, me gustaría añadir dos pequeños datos que siempre me han gustado sobre el tema:

    Lo primero son las fases con las que se responde ante un nuevo paradigma, tanto en el exterior como el interior (inconscientemente uno mismo a sí mismo):
    1º aparece la fase de negación
    2º se genera una fase de ridiculización
    3º se pasa una fase de aceptación, en la que quedan patentes las mejoras implícitas del cambio
    Un ejemplo claro se puede ver en cuando Fosbury batió todos los récord en salto de altura al saltar de espaldas.

    Para terminar, matizar sobre algunos comentarios que he leído en los anteriores posts, y es que curiosamente todos creemos ser originales en nuestro interior, y que en mi humilde experiencia, me da la sensación de que cuando alguien va «en contra» de lo que hicieron sus padres o intenta romper los moldes, normalmente sigue el mismo patrón, solo que en la mayoría de los casos en la dirección opuesta. Veo muy pocas personas que realmente creen un nuevo camino. Un claro ejemplo (aunque sé que levantará ampollas) es el feminismo, que para romper una «tiranía» se intenta tiranizar al hombre, en vez de crear un vínculo y simbiosis más abierta y constructiva. Se pasa de sumisión a ataque. Mismo patrón, diferente dirección.

    Un saludo a todo el equipo

    Responder
    • Javier Santoro
      Javier Santoro Dice:

      Antes que nada Javier, tengo que decirte que es un honor tener lectores de tu altura.

      Por la intención divulgativa no verás en las cuatro partes del artículo que use la palabra paradigma, ya que existe una noción «legos» de la misma y otra más profunda que tú sí dominas. Como dices es una cuestión de difícil abordaje, y así lo comuniqué en la primera parte.

      Las fases que describes así como que recalques que son exteriores como interiores me parecen muy acertadas.

      Sobre la cuestión de que todos nos creemos originales. Me resulta enorme y he pensado mucho en ella. Aquí va parte de mi opinión: decir que todos somos originales y únicos es verdad, pero es decir poco, y ciega a la capacidad de identificar lo que resulta único y original en grado relevante. Porque esa es una de las cuestiones, el grado.

      Al respecto creo que uno de los indicadores de lo diferente es la opinión social. Por ejemplo, pongamos que yo creo tener una relación con mi pareja especial y diferente a la que la mayoría tiene. Cualquiera me podrá decir, con razón, que eso lo piensan todos respecto a su relación en pareja. Ahora bien, si las cinco personas que han conocido algo más mi relación, me corroboran en lo que me expresan que mi forma de vivir la pareja es distinta, resulta un indicador de mayor fiabilidad que mi sola percepción.

      Personalmente, soy de los que cree que sí hay personas, parejas, grupos… que extravagan más y hallan su propio camino, y otras que siguen un camino más común. Todos dirán que son únicos, y será cierto, pero unos siguen más a menudo paradigmas heredados que otros.

      A esto se le añade la cuestión de la dirección del cambio. Y es verdad, la forma común de enfrentarse a A es haciendo no A. Además el lenguaje, con el cual pensamos, nos predispone a pensar dualmente. Podemos identificar si una pareja «está junta» o «no está junta», pero en realidad está lleno de parejas que tienen una relación que no se adecua completamente a ninguna de las dos categorías. Los cambios fuera de A y no A exigen mucha mayor creatividad, e incluso a veces ir en contra del sentido común. No entro en ejemplos porque ya estoy extendiéndome demasiado. Sobre este asunto sugiero el libro Cambio de Paul Watzlawick et al.

      Deseo te gustase la cuarta parte.

      Hasta pronto!

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  2. Bethoveen Leonardo
    Bethoveen Leonardo Dice:

    Las fases que menciona Javier en su comentario, solo se aplican cuando el razocinio indica que es algo no tiene logica. Ese nuevo paradigma no sera aceptado a menos que se demuestre lo contrario, entonces sera aceptado. Pero no siempre suceden estas fases, de hecho no debe ser generalizado ya que hay muchas personas abiertas ante nuevas ideas que cuando la ven dicen »wow, tienes razon» o »Pienso diferente», pero esto ya indica que se han abierto a la idea y por un proceso interno han comprobado su realidad, osea no la han negado. No es un proceso general y solo veo que sucede cuando la nueva idea se ve absurda a simple vista. Por otra parte con respecto a la generacion/sustitucion la idea base es que lo que se propone sea algo que libere. Como has mencionado en tan nutritivo articulo, esos deberes heredados muchas veces limitan, entonces cuando ofreces algo que libere esas cadenas que no permiten que uno sea feliz, pues es de facil adopcion. Un ejemplo seria que alguien que tiene mucho miedo de acercarse a conversar con alguien por miedo al rechazo, reconosca ese miedo, lo observe, y que realice que es mas liberador enfocarse en simplemente disfrutar el proceso, a pesar de no agradarle a la otra persona. Sigue la fase de accion. Derrepente lo rechaza, pero encontrara que el haberse expresado, que haber hecho lo que sentia, le ha dejado una bella sensacion en su interior. Ahi se da la comprobacion. Mi comentario esta mas referido a esto, cuando se propone en el punto de generacion/sustitucion, y la idea te da una opcion para ser mas libre entonces es algo trascendente. (claro la idea debe dar libertad pero siempre respetando a los demas).

    Realmente un articulo muy profundo, que es necesario reflexionar, y sacarle todo el jugo posible. Muchas Gracias Javier Santoro. Estoy muy agradecido, te envio un fuerte abrazo amigo ^_^ .

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